Tuesday, October 29, 2019

LGBT: YOLANDA SEDUCE A SU HERMANA




Yolanda lleva a su hermana hasta su terreno enseñándole como utilizar su culito 

Por: tsver00@gmail.com



A veces pensaba en cómo me había cambiado la vida desde que mi hermanita entro aquel día en el cuarto junto con Sonia y como el odio que sentía hacia ellas se había convertido en un agradecimiento sin límites
Últimamente a mi hermana la veía muy poco
Belén había comenzado a salir con un chico que conoció en alguna fiesta dance a las que solíamos ir de vez en cuando y se pasaba la vida con aquel chico
Así que Sonia y yo fuimos siendo cada vez más amigas
Tania se había echado un novio extranjero y casi no nos veíamos tampoco, aunque de vez en cuando hablábamos por el móvil
Ella lo tenía mucho más claro que yo, y su novio, Julián, le iba a pagar la operación
Miguel ya seria Tania para siempre
Yo sonreía al verla tan decidida, y entonces me preguntaba cómo había podido aguantar tanto tiempo siendo Miguel
Habían pasado ocho meses desde que le traje a casa para compartir nuestro secreto, y desde el primer momento Miguel se había desbocado
La última vez que la vi estaba maravillosa, con un cuerpo muy escultural de gimnasio y el tratamiento con hormonas femeninas la estaba dejando más mujer que muchas que veía por la calle
Aunque tenía la sensación de que su novio la estaba comiendo demasiado la cabeza y a veces Tania me parecía que se comportaba como una puta, dándole gusto en todo
Pero la vida era así, si Tania quería dejarse llevar..
pues adelante, que fuera la puta de su novio si eso la hacía feliz
Yo seguía como siempre, debatiéndome entre operarme o seguir siendo Yolanda de jueves a domingo
Me daba miedo que el resto de la gente no lo entendiera por mucho que mi hermana y Sonia me animaran, pese a todo a veces se me hacía muy difícil seguir aparentando que era un chico
El caso era que no quería desprenderme de mi polla, porque aquel órgano me daba bastante placer
Me levante de la silla del ordenador y pasee por la habitación
Había quedado con Sonia para ir al cine las dos solas, sin chicos ni nada, solo dos amigas para hablar
Todavía quedaban más de tres horas y media para que llegara y mis padres por fin habían salido de casa para regresar como siempre el domingo por la noche
En la cama tenía un top corto y vaquero azul oscuro y un pantalón a juego muy ajustado que mi hermanita me había regalado por mi cumpleaños y unas botas marrones muy aparatosas regalo de Sonia
Las dos me habían hecho a su imagen y semejanza y no me importaba nada
Mire la ropa y decidí que era hora de dejar de aparentar
Necesitaba sentirme Yolanda
Como siempre, fui dejando que Yolanda fuera saliendo poco a poco según el ritual tan excitante que desde hacía casi un año hacía por las noches
Me mire al espejo sintiendo las costuras del pantalón en la entrepierna y me toque el vientre plano que se introducía en él, pasando la mano por el piercing dorado que me había puesto en el ombligo
Del bolso saque un mechero y me encendí un cigarrillo mientras esperaba a Sonia a la par que elegia unas uñas solo pintadas de blanco en las puntas y me las pegaba con mucho cuidado
Me calce las botas con un poco más de dificultad y volví otra vez al espejo
Me pase ambas manos por el culo que me hacia el pantalón sin bolsillos sosteniendo el cigarrillo entre los labios de un rojo muy oscuro
Mi pelo era ya muy largo y rizado, así que me quite la coleta y deje que el pelo cayera por mis hombros
Como siempre, mi polla comenzó a intentar salir de las profundidades, así que busque el consolador para rebajar el hinchazón
No era lo mismo que sentir como me llenaba una polla real pero aquella verga de plástico ni tenía prejuicios ni me causaba tantos problemas como los chicos con los que solía enrollarme
Puse un CD de música disco de mi hermana con el bombo pegando muy grave para ambientar
Me encantaba oír aquella música machacona mientras me masturbaba
Era como recordar la primera vez que acompañe a mi hermana a la discoteca vestido de tía
Apure el cigarrillo y lo apague moviendo mis caderas al ritmo de la música
Era curioso, pero siempre había odiado aquella música
Estaba cambiando por dentro más que por fuera, me dije
Me senté en la cama alargando las piernas para subirme bien las botas y comencé a tocarme la entrepierna lentamente, sintiendo la tela vaquera y elástica
Me metí el dedo en la boca como si estuviera chupando la verga de alguno de mis ligues y poco a poco me fui introduciendo la otra mano hasta mi polla desabrochándome los primeros botones del pantalón
Saque la verga y comencé a pajearme lentamente
Después de un rato me llene las manos de una vaselina incolora y me frote la raja del culo con ella
Me puse a cuatro patas y fui introduciendo el consolador hasta el fondo de mi culo/coño
Cerré los ojos al sentir el primer escalofrió, y culee como una posesa sintiendo que me atravesaba yo misma
Varias veces saque el consolador para meterme dos dedos y sentir el dolor que las uñas me producían al entrar hasta el fondo de mi culo
Comencé a gemir
Me volvía loco saber que me estaba penetrando yo mismo como una viciosa
Estaba sudando
Había colocado el consolador en el suelo como un cohete y hacía varias sentadillas para que los bordes de mi agujerito rozaran más fuerte contra el plástico
Gritaba de placer cuando la puerta de mi cuarto se abrió
Me quede mirando a mi hermana
Joder, herma..
es que siempre te pillo...
tendrías que haberme avisado, ya sabes lo que me gusta ver a mi hermanita disfrutando de ser mujer...
Se acerco a mi
Yo mire por la puerta pero no había nadie más con ella
Sentí que ella me tocaba mi pelo largo teñido de un rubio muy dorado
Después ella cogió el consolador con sus manos finas y largas
Venga, puta, a cuatro patas
A mi hermanita le volvía loca llamarme aquellas cosas
Yo me puse a cuatro patas enseñándole mi agujero bien abierto
También a mí me ponía a mil sentir que era su puta
Joder..
ahí ya te caben dos por lo menos...
Yo estaba en las nubes
Me apasionaba que mi hermana me masturbara
Mientras me ponía a cuatro patas abrí la boca para chuparme el dedo índice
Belén...
has...
has probado tu a metértelo por atrás?
Mi hermana puso cara de sorpresa
A qué viene eso?
Na.
nada...
es solo una pregunta...
Gemí al notar que los dedos de mi hermana se introducían en mi culo
¿Quieres que lo pruebe, putita?
Yo asentí cerrando los ojos
Mi hermana sabia como utilizar sus deditos en mi agujero
Cuando abrí los ojos ella se estaba bajando su falda negra corta hasta el comienzo de sus botas negras
Cogió la vaselina y comenzó a untarse el culo
Mi polla se volvió de piedra
Ella a veces me masturbaba porque hacerlo yo mismo era un poco incomodo, pero nunca se había atrevido a participar salvo aquella primera vez
Belén se sentó junto a mi abriendo las piernas muchísimo
Su coño era pequeño, pero lo tenía tan rasurado que el clítoris se le veía a simple vista
Comenzó a tocarse con sus uñas negras el borde de su culo
Yo la miraba mientras subía el ritmo de mi mano cogida a mi polla
Mi hermana tenía la cara roja
Mira que eres zorra, Yolanda..
me has puesto super caliente...
Mi hermana se introdujo el dedo en el culo y soltó un gemido muy bajo, por lo que supuse que nunca lo había hecho antes
Yo me acerqué a ella
Que...
que haces...?
Me dijo
Alargué el brazo y comencé a tocarla los labios del coño con suavidad
Había soñado muchas veces con tocarle esa parte del cuerpo a mi hermana, pero nunca me había atrevido...
éramos hermanos
Mis uñas largas comenzaron a jugar con su clítoris del tamaño de una aceituna pequeña y rosada
Mmmmm...
Yolanda...
que puta que eres...
que me estás haciendo
Mi hermana bajo la cabeza permitiendo que su pelo moreno largo cayera por su cara
Le toque dentro de su coño, muy húmedo y baje con paciencia hasta su culo
Hermanita...
deja que te enseñe como lo hago yo...
Mi boca fue directamente a su coño mientras mi dedo le atravesaba el culo
No lo tenía lo suficientemente dilatado para jugar con el consolador, así que cogí el rotulador con el que ella me corrompió meses atrás
Comencé a introducirlo muy despacio dentro de su culo y ella agarro la manta con los puño rojos de la fuerza
Ohm, dios..
joder...
Mi hermana gemía como una loca
Nunca la había visto así, y me casi me corro al oír como me pedía más
Si...
Joder...
Sin poder reprimirme, y sacando mi lado masculino, le introduje mi polla por el culo
Ella abrió los ojos con miedo al sentir aquel pedazo de carne caliente entrando por donde nunca nadie había entrado, pero después cerro los parpados arañándome la espalda
Ya...
ya..
daño...
La coloque a cuatro patas y la cogí de la coleta tirando de su cabeza hacia atrás sin dejar de bombear su culo
Notaba que todo su agujero oponía resistencia a mi polla, pero sabia hasta donde llegar, solo la puntita...
yo tenía mucha experiencia en ser enculada
Mi hermana soltó un grito tremendo al correrse, y de nuevo tuve que concentrarme para no correrme dentro de ella
Belén estaba con la cara hinchada de placer, se dio la vuelta y no reconocí sus ojos
Parecía una loba en celo
Mi hermanita debía ser la hostia en la cama, pensé
Me pego un empujón en el brazo para que me pusiera sentando de cara a ella
Llevo sus labios pintados de negro hasta mi polla y se la introdujo entera en la boca
Aquello era demasiado para mi
Le agarre de la cabeza y comencé a llevar el ritmo de menos a más
Notaba su lengua jugar con mi fresón dentro de su boca caliente
Entonces era yo el que gemía
El reflejo del espejo mostraba dos tías buenísimas y sugerentes muy juntas unas de la otra
La morena tenía la polla de la rubia en la boca y chupaba con frenesí
Yo ya notaba que el orgasmo me venía muy rápido
Me voy..
Belén...
voy...
Sin darla tiempo a nada, me corrí dentro de su garganta
Ella se sacó mi polla de la boca con toda la lengua manchada de semen y recibió un par de disparos blancos en la cara
Había sido un orgasmo como nunca lo había tenido
Me senté hacia atrás viendo como mi hermana se secaba la boca con la manta
Eres.
eres una zorra, herma.
te has corrido en la boca de tu hermana.
Yo sonreí
Estaba super cansada
Me levante cerrando los botones del pantalón y me coloque el top para que mis tetas parecieran de nuevo reales
Ella se levantó también tirando de su falda negra hacia abajo y subiéndose las botas negras
Saco un cigarrillo y me ofreció uno
Aspire el humo lo más lentamente que pude
Joder...
Dijo ella expulsando el humo
Se toco el culo
Oye...
esto duele una barbaridad..
¿Te duele tanto a ti?
Yo sonreí
Al principio.
dime.
¿Te ha gustado?
Era la primera vez que veía a mi hermana tan sonrojada
Eso era que la había encantado
No...
no lo sé...
ha sido diferente...
pero duele...
Se sentó cruzando las piernas y moviendo su pelo con la mano
Joder...
estoy super cansada...
Yo me senté muy cerca de ella doblando las piernas de igual forma
Me subí un poco las botas para que la cremallera no me molestase
Nos fumamos el cigarro juntas lentamente sin cruzarnos ni siquiera una leve mirada
Aquello no entraba en el plan, pensé
Pero había sido tan excitante..
¿Qué ha pasado con Luis?
Mi hermana soltó una carcajada
Que le den...
es un hijo de puta
Paso de él
Mi hermana cambiaba de tío como de cazadora, así que no la pregunte más
Hemos quedado Sonia y yo para ir al cine...
te vienes?
¿Qué vais a ver?
Da igual...
el tema es salir de casa
Además, quiero lucir vuestro regalitos...
Sonreí tocándome el cuerpo de arriba a abajo
Ella me dio un beso en la mejilla
Oye...
esto que hemos hecho hoy...
no...
Mi hermana buscaba las palabras
Lo sé
Una y no más
Ha surgido y ya está
Olvidémoslo
Ella se levantó tocándose el culo
La primera vez duele una barbaridad, pero cuando te acostumbras..
mejor pensé en no decírselo para no calentarme de nuevo
Creo que no voy a ir con vosotros...
voy a ver que ponen en la tele
Todavía quedaba media hora para que Sonia llegara, así que decidí bajar a que me diera el aire y comprar tabaco
Bajo a darme una vuelta, si llama Sonia dila que la espero abajo, en la esquina del videoclub
Me encantaba quedarme sentada en aquella esquina por la cantidad de chicos que pasaban camino de la discoteca
Era como un pase de modelos y quien sabia, quizás alguno cayera más tarde
Baje a la calle y después de salir del bar de comprar tabaco me dirigí dando grandes pasos con las botas a la esquina
El invierno acababa de pasar y la temperatura permitía que pudiera ir enseñando el top y el piercing de mi ombligo
Algunos chicos me silbaron desde el otro lado de la calle
Entonces un coche se paró cerca pitando
Yolanda..
Yolanda...
Mire para atrás
Era el coche del novio de Tania
Sonreí y fui hasta ellos
Tania estaba pletórica, quizás demasiado pechugona y los labios los tenía un poco más gordos que la última vez
Decididamente Tania tenía una pinta de puta que no podía con ella
Nos dimos dos besos casi sin rozarnos la mejilla y su novio me pego un besazo
Era un tío guapísimo, aunque bastante chulo
No le importaba que Tania tuviera todavía su polla funcionando porque decía que así tenía el pack completo
Tania se había ido de su casa y había dejado de estudiar seducido por los encantos de aquel broker de la bolsa que ganaba un montón de pasta
Que haces, Yoli?
He quedado para ir al cine con Sonia...
y vosotros?
Julián, el novio de Tania, miro su reloj de oro de forma nerviosa
Hemos quedado con unos amigos de Julián
Bajo la voz como si fuera un secreto
Vamos a ir a una casa de intercambios...
Soltó una risa nerviosa mezcla de excitación y miedo
Tania se estaba metiendo en un mundo muy peligroso, pensaba
Pero también excitante...
Por qué no te vienes con nosotros?
Me dijo Julián sacando el móvil para llamar a alguien
No...
gracias...
he...
he quedado con Sonia...
Como quieras...
pero tienes que ir algún día...
Nos dimos otro par de besos y salieron haciendo mucho ruido con el coche
Me quede pensativa...
quizás era una idea divertida el ir a un sitio de esos...
Sonia llego corriendo por la salida del metro
Estaba magnifica también
Su pelo tan liso y suave lo tenía recogido en una coleta muy apretada, y la falda ajustadísima le quedaba de muerte
Llevaba un jersey de color rojo con unas tiras blancas en los brazos también muy apretado y las gafas de sol de peineta
Me he encontrado con Tania
A si?
Iban a un sitio de esos de intercambio de parejas...
Lo dije muy excitada, haciendo fuerza para que ella se diera cuenta
Me dijo que si íbamos con ella...
Sonia se lo pensó mientras guardaba la cartera en su bolso
A ti te apetece ir?
Siiii
La dije por lo bajo
Ella movió los hombros y saco el móvil
Tania...
Como estas?
oye, que sí, que vamos, dinos donde es
Cogimos un taxi las dos y cuando le dijimos la calle al taxista se nos quedó mirando mucho más soezmente que cuando todavía no habíamos abierto la boca
A veces me daban tanto asco los tíos...
Llegamos en diez minutos, pagamos después de oír los típicos comentarios de: Me lo podéis pagar como queráis...
El sitio por fuera era negro y no ponía nada
Parecía que estaba cerrado
Sonia llamo a la puerta dos veces
Como un castillo encantado la puerta se abrió lentamente y detrás apareció un tío muy cachas y bastante guapo, con el pelo engominado
Nos sonrió
Pasen, por favor..
han venido solas?
Nosotras nos reímos y entonces se me ocurrió algo
Si...
somos pareja
Sonia me pego en el hombro
Pareja?
pero tu estas loca?
Yo la mire divertida y le pegue un beso en la boca
Sonia se quedó mirándome perpleja
La cogí del brazo y atravesamos la entrada sintiéndome tan excitada.


LGBT: Yolanda encuentra otra nueva amiga, alguien como ella Una nueva amiga en el grupo



Por: tsver00@gmail.com


Miguel estaba en la puerta de mi cuarto petrificado
Notaba como sus ojos se movían por todo mi cuerpo mientras me terminaba de ajustar los pechos falsos rellenos de silicona por debajo de la camisa negra de manga corta que siempre le cogía a mi hermana y que tan deliciosamente bien me quedaba
Mire a Miguel
Aquella misma mañana le había llamado a casa y le había dicho que si quería cumplir lo que me había pedido la noche anterior, viniera a casa a partir de las cuatro de la tarde
Pese a que siempre había creído que Miguel era muy tímido y algo inseguro, su determinación al decirme que vendría me dejo un poco perplejo
Estaba seguro que en cuanto colgué el teléfono se había ido corriendo al baño a pajearse pensando en mí y en ella como dos tías cachondas, exactamente como yo había hecho con el toda la noche hasta que pude dormirme
Le mire a través del espejo con la boca abierta
Cerré un poco los labios para extender el carmín de la misma manera que me había enseñado mi hermana y me di la vuelta poco a poco
Quería que se fijara en mi
Era como un pequeño sueño el poder vestirme así delante de un tío, y que ese tío fuera un amigo de toda la vida lo hacía mucho más excitante
Su mirada me hacía parecer tan deseada… tan mujer…
Nuestros padres se habían largado a la sierra de nuevo, gracias a dios, y mi hermana estaba en casa de Sonia
Aunque había conseguido llevar el mismo ritmo de marcha que ellas, y prácticamente éramos uña y carne las tres, ese día lo quería solo para mí y mi nueva amiga… porque Miguel no saldría de la habitación sin antes sentirse tan mujer como yo
Di dos pasos pequeños con mis botas blancas y altas haciendo mucho ruido con los tacones, moviendo mis caderas dentro de la falda negra y abierta, echando mis hombros para atrás para que mis pechos se expandieran sobre la camisa negra haciendo que los botones se agarraran para no salir despedidos
Lo hice lentamente, como un encantador de serpientes que conseguía que aquel chico de la puerta se excitara hasta sudar
Me puse dos pendientes con forma de aro plateados muy grandes y me encendí un cigarrillo para calmarme sacando el humo en un hilo fino y continuo que se perdió cerca de su cara
Miguel parpadeo mirándome el culo por el espejo
Le sonreí quitándome el pelo rizado y negro que me caía por la cara
Ya me comportaba como una tía… mis gestos, mis movimientos de cabeza… Mire a Miguel
Miguel había tenido los cojones necesarios para venir, y seguro que tendría los ovarios para salir de allí como una diosa
Seguro
?No hablas, Miguel?
Le dije con mi voz casi femenina
Todavía tenía que acostumbrarme a no hablar muy grave
Miguel sonrió de forma nerviosa
No… bueno… es que… joder, esto es muy fuerte…
Yo me reí de forma un tanto pija y le di una calada al cigarrillo con un gesto de mandíbula como fumaban mi hermana y Sonia
Solté el humo
?Fuerte?
todavía no has visto nada
Miguel entro en la habitación
?Y desde cuándo…?
bueno, ya sabes…
?Desde cuando me visto de tía?
pues desde que la mujer que tenía dentro de mi quiso salir… así de sencillo… y también desde que mi hermana me enseñó a ser esa mujer que siempre quise ser…
Miguel arrugo la frente
La… la gilipollas bakala de tu hermana?
pero si tú la odias…
Mi hermanita es increíble… cuando tú te transformes la admiraras… de verdad
Y espero que lo hagas pronto, porque cuanto antes salgamos a la calle de marcha con ellas antes se te quitara el miedo
Ese último comentario le hizo ponerse un poco rígido
Estaba nervioso, lo notaba, y sobre todo estaba indeciso… como yo en el baño cuando mi hermanita me pillo por primera vez con sus pantalones
Me acerque con pequeños pasos y le pase la mano por la mejilla
Mis uñas postizas, negras y largas, rozaron su piel blanca
Miguel lo tenía todo para ser otra amiga más el grupo
Puse mis labios rojos y carnosos cerca de su oído
Miguel, te entiendo perfectamente… se cómo te sientes… Pero mira:
Saque del armario un pantalón blanco ajustado, el del dragón negro en forma de tatuaje subiendo por una pernera hasta el culo, un top plateado pequeño, unas braguitas blancas, un sujetador relleno con una especie de espuma gelatinosa especial que me compre de prueba y unas botas marrones con una plataforma anchísima
Al lado de todo puse una peluca negra de pelo liso y corto
Le mire mostrando todo con la mano
Tu nueva ropa
?Te gusta?
A mí me alucina, te lo juro, es super cañera
Miguel me miro indeciso
Venga
Quítate el pantalón
El bajo la vista y volvió a mirar a la cama
Se llevo la mano al primer botón pero se paró
Esto… esto es un error…
Me acerque corriendo antes de que se diera la vuelta y puse mi mano en su paquete
Apague el cigarrillo con la otra y después le sujete la polla con ambas manos
Miguel, si fuera un error no estarías tan empalmando… vas a ser muy bella… tanto que todos los tíos van a creer que somos las más guapas del barrio… venga…
Mi voz casi en un susurro le puso la carne de gallina, y el primer botón estaba desabrochado
El segundo
El tercero
El pantalón estaba en el suelo junto con su camisa, el calzoncillo, los calcetines…
Su cuerpo era igual de femenino que el mío, igual de blanco y suave
Mi mano recorriendo su espalda le erizo los pocos pelos, casi una pelusa incolora, que tenía en el brazo
Seguí bajando hasta tocar sus huevos imberbes… su polla completamente dura
Otra vez me fui hasta su oído
Ponte todo eso… preciosa mía…
Miguel cogió las bragas y se las puso con dificultad
La polla se le escapaba por arriba por mucho que el intentara esconderla dentro
Se puso después el pantalón tirando de la parte de atrás
Por fortuna éramos de la misma talla y por esa razón, su culo respingón era maravilloso
Después le ayude a ponerse el sujetador y encima el top plateado
Su estómago formado quedaba perfectamente plano entre el top y el pantalón
La peluca dio un poco más de guerra al no tener el demasiado pelo para sujetarle el imperdible, pero todo había merecido la pena, incluidas las botas que le estilizaban una barbaridad
Le mire al espejo y mi polla se puso también como una piedra
Mírate…
Miguel se miró con los ojos muy abiertos
Miguel ahora era ella… la amiga que había soñado tener… alguien que me iba a comprender como yo la comprendería a ella
El dragón en su culo le sentaba de muerte, tanto como el top que reflejaba la luz en pequeños destellos
Su cara… su cara resultaba tan… tan femenina… pero a su vez tan fuerte y perfilada…
?Que te había dicho?..
estas preciosa…
Miguel seguía mirándose ensimismado al espejo
Su paquete iba a estallar dentro del pantalón blanco
Es… es increíble…
Y eso que todavía no estas maquillada… ya verás cuando aprendas a tener tus ojos y cara siempre maquillada… te dije que no habías visto nada todavía, tía…
Miguel se llevó la mano a la entrepierna y comenzó a frotarse sin despegar la mirada del espejo
Yo estaba igual de excitada que él, y mi polla necesitaba también descargar los nervios del momento
Detrás de él le acaricie el cuello, los hombros, sus tetas… falsas pero por experiencia sabía que él las sentiría como unas de verdad, su ombligo… su nuevo coño…
Miguel cerro los ojos cuando con mi mano le agarre la polla lentamente y mi dedo anular le toco el glande muy mojado ya
Me coloque muy pegado detrás de el para qué sintiera mi paquete contra sus nalgas… para que fuera sintiendo la mujer que tenía dentro de aquella mujer que ya estaba fuera
Comencé a subir y bajar mi mano por toda su polla algo desviada a la izquierda mientras le comía el lóbulo de la oreja derecha
Eres una mujercita increíble…
Le dije suavemente… tanto que soné como sonaba mi hermana cuando me masturbaba delante suya
Miguel comenzó a gemir de forma sutil pero continua
Lentamente me fui dando la vuelta y me puse de rodillas frente a él
Mire al espejo y no pude reprimir una sonrisa cómplice
Era espectacular ver dos tías cañón, dos tías en el sentido más sexy de la palabra tan juntas, con aquellas botas… con aquellos pantalones… y con esos pedazos de vergas
Cerré los ojos y ataque su polla como nunca lo había hecho… ni siquiera como con Marcos aquel día en la discoteca
Comencé a tragarme toda su carne a un ritmo frenético mientras él seguía gimiendo suave y en ocasiones inaudible
Después de relamerme las primeras gotas de semen me di la vuelta de nuevo
Ahora vas a sentir como sienten las mujeres
Del cajón saque el consolador y lo unte de gel de baño mientras el me miraba con los ojos inyectados de pasión
Le toque la polla por detrás entre sus piernas y el mismo las abrió
Aquel era un buen síntoma… Miguel estaba dejando de ser Miguel… Baje el pantalón con cuidado y le abrí las nalgas con cuidado
El me mostro el agujero del culo bajando las caderas
Por… por favor…
Sabia como sonaba ese por favor
Era el mismo que le dije yo a mi hermana aquella primera vez
Un por favor de súplica… un por favor que significaba que ya no podía sentir más el placer como un hombre y un deseo infinito de que me hiciera mujer costara lo que costara
Le introduje primero el rotulador negro que utilizaba mi hermana de vez en cuando conmigo, sobre todo al principio
El rotulador delgado entro hasta la mitad con bastante facilidad mientras sentía a Miguel temblar de placer
Si… oh… si… joder…
Me puso caliente de nuevo oír aquel primer lamento agudo, como de mujer, y di vueltas al rotulador abriendo todo su ojete
Por un segundo pensé en meterle el consolador, pero con que él se lo creyera bastaba de momento
Ya jugaría el solo con aquel juguete el resto de la semana, seguro
Tras unos segundos en aquella posición, cogí su mano y la lleve hasta el rotulador
Le deje solo como hizo mi hermana conmigo y disfrute del espectáculo
Estaba buenísima, con un cuerpo totalmente moldeado dando caderazos… disfrutando de su primer coño…
Ah… ?ah!..
Miguel se iba a correr, así que me senté debajo de su polla, le agarre de las botas bajo el pantalón y espere el tiro justo entre mis labios rojos y brillantes… la leche cayo espesa hasta mi garganta y comencé a chuparle la polla más rápido que antes
El seguía metiéndose el rotulador hasta el fondo de su culo, incluso con más fuerza de lo que yo había hecho antes
Entonces la puerta del cuarto se abrió
Mi hermana entro con Sonia
Las dos se quedaron paradas contemplándonos, y mi hermana, como siempre, fue la primera en hablar
Joder… esto es super fuerte… vaya dos viciosas…
Miguel abrió los ojos corriendo pero en ese momento no había marcha atrás y continuo moviendo las caderas al ritmo del rotulador
Yo mire a mi hermana y me saque la polla de la boca antes de que cayera el ultimo chorro de semen
Escupí en un vaso pequeño un poco y me levante deprisa
Mi hermana se acercó, cogió el vaso y se lo puso en los labios a Miguel, que trago aquello como si fuera un manjar
Eres una guarra., tía… mírate…
dijo mi hermana en su oído
Miguel se cayó al suelo exhausto con el rotulador en la mano
Se lo quite con cuidado y lo deje al lado del cenicero
Sonia se encendió un cigarrillo y me lo paso
?Quién es?
Me pregunto mientras me lo daba expulsando el humo
Mi hermana llevaba un pantalón vaquero ajustadísimo sin bolsillo y decolorado de fabrica en algunas partes y una camiseta blanca con unas gafas de sol alargadas de peineta
Sonia llevaba una falda negra corta encima de un pantalón negro y un top verde oscuro con forma triangular
Es… yo creo que le conoces…? ¿Te acuerdas de Miguel?
Un amigo mío.
Una amiga tuya, querrás decir…
Dijo Sonia guiñándome el ojo izquierdo maquillado de azul con algo de purpurina
Bueno… eso tiene que decidirlo el… pero yo creo que está claro que si…
Miguel nos miraba desde el suelo
Se levanto con la cara roja de vergüenza
Mi hermana se acercó a mi
Herma… te… te has quedado a medias…
Yo me mire la polla y ciertamente estaba todavía bastante caliente
Venga… termina y después hablamos
Sonia miro a mi hermana subiendo las cejas
Como siempre, mi hermanita haciendo de las suyas
Venga… herma, termina…
Yo comencé a hacerme una paja rápida mientras Sonia se reía y Miguel me miraba ensimismado pensando en sus nuevas experiencias
Cerré los ojos y me senté en la cama
Mi hermana sabía que aquello no era suficiente, así que enseguida la vi que se acercaba con el consolador en la mano
Mira, Miguel… eso es un coño perfecto
Me introdujo el consolador hasta el fondo con facilidad y allí comenzó a moverlo dando vueltas… como sabía que me gustaba
Sonia se acercó y me metió un dedo en la boca
Notaba su anillo plateado junto con mi lengua y me excito más
Miguel… ven aquí…
Miguel se acercó todavía con la polla dura y vi por el espejo como mi hermana le tocaba la entrepierna
Chúpasela… venga… hazle una gran mamada… como una buena tía… como lo haríamos nosotras…
Miguel pareció que dudaba pero en unos segundos note como me mamaba la polla de forma salvaje
Mi hermana me cogió la mano, me dio el consolador y ella y Sonia se fueron hasta la puerta
Ohh… vaya dos zorritas que tenemos aquí… venga… vamos… chúpasela entera… y Yolanda… tu hasta el fondo…
La voz de mi hermana me ponía a mil… y Miguel lo estaba haciendo muy bien para ser la primera vez que chupaba una polla…
Sin avisarle me corrí en su cara aposta mientras él se echaba para atrás y se corría a la par
Termine y al darme la vuelta vi que Miguel se limpiaba los labios de semen relamiéndose como yo la primera vez
Éramos todas iguales, lo odiamos hasta que lo probamos, me dije
Belén, eres una guarra…
Sonia y ella se rieron
No… herma… vosotros necesitáis siempre un empujoncito… ?verdad Sonia?
Sonia asintió
Bueno…? y tu Miguel?
? ¿Mi hermanita te ha metido en esto o eras otro reprimido que se hacía pajas vistiéndose con mis braguitas?
Belén… joder… para ya… Miguel… bueno, el creo que era como yo… lo que pasa es que no se había atrevido nunca…
Miguel se levantó y se sentó
Estaba como ido mirándose al espejo
Miguel…
Mi hermana le saco de dónde estuviera
?Ha sido la primera vez?
Miguel asintió
No… no se lo digáis a nadie… por favor…
Mi hermana me miro y mi guiño también el ojo izquierdo
Miguel… no diremos nada… porque no hay nada que decir… tu eres una mujer como mi hermanita ?verdad?, como nosotras, no tienes que tener miedo de nada
Miguel me miro confundido
Miguel… ya te dije que mi hermana molaba un huevo
Mi hermana se acercó de nuevo a Miguel y le paso su mano por la cabeza
Se encendió un cigarro y le dio un beso en la mejilla
?Y has pensado tu nombre de tía?..
Miguel negó
Yo en cuanto entre vi que tenías cara de… Tania… si, eso es Tania
Me encanta buscar nombres para vosotras
Yo sonreí
Tania le quedaba muy bien y era un buen nombre
?Te gusta Tania?
Miguel asintió sin mirarnos
Mi hermana se levantó y salió por la puerta con Sonia
Me parece genial que tengas una amiguita, Yolanda, pero antes dos cosas: Mi ropa es mi ropa… incluida esa puta camisa negra que llevas puesta, así que si quiere ropa, os vais de compras juntitas como hice yo contigo
Y segundo… espero que esto no sea una epidemia… que ya sois dos del mismo grupo que deciden pasarse a nuestra orilla… joder, espero que mi Ángel no acabe siendo la cuarta
Sonia soltó una carcajada y salió con mi hermana del cuarto
Yo me arrodille enfrente de Miguel, o Tania
?Como estas, preciosa?
Miguel me miro con los ojos vidriosos
Joder… es.
es increíble…
Le toque la cara con las uñas
No… Tania… lo increíble esta aun por pasar… necesitas aprender muchas cosas… cosas que solo las vas a aprender en la calle… porque nosotras somos tías, y las tías salen de compras… salen a ligar… Vamos a ser perfectas…
Tania se levantó y se estiro el pantalón
Tiro los hombros para atrás y sonrió
Ya me gustaría tener una hermana como la tuya
Sonreí
Me tienes a mí, Tania… vamos a ser grandes amigas… sobre todo cuando te cuente como lo vamos a pasar a partir de ahora… si me quieres acompañar en el viaje…
Él se encendió un cigarrillo
Me siento… me siento tan bien… joder… tenía que haberlo hecho antes…
Me puse a su lado sonriendo
Estábamos muy bien las dos
Tengo que enseñarte como se maquilla una, y además te tienes que organizar para ser Tania sin levantar sospechas
Pero eso más tarde… porque yo estoy decidida a ser Yolanda para siempre.
Miguel, Tania, me miro de nuevo
?Para… para siempre?
pero para eso hay que operarse…? vas… vas a…?
Yo sonreí y le di un beso en la mejilla tocándole el culo
No aguanto más como, Miguel… a ti te pasara lo mismo…
Fui al baño dejándole disfrutar de su nueva vida a solas mientras recordaba la página aquella de Internet donde informaban sobre las operaciones y todos los costes
Era muchísimo dinero, pero siempre había una solución
Además, las dos estábamos muy buenas y en cualquier lugar del mundo habría sitio para dos bellezas… dos bellezas como Tania y como yo, “Yolanda” 

Atte.
Tsver00


Saturday, October 19, 2019

LGBT: Andrea Tranny… curiosidad que regresa



Por tsver00@gmail.com


Mi historia es muy parecida a la de cualquiera, a mitad de los 30 años, viviendo en la ciudad de México, heterosexual en público, travesti privado en el closet. Desde muy joven supe que ése sería mi dilema. No la bisexualidad, porque jamás me interesaron los hombres, me interesaban las mujeres y también el ser mujer.
Mi vida pública como hombre iba bien, tenía mis novias y mis aventuras y las disfrutaba; sólo a veces mi lado travesti emergía y tenía que atenderlo a solas. Gracias a Dios somos la generación del Internet y uno puede leer y ver cualquier cosa que imagine. Así, a los 21 años que empecé a trabajar y vivir por mi cuenta, tuve muy rápidamente mi colección de juguetes, ropita, me rasure todo el vello púbico y armé una buena cantidad de fotos, revistas y videos travestis, junto con una buena colección de pornografía hardcore, con la que a veces me masturbaba viendo a la chica siendo cogida por todos sus orificios en dobles penetraciones o gangbangs, y otras me masturbaba con un buen juguete en mi ano y pensando que yo era la chica. Pronto descubrí que cuando me vestía de mujer quería ser humillada, ultrajada, dominada, mi sueño era ser abusada por dos o tres hombres.
Regresaba tarde a mi departamento después del trabajo y casi siempre por la Calzada de Tlalpan, que en ese tiempo estaba llena de prostitutas travestis, daba y daba vueltas para verlas, no para subirlas al auto, sino fantaseando ser una de ellas para que unos adolescentes de fiesta me subieran a su coche y me obligaran a mamarles la verga y me cogieran sin piedad. Me penetraran por el ano y la boca y hasta me hicieran una doble penetración anal y luego recoger el semen que hubiera caído al piso o vestiduras del auto con la lengua.
Gozaba mi vida como hombre, pero la urgencia de ser poseída como mujer crecía. Así empecé a revisar los anuncios de clasificados de Aviso Oportuno, de esa forma conocí los servicios de Roberta, una mujer madura, de unos 45 años que se especializaba en servicios de transformación. Le llame miles de veces y colgaba, hasta que una mañana de sábado me decidí e hice una cita. Le explique que quería ser transformada, le di mi altura 1.80 metros y 80 kilos. Le dije también que quería ser sometida, violada y tratada como puta. Me instalé en el Hotel Castillo, justo sobre la Calzada de Tlalpan y Churubusco, donde tantas prostitutas travestis había en la noche.
Roberta llegó a la habitación tras una espera de 1 hora que a mí me parecieron años. Me vio, me pidió que me desnudara, me pidió que diera la vuelta. Me bautizó como Andrea, así te llamarás cuando estés conmigo me dijo; yo voy a ser Braulio, tu macho. Sacó unas medias rojas, un liguero, brassier con rellenos postizos, peluca y me maquilló, luego me puso zapatillas de tacón y me dijo, ahora te voy a coger. Ella no se desvistió, sobre su ropa, muy masculina, pantalón de mezclilla y camisa baquera, se colocó un strap-on con un pene de goma de buen tamaño, sabía que me dolería, a pesar de mis largas noches de prácticas a solas, mi ano ya sabía lo que vendría.
Me dijo, aquí mandó yo, te voy a gozar y si te duele no me importa. Me puso boca arriba, puso mis piernas en sus hombros, me beso las nalgas, me dio unos pellizcos, me mordió las tetillas del pecho y empezó a insultarme. Puta, perra, cogelona, putita de mierda. Yo estaba prendida, me sentí mujer. Luego me untó aceite y lubricante y con las “patitas al aire” me metió su verga postiza hasta el fondo, empezó a bombearme, me dolió pero lo estaba gozando. Empujaba fuerte y rápido. Luego me puso en cuatro y empezó a penetrarme por atrás, me agarraba fuerte de la cintura para que no huyera de una cogida fuerte que me estaba dando. Me puso de lado, me hizo que le mamara la verga llena de mis fluidos, directo de mi ano a mi boca (por fortuna en la mañana me había lavado y estaba limpiecita). Me sentí actriz porno mamando la verga que me cogía. Me hizo añicos, cuando le decía que parara me jalaba la peluca, me decía “no te quejes puta, esto es lo que querías”. Me hizo como quiso unos 30 minutos, luego me vendo los ojos y me volvió a coger con las piernas al hombro. Mi pidió que dijera su nombre de hombre, Braulio, Braulio!!! Decía yo entre dolor y excitación.
Me dijo me vengo, y recuerdo que me baño con una botella de yogurt que saco de sorpresa, me la embarro por la cara como si fuera su semen, lleno su verga de silicón y me hizo limpiarla con la lengua y labios. Así me dejo, abierta, con el ano palpitando, pero feliz. Me dijo que era una de sus mejores putas. Se fue y sólo en el cuarto saqué fotos de travestis siendo cogidos por varios hombres al mismo tiempo y me masturbé de forma deliciosa mientras mi ano tenía un juguete de los míos.
Este fue mi primer encuentro como travesti fuera del closet. Roberta (disfrazada de Braulio) me haría muchas cosas más llevando algunas veces a otra amiga también jugando el papel de hombre con su verga postiza. Luego me haría la propuesta de presentarme con un cliente suyo que le gustaba desvirgar putitas travestis como yo. Pero esa es otra historia. Por lo pronto escribo esta historia porque ha renacido en mí el deseo de ser mujer de rato y encontrar a dos o más machos que me quieran humillar y ultrajar.


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LGBT: PERRAMENTE BUENA



Por Sandra Rosalia


Con las prominentes y atractivas nalgas de Lety aun engarzadas entre sus manos, la bella morena, babeando como una fiera hambrienta, le dijo al esposo de aquella: "Cuídala: Esta perramente buena..."
Minutos antes, la ardiente mulata había asaltado a la incauta mujer casada de nombre Lety (quien me contaba esto), dentro del tocador del restaurante; pegándole enorme susto, a donde deliberadamente la mulata le había seguido, atraída por su belleza al verla sentada con su marido en una mesa cercana a la de ella. Sin que la dama casada atinara a defenderse, ni comprendiera lo que estaba ocurriendo, la morena la atrapó de la bella cabellera negra, impulsándola hacia atrás, mordisqueándole los labios, ante la enorme sorpresa y espanto de Lety, quien tuvo que aguantarse las ganas de orinar debido al acometimiento de la ágil felina.
En un instante, la morena todavía besándola en cuello, tórax, boca y brazos, descendió una de sus manos, y apresó el clítoris de su víctima sexual, con sus dedos por encima de las bragas; provocándole un leve chillido, que más que queja, fue una expresión sensual de excitación de la mujer; quien en ese momento se entregó -sin más remedio- a quien, en breves segundos, se había convertido en su dueña y señora; desmayando sus enormes muslos a los lados, mientras era subida y sentada por la pantera, encima de los lavabos del sanitario; ofreciendo Lety su ardiente vulva, aun cubierta con sus lindas pantaletas. 
De súbito, la fiera subió desesperadamente, el atractivo vestido entallado de terciopelo negro de Lety, y bruscamente sacó los generosos senos de ella, botándolos del sostén, y como una hambrienta cachorra de pantera, procedió a mamarlos; mientras tanto, la víctima chillaba cual perra apaleada, y gemía de excitación, a la vez que fingía débilmente resistirse, incrementando el placer de ambas mujeres. Lety ya se encontraba para ese instante, completamente despeinada, y con su ondulada cabellera negra, desperdigada a los cuatro vientos.
De un tirón, la sensual morena, procedió a bajar las bragas de su presa sexual, introduciendo un dedo dentro de la gruta babeante de esta. Después de un rato de bombearla con dos dedos, y ante la locura delirante de Lety, intempestivamente la morena, procedió a mamarle su clítoris a la hasta ahora pasiva señora casada. Lety exclamaba:
- Ay cabrona...cabrona...dame más más por favor...
Lety fue incapaz de contenerse, y en medio de tanto orgasmo, se vio imposibilitada a contener su orina, y esta fluyó a torrentes dorados, empapando todo el rostro de la mujer de ébano, quien pareció gozar con la meada abundante de su presa sexual, y nada le importo el quedar empapada de su rostro y tetas.
En eso, bruscamente penetro al tocador el gerente del restaurant, seguido del estúpido marido de Lety (como ella misma lo llamaba mientras me contaba esto), ambos atraídos por los gritos de la fina y educada dama, ahora convertida en una perra caliente, que se escuchaban hasta afuera; observando atónitos y boquiabiertos la escena. 
De un brinco, Lety se colocó de pie, y arregló sus ropas como mejor pudo. Mientras que, a empellones, la morena era llevada hacia la puerta del negocio y arrojada fuera, a solicitud del marido, quien era un cliente influyente y asiduo del lugar; mientras que esta sonreía a todos con la cara escurriendo de orina, en su camino triunfante, escoltada hacia la calle; y a la vez con su ensortijada cabellera desarreglada, por los fuertes agarrones que Lety le había pegado, con el fin de ella sostenerse, durante los intensos orgasmos.  
La clientela, que a esas horas se congregaba en el lujoso restaurante, permanecieron estupefactos ante lo que se adivinaba había ocurrido dentro del sanitario de damas, mientras que minutos después, de que la pantera fuese expulsada del restaurant, lo hicieron Lety y su marido; mientras esta última, caminó triunfante y orgullosa, hacia la salida, sin importarle la inquisidora mirada de los comensales, ni mucho menos lo que pudiera pensar de ella su esposo. Estoicamente, ella siempre guardó silencio, ante el insistente interrogatorio del esposo.
Años más tarde, Lety contaba a mi persona, que nadie en la vida había sido capaz antes, ni ahora tampoco, de provocar tan intensos y prolongados orgasmos como en el caso de la salvaje y hermosa hembra de ébano. 
Según lo que Lety me llegara a contar, ella también por su parte, llegó a tomar a otras mujeres casadas, enseñándoles los placeres de Lesbos; y también a algunas jóvenes ansiosas por descubrir estos placeres; ella jamás forzó a nadie, y logro desarrollar un instinto natural para solicitar mujeres sexualmente igual a ella, por medio de una página especial de anuncios, y de tal manera, tuvo muchas amantes mujeres, al igual que hombres, amparada a la arropadora clandestinidad de un tranquilo y bonito hotel, a las afueras de la ciudad. 
En el cómodo diván de mi oficina, Lety recordaba a una de estas mujeres, y de algunos detalles sobresalientes de su apasionante vida sexual con ella, quien era una jovencita de escasos 19 años, recién casada: Ambas se trabaron sexualmente la primera vez, en un fragoroso encuentro sexual, en donde, según me contaba, los labios de ambas permanecieron mallugados de tanto besarse, y su lengua adolorida de tanto mamarse sus genitales. 
Las tetas de ambas hembras, carnosas y coronadas por unos pezones gordos y llenos de vida, se encontraban ungidos de la saliva de una y otra, pegajosos y olorosos a tela mojada. La vulva estaba henchida de placer, escurriendo liquido viscoso  de tanta sesión de dedos y de lengua en vagina y clítoris; el ano, dilatado por uno, dos, y hasta tres dedos, que la inexperta señora e invitada de Lety, apenas era capaz de soportar, y sollozaba ante los embates fúricos de su maestra y amante por la retaguardia; y cuando la inexperta dama, pensaba que más no se podía hacer sexualmente de una mujer para otra, ocurrió algo que solo pudo haber sido ideado y planeado por aquella mente voluptuosa de su ama y señora: 
Lety, dejo a Laura sudorosa y trémula sobre las sabanas revueltas de la cama, y a los segundos, regreso con un enorme pene doble, con dos testículos en la parte de en medio. 
El grosor de ambos lados de este pene de goma, era respetable, y Laura quiso protestar, cuando adivinó las intenciones de Lety de meterle uno de los extremos de este pene doble por su culo, y suplicante le dijo:
-No amor no…por ahí no creo poder resistir ese monstruo…
A lo que Lety, respondió con dos fuertes nalgadas, un tirón de greñas haciendo la cabeza de Laura bruscamente hacia atrás, y pegándole también unas leves bofetaditas en sus bellas mejillas, mientras que la besaba en la boca, diciéndole:
-Ahorita nos vamos a enchufar las dos, una en cada extremo de esta preciosidad, y te garantizo que vas a conocer una de las cosas más divinas en tu vida. Vamos a quedar pegadas cuales perras, porque eres mi perra, ¿verdad cabrona? A lo que Laura asintió con un leve movimiento de cabeza afirmativamente, y con la vista clavada sobre la cama, sin ver a su ama y señora.
Lety succiono dulcemente el trasero de Laura, lo ensalivó, y volvió a introducir un dedo, luego dos, ante los leves y dulces lloriqueos de esta, y posterior a varios minutos, con la cabeza de uno de las enromes vergas de goma bien lubricada, inició a penetrar a la chica por su núbil culo. 
Laura gimió un poco más fuerte, pero permaneció con el culo parado ante las amenazas de Lety, quien según me contaba, la amenazó esta vez, con azotarla duro con un látigo que mantenía colgado, exprofeso, de una de las paredes; lo que hizo que aquella permaneciera dócilmente con el culo hacia arriba. Cuando le había metido la mitad de la enorme verga, como de 25 centímetros por cada extremo, Laura pujaba y exclamaba a gritos entre placer y algo de dolor. En ese instante Lety procedió a ensartarse en el otro extremo de la verga doble; a la vez que pedía a Laura que observara la escena a través de un espejo estratégicamente montado a un lado de la cama, para tal fin. 
Lentamente, y entre “ayes” de ambas mujeres, sus bellos traseros quedaron pegados uno al otro; tan solo separados por los testículos de goma que pendían meciéndose. Lety meneaba su trasero a un ritmo increíble, recostada y abrazando una almohada, con su majestuoso trasero agitándolo de un lado para otro, y de arriba abajo; frotando simultáneamente su clítoris, entre orgasmos repetidos, e invitaba a Laura a hacer lo mismo, gritando la joven e inexperta recién casada, desquiciada de placer. 
Pero cuando Laura ya creía haberlo visto todo, noto viendo por el espejo, que: Lety aun ensartada hasta la empuñadura, aplicaba metiendo sus manos por su propia entrepierna, y sobre una válvula colocada en la base de los testículos, una bombilla de hule, de esas para echar aire como las de los aparatos para tomar la presión; y el espanto y el placer de Laura fue mayúsculo, al sentir como la verga de hule, se inflaba de su base, formando una gran bola muy dentro de su recto y parte final de su intestino, al igual que ocurre con los perros; quedando ambas mujeres abotonadas por aquel bendito invento, que luego a posteriori, Lety le explicara a Laura, que había sido una adaptación pensada por ella. 
Esto, ocasionó un intenso placer en ambas mujeres; sus gritos eran de gran intensidad, a la vez que una y otra, gritaban palabras de amor, y groserías, suplicando por más verga, con toda ella, ya clavada en su totalidad de 25 centímetros por lado, y dilatado el recto por la enorme bola; imposibilitando la extracción de este, en caso de así haberlo intentado hacer alguna de ellas. Durante el abotonamiento, Lety se impulsaba hacia adelante, jalando con su cuerpo el de Laura, como hacen los perros, y esto provocaba los aullidos sexuales de la joven, quien, a su vez, se masajeaba el clítoris con un pequeño vibrador, provocándole un sinnúmero de orgasmos; y luego, ella tiraba hacia enfrente, arrastrando a Lety, cada vez con mayor fuerza, conforme la pasión crecía.  
Así estuvieron pegadas durante casi una hora, hasta que Lety libero la válvula de escape, y lentamente, entre leves quejidos de placer, fueron extrayendo lentamente, cada mujer de su hermoso trasero, aquella enorme verga, que había invadido lo más recóndito de sus intestinos. Abrazadas durmieron varias horas, llenas de gratitud por tener tantas bendiciones de parte de la vida. Luego, según me contara Lety, Laura salió presurosa rumbo a su casa, ya que su marido estaba por llegar.
Mientras Lety me contaba todo esto, y yo la observaba ahí recostada sobre el diván con su fino vestido de verano a media pierna, yo apretaba mis muslos violentamente de excitación sexual; y ya me encontraba profundamente mojada de mis pantaletas, y deseaba que ella me invitara a ir a su casa, y dar rienda suelta a nuestra sexualidad, pero eso jamás se dio; ya que a duras penas, hice valer un convenio de ética paciente-terapeuta, pero eso no me impidió, llegar a desarrollar a su vez, una adaptación similar de un pene doble, y gozar de este con una de mis amantes.
Regresando a lo de la morena de fuego, desafortunadamente para Lety, ella ignoraba todo de aquella, y según su decir, estuvo durante varios meses, yendo al lugar del tormentoso encuentro sexual, con el fin de ver si se encontraban de nuevo, y la buscaba desesperadamente por las calles también, pero jamás la volvió a ver; y tuvo que conformarse con las insípidas relaciones sexuales con el marido de ella, a quien llego a detestar, hasta decidirse a buscar a otros amante por su cuenta; y solo recordaba la forma en que la morena se despidió de todos, antes de ser expulsada del tocador del restaurant, cuando esta volteara a ver al estúpido marido, y con una sonrisa de triunfo le dijo a este: "Cuídala...esta perramente buena".


LGBT: A Mabel la heredé



Por tsver00@gmail.com


A Mabel la heredé -por decirlo de alguna manera- cuando compré la casa hace cinco años. Sus anteriores dueños dejaban el país cuando yo tenía apuro por adquirir una propiedad. Por esas cosas del destino, cuando dispone ser benigno, me enteré de que estaba en venta. De esto a poseer el título de propiedad no pasó gran tiempo, además de que las cuestiones financieras se resolvieron para ambas partes convenientemente.
En oportunidad en que fui a conocerla, sus propietarios me recibieron como se recibe a quien les solucionaría un problema, sin contar con la carga afectiva que suma el hecho de desprenderse de una casa. El matrimonio se esforzó por mostrarme cada rincón de la casa, referir cada particularidad del funcionamiento y también contar más de una anécdota ocurrida sin poca emoción.
La recorrida terminó en el living donde, ya más relajados: ellos de la tensión que ocurre en estos casos y yo de soportarlo, conversamos hasta bien entrada la noche. Fue entonces cuando la mujer me interrogó sobre la posibilidad de mantener a Mabel sirviéndome, desplegando a su vez las virtudes y buena calificación de la mucama. No me demoré en asentir que Mabel mantendría su puesto en la casa.
Así como importantes detalles puedan pasar inadvertidos para mí, no me ocurre ser indiferente a la sensualidad de las personas. Mabel arremetía gran porción de ella con unas delanteras llamativas, inquietas, gratas aun cuando era imposible no ponerse nervioso con su observación.
Saber llevar un buen par de globos puede más que otras cualidades más ecuménicas, lo sé en cuanto es de las que mejor esgrimo.
Sin dar lugar a razonamientos, ni considerar ventajas o sus opuestas, decidí que Mabel se quedaría, su sensualidad era más que suficiente para la labor.
De eso ya pasaron tres años, no me equivoqué con obedecer al instinto en la decisión de entonces. Mabel sigue sorprendiéndome día a día.
Desde el principio sentí que con sus modales y actitudes estaba siempre como que cortejándome. Su costumbre en usar vestimenta estrecha (daba la impresión de esa ropa regalada que por necesidad -seguramente no era el caso de Mabel, no sólo porque su sueldo no era despreciable sino porque no tenía gastos fijos que atender- se usa pese a que no calce adecuadamente en nuestro cuerpo); las medias de nylon eran una constante fuera cual fuere la temperatura; los tacones, igual; el cabello peinado con cierto exotismo, renegrido, largo, trenzado hacia el costado cayéndole sobre el busto; el rostro rebosante de cosmética y una fragancia a jazmines que lo inundaba todo.
Pese a que esta descripción pudiera resultar en una imagen burda, no lo era pues se sumaba a ella sus modales educados, su discreción y un encanto especial, único en su carácter que evidenciaba lealtad absoluta, una mujer con mayúsculas.
Por esas cuestiones de prejuicios, ubicación en los roles y respeto, yo trataba de disimular la atracción que ejercía sobre mí. Sabiéndome heterosexual y que mi opción es hombre, no podía evitar que su ángel me subyugara. Mezcla de ternura y deseo, admiración también, me tenía muy desconcertada.
Me había levantado más tarde de lo habitual, no tenía trabajo ese día y me dedicaría a mi persona. De esos días que nos tomamos las mujeres para ponernos a punto: arreglarnos el cabello, las manos y los pies, depilarnos, darnos masajes, dormir, terminar el libro empezado.
Bajé a preparar el desayuno y me sorprendió ver a Mabel, era su franco y aún no se había retirado de la casa. Me dijo que no se iría, que no tenía ganas de visitar sobrinos y que preferiría quedarse. Preparé café y me senté en la cocina a conversar con ella. Le comenté que necesitaba depilarme y me contestó que ella lo haría por mí.
Estaba hermosa, en esta oportunidad llevaba un jean; cosa extraña en ella- y una camiseta muy liviana. No pude entonces contener decirle lo hermosa que estaba y que fantásticos globos tenía, envidiables según se veían tras la blusa. Mabel reía al tiempo que me confesaba que sabía cuánto agradaban sus senos. Le confesé cuan excitantes eran ellos para mí y que me gustaría verlos, conocer sus formas libres de telas y saber cómo eran sus pezones.
Sin más preámbulo se quitó la blusa, al momento saltaron ante mí dos globos inmensos, preciosos, de aureolas grandísimas y pezones erectos. Me contuve por acariciarlos y hasta besarlos. Ella radiante reía seguramente al notar mi incomodidad. Para salvar el momento, inconmovible, me anunció que prepararía, en la sala del gimnasio, todo para depilarme, que la esperara allí. Obediente, subí hasta el salón muy perturbada, los pezones me ardían como el deseo de restregarme a su cuerpo, y mi vagina humedecía mis piernas abundantemente. Me di una ducha y cubierta con la robe me desplomé sobre la camilla en el gimnasio.
No tardó en aparecer, cargando recipientes y toallas. Seguía sin su blusa, temeraria, deliciosa, bamboleando sus salientes.
Prendió las lámparas, el equipo de música con una melodía suave, me sujetó el cabello para que no estorbara sobre el rostro y me ayudó a quitarme la robe. Mientras limpiaba mi cutis con ungüentos y lociones, esperé hiciera algún comentario al respecto de mi cuerpo desnudo. No sentí más que su respiración y su calor el tiempo que duró la sesión.
Colocó compresas con emolientes sobre mis ojos y comenzó la depilación. Después de haber terminado con axilas y piernas yo no terminaba de relajarme totalmente: percibía el movimiento de sus globos alrededor mío, imaginaba que observaría mis lugares íntimos y esperaba ansiosa que comenzara con la entrepierna. Fue entonces cuando, firme pero delicadamente, separó mis piernas desde la ingle, ya no pude contenerme y abrí la vulva empujando un poco la pelvis hacia arriba.
La sentía hinchada, como el deseo la pone; el clítoris dilatado prolongándose fuera de los labios y una humedad persistente corría por mis grietas. Las manos de Mabel entendieron ese estado, ambas, con sus palmas tomaron desde los costados mi vulva presionándola en su base para que se saliera.
Sosteniéndola así, protegió mi clítoris hacia un costado con un paño de la cera que delicadamente aplicaba en el interior de los labios. Deliciosamente abierta como pistilos y pétalos, yo hinchaba aún más mi clítoris insuflándole el deseo que ya no podía dominar.
Terminada la depilación, sin soltar mi vulva seguramente enrojecida a esta altura, la aceitó limpiándola de restos cera con sabrosas maniobras. Con una mano renovaba la presión para que se saliera, no la liberó un instante, sino que apretaba en un punto justo y delicioso; con la otra acariciaba a lo largo mi botón agrandado surtiéndolo de alternos golpeteos con sus dedos. Pensaba en ella, en que también estaría empapada por sus fluidos y en que en ese instante, sus inmensas aureolas se contorneaban sobre mí. Fue cuando ya no contuve un chorro de jugos en una explosión maravillosa.



Friday, October 18, 2019

LGBT: FUI DESCUBIERTA CON LENCERÍA ENCIMA EN UN BUS Y ME COGIERON



LO QUE LES VOY A RELATAR ES MI PRIMERA EXPERIENCIA CON UN HOMBRE AL QUE CONOCÍ EN UN BUS Y TERMINAMOS HACIENDO EL AMOR EN UN PUB.


Por elizatacuri30@gmail.com


Yo soy travesti de closet, tengo bien escondido mi secreto, hace un año ya que me he venido a la Ciudad de La Paz – Bolivia, aunque soy de Potosí, desde muy joven me ha gustado usar ropa íntima de mujer, cada noche cuando llego a mi departamento procedo a cambiarme y sentir la dulzura y la excitación que se siente usando lencería femenina, desde hace ya algún tiempo permanentemente voy usando la ropita intima incluso voy a trabajar con ella, y encima sigo con mi ropa normal de varón, me siento un verdadera dama, y realizo mi sexualidad con muchas limitaciones y en la soledad, pero con esas limitaciones me siento feliz, muchas veces he asistido a cines porno, pero soy muy tímida para poder iniciar una relación con algún espectador, de todas maneras tengo muchas limitaciones y sobre todo tengo mucho miedo a lo que podría pasar algo que no sea de mi gusto, por lo que prefiero vivir mi intimidad en la soledad.
Pero les voy a contar como me descubrieron y las consecuencias del mismo. Un día viernes despierto como de costumbre, tomo mi desayuno en mi soledad, luego planifico que ropita intima llevaría ese día, por lo que me puse a escoger y realmente estaba un poco excitada por lo que opte ponerme toda mi ropa de color negro, utilice una medias malla negras, el portaligas negro, el corpiño del mismo color y la tanga de la misma manera, cuando me vi al espejo, que por cierto lo tengo bastante grande para poder apreciar mi figura, realmente estaba buenona, tengo los pechos algo creciditos y nada que envidiar a nadie y mi cintura es algo delgada pero mis caderas son bastante gruesas y realmente mis curvas son bastante pronunciadas por lo que también mis nalgas son bien redondas y sobresalidas, por lo que me abriga a usar ropa bastante holgada, tanto de la parte superior por mis tetitas y de la inferior por mis caderas y mus nalgas o glúteos.
Me dispuse a salir de casa como cualquier día de trabajo, el mismo que paso sin ninguna novedad y para pasar el tiempo me fui al cine porno, donde pude ver dos películas italianas donde había varios actos o escenas de sexo anal, lo que realmente me excita bastante al salir del cine, comí algo ligero, pensando que en mi departamento me prepararía algo más sustancial, ya que al día siguiente sería sábado y podría quedarme en cama hasta más tarde que de costumbre, ya era como las 10:30 de la noche por lo que opte tomar un autobús que va hacia la ciudad de El Alto, hay que tomar en cuenta que el viaje es bastante largo y lerdo por la reparación en la que se encuentra la autopista. Y tardamos más de una hora en llegar a nuestro destino, el autobús estaba bastante lleno, yo tenía un asiento ocupado; pero avanzando un poco ingresan mucha más gente en eso veo a una señora con un bebe, por lo que le cedo mi asiento y me paro en un espacio que tenía  casi al final del autobús, más allá se sigue llenando de gente y yo me quedo con poco espacio y un poco apretados entre todos y todas las pasajeras, el bus inicio su viaje rumbo a nuestro destino y nos acompañaba la oscuridad al interior del mismo, no sé pero a medida que avanzábamos siento en mis nalgas una mano que poco a poco iba rozando la mano con mis nalgas, y cada vez más y más se sentía con mayor insistencia y con mayor seguridad, al ver que yo no ponía ninguna resistencia, en un momento con el intento de calmar y acabar con esta situación un poco incomoda, me doy la vuelta y con la poca luz que ingresaba de la avenida puedo percibir un hombre un poco mayor, con una barba un poco crecida y algo canosa, el mismo que me saluda muy amablemente a lo que yo me limito a responder a dicho saludo tan amable y respetuoso y vuelvo a darme la vuelta, la mirada del caballero me dejo muda ya que el mismo era bastante simpático, buen fornido y más alto que yo, empiezo a pensar y fantasear, qué tal si ese hombre pudiera ser el hombre que rompa con mi virginidad, sea mi amante que tanto sueño en mi soledad, que podría hacer realidad todas mis fantasías, que podría hacerme sentir una mujer de verdad, pensando en estas cosas nuevamente llego a sentir rosar su mano por mis nalgas, pero esta vez, ya no es un rose de pasada sino que la mano se queda justo en la raya de mi culito, y empieza a mover con bastante calma, lo primero que hago es llevar mi mano para hacer contacto con su mano y proceder a retirarla, en eso él me toma de mi mano y la agarra con mucha delicadeza, y comienza a acariciarme la mano, yo toda avergonzada lo que hago es ver a mi alrededor y puedo observar la espalda de una pareja que también viajaba con nosotros y al otro lado veo que hay dos señoras con vista a las ventanas algo dormidas por el cansancio del laburo del día, y se ven bastante cansadas todas las y los pasajeros, por lo que a nadie le interesa lo que pueda pasar por los alrededores del bus, el mismo que va con mucha calma y teniendo muchas paradas intempestivas. Haciendo un poco de fuerza logro que el hombre me suelte mi mano, y solamente me limito a colocarme con la vista hacia adelante del bus y el hombre se acomoda justo detrás mío, ahora ya no solamente siento su mano sino que él se va acercando mucho más hacia mi cuerpo y llega a chocar la parte de su miembro con mis nalgas, y empieza a moverse lentamente, como si intentará masturbarse con mi culito, lo que llega a excitarme mucho más, y respondo con levantar mi culo y hacer pequeños movimientos siguiéndole en juego que él ha iniciado, lo que en otras palabras sedo e ingreso a su huego, en eso siento su mano derecha postrarse en mi cadera y en momento me la va apretando lo que me hace sentir una excitación fuerte y hace que mueva todo mi cuerpo, para eso poco a poco va subiendo su mano por dentro de mi sacón hacia mi cintura para luego llegar hasta mis tetitas y grande es su sorpresa al sentir que llevo un sostén un poco durito y que tengo unos bonitos pechos, lo que hace que él se estremezca y acerca su aliento hacia mi oreja y siento su aliento y su jadeo y empieza a besarme el cuello y lamer mi lóbulo de mi oreja, y con la otra mano empieza a bajar hacia mis glúteos lo que me hace vibrar todo mi cuerpo. Así viajamos  todo el trayecto para suerte mía solamente el hombre se limita a manosearme con bastante delicadeza, de la misma manera yo sigo con mis movimientos muy disimulados, pero ricos, en eso pienso que una vez que lleguemos a nuestro destino todo va a volver a la normalidad, él por su camino y yo por el mío, pero bastante contenta y feliz por una nueva experiencia muy rica. Cuando llegamos a la ciudad de El Alto, vamos bajando del bus y me dispongo a cancelar el respectivo pasaje él se adelanta y cancela por dos pasajes y se baja juntamente conmigo, en ese momento realmente no sabía qué hacer, si correr, o volver al bus pero ya era demasiado tarde, una vez en la avenida, el me pregunta mi nombre a lo que yo respondo con el nombre de Ely, él sonríe y me dice que se llama Marcos y es de Cochabamba, y que está de paso por la ciudad de La Paz, y que le gustaría tener un momento conmigo, yo simplemente le respondo que no conozco muchos lugares para poder compartir, él me señala que alguna vez había visitado un local donde se reunían gente como nosotros y que estaba dispuesto a invitarme unas copas, a lo que yo acepte, con la condición que me embarcara cuando nos estemos despidiendo, ya que el centro de esta ciudad era un poco peligroso y que no conocía a nadie, el acepto gustoso la condición y nos fuimos caminando hacia el local que me había propuesto.
Una vez que llegamos ingresemos al mismo, era un local bastante elegante donde había gente de todo tipo y por ser viernes el mismo estaba bastante concurrido, ingresemos y nos fuimos al mostrador del bar donde pedimos dos wiskis, y brindamos por nuestro encuentro, el tipo se veía bastante educado y con mucho verba, dialogamos de varias cosas entre ellas de política, de los problemas del país y otras cosas más y llegamos a  conversar sobre nuestro encuentro,  después de varios vasos de wiskis, yo le conté que era travesti de closet y que nunca había estado con un hombre solamente en mis fantasías solitarias en mi departamento, él me dijo que era casado y que permanentemente realizaba viajes a esta ciudad por cuestiones de trabajo, y que desde el momento que me vio le había gustado, y sospechaba algo de mis inclinaciones por lo que se animó a proceder como lo hizo, teniendo una respuesta positiva mía, me propuso bailar, a lo que yo me ruborice un poco, pero ve pidió que observe a nuestro alrededor y pude constatar que había en el local gente bailando entre hombres, otras hombre y mujer y otras entre mujeres, por lo que accedí a la invitación y nos fuimos a un lugar un poco discreto, sino antes tomar una mesa para colocar nuestra botella de wiski y nuestras copas, la música era romántica y de antaño, lo que realmente me gusta a mí, nos abrazamos él puso sus manos inicialmente en mi cintura y yo coloque mis manos en su pecho y bailamos un poco apechugados, así fue pasando la noche entre baile abrazos y tragos, ya pasada la media noche, volvimos al baile yo ya me encontraba totalmente desinhibida y me movía con más soltura y él también fue tomando mayor confianza, ya que sus manos acariciaban mis caderas y mis nalgas, cada vez con más descaro, de la misma manera yo me abrazaba de su cuello, hasta que llegó el momento que se cruzaron nuestras miradas y como si fuera algo natural o por simple atracción mutua nos dimos un beso inicialmente chocaron nuestros labios, para luego cruzar nuestras lenguas llegando a darnos unos besos bastante lujuriosos, en ese momento pensé que todas mis fantasías se habían hecho realidad y así se lo comente y él, Fabián, como se llamaba, me dijo que la noche recién empieza, y cuánta razón tenía, el local se fue vaciando poco a poco y nosotros seguimos con nuestro idilio sexual, me aflojó el cinturón, cosa que le permitió introducir primero una mano y luego las dos hacia mi trasero, y pudo sentir la ropa femenina que traía y sentir mis redondos glúteos, lo que le gusto de sobre manera, y me dijo al oído que esta era la noche de suerte para él y que por nada del mundo quería que terminase,, dentro de mí pensé lo mismo, y me animé a bajar mi mano derecha por delante para luego acariciar sus partes y me encontré con una verga semi parada pero bastante grande y no como la mía, lo que me asustó un poquito pensar que podía ser penetrada por semejante herramienta, y percibí que mis caricias le gustaban mucho, nos mantuvimos bailando y metiéndonos mano uno a la otra, yo me sentía una verdadera mujer, sentía mi realización femenina inclusive pensé en llevarle a mi departamento para que pasáramos la noche juntos pero él me manifestó que estaba alojado donde unos parientes y debía recogerse, pero no tenía hora, lo cual debía aprovechar al máximo.
Volvimos a nuestra mesa, y nos besábamos como verdaderos pocholos, como vivía esos momentos, él me metía mano por debajo de mi pantalón disfrutando mis partes íntimas pero lo que más le gustaba era masajear mis nalgas y sobar mis pechos y besarme, llegó un momento que dijimos que sería la última vuelta de baile por lo avanzado de la hora, una vez en un rincón el me tomo de una mano y me hizo dar la vuelta, y me tomo por atrás, se colocó detrás de mí y sentí su hermosa verga en mi culito que pedía a gritos que me desvirgara, en eso como si estuviera leyendo mi mente me abraza por detrás y aprieta mi cuerpo al suyo, yo llevo mi cabeza hacia atrás y llegamos a besarnos en esa posición y nos vamos caminando hacia una pared oscura, a una esquina  del local y se apoya a la pared y yo me deslizó a su cuerpo, en eso él va bajando mi pantalón y me veo con mi calzoncillo en mis piernas, a los que respondo con desabrocharle el cinturón y bajo su pantalón y su calzón y sale una hermosa verga bien parada, yo me agacho y me pongo de rodillas y empiezo a oler ese sabor a hombre y líquido pre seminal, paso su verga con mi lengua desde los testículos hasta la punta y realmente siento que estoy en el paraíso, mi excitación ha llegado a lo máximo, sigo jugando con mi lengua hasta que me animo introducirla a mi boca, lo que le vuelve loca de deseo, y empiezo a mamársela, y por primera vez siento una verga dentro de mí, ahora sé lo que es tener sexo oral, y que ambos disfrutamos a full, el al sentir la mamada que le vengo dando y yo por sentirme penetrada por la boca es una sensación única, luego de unos minutos chupando su verga, él me levanta con las dos manos y me empieza a besar en la boca, nuestras lenguas se entrecruzan y sigue metiéndome mano y baja una mano hasta mi hoyito, la moja con su saliva y empieza a introducirme, un dedo, me duele un poquito pero es más el deseo de sentirme mujer que aguanto lo que sea, luego vuelve a salivar mi culito y empieza a intentar introducirme dos dedos, creo por lo arrecha que estaba se abrió mi hoyito dando alojamiento a ambos dedos, en eso él me dice que desea penetrarme, yo simplemente le digo que era toda suya y que haga lo que quiera conmigo, me doy la vuelta con el único fin de entregar mi culito a este hombre que conocí en el bus, el moja su verga y moja mi hoyito e intenta penetrarme, con un poco de esfuerzo logra ingresar la punta de su verga por mi esfínter y siento un placer nunca antes sentido pero al mismo tiempo siento un dolor en mi ano, pero es parte de la satisfacción que provoca la penetración aun siendo la primera vez, poco a poco todavía sin movimiento alguno el empuja su verga logrando introducirme gran parte de ella, lo que me hace sentir un placer excepcional, me siento en el reino de la lujuria, del placer, y mucho más al realizarlo en un local público donde hay varias personas en el local, esto es lo máximo, pero él sabio por su experiencia espera un poco a que mi hoyito se acostumbre a su verga y luego poco a poco se fue moviendo con el saca y mete lo que me enloquecía y sus manos manoseaban mis tetas y mi parte delantera como si fuera una vagina ya que mi pene estaba algo parado y empecé a eyacular y moje toda su mano con mi semen lo que llevo su mano a mi boca y lamí mi propio semen, realmente que rico, no veía nada prohibido en lo que hacía, sino que consideraba que era parte de un acto sexual con todas las de la ley, él en cambio seguía culiándome por mi culito, el mismo que estaba disfrutando de ese momento a lo máximo, siento que sus movimientos son cada vez más rápidos y luego me aprieta con mucha fuerza y siento que se viene dentro de mis entrañas, llegando a recibir por primera vez leche de un verdadero macho, poco a poco se va calmando hasta que se sale su verga de mi culito y procedemos a limpiarnos y siento que por mis piernas chorrea el semen que sale de mi hoyo, lo que me excita más, nos vestimos , nos damos un beso y nos vamos a nuestra mesa, seguimos besándonos y metiéndonos mano y nos damos cuenta que ya son las 5:00 de la mañana y nos disponemos a irnos, tomamos un taxi y me lleva hasta mi departamento, ya que él quería conocer y yo no me hice problema sino por el contrario que me gustaría que me visite cada vez que llegará a la ciudad de La Paz.

Con cariño Elizabeth


LGBT: CINE APOLO



Por dulces.placeres@live.com 

El cine Apolo no era un cine más, era un sitio especial, lejos de las complejas y modernas salas de cines actuales, este lugar era una edificación levantada por los años cincuenta, sesenta, esas viejas sala con techos altísimos, espacios enormes y butacas incómodas y ruidosas, de paredes gastadas por los años, con ese típico aroma a rancio que produce la humedad contenida en años y años de vida.
                Está emplazado en la zona céntrica de mi ciudad, y es un sitio muy conocido, especialmente por una particularidad, cuando terminó la dictadura militar y llegaron los años de democracia, y con ello los nuevos aires liberales, el cine Apolo comenzó a emitir películas pornográficas, fue el primero y el único, y en esos primeros años de liberación fue toda una novedad, algo desconocido, un éxito seguro.

                Hoy en día es un clásico, el único que está en el rubro de emisiones de porno, y seguro se preguntarán, en este presente, con tanta pornografía en la web, gratuita, de fácil acceso, con tantas empresas que se dedican a proyecciones de categoría, como puede ser que un bodegón maloliente siga teniendo éxito?
                La respuesta es simple, ese lugar se trasformó en un sitio de encuentros clandestinos, las películas son casi una excusa, el que paga una entrada para el cine Apolo, en verdad solo está pagando un tique para tener un poco de sexo casual…
                Y cuál era la especialidad? Cine gay… obviamente este pequeño mundo degradado no es lo que busca una chica que quiere una noche de placer…

                Podría contarles muchas aventuras que viví ahí, pero elegí una con un final tal vez triste, algo que no estaba en mis planes…
                Llegué como siempre cuando ya había empezado la proyección, busqué un lugar en el que siempre solía ubicarme, miré al azar mis posibilidades, y vi un tanto retirado, por lo poco que veía un joven que parecía estar solo.
                Me senté a su lado, un moreno de gruesos labios, carnosos, de pelo moteado cortado casi al ras, un aro dorado en su oreja brillaba en la poca luz que dejaba la proyección, alcancé a notar un sweater adherido al torso que lo hacía notar bastante fornido, su brazo izquierdo descansaba sobre el apoyabrazos que separaba su butaca de la mía, lo miraba discretamente, el mantenía la vista fija al frente, concentrado en la proyección que estaban pasando.

                Puse mi brazo derecho sobre su brazo, el dejo que lo hiciera, y comprendí que había comunicación, así funcionaban las cosas en el cine Apolo…
                Ya con menos discreción observé su entrepierna, su mano libre acariciaba insistentemente ese sitio, y al notar que yo acariciaba su brazo libre, se las ingenió para librear su verga de entre las ropas, empezó a masturbarse lentamente…
                Fue mi oportunidad, estiré entonces mi mano y ocupé su lugar, su verga estaba tibia y dura, empecé a tocarlo muy rico, lo miré, pero él no me devolvía la mirada, seguía con su rostro fijo al frente, me sentí tan caliente…
                Busqué escabullirme entre las filas de butacas y el poco espacio que quedaba, fui al piso y el me facilitó el acceso, solo quería mamársela…
                El muchacho en cuestión tenía una rica verga, la tomé entre mis labios desde el glande y me la fui comiendo toda lentamente, puse mis manos en sus piernas, es que no quería usar mis manos, solo mi boca, empujé profundo, noté que ya estaba empapada en jugos, evidentemente la excitación lo tenía al límite… 
                Empecé a chupar con esmero, usando mi lengua para acariciar esa pija hermosa, el me empujaba la cabeza más y más abajo, esto me demandaba un trabajo extra para no ahogarme, para poder respirar, pero soy tan puto que me encanta ahogarme con carne… que rico!!!

                Fue muy loco, muy erótico, perdido entre las butacas le chupaba la verga con esmero, mis sentidos se concentraban en eso, pero mis oídos se llenaban del audio de la sala, gemidos porno que me excitaban, mi pija dura escondida entre mis prendas, mis manos fijas en los apoya brazos, mi boca golosa en esa hermosa pija, poniendo todo mi esmero, cambiando ritmos, velocidades, intentando que no escapara de mis labios, el muchacho se iba relajando sobre la butaca, siempre acariciando mi cabeza, cada vez más abajo, mas, y más…
                Lo sentí llegar, y no hay nada que me excite más que beber los jugos de desconocidos, en situaciones improvisadas, como la que estaba viviendo, empecé a sentir en mi boca eses rico sabor, las primeras gotas de semen que no podía contener, empecé a gemir, apuré el ritmo, de repente una catarata de leche caliente exploto en mi boca, me contraje solo seguí, lo degusté y lo tragué lentamente, perfecto, exquisito, hasta la última gota…

                Me incorporé en silencio, con una dureza mortal entre las piernas, con el culito latiendo en deseo, aun paladeando el sabor que perduraba en mi boca, me senté a su lado nuevamente, por primera vez presté atención a la proyección de la pantalla, un chico rubio era sometido por una jauría de hombres musculosos, por todos lados, esperaban uno a uno su turno par a penetrarlo, me acerqué al oído del morocho y le susurré

Lo que daría para ser el rubio ese…

Él se acercó y me devolvió unas ricas palabras a mi oído

Tengo un par de amigos, si quieres los llamo y probamos, salgamos de este antro y vemos que hacemos, si?

No lo pensé dos veces, me levanté y me dispuse a salir de la sala, asegurándome que el siguiera mis pasos, llegamos a la vereda, estaba oscuro y había refrescado, tomó su celular al tiempo que me dijo

Soy Alejandro, encantado, llamo a un par de chicos y vemos que hacemos…

Alcancé a decirle mi nombre, pero no supe si me escuchó, él ya estaba concentrado en hablar con sus amigos.
Después de unos minutos todo parecía encaminado, acordamos que mi casa sería un buen punto de encuentro, ambos estábamos en coche, así que cada uno por su lado partimos en busca de placer.
Llegamos, lo hice pasar, me pidió ir al baño, luego fui yo, esperábamos que llegaran sus amigos así que mientras él bebía una cerveza yo fui a producirme para la ocasión, es que en estos casos disfruto mucho vestirme de nena.

Fui a mi cuarto, me desnudé y busqué ponerme linda, ya saben, medias de red negras, caladas, una tanga infernal que enterré en mi cola y donde me costó trabajo meter mi verga dura dada la excitación que tenía, me puse un vestido corto turquesa que tengo para estas ocasiones, me pinté los labios y los ojos, obvio me puse peluca, tengo un fetiche con las pelucas…
Me miré al espejo por última vez, solo faltaban mis zapatos tacos altos…
Al volver, Alejandro ya estaba con sus dos amigos que me comieron con la mirada, estaba hecha una putita y el culito me latía incontrolable en deseo de verga…

Solo me tomé unos minutos para ver lo que me había tocado en suerte, Sebastián, silueta promedio, de ojos grandes y hundidos, mirada recia, calvo con barba de unos días prolijamente recortada, lucía informal con una remera blanca con inscripciones en celestes, un jean oscuro pegado al cuerpo y zapatillas de marca, muy prolijas.
Marcos, por su lado un tipo más grandote, de contextura digamos obesa, con esas panzas un tanto prominentes, de voz ronca, castaño con peinado raya al medio, tenía una camisa cuadriculada apenas abrochada, y pantalón bermudas y chancletas, lo que le daba un toque hasta vulgar. Unos tatuajes llamativos decoraban sus antebrazos y sus pantorrillas, por lo que intuí que seguramente bajo las ropas tendría algunos más.

La verdad me sentí un tanto desilusionado, mis ‘modelos’ distaban bastante de los chicos musculosos y pijudos que había visto poco tiempo atrás en la pantalla del cine Apolo.
Y ya estábamos en el juego, me preguntaron que me gustaba hacer a lo que sin dudar les respondí

Quiero que me hagan de todo, quiero que me violen, que no me tengan piedad…

Porque así soy yo, soy más mujer que muchas mujeres…
Solo me vi de rodillas, entre tres tipos que se pelaban por meter su sexo en mi boca y yo me desvivía por esas vergas hermosas, que me rodeaban, agarraba una, chupaba otra, ellos me pegaban con sus pijas en mi rostro y eso me excitaba demasiado, sentí como mi pija dura había escapado a un costado de la tanga, me sentía hervir, más cuando una de las manos de Marcos se deslizó bajo el vestido, y buscó encerrar entre sus dedos la parte trasera de mi cola lees para empezar a tirar una y otra vez hacia arriba haciendo que se enterrara más y más entre mis nalgas, al punto de afiebrarme en deseo el esfínter en deseo ya incontenible de ser penetrado, y realmente no pude aguantar más…

Los dejé a un lado, fui a mi masa de luz, traje preservativos y se los aventé como si fueran caramelos, parte de la fiesta, también un poco de lubricante para que no me doliera la colita…
Me acomodé sobre la mesa del comedor, apoyando los codos, sacando culito sobre mis tacos altos y los apuré

Bien? quien será el primero?

Parecieron correr una carrera, Alejandro con premura se colocó el preservativo en su pija y tomó la iniciativa, vino decidido sobre mí, levantó el vestido hizo la tanga a un lado e intentó penetrarme, reaccioné contrayéndome en dolor.

Despacito! No seas bruto… no vez que me haces doler?

Mi reclamo enfrió la situación, es que realmente había sido muy rápido y me hizo doler la colita…
Entonces untó sus dedos en lubricante y suavemente acarició mi agujerito haciendo una pausada dilatación, ahora sí, volvió a intentar un poco más tranquilo y dulcemente su verga se fue metiendo en mí ano.
Empezó a moverse en mi interior, rompiéndome el culo, mi verga dura se refregaba contra el borde de la mesa, pasaron nos minutos, mete y saca, luego dejo su lugar a Marcos, y luego a Sebastián, uno a uno se turnaban y pasaban por mi culo llenándome de placer, me arrancaban gemidos, me daban nalgadas y me decía puta, por la posición era inevitable que mi sexo rozara en la mesa, más y más, me sentí acabar, sentí mi semen explotar mientras me rompían el culo, caí rendida…

Marcos que era el más fornido de los tres me estaba cogiendo en ese momento, al ver lo que sucedía me arrancó la tanga haciéndola crujir entre sus dedos, hizo que girara para quedar frente e frente, mi rica y depilada verga seguí erguida, mi pierna derecha y mi abdomen empapados de semen, el me levantó en el aire como si realmente fuera una chica, me sostuvo de las nalgas los rodee con las piernas por la cintura y con los brazos por el cuello, me dejó caer lentamente hasta asegurarse que su pija volvía a penetrarme, entonces empezó a balancearme en el aire, arriba, abajo, arrancándome gemidos de placer…

Alejandro vino entonces por detrás, apenas bastaron unos segundos para que el también metiera su verga en mi culo, dios… que rico… dos pijas al mismo tiempo, entrando y saliendo me tenían ensartada como una rica puta…
Ellos me decían groserías mientras me violaban, que era una puta, que me rompían el culo, y que una cosa, y que otra, eso solo lograba que mi verga estuviera rígida como un sable.
Alejandro dio su lugar a Sebastián, ahora era el relleno del emparedado del gordo y del calvo, y yo, todo depilado, aun con medias de red, tacos, peluca, era la reina de la fiesta…
Terminamos en el dormitorio, me tiraron sobre la cama, me levantaron las piernas y me la volvieron a meter, toda hasta el fondo, mientras yo lamía las dos vergas libres, se fueron turnando, me hicieron de todo…

Cuando el final estaba próximo fui nuevamente a mesa de luz, a buscar a mi amigo, tengo un hermoso juguete con forma de pene de caballo, es mi favorito, en especial por el tamaño, es que soy muy goloso…
Yo solo me lo metí por completo en el culo, tan largo y grueso, porque nada podía ser tan bello como mi pene de caballo, metiendo y sacando, masturbándome al mismo tiempo, mientras ellos ya desprovistos de preservativos también buscaban el final sobre mi cuerpo…

Marcos fue el primero, una andanada de semen llegó a mi cuerpo, a mi rostro, mi pecho, ensuciando todo a su paso, Luego fue el turno de Alejandro casi al mismo tiempo que yo lo hacía, entre gemidos de placer, su leche fue directo a mi abdomen y pecho, donde se encontraba con la mía, mezclándose todo en uno.
Sebastián fue el último, el que más tardó, el, observando que era en ese momento un desastre de persona, solo apuntó hasta la última gota en mi boca, para beber nuevamente una ración de rica y nutritiva lechita…

Todo había acabado, solo fueron espectadores de lo que yo hacía, degustando aun el semen en mi boca y lo que tenía esparcido en mi cuerpo, había dejado el enorme pene de caballo a un lado y disfrutaba metiéndome los dedos en mi trasero, excepto el pulgar todo estaba dentro…

                Llegó el momento de la despedida, ellos se habían vestido nuevamente, aunque yo seguía hecha una puta sucia y olorosa, lo curioso y que me llamó la atención en ese momento es que Alejandro intento darme un beso en la boca, pero yo me retraje poniendo mi mano entre nuestros labios, no era la idea, no era el momento, yo amaba esas relaciones locas, libres, sin compromisos, Él lo comprendió, solo se despidieron.

No tardaría mucho tiempo en asumir que había cometido un error, el moreno realmente me había gustado, y arrepentí de no besarlo, la parte triste de la historia…
Poco después volví a pasar por el cine Apolo, en verdad hoy en día sigo pasando, en busca de nuevas aventuras, de nuevos encuentros locos, en busaca de sexo. Siempre con la esperanza de volver a encontrarlo, siempre mi vista se dirige a esa butaca, a ese sitio donde comenzó todo, pero siempre sin suerte, pero no me daré por vencido, sabes Alejandro, seguiré yendo, con la esperanza de encontrarte…


Si eres mayor de edad puedes escribirme a con título ’CINE APOLO’ a 

dulces.placeres@live.com 





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