Por Elizabeth
Un nuevo encuentro con una persona madura,
para seguir intimando y explorando nuestra sexualidad de pareja.
Hace poco tiempo don Gunnar me había
invitado a salir a bailar a un PUB, donde tuvimos nuestro primer encuentro de
pareja, dicha experiencia logro descubrir en mí persona lo que realmente
buscaba, que era realizarme en mi lado femenino, paso algún tiempo y por
cuestiones de trabajo, viajes tanto de él como mis responsabilidades no pudimos
volver a encontrarnos, pese aunque yo tenía un gran deseo de repetir la
experiencia, pero como es la vida nos fue imposible lograr conciliar un nuevo
encuentro y cada uno se puso a los quehaceres de la vida cotidiana, un día
viernes, recibí una llamada de don Gunnar y me llamaba solamente para
saludarme, al escuchar su voz, mi corazón empezó a latir muy rápidamente e
inclusive al hablar empecé a
tartamudear, ya que la emoción de volverlo a escuchar era tan grande que
me enloquecía, nos saludamos y también en él pude percibir cierto nerviosismo,
con un poco de charla después del saludo creo que ambos nos tranquilizamos pero
debo manifestar que la emoción era bastante grande, en la conversación él me
preguntó qué cuando estría libre para poder programar alguna actividad juntos,
yo pensé en ese momento lo único que podemos programar es un encuentro sexual
que estoy terriblemente cachonda, yo le manifesté con mucha más calma que este
fin de semana estaba libre y con pocos quehaceres en la oficina y solamente me
limitaría a descansar y dedicarme a arreglar mi departamento, él se puso muy
alegre y me propuso que si mañana sábado podríamos salir a lo que yo le
conteste que no había problema y a qué hora le esperaría, él me dijo que podría
terminar su trabajo de chofer sobre las ocho de la noche y que le gustaría
poder encontrarme bien vestidita, inmediatamente me imagine que mi hombre
quería que me vistiera con mis ropitas de mujer, a lo que accedí sin mayor
problema pero dentro de mí ya empezó a latir mi corazón y a volar mi
imaginación, nos despedimos quedando a la hora acordada.
En la conversación con don Gunnar, deseaba
ser un poco morbosa y hablar más explícitamente, pero la verdad me contuve,
pensando que tal vez me estaba llamando de un teléfono público u otro lado por
lo que me porté bastante discreta, pero además esa situación me daba mucha más
personalidad, como hembrita recatada.
Antes de irme a acostar, me puse mi ropita
de dormir bastante bonita y todo de seda, estuve caminando por mi dormitorio,
pensando que cómo sería al día siguiente y empecé a fantasear, lo hermoso que sería esta segunda salida con
don Gunnar, él es bien caballero y me trata como una verdadera damita, es
bastante delicado, pero cuando se excita la verdad es que nadie le puede parar,
la primera vez me desvirgo en plana sala de baile en el PUB, aunque había poca
gente, pero aun así alguna gente se percató de lo que hacíamos, y empecé a
sentir un poco de vergüenza poder encontrarme con las personas que nos vieron
hacer el amor, de todas maneras nadie se daba cuenta de quién era y que hacía.
Al día siguiente, despierto como a las doce
del mediodía, como siempre son los sábados y domingos, y preparo mi
alimentación ya que pensé que ese día comería solamente lo necesario y más me
abocaría en arreglarme y prepararme para mi cita en la noche, como a las cinco
de la tarde ingrese a la ducha y me hice el aseo de mi cuerpo tanto
exteriormente como interiormente, para mi hombre, estuve en la ducha
acariciando mi cuerpo, tomaba mis senos, mis caderas, mis glúteos, los
acariciaba y apretaba, realmente empecé a ponerme cachonda, una vez concluida
la ducha y limpieza, depile todo mi cuerpo, lo pase con un perfume bastante
rico, y con mi salto de baño y totalmente desnuda procedí a escoger que ropita
me pondría para despertar y satisfacer sus instintos sexuales de mi hombre,
siempre y sobre todo me gusta la lencería negra, pero ese día me propuse
cambiar de color, y estando buscando, encontré un juego de lencería completo de
color rojo y negro, verdaderamente un bonito combinado, se trataba de un
bolidol, era una prenda enteriza, la parte superior cubría mis senos, luego
apretaba mi barriguita y mi cintura y colgaba los prendedores para sujetar las
medias, la verdad es que yo nunca había usado una prenda como esa, pero era una
de las ropitas que el mismísimo don Gunnar me había obsequiado, el problema es
que como abrocharía todos los ojales de la espalda, de todas maneras me dispuse
a colocarme y ya más adelante veríamos como me queda, escogí una medias de
redes esta vez de color negro, un calzoncillo rojo que no era hilo dental, pero
dejaba ver mis glúteos lo que hacía más provocativo, unos tacones rojos y un
vestido rojo, el vestidito era una maxi todo el cuerpo completo y tenía una
abertura al lado de la pierna derecha, busque una peluca de color negro y
procedí a vestirme, con la ropa íntima, como les explique tuve algunos
inconvenientes pero nunca hay que darse por vencida y todo salió como lo
pensaba, una vez vestida y con los tacones y la peluca me vía al espejo y
realmente mi cuerpo es bastante esbelto y sus curvas son bien pronunciadas, lo
que a mí también me enloquece, pase a maquillarme, pintarme las uñas de las
manos pintarme la boca de un rojo carmín y por último mis ojos el rímel y
alargar mis pestañas, ya está lista y veo la hora y estábamos cerca a la hora
indicada para nuestra cita, estuve caminando en mi departamento para
acostumbrarme a los tacos y de rato en rato iba al espejo a observar mi figura
femenina y me sentía la hembra más feliz del mundo por lo que había logrado con
mi cuerpo, y todo es natural, sin ningún tipo de tratamiento ni nada.
Al poco rato, suena el timbre y voy a abrir
la puerta y era don Gunnar, bastante elegante y con un paquetito de forrado con
papel de regalo, nos saludamos con un beso en las mejillas y me entrega mi
regalo, le agradecí y le hice pasar, y tomar asiento en el sofá del living y le
consulto si deseaba tomar una copa de wiski, el me responde afirmativamente y
camino al bar para poder servir dos copas, le alcanzo su copa y yo tomo la mía
y empezamos a conversar un poco de todo, siempre empezando con aspectos
formales, nos tomamos la primera copa y le ofrezco una segunda copa y el muy
gustoso acepta, me levanto a servirle y al entregarle su copa me siento a su
lado, nos tomamos de la mano y empezamos a acariciarnos, yo para estar más
cómoda cruzo mis pierda y la pierna derecha la llevo por encima de la otra,
aspecto que permite mostrar mi pierna derecha, hasta arriba, lo que enloquece a
don Gunnar y el empieza a acariciar mis piernas, lo que me da mucho gusto, me
pide que pueda poner algo de música y apagar el televisor, me levanto y
haciéndole caso le pregunto qué tipo de música le gustaría escuchar, él me dice
música del recuerdo y me siento complacida ya que es la música que a mí más me
gusta, estaba volviendo a sentarme y mi hombre me pide que por favor modele mi
cuerpo para él, yo sin pensarlo dos veces procedo a caminar por la sala del
living tratando de ser lo más provocativa posible, muevo mis caderas y al
caminar cruzo mis piernas para hacerlo bastante sexy, él me observa con
bastante atención y se sirve su copa, luego de un buen rato posando para mi
hombre tomo asiento a su lado, y me toma de la mandíbula inferior de mi cara y
me regala un beso en mi boca yo respondo con bastante erotismo, cruzo nuestro
labios, tomo su labio inferior con ambos labios y nos besamos bastante rico,
luego empezamos a jugar con nuestras lenguas y a compartir nuestra saliva, que
rico se siente besar a un hombre, al que realmente aprecias y te trata bastante
bien y con mucha delicadeza, estamos besándonos por un momento y de un rato me
invita a bailar una música bastante romántica, yo accedo y nos paramos nos
abrazamos y empezamos a bailar muy románticamente y bien apechugados, me toma
de la cintura y yo con ambos brazos le tomo de cuello y empezamos a movernos al
ritmo de la música que sonaba y de rato en rato hacemos intervalos para poder
servirnos nuestras copas, él ya toma la iniciativa de servir más copas y así
estamos bastante tiempo, en el que de rato en rato procede a acariciarme mis
caderas y poco a poco va bajando hasta mis nalgas, nos besamos al bailar y
realmente es una noche verdaderamente romántica, ya cerca a las diez de la
noche, me consulta a dónde deseaba salir, yo le pregunte si realmente deseaba
salir o era salir por simple formalidad, el me confiesa que no después de lo
que estábamos viviendo ese momento no tenía ganas de salir sino por el
contrario deseaba pasar la noche conmigo en mi departamento y lamentaba haberme
hecho cambiar tan linda para no salir, a lo que yo le contesté que para mí era
una necesidad estar lo más bella posible para él y que no me importaba si
salíamos o no, por lo que de común acuerdo decidimos pasarla esa noche en mi departamento,
dicho y hecho.
Seguimos bailando y compartiendo unas copas,
conversábamos, hacíamos chistes y nos reíamos de todo y nada, la verdad es que
ambos estábamos muy complacidos con la decisión que habíamos tomado, y que
realmente necesitábamos vivir en nuestra intimidad. Con los traguitos, la
música y mis movimientos don Gunnar, poco a poco estaba cada vez más excitado,
empezó a acariciar mis caderas y mis glúteos con un poco más de erotismo, a lo
que yo también respondía con besos salvajes y también acariciaba sus partes
íntimas y sentía como poco a poco su pene iba creciendo, lo que me volvía cada
vez más loca, en uno de los descansos tomamos asiento y seguimos abrazados y
besándonos como dos tortolitos, en eso él empieza a subir su mano por mis piernas
hasta llegar a mi entrepierna y busca meter su dedo en mi culito, lo que hace
estremecer bastante y le abrazó con mucha más fuerza, realmente volvía a sentir
lo que una hembra siente cuando le están excitando a lo máximo, él besa mi
cuelo y baja mi vestido para poder besar y chupar mis tetas, lo que lo hace con
bastante sabiduría y de manera muy explícita, las mama, las besa y yo me siento
en el cielo, con sus manos toma mi culo y lo acaricia, aprieta mis glúteos, e
intenta meter todo el dedo mayor a mi culito, con un poco de descaro le tomo su
verga por encima de su pantalón y procedo a abrir el cierre del mismo, lo bajo
e introduzco mi mano y tomo se hermosa verga en mis manos y la saco para poder
masajearla y masturbarla, estamos así por un momento más y luego a iniciativa
mía empiezo a doblar mi cuerpo y baja la cabeza besando sus pectorales su
barriguita bastante pronunciada hasta llegar a su hermosa verga, aprovecho para
bajarle el pantalón y los calzoncillos y tener toda su verga a mi vista, la empiezo
a besar con bastante suavidad desde los testículos hasta la puntita, la paso
con mi lengua a toda ella como también a sus testículos y escucho un ruego de
mi hombre diciéndome “por favor mi Reyna, cómetela enterita”, yo le hago sufrir
todavía un poquito y luego empiezo a
meterla en mi boca es tan grande su verga que llega hasta mi garganta, y
empiezo a chuparla, realmente que rico se siente chupar una verga en toda su
erección, ella está dura, sabrosa con sus líquidos pre seminales y lo único que
me quedaba era vivir el placer de ese momentos, estuvimos como unos veinte
minutos en esa acción yo chupando su verga y el sintiendo el placer a lo máximo,
en el sofá él se retorcía hacia atrás todo su cuerpo y su cintura levantaba
para poder introducirme cada vez más y más, en eso me toma de la cabeza con
bastante cariño y suavidad, me levanta y nos paramos para seguir besándonos y
poder acariciar nuestros cuerpos, yo estaba todavía completamente vestidita, él
lleva sus manos hacia mi espalda y procede a bajar el cierre del vestido, una
vez que ha bajado el cierre todo el vestido se va abajo y yo me quedo con mi
ropa íntima, él me ve y grande es su asombro al verme con mi lencería, la
ropita íntima que traía era terriblemente excitante y a cualquiera le volvía loco,
mucho más con el cuerpo que lo estaba usando, ya que existe algo prohibido y
erótico al ver con ropa sexy a un travesti que a una mujer de verdad, en
nosotras la ropa toma un nuevo sentido, es algo diferente, es algo prohibido,
es algo oculto pero eso sí, es mucho más excitante, que provoca una reacción a
veces aversiva pero en la mayoría de los casos provoca más sensualidad. Me toma
de mis caderas, y nos vamos a mi dormitorio y le manifiesto que desde hoy este
lugar va a ser nuestro nidito de sexo explícito, me hace echar a la cama y me
pone boca abajo, yo pensé que ya íbamos a proceder a culiar, pero cual mi
sorpresa, él se pone en mi encima cubre mi cuerpo con su cuerpo ya desnudo y
empieza a moverse como si estuviera teniendo sexo, lo que a mí personalmente me
enloquece bastante va besando mi cuello, bajando por mi espalda, mi cintura y
al fin llegando a mis glúteos, inicialmente los besa sobre la tanguita que
llevo puesta, que como les dije no es hilo dental, pero si deja ver gran parte
de mis nalgas, las besa, las muerde, las acaricia, las aprieta con erotismo y
poco a poco va bajando mi tanguita hasta tenerla en mis piernas, lo que le
vuelve loca dicha visión tan erótica, empieza a lamer toda mi rayita pasando
por momentos por mi hoyito, lo que me hace sentir una sensación muy especial, y
me hace gemir como una verdadera puta, que está llegando a un orgasmo genial,
esta acción va repitiendo por varias veces a lo que yo ya no aguanto más y le
pido que me posea; él me dice “mamacita cunado te pedí que me lo chuparas de
una vez por todas tú mi Reyna me has hecho sufrir, ahora sentí con mucho cariño
lo que es sufrir del deseo sexual”, y se va con toda su boca hacia mi culito y
me empieza a introducir su lengua, dios mío que sensación más rica que me hace
vivir mi hombre, mete y saca su lengua de mi culito, yo ver estrellas de tanta
sensualidad, de tanta excitación, y siento, vivo, disfruto de este momento tan
inolvidable, poco a poco va subiendo su cabeza y su lengua y boca abandonan a
mi culito, nuevamente me cubre con todo su cuerpo y mete sus manos hacia mis
tetas y las manosea con mucha lujuria, me besa mi cuello y yo hago un esfuerzo
para llevar mi boca y poder besarle nuevamente nuestras lenguas se encuentran y
hacen lo que deben hacer en estas circunstancias, siento su verga en mi raya y
él se mueve como si se estuviera masturbando con mis glúteos, lo que me gusta
mucho, se baja de encima de mí y me da la vuelta y nos abrazamos y besamos,
aprovecha para quitarme mi tanguita y quedo a su libre albedrio, nuevamente él
va bajando para besar y chupar mis tetas que le gustas mucho, baja a mi pelvis
y empieza a lengüetear mis partes íntimas laterales a mi miembro, siento como
si estuviera chupando una conchita, me chupa la parte de mis bellos púbicos,
tomando con sus manos fuertes mis dos nalgas y aprovechando para introducirme
nuevamente sus dedos a mi culito, realmente yo me encuentro deshecha y con
ganas de continuar, me toma de las pierna y pensé que haríamos el estilo de
“patas al hombro”, pero las abre de par en par y se echa encima mío y siento su
verga en mi pelvis, para luego llevarla hacia atrás y buscar mi hoyito que
estaba súper dilatado, lo que permite que su verga ingrese sin dificultad a mi
culito sin mayor problema, siempre hay un dolorcito pero que es compensado con
el placer que sentimos, empieza con el mete y saca, yo trato de acariciar sus
testículos y siento con mi mano que realmente toda su verga la tenía dentro de
mis entrañas, que sensación más rica y lleno de lujuria, estuvimos así por una
media hora por lo menos, al mismo tiempo que yo le abrazaba y besaba y el me
tocaba todo mi cuerpo, mis nalgas, mis piernas, mi cara, mis tetitas, en
realidad todo y por ningún motivo hemos pensado cambiar de pose, la verdad es
que no había tiempo para pensar en eso, ya que lo estábamos disfrutando a lo
máximo de esta experiencia inolvidable, después de un tiempo, el empieza a
agitarse cada vez más e inunda mi interior con su rica leche, luego poco a poco
su verga va volviendo a la normalidad, nos besamos y no pronunciamos palabra
alguna, ya que ambos habíamos llegado al orgasmo total, yo también por primera
vez había llegado al orgasmo por mi culito, realmente he sentido una emoción
profunda en los movimientos que me poseía, realmente que rico se siente. Luego
de semejante experiencia sexual, nos levantamos a seguir juntos y seguir
conversando, y tomarnos algunas copas más, y luego nos fuimos a dormir como dos
personas que alcanzaron su realización sexual plena.
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