Saturday, May 19, 2018

Recordando el inicio del milenio




Por Larry G. Álvarez

Ante el umbral del siglo XXI, estaba en un pequeño poblado en la República Mexicana, de paseo en una hacienda colonial, turística, donde entre semana no hay mucha gente. Unos cuantos turistas, parejas ya grandes de edad, yo un extranjero de origen latino, y una mujer de buen ver.
Al caminar por las alcobas de la hacienda, me intereso entrar a una de ellas, muy amplia. Con dos literas a los costados, antiguas con excepción de los colchones. Me extrañó que fuera así, y para comprobarlo, me senté en uno de ellos. Muy cómodos. Me puse de pie y fui a la puerta de la alcoba, quise fijarme que no había nadie, me asome a los pasillos, nadie. Decidí recostarme un rato, ya casando del viaje a ese lugar. Cerré los ojos. Cuando sentí que alguien abría la puerta y entró la mujer de buen ver.
Me vio, me incorporé, y no me puse de pie, sino solamente me disculpé, le dije que estaba algo cansado y que el colchón invitaba a recostarme, así que lo hice. Ella me dijo que no me preocupara, sino que ella también buscaba un lugar donde sentarse a descansar. Me dijo, que si pudiera sentarse a mi lado. Claro, por supuesto. Se sentó, platicamos un poco sobre el lugar, ella dijo que estaba cansada y se recostó. Luego ella me dijo que me recostara a su lado, lo hice. Estando a mi lado pude ver sus pechos, voluminosos. Me hicieron estremecer. Me puse de pie rápidamente. Y me dirigí a la puerta de salida. Ella me detuvo con su voz, preguntándome que hacía, y le dije que la dejaba para que descansara. Ella contestó, no quieres estar conmigo, me le quede mirando y me pidió que la escuchara.
Me platicó que desde que me vio entrar a la hacienda, ella se fijó en mí, me siguió hasta que entré a la alcoba. Me dijo que ya viéndome de cerca, comprobaba su deseo de tener intimidad conmigo, ya desde que me vio, se le había estremecido el cuerpo, y se dijo así misma, que yo iba a ser suyo.
Me sorprendió mucho su atrevimiento. Yo le dije que cuando la vía en la hacienda, me gustó mucho su buen ver, pero siendo tan extraños uno del otro, nunca me imaginé un encuentro tan cercano y menos un ofrecimiento de tal naturaleza. Ella dijo, que ya los dos estábamos maduros, y que no había necesidad de andar de manita sudada.
 Se paró del colchón de litera, se colgó de mi cuello y empezamos a besarnos. Me empujo hasta la puerta. Alcancé a ponerle pasador, mientras ella me desabotonó la camisa, me quitó el cinturón, yo le arrebaté la blusa, desabroché su brasier, saltaron sus senos, los lamí, los succioné, los devoré, le levanté su falda, metí mano, su vagina húmeda, me hinqué, y arrebaté su pantaleta, y metí mi lengua en su vagina, mi dedo pulgar atacó su clítoris, mi mano sostenía su entrepierna tocando su trasero. Humedecí mis dedos con saliva y la humedad de su néctar. Unté nuestros sabores en su culo. Así estuvimos un buen rato, ella me dijo no la dejara gritar cuando se viniera, para que nadie se diera cuenta. La recostee en la cama, le di una almohada y la mordió, mientras le mamaba su intimidad.
Coloqué mi mano encima de sus labios vaginales y con mis dedos anulares y corazón empecé a hacer movimientos circulares moviendo sus labios. Instantes después dejé bien a la vista su clítoris y dirigí mi boca a él. Lo atrapé con mi boca. Comencé a lamérselo suave y despacito. Escuché un “ohhhhhhhhh”  profundo salir de su boca cuando ella sintió el contacto de mi lengua en su parte más erógena. Luego con mi boca bien colocada en su entrepierna situé mis manos agarrando la parte exterior de sus muslos. De ese modo podría agarrar sus nalgas si debido al placer ella levantaba su pelvis de la cama. Empecé a aumentar poco a poco la velocidad de movimiento de mi lengua.  De izquierda a derecha para producir un mayor frotamiento con el clítoris. Luego en movimientos circulares. Y más tarde a la mayor velocidad de movimiento le incluí una mayor presión aumentando el estado de dureza de mi lengua. Cuando apliqué esa presión adicional sobre su clítoris fue cuando su soltó un grito de placer, se escuchó agudo porque estaba mordiendo la almohada.
Volví a dejar a la vista su clítoris con ayuda de mis dedos y nuevamente se lo atrapé con mi boca. Estuve varios minutos dando lengua en su clítoris con diferentes tipos de movimientos y presiones: movimientos suaves circulares, movimientos suaves de izquierda a derecha, succión con la boca, suaves caricias con la punta de la lengua. En algunos momentos ella colocaba sus manos sobre mi cabeza y agarraba fuertemente mi pelo, otras veces estiraba los brazos sobre la cama y en otros momentos se estrujaba los pechos por encima de su ropa.
Bajé a sus labios vaginales, lamí toda su intimidad. Ella empezó a suspirar de placer. Ella empezó a suspirar y gemir con más intensidad. De su boca salían algunos susurros “ay, que rico cielo, no pares ahora, sigue”. Seguí lamiendo con fuerza. Su pelvis nuevamente se levantaba de la cama. Yo agarré su culo con mis manos para sujetar su cuerpo mientras ella se movía convulsamente arriba y abajo. Mi boca pegada a su vagina mientras mi lengua no dejaba de moverse en ningún momento. Escuché su voz: “sigue cielo que me corro, sigue, sigue”. De repente su cuerpo empezó a moverse en forma de sacudidas mientras de su boca salió un gemido intenso “ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh”. Se había venido. Escurría su néctar, seguí lamiendo, hasta que puse mis manos en su intimidad, ella retiró mi mano, colocó la suya sobándose. Dejé que ella disfrutara de su placer mientras su respiración sonaba agitada. Yo permanecí sentado a su lado encima de la cama.
Minutos después, me levanté, le puse su ropa en la cama, y me dirigí a la puerta de la alcoba, me asomé, no había nadie. Salí por un instante para tomar aire, regresé a la habitación y ella ya se había vestido. Me vio y me dijo que pensó que ya la había dejado. Le dije que había salido para tomar aire y estar seguro que nadie nos había escuchado. Me pidió que me acercara a ella, lo hice. Y me dio las gracias por haberla hecho venir con tan sabroso orgasmo. Pero que no me iba a dejar ir, hasta que yo terminara en ella.
Abrió la bragueta de mi pantalón, buscó mi herramienta, algo flácida, los primeros síntomas de la disfunción eréctil, no le molestó, al contrario, la empezó a saborear, y poco a poco empezó a crecer dentro de su boca. Sujetándole la cabeza la puse a la distancia perfecta para empezar a mover mi cintura y así penetrar mejor su boca al ritmo que yo quería. Poco a poco fui forzando más la situación, metiéndola hasta el fondo y obligándola a aguantar unos segundos así, le daba después unos segundos de respiro, y de nuevo volvía a metérsela en la boca y a bombearle con buen ritmo, así durante un buen rato, disfrutando el momento,  penetraba su boca con velocidad hasta que noté que llegaba al orgasmo, paré en seco y le retuve la cabeza, el primer chorro salió disparado a su garganta, ella intentó zafarse de mí pero no pudo, el segundo chorro, con menos intensidad no le resultó tan violento, pero aun así pude ver en su rostro cómo lo recibía e intentaba contenerlo, y el resto de espasmos de semen los fue distribuyendo por su boca como pudo. Estuve así durante un minuto, dejando que mis testículos descargaran todo en su boca, y mi pene se fuera desinflando. Ella se tragó toda mi leche y terminó limpiando mi pene, saboreando mi elixir. Se levantó me besó, compartió conmigo mi sabor y pudo probar en mi paladar su sabor, el buen sabor que había dejado ella minutos antes en mi boca Minutos después nos arreglamos, acomódanos lo desarreglado de la alcoba, salimos y seguimos turisteando. Entremos a la tienda de regalos, y en cuestión de minutos, ya se había ido. Nunca supe su nombre. Nunca más supe de ella. Sin duda una experiencia inolvidable.
Ya ha pasado más de una década, debido a mi falta de erección por la disfunción eréctil no he tenido una experiencia tan plena como la de un orgasmo dentro de una boca tan caliente como la de esa mujer, de buen ver, en una hacienda de la República Mexicana a ante el umbral del Siglo XXI.



La ilusión de mi vida


Por agamexusa@gmail.com


Llego a casa, cansado del trabajo, me miro al espejo y veo como han pasado los años. Decido meterme a la ducha para relajarme.

Dejo caer el agua sobre mi cuerpo y al enjabonarme mis manos recorren mi piel y no puedo dejar de tocarme mis testículos y mi pene. Siento las ganas de masturbarme, pero me recuerdo que ya no tengo erección como antes.

Solamente logro que crezca unas cuatro pulgadas. No he tenido relaciones por mucho tiempo. A pesar de que no se endurece, lo sigo acariciando y sobando con mis manos.

¡Que rico se siente!

Cierro mis ojos y sueño con una fantasía, pienso en una ilusión, la de mi vida. Sigo en la ducha, acariciándome y pierdo la noción del tiempo. Tengo ganas de estar con alguien y pienso la mujer que me ha cautivado en estos días, ya que siento que no es egoísta, y dice que me quiere y que me ama. Me he reservado para ella, me guardo para ella, no estamos cerca, pero cada día, cada noche pienso en ella, me desvelo todas las noches. La deseo, pero sus contemplaciones, hacen que lo nuestro en la intimidad sea un sueño e ilusión imposibles.

A medida que aumenta mi excitación, mantengo cerrados mis ojos, mientras el agua tibia de la regadera invade mi cuerpo. Mi mente me hace imaginarme su boca, sus labios, mi lengua sobre su cuello. Siento en mis manos que estoy teniendo una erección vital, brutal. No quiero abrir mis ojos para no desilusionarme.

Miro hacia sus pechos. Mi boca se dirige hacia ellos, mordisqueo sus pezones, los succiono, y los masajeo con mis manos.

En mi cerebro escucho sus gemidos de placer. Eso me excita más, recorro su cuerpo con mis dedos y saboreo su cuerpo y su sudor.

Jugueteo con su clítoris...ella esta mojada...mis dedos resbalan entre su vagina, y siento que desea ser penetrada, pero prefiere esperar. Me está disfrutando.

Siento su respiración, ella toma mi mano y dirige la estimulación a su clítoris. Está muy excitada, lujuriosa, sensible, mojada, palpitante.

Siento que toma mi pene en sus manos y se acomoda para besarme la punta. Lame lentamente y prepara mi verga para el momento deseado.

Siento que la penetro suavemente. El agua de la ducha es cada vez más embriagante, la fantasía está llegando a su fin, la excitación es fuerte, mis manos empiezan a moverse cada vez más rápido, cierro mis ojos, me agarro con fuerza, gimo de placer y siento que me vengo dentro de ella y veo su cara de placer ya que ambos tenemos un orgasmo al mismo tiempo.

AHHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHHAHAHA

Caigo al piso de la regadera. Sigo soñando. Siento que cierro la llave de la ducha. Ni siquiera me seco. Preparo una copa de vino Merlot, salgo en toalla a la terraza, hay luna llena y sigo pensando en ella.

Pongo música de fondo, enciendo unas velas, pero suena el timbre, llaman a la puerta, abro y veo que es ella, la de mis sueños, la que me escribe diariamente, la que me habla de vez en cuando, ella, aparece como una Flor en primavera.

Lleva, una blusa roja ajustada, puedo ver sus pechos... redondos, sabrosos, sus hombros descubiertos tostados por el sol...y ardientes por el deseo de tenerme, de sentirme.

La invito a pasar. Le ofrezco una copa de vino. La música está sonando y la invito a bailar y empiezo con el juego de la seducción. La siento en el sofá. Preparo unos bocadillos, una copa más. Me acerco a ella para brindar y comparto de boca a boca un racimo de uvas.

La miro a los ojos y acerco mi cara hacia su mejilla, mientras le voy susurrando dulces palabras.

‘Cariño, desde hace tiempo que te he esperado. Has tardado mucho. Pero ya estás aquí. La noche es eterna, hagámosla nuestra’.

Ella corresponde con besos muy dulces.

Me dice: ‘hazme tuya. Para eso estoy aquí. Para sentirme atrapada en tus brazos y sin tener ganas de escapar de ti’.

Ella toma mis manos y hace que le acaricie sus pechos. Mientras me besa en la boca. Con mis manos le quito el sostén.

Nos vamos desprendiendo de todo lo ceñido a nuestros cuerpos. Seguimos ese rito al ritmo de la música y al sabor del licor que ha inundado nuestro cerebro.

Estamos los dos desnudos y ella se pega a mí, para hacerme sentir sus pechos. Estamos ardiendo de deseo.

Nuestras bocas no dejan de unirse, de saborearnos, vamos besándonos, como teniendo prisa por amarnos, pero queremos disfrutar ese momento que queremos hacerlo eterno.

Entramos en un ritmo tierno, dulce. Bajo hasta su cintura. Mi deseo aumenta. Noto que está húmeda.

Continúo recorriendo con mi boca su cuerpo. Oigo su gemido la estoy volviendo loca. Ella se arrodilla y busca mi pene y con su lengua lo lame. Lo saborea dulcemente mientras acaricia totalmente mi intimidad.

“Estas tremendamente sabroso...cielo que rico sabor”, me dice.


Se la mete en la boca suavemente, mientras mis dedos alcanzan tu parte de atrás, me humedezco los dedos y mientras ella me saborea, despacito, le penetro su trasero con mis dedos

“Amor estas tremendo...”, me dice.

El ritmo se acelera otra vez, gemimos, necesitamos fundirnos. La agarro de las caderas. Deja de succionarme y se endereza para tirarnos al sofá. Ella logra tomar control de la situación y me pide que me ponga encima de ella, para demostrarle mi poder. Lo hago.

Sus glúteos se cierran y se abren mientras voy introduciendo mi intimidad.

Se abre más para dejarme entrar con suavidad, me aprieta. Sus jugos dejan que mi pene se introduzca por entero.

Nos miramos los dos. Esas miradas de placer. Esos gemidos que nos matan y que nos hacen enloquecer...

Ella lanza un grito fuerte al llegar a su orgasmo, algo que no se puede evitar. Yo la penetro con fuerzas que no sé de dónde han salido, hasta que ambos explotamos a la misma vez.

AHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAH

Estamos los dos exhaustos...sudorosos, envueltos en nuestros brazos...respirando casi sin aliento, notando nuestros corazones palpitando...con fuerza...y nos dormimos...arropados por la luna y las estrellas.

Al despertar nos miramos. Nos vamos a la ducha. Los dos pensamos lo mismo. Bajo el agua ella toma mi verga y la empieza a mamar, succionar. Y después de un buen rato ella recibe chorros de mi leche en su boca.

Cerramos la regadera, y ella me lleva hasta la cama. Secamos nuestros cuerpos. Sin poder creerlo, ella logra que mi verga se ponga erecta de nuevo y me pide que le lubrique su trasero.

Lo hago con mi lengua y mi saliva. Ella gime de placer y se pone en posición 69 para humedecer mi herramienta venosa y lechosa.

Se coloca en cuatro. Toma mi pene y se lo acomoda. Yo simplemente ayudo y empujo lentamente. Pulgada por pulgada. Hasta que entra hasta el fondo.

Ella aprieta sus nalgas y empieza a moverse sintiendo mi miembro dentro de ella. Yo empujo y saco, empujo y saco. Hasta que ella me dice:

‘Dale papá. Dame tu leche papacito. La quiero toda’.

Me pide más, más, más, más y los dos nuevamente reventamos.

AHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHHAHAHAHAHAH

Nos incorporamos y con ella limpia mi pene y empieza a succionar las gotas de semen que quedaron dentro. Y así nos quedamos dormidos.

El agua de la ducha me despierta de mi sueño. Miro a mí alrededor, mi intimidad, parada, pero no erecta en su totalidad, me frustro al verla y poco a poco vuelve a su flacidez.

Encadenados entre las piernas




Por viagramanusa@yahoo.com.mx
Amada mía, el día que ya estés lista quisiera que mis manos escribieran historias en tu piel y quisiera darte besos y caricias en la espalda diciéndote las más grandes verdades sobre ti, con palabras sencillas y candentes y que, con el paso de mis dedos, poder medir cada parte de tu cuerpo, para sentir lo que siempre has deseado. Ese día derrocharé mi intrepidez en tu cuerpo, con excéntrica agitación tomarte… acurrucarme en tu piel para ya no separarme, darte besos y caricias que forjen cada una de nuestras fantasías en nuestras mentes vislumbradas. Que no quede nada recóndito; que nuestros cuerpos a plenitud se concedan, es decir tu cuerpo que sea mío, como toda tu ansiedad… tu aliento, tu latir… toda tu, para extinguir mi apetito, de tus besos, de tu piel, de tu sexo, de tu intimidad.
-       Cariño, llegó el momento que estábamos los dos esperando desde tanto tiempo. El momento que estuvimos charlando, fantaseando, ilusionando. Por fin llegó a ser realidad. Hoy deseo que no te preocupes por nada. Seré lo más dócil, gentil contigo, para que te sientas como una verdadera mujer. Para que todo el tiempo que no has sentido placer, amor, entrega, pasión hoy sea el día que más recuerdes en tu vida.
-        [MÚSICA ROMANTICA INVADE NUESTRA HABITACIÓN].
Amor, nuestra primera cita debe comenzar con un brindis a nuestra amistad, a nuestros sueños y a nuestras fantasías y por supuesto a nuestro amor. SALUD.Mírame a los ojos, trata de leer mi mente para que sepas lo que quiero y yo saber más de lo que más deseas.

Bésame como nunca has besado a un hombre y yo corresponderé con la misma intensidad. Déjame sentir tu cuerpo pegado al mío y déjate llevar sin ningún freno. Vas a sentir mucho cariño bañándose en todo tu cuerpo y vas a encontrar la feminidad que vive en ti.

EMPIEZO A QUITARTE TODO LO TRAES CEÑIDO A TI. DEJANDONOS LLEVAR AL RITMO DE LA MÚSICA. Y COMPLETAMENTE DESNUDA TE RECUESTO EN LA CAMA, MIENTRAS TE UNTO EN TUS ESPALDAS UN ACEITE AROMATIZANTE.

Juntos vamos a descubrir el ritmo que necesitamos para llegar al placer completo. Mis manos acarician todo tu cuerpo. Mis manos recorren tu nuca y tu espalda. Mis manos masajean tu cuello, subiendo y bajando la parte posterior de las orejas. Secó mis manos con tu cabello, Mientras preparo más de aceite aromatizante para que tu cuerpo se sienta más apetecible a mis caricias.


-       ME ENCANTA QUE ME BESES Y ME ABRACES ME DES TERNURA PARA SENTIRME MUJER PARA TI.
Recorro tu cuerpo desde arriba hasta la punta de tus dedos y regreso hasta tu cabeza. Mis manos recorren tus brazos y tus dedos de una manera sensual. Repito lo mismo con los dedos de tus pies. Uno por uno.
-       ME GUSTA SENTIR TUS MANOS EN MI CUERPO, ACARICIANDOLO ANSIOSAMENTE DIBUJANDO EN EL, TU DESEO ARDIENTE.
Mis besos y caricias inundan tu cuello, tu espalda, tus senos, tu ombligo. Masajeo tus omoplatos hasta tus asentaderas. Unto más loción y aceite pasando por en medio de tus nalgas, logrando tocar ligeramente el orificio de tu trasero.

-Si... papi, Si papi, así….

[TU CINTURA SE MUEVE INCONTROLADAMENTE. ME GUSTA MIRARTE ASI, AHORA, DESDE AQUÍ]

Te pido que te voltees bocarriba. Mis dos manos y brazos extendidos recorren en círculo tus pechos enormes cuyos pezones están ya erectos.

- Si papi, si papi…. AH, DAME MÁS, UMMM, MIRA COMO ESTOY.

Beso toda tu piel, desde las orejas, tus senos, tu torso Hasta que llego al sitio conocido como El Monte de Venus.

- Si, así, si así. Desde que te conocí, he soñado sentarme en posición fetal, para que con tus piernas me abraces, me inclines con tus manos y piernas tiernamente, diciéndome lo mucho que me deseas y ahora se ha sellado ese deseo en nuestro encuentro.    

Mi lengua hace que gimas de placer, estás totalmente empapada.
Quiero sentir tu cuerpo fundido al mío y tener esa deliciosa sensación de llegar al vacío. En donde solamente hay placer y eternos gemidos. Pasiones misteriosas que embriagan mis sentidos. Deseo derramarme en tus senos, en tu interior, quemándote con mi leche que pronto arderá muy dentro de ti.

-Haz lo que tienes que hacer. Hoy es el momento que puedo beber el silencio que me embargo por mucho tiempo y que prometí hacerlo en otros labios, que son ahora los tuyos. Hoy asesino la agonía del desamor que sufrí y hoy ya no duele.

Mi lengua y me dentadura disfrutan de tu intimidad, Mi barba crecida del día te pica los lugares más sensibles de tu ser y gimes de placer.

Mis piernas temblorosas rodean tu cintura, quiero pronto sentir tu pene dentro de mí, que nunca salga, ya que sé que será un eterno placer, que no termine, quiero llegar a lo profundo y fundirte en mi cuerpo, no es vida sino te tengo dentro. Ah, siíííííííííííí…más, más, más, más, más, más. Ah AH AH Ah Ah Ah Ah AH

Bebo tus licores que escurren de tu vagina. Te derramas como una cascada, como catarata. Minutos, largos minutos después, te pido que te pongas en cuatro y mi dedo pulgar entra en tu ano y mis cuatro dedos en tu vagina.

- Despacito papá, despacito, que quiero gozarlo.

Pongo lubricante, loción y vaselina en mi pulgar para dilatar tu trasero.

Ah, ahahahahahahahahah así, más, así, más, así, síííííííííííí´. Despacio. No llevamos prisa. Quiero ser amazona de placer insaciable quiero que me domines y dominarte profundamente, quiero ser solamente tuya. Chupa mis caderas acaricia, con pasión mis nalguitas suaves redondas, que deseosas están para ti.

Te volteo de espalda y pongo tus pies en mi cuello y mi lengua actúa en tu vagina, succionando tus sabrosos jugos. Así estoy hasta que llegas al clímax a una catarsis de nuestro encuentro.

- Ah AH AH Ah Ah Ah Ah AH. APRIETAME CON TUS BRAZOS AFERRANDOME A TU CUERPO. 

Al recuperar tu aliento, pones tu mano en mi pene y sientes que no está duro, sino. Flácido. Tú ya sabes que por mi diabetes soy impotente. Tientas mis testículos que están como una olla llena de leche hirviendo, como con una tapa hermética. Pero no se destapa. Esta lista para que la destapes y bebas la leche que saldrá a borbotones, leche ardiendo, leche acumulada por mucho tiempo. Leche que sabrá a mí y tendrás en tu paladar ‘sabor a mí’. 

-TENGO NECESIDAD DE TI, ME DUELE EN LO MAS PROFUNDO TU PACEDER, DAME UN POCO DE TU ANGUSTIA, DEJAME HACERTE FELIZ. Quiero sentirte montada en ti. Quiero prepararte para ese momento, quiero también llegar a devorarme tu delicioso pene. Quiero bañarte no solo con agua y con jabón perfumado sino con todas las caricias que sé y siento que te hacen falta y que igual que yo las necesitas.
Masajeo las plantas de tus pies, golpeo suavemente tus chamorros, sigo con tus rodillas, te beso el cuello y tu rostro, al mismo tiempo mi cuerpo se junta al tuyo y como una gata en celo hago movimientos sensuales para calentar tu cuerpo.
Siento tu pene bien caliente, invitando a que mis manos lo toquen, y así lo hago lo comienzo a tocar, acariciar, siento tus dedos en mi vagina, siento una emoción arrebatadora que nos hace perder la noción del tiempo y del espacio.
Solo podemos pensar en nosotros mismos, sacas tus dedos y los metes en mi boca, yo los chupo tal si fuera tu pene ardiendo y vuelves a meterlos, los mueves con un ritmo sensual y embrujante y siento como un hipnotismo que domina mi mente y mi cuerpo, ahora siento un gran deseo de chupetear tu pecho arrancándote algún vello con mis dientes, beso tu ombligo y con mi boca busco tus partes íntimas con mis atrevidas caricias.
Por fin meto tus testículos en mi boca, los saboreo, jugueteo con ellos, suavemente pasean de un extremo al otro dentro de mi boca. Tienes tu pene en tus manos tu mano y lo paseas por mi cara, me golpeas con él y yo ya no aguanto los deseos de metérmelo en mi boca y saborearlo. Así que lo hago, lo chupo, lo beso, lo mamo.
Así estoy por mucho tiempo y tu temblando y vibrando de placer, mientras te lo sigo mamando, lo succiono, me meto uno de mis dedos en mi vagina que ya está a punto de sentir un rico orgasmo, por el contacto de tu piel y la mía, y así comienzo a sobarme bien rico mientras sigo mamando tu pene rico que hace que salgan jugos de mi vagina, y comienzo a gemir como una loba rabiando en celo y tragándome el placer que me provoca tu cercanía.
Gritas por la salida de tus primeras gotas de leche caliente, las cuales bebo y las embarro en mis cachetes, te sigo chupando para sacar más y más y más lechita que hace que me arda el clítoris y siento que me estoy quemando y siento otro orgasmo venir de la mano de gritos de lujuria y placer.
Ah Ah AH AH Ah Ah Ah Ah AH!!!!!!!!!!!!!
Tú me pides que siga que no pare porque este placer lo recordaras por siempre, pero cambio de posición. Quiero desenterrar más tu deseo por mí, hacerte repelar un poco para que me des más muestras salvajes de la pasión que tienes por mí. Me acomodo con la cara para tus pies, tu mirando mi espalda y mis nalgas luego me pongo en cuclillas y comienzo a meterme tu pene en mi vagina hasta tener un orgasmo divino que me sabe a gloria y solo a gloria.
Ah Ah AH AH Ah Ah Ah Ah AH!!!!!!!!!!!!!
Tomo la botella de vino Merlot. Empiezo a derramar el líquido sobre nuestras pieles. El cual se derrama sobre nuestras intimidades.

Quiero beber de ese vino mezclado con nuestros sabores, exprimir los vellos de tu vagina y compartir en tu boca ese sabor insuperable que es de probarte, saborearte, humedecer mis dedos en tu intimidad y hacer que los chupes como si tuvieran embarrados chocolate con licor de Merlot.

- Me acomodo para meter tu pene en mi boca, tomándome tus gotas de ardor, entre los dos disfrutar el sabor a vino mezcladas con el sudor de nuestros cuerpos.  Nuestras intimidades se encienden, nos provocamos, más y en posición del 69 gozamos tanto hasta explotamos. Recibo en mi boca toda tu leche añejada. Quema mis labios, mi lengua, chorros llenan mi cara, mi cuello y escurre hasta mis pechos. Gemimos de placer.


ENCUENTROS - EROTISMO EN CANTO-RELATO-POESIA

  A todos los poetas eróticos, se les invita que envíen sus poemas grabados a Radio Nuestra America, en su programa Encuentros. Una radio al...