Monday, September 17, 2018

LGBT: Cata, una dama de honor Por Catalina





Esta historia es ficticia.

Un día cuando tenía 16 años de es cuando toma parte este relato.

Yo tenía 16 años era una chica algo social tenía amigas, pero también tenía alguna que otra enemiga. Un poco más de mí. Vivo con mi familia y tengo un hermano mayor que me lleva 10 años de diferencia. El me cuido desde que yo era una bebita. Me cuidaba mucho cuando vivía con nosotros y muy celoso. No le gustaba que me vistiera muy sexy, había veces me ponía a faldas cortas me pellizcaba las piernas o si me vestía con algo muy ajustado me daba una nalgadita. Siempre nos llevamos así y hasta que yo sinceramente me enamore de él. Yo no miraba nada malo me ilusionada que el fuera mi hombre con el que yo me iba a casar. Una situación fue que yo estaba en mi casa y mis padres se fueron hacer unas cosas. En ese entonces tenía 13 años, pero todavía era virgen, pero si desde los 11 años que tuve educación sexual y es cuando despertó mi sexualidad y comencé a masturbarme.
Me encantaba hacerlo con un peluchito que tenía en mi cama. Lo que hacía era que me desnudaba o a veces me quedaba en ropa interior y lo sentaba enfrente de mí y ponía mis piernas alrededor del peluche me acercaba y comenzaba a rozar mi clítoris con él. Después entre más me excitaba rozaba mi clítoris con más rapidez y más con más dureza hasta llegar al clímax, pero cada vez que lo hacía me imaginaba que era mi hermano ese peluche. Bueno, pero dejemos eso allí y volvamos a relato.

Yo estaba con mi hermano sólo yo claro en mi cuarto y el me Suponía que estaba en la habitación central. Como sabía que estábamos no más los dos me puse a cambiarme de ropa, con algo menos provocador que unos shorts para dormir, encontré unos pants.  Y esos me lo iba a poner. Me quite una camisa y me puse mi sostén y después me quite el short y cuando iba a ponerme los sweatpants, mi hermano abre la puerta y me mira. Yo lo miro a él y el me mira a mí. La cara se me cae de la vergüenza, mi hermano me encontró en mi sostén y una tanga negra que tenía puesta. Nos vimos los dos y después de darme una inspección ocular se dio la vuelta como diciendo yo no vi. A mí me asustó más y me cubre con lo que tenía a la mano. Tenía miedo de que mi hermano le digiera a mis padres que yo andaba en tangas a mi corta edad, pero él nunca dijo nada. De Allí que esa acción fue de un caballero y de allí yo poco a poco me enamore de él.
Después de eso me encantaba vestir sexy porque era una oportunidad de que pusiera sus manos en mi cuerpo. Bueno después llegué a los 15 años y entré en una depresión porque mis padres forzaron a mi hermano que se fuera de la casa. Yo lloré mucho pero no podía hacer nada, tenía 15 años y pues estaba atada. Y un día llega. Tenía 16 iba a cumplir mis 17 cuando mis padres se fueron al trabajo un día y me quede sola en la casa. En la escuela era una chica algo popular y muchos chicos quería andar conmigo, pero yo no les hacía caso. Yo estaba en mi mente fiel a mi hermano que yo lo amaba.
Pero volvemos. Una mañana como mencioné estaba dormida cuando escuché que alguien tocaba la puerta. Me levante allí de mi habitación para escuchar de nuevo y otra vez tocan la puerta. Sali hacia la puerta sin fijarme como andaba vestida.


Abro la puerta y sorpresa era mi hermano. Todavía media dormida le dije

Catalina: ¿Hola como estas?

Hermano: ¿Bien y tu desde cuando duermes con esa ropa?

Catalina: Ahhh tu déjame ya. ¿Vas a pasar o quieres que todos me miren vestida así?

Mi hermano entro detrás de mí y como siempre sentí como su mano impacta mi trasero.

Catalina: Hey

Hermano: Pues porque andas así. ¿Eso quieres que te traten como una perrita barata?

Catalina: Cállate mira para que lo sepas no soy una perrita barata. Por si no lo sabias todavía soy virgen y para tu información le soy fiel a un hombre.

Hermano: Ahhh sí. ¿Y quién es ese hombre?

Catalina: Que te importa. ¿Bueno a que viniste a mi casa tan temprano?

Hermano: Ok. Está bien eso si no me importa, pero bueno. Aquí esta unas invitaciones.

Catalina: ¿Y eso para que o qué?

Mi hermano me dio como en una botellita chiquita había unas invitaciones.

Hermano: ¡Me voy a casar!

Con esas palabras sentí que mi mundo se derrumbó.

Catalina: ¿¡Como!?

Hermano: Si Cata, me voy a casar. ¿No te alegras?

Catalina: No sé qué decirte, felicidades.

Hermano: Gracias Cata. Pero eso no es nada, tengo algo más para ti.

Catalina: ¿Qué es?

Hermano: Quiero que tu esas una de las damas de honor.

Catalina: ¿De veras?

Hermano: Si.

Catalina: Gracias. Wooow.

Después de eso mi hermano se levantó y nos dimos un beso en la mejilla y nos dijimos adiós. Paso el tiempo y llego el día en que me probé el vestido de dama de honor y para decir la verdad me encantó. Tanto así que invite a mi hermano a mi casa para que lo mirase. Nunca en mi vida había visto algo tan precioso. Mi Padres se fueron de la casa otra vez y me dejaron sola. Con eso me metí a mi recamara y le llameé a mi hermano y ocurrió lo siguiente.

Catalina: Hola bro gracias por este vestido esta maravilloso.

Hermano: Eres mi hermana tenía que ser una de las damas.

Catalina: Ven a mi casa quiero mostrarte el vestido.

Hermano: No puedo estoy ocupado con cosas de la boda. Discúlpame.

Catalina: Por favor ven te lo ruego.

Hermano: Ok está bien paso no más un ratito. Si quieres ponte el vestido para que lo mire y después me voy.

Catalina: Ok. Gracias.

Esta era la oportunidad que yo esperaba. No la iba a perder. Por nada del mundo así que me puse en ese modo. Me fui ara mi cuarto allí me desnudé toda y empecé con un sostén negro de allí me puse una tanga también negra de encaje, pero después decidí ir con todo. Me quité la tanga y me puse un hilo dental de encaje no más en el frente. Me sentía tan sexy que ese hilo dental no más me tapara lo suficiente. Después me puse el vestido de dama…

De allí escuché un tocando en mi puerta. Me asome y efectivamente era mi hermano. Sali corriendo a abrir la puerta que hasta me caía con los tacones hasta que llegué a la puerta y abrí.

Hermano: Hola Cata. (Sonrisa) hasta acá alcance a escuchar tus tacones corriendo.

Catalina: ¿Y qué te parece?

Hermano: Te ves espectacular. Te queda muy bien ese vestido. Vas hacer la mujer más linda en la fiesta.

Catalina: Ha no digo eso. La mujer más linda en la fiesta será tu novia.

Hermano: Hahaha eso sí, pero si tu no fueras mi hermana te tiraría los perros en seguida.

Allí yo note que mi hermano pensaba que yo era una mujer muy bonita. De allí yo ya no pude contener nada y tiré todo y no había porque no lanzarme. Mi hermano se casaba el día siguiente y lo perdería para siempre. Era hoy o nunca. Pelear por lo que yo pensaba era el amor de mi vida. Y le dije

Catalina: ¿En serio lo dices o sólo porque soy tu hermana me lo dices?

Hermano: ¿Quieres que sea sincero contigo hermana?

Catalina: Ummm sí, ni modo que te pida que no lo seas.

Hermano: Ok Cata. ¿Te acuerdas de la vez que te vi en ropa interior en tu habitación por accidente?

Catalina: Si. ¿Y eso qué?

Hermano: Bueno tal vez pensaras que soy un enfermo o lo que sea, pero me acuerdo de ti así y no te puedo sacar de mi mente. Me hubiera gustado entrar y haberte tocado todo ese cuerpecito.

Catalina: ¿A poco lo dices en serio?

Me di cuenta de lo que sentía mi hermano por mí. Y yo no iba a perder más tiempo.

Hermano: Si cata. Me hubiera gustado hacerte mío. Pero primero eres menor de edad y segundo eres mi hermana y yo no haría eso.

Catalina: Entonces piensa que no soy tu hermana.

Hermano: ¿Qué?

Entonces yo me comencé a quitar los birches de vestido uno por uno. Mientras hacía eso mi vestido se iba abriendo más y más hasta exponer mi sostén. Saque el ultimo broche y después bajee mi vestido hasta el suelo lo deje caer. Me quede enfrente de mi hermano en ropa interior muy provocativa. Se quedo pasmado al verme así. Le coqueteé un poco y después le dije…

Catalina: ¿Así te gustaría verme?

Hermano: ¡No Cata! No puedes esto está muy mal. Eres mi hermana y segundo mañana me caso. ¡Esto no puede ser!

Catalina: Y qué. Tu eres el hombre que quiero. Me enamore de ti.

Hermano: ¿¡Que!? ¿¡Por qué!?

Catalina: Porque tú siempre me has protegido y siempre me has cuidado.

Hermano: Si porque eres mi hermanita chiquita Cata no por otra razón.

Catalina: Pues yo no sé porque sea, pero yo estoy enamorada de ti y aquí estoy dispuesta a entregarme a ti. A entregar lo más importante que tengo. Mi virginidad.

Mi hermano se quedó pasmado. Pero con todo y todo yo noté que le gustaba lo que estaba viendo. Y como lo sabía, fácil comencé a ver un bulto que se le formó en el pantalón. Con eso me acerque, le agarro sus manos y las pongo alrededor de mi cadera. Y le di un beso. Mi hermano estaba estático y no me respondió a mi beso. Con eso le dije…

Catalina: ¿Que no te gusta lo que ves?

Al que no respondió. Con eso me puse la mano detrás de mi espalda y con unos broches dejé que mi sostén se cayera al suelo y soltando, siendo víctimas de la gravedad mis pechos. Con eso vi que estaba jugando con fuego o mejor dicho con una fiera. No más se abalanzó sobre mí y los dos caímos al piso y el cayó sobre mí. Yo lo abracé fuerte y lo besé y esta vez sí me correspondió. Los dos nos perdimos en los besos de fuego de nos dábamos. De allí, mi hermano se quitó toda la ropa y vi una enorme anaconda que sobresalía de su cuerpo. Me asusté un poco, pero eso era lo que quería. De allí se volvió a subir encima de mí y a besarnos mientras sentía su anaconda tratando de entrar a mi cueva. De allí lo pareé y le dije…

Catalina: Espera. Quiero hacer algo que siempre he fantasiado contigo.

Hermano: ¿De vera has,  fantasiado conmigo?

Catalina: Si.

Hermano: ¿Qué quieres hacer? Estoy acá y tus pies. Hago lo que tú me pidas.

Entonces yo agarré su enorme pene y me hice a un lado mi hilo dental para exponer mí ya mojada chocha y comencé a rozarlo con mi clítoris que se había hinchado de la excitación que tenía. Comencé a rozarlo y sentía como me excitaba más y más y sentía los suspiros de mi hermano subir el tono y ritmo. Los dos comenzamos a gemir juntos. Al nivel que sabía mi excitación sabia también sabia la rapidez y dureza con la que pasaba su pene sobre mi clítoris. Llegué al punto que no pude más y paso. Comencé a pasarlo con locura hasta que pegué un grito al cielo y llegué al clímax. Después me tire en el piso boca arriba. Mi hermano se puso encima de mi mientras él se movía. Sentía como su anaconda buscaba mi cueva, pero no entraba tan fácil. Así que se levantó el primero y se puso de rodillas mientras me abría las piernas y sentí como hoy su pene podía presión para entrar en mí. Después de un pequeño esfuerzo sentí como se comenzó a meter poco a poco. Después sentí como algo dentro de mi exploré me dolió un poco y allí iba los más valioso. Mi virginidad ya no era más.  Después despacito me comenzó a coger mientras sentí toda iba un poco de dolor. Después de un rato ese dolor se convirtió en placer. Mientras el me cogía yo lo abrazaba y enredaba mis piernas en su cuerpo. No duro mucho cuando me dijo…

Hermano: Ahhhh Cata estoy a punto de venirme. (Gemidos)

Catalina: Dale más duro. Vente dentro no se te ocurra sacarlo.

Hermano: ¿De veras hermanita?

Catalina: Si de veras. Pero no soy tu hermana. Soy una hembra como cualquier otra.

Y sentí como perdió el control y ritmo. La comenzó a meter más dura hasta dentro. Hasta que dijo…

Hermano: ahhhhhh me vengo ahhhh.

Y sentí como su pene disparaba chorro tras chorro de semen dentro de mi cuerpo. Lo agarré junto a mi mientras seguía disparando toda esa leche dentro de mí. Después se acostó encima de mí. Me pregunto…

Hermano: ¿Estas en anticonceptivos?

Catalina: No.

Hermano: ¿Entonces porque quisiste que me viniera adentro de ti?

Catalina: Porque quería ser tuya. Es la última oportunidad de que tu fueras mío.

Hermano: ¿De veras?

Catalina: Si. Aunque no lo creas me duele que te cases con otra. Siempre pensé que tú te casarías conmigo. Pero no pude ser. Pero por lo menos tu fuiste mi primer hombre y me hiciste tu mujer, aunque una sola vez. Ya con ese me conformo.

De allí me pareé y sentí como la leche de mi hermano se comenzó a salir de entre mis labios y a recorrer la parte interior de mis piernas. De allí él se cambió y yo me puse mi hilo dental y mi sostén. Sentía como mi hilo se mojó super rápido del semen que aun salía de entre mí. Nos besamos y le dije…

Catalina: Mañana nos vemos en la boda.

Hermano: Si. (Angustiado).

Y se fue. Al siguiente día, fue la boda.

Continuará...



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