Thursday, November 29, 2018

Yo les doy para la leche




Esto paso en mi barrio, un barrio pobre. yo soy pobre. Tendré una casita de ladrillos un poco mejor que las de mis pocos vecinos y trabajo haciendo cosas pequeñas de albañilería y demás. Pero mi vecina tiene una casilla de madera y 6 hijos. Su marido murió hace poco y no tiene como darles comidas a sus hijos. Un día vino a mi casa desesperada.
Daniel no tengo que darle de comer a mis hijos. me prestas plata yo te la devuelvo.
No tengo Clara. apenas llego para el pan de hoy.
Dale Daniel, ayer comiste asado no te sobró nada?
No me sobró. Escúchame Clara no tengo.
Dale Daniel hago lo que quieras.
Fue en ese momento que me di cuenta de que de verdad haría cualquier cosa. Era una mujer sucia. cogerla sería algo bueno pero desagradable. Era una mujer muy dejada era joven tenía 40 y muy pobre.
Clara cómo qué harías cualquier cosa, no seas así.
Si Daniel necesito comer. Te chupo la pija, dale tengo hambre. No te hagas el tonto hace cuánto que no te chupan la pija, vos tampoco eres Brat Pit.
Y tenía razón no era Brat Pit y ya tengo 48 años y pago para coger pero pago para coger mujeres más o menos lindas, esta estaba arruinada.
Hagámosla corta Daniel, te chupo la pija. Dale sentate, aparte hace rato que no veo una.
Bueno dale pero mira que no tengo comida y plata.
Y Clara con mitad hambre mitad ganas de tragarse una pija me sentó en mi sillita de madera se refregó la boca con el brazo y mano y se arrodilló. Me bajé los pantalones y me la empezó a mamar. Y la verdad que la ignorancia era sólo dialéctica y de modales porque la chupada de verga estuvo muy buena, no sé si de hambre o de ganas.
Listo Daniel dame algo para mí y los chicos. ¿Tenes arroz. fideos??
Le di un paquete de arroz y pan que tenía de casualidad allí.
Gracias Daniel por la comida. y aparte tengo que decirte que tienes una pija rica.
Y así empezó a venir día por medio a chuparme la pija por comida. Nos fuimos haciendo una especie de amigos pero yo no le regalaba nada siempre una mamada por algo. y a veces venía a tomar unas cervezas a casa.
No conocía a sus hijos los veía muy raramente pero tenía 6 y todas mujeres. la más grande tendría 12 y una bebe de 1 año. la de 12 era una niña muy linda si estuviera limpita con ropa bonita sería una muñeca pero así sucia era un despojo. sus hermanitas era casi su idéntico todas era parecidas de cara. las edades eran creo 4, 6, 8 y 10 la de 12 y la de 1 año.
Un día fui a la casilla de ella a tomar una cerveza. llevé pan y leche para sus criaturas y nosotros dos tomamos cerveza. Ella ya estaba cantando y empezaba a hablar tonterías. hasta me quería chupar la pija adelante de sus hijas.
Daniel manda a comprar dos cervezas más no mejor cuatro!!!
Bueno toma nena anda trae tres más.
Anda hija trae 3 iguales a esta, dijo a su nena.
Tomamos dos y Clara ya estaba borracha. Golpeaba la mesa, gritaba, se reía. Yo estaba dentro de todo bien mareado pero no más.
Daniel ya te chupé la pija anda a comprar dos más dale!!!!!
Decía y hablaba así delante de sus hijas
La que queda, vamos a terminarla!!!
Y destapó la última y se tomó de un trago la mitad.
Ahora si anda a buscar dos más!!!
Anda nena decirle que vas de parte de Daniel que te de dos más que mañana se la pago. Y salió la nena.
Clara se hincó para empezar a chupármela. Sus hijas la miraban y no entendían nada. Y ella me la quería chupar sea como sea.
Para Clara están tus hijas mirando!!??
Que vean seguro el día de mañana lo van a hacer a su novio.
Borracha total!!! y me desabrochó el pantalón y saco mi verga que estaba semi parada y me la empezó a mamar adelante de sus hijas que sólo miraban a su mama y me miraban a mi cuando yo dirigía mi mirada a ellas. Cosa que me calentó muchísimo. Tomé la cabeza de Clara y empecé a hacer tragársela más y más mientras miraba a esas pequeñitas que se acercaban más a mi pensando que le pasaba algo a su mamá!!!!
Mamiiiiii!!!!!!!!! mamiii?
Y Clara se recogió el pelo y con la verga adentro de la boca miró a su hija con cara de pregunta. Sacó la pija de su boca y le dijo que quieres????
Nada mami nada dijo la de 10 años creo que se llamaba Juana.
A lo que llegó la más grande con dos cervezas más y vio a su madre chupándomela toda.
Clara, tu hija la más grande esta acá.
Se volvió a recoger el pelo totalmente sucio y despeinado y miró a su hija mayor.
Mira hija esto era de lo que hablábamos el otro día mira cómo se hace!!!!!!
Y la hija dejó la cerveza en el piso y empezó a mirar a su madre con una cara de asombro y atención. Mientras su madre subía y bajaba sobre mi pija con su boca, todas sus hijitas la miraban y yo las miraba a toda y ellas a mi sin decir ninguna palabra.
Y Clara se metió tanto la verga que casi vomita y la soltó.
Vieron hijas así se chupa una pija aprendan cuando sean grandes como su madre!!!! Dónde está la cerveza, destápala Daniel, qué esperas!!!!
Yo con la pija bien dura asomada, abrí la cerveza y se la di. Su hija mayor me miraba con cara de no saber nada; las más chicas no decían nada y jugaban.
Mami estas bien? le preguntó la más grande.
Sí hija estoy bien sólo tomé un poco. Viste como la chupé te acordas que hablamos???
Sí mami me acuerdo, pero no grites.
Ahí está mira, te toca hacerlo!!
Que pasa acá? Dije. Clara estaba totalmente borracha, sin saber lo que hablaba.
Hija, aquí esta, chúpala, a Daniel no se va a enojar.
Y yo no dije nada.
Daniel no se enoja.
La hija no avanzaba y Clara se levantó la tomó del cuello y del brazo la arrodilló y la quería hacer tragar mi pija.
Alto Clara que haces??
Vos cállate ella tiene que aprender y si no, entonces mi hija Juana.
Y cuando Clara dijo eso, la chica aflojó el cuello y dejó que su madre la guiara.
Le acercó a mi verga y la ensartó con su boca y Clara la forzaba con la manos .
Eso hija, así como mami
Y yo volaba de placer, cómo llegamos a este punto no sé, pero a mí me la estaba mamando una nena de 12 y la madre la ayudaba. Las hermanitas empezaron a llorar porque pensaban que su hermanita estaba siendo golpeada o algo así.
Mami, Juana decía llorando.
Decirles a tus hermanas que no pasa nada. Clara le dice a la nena grande.
Tranquilas chicas estoy bien estoy jugando, dijo la chica grande. Y se calmaron. mientras Clara empinaba la botella y siguió emborrachándose más.
Y Clara la volvió a obligar. Luego la fue aflojando cuando su hija me la mamaba despacito y sin apuro.
Yo la miraba y no lo podía creer. Con mis manos agarré su nuca y cabeza, para marcar el ritmo que yo quería.
Clara mira hacia su costado y la nena de 10 y las demás miraban.
Qué, también quieren?????
Juana, asienta con su cabeza.
Ves Daniel ya le empezó a gustar a Juana.
Clara le dice a su hija mayor: Tu hermana Kary te está mirando con cara de miedo.
No pasa nada Kary, dijo la chica de 12, mientras seguía mamando, anda a jugar
No. le dijo Kary
Entonces que mierda quieres Karina????quieres chuparla vos también ahora??? eso quieres????
Si, ya me estaba dando ganas. Al escuchar eso la chica de 12 deja de chupar y llama a Kary.
Ven Kary
Juana pregunta, que estás haciendo??? Nada es rico eso.
Jajajaja ,viste Daniel, Kary quiere pija también, lo sabía por algo miraba. Quieres probar Kary le dijo su hija.
Toma ven le dijo Clara, Y Kary se acercó temerosa y mirándome. como pidiendo permiso. Se acercó a su hermana y se acomodó. La nena de 12 la chupó y Kary la miro.
Ahora vos, la nena mayor le dijo a su hermana.
y Kary no dejaba de mirarme y acercaba su boca a mi verga hasta que llegó a mi cabeza ayudada por su hermana.
Dale nena tanto vas a tardar dijo Clara. y Kary metió lentamente su boca en mi polla.
Te gusta Daniel, dijo Claramente.
Y la verdad que sí Clara, esto está muy bueno y vos muy borracha. Y se sacó la remera mostrando sus pechos que estaban más o menos bien para ella serían los mejores pero para mí estaban caídos. te gustan? Me dijo
Si, si Clara(mentira) y gozaba de la chupada de su hija y ya empezaba a sentir como me estaba viniendo.
Clara tus hijas la verdad son tan buenitas y obedientes y la chupan muy bien pero no mejor que vos!!!( mentira un halago para Clara que estaba tan borracha que no se podía mi mantener sentada)
Ayyy, me vengo Clara no aguanto más. Y cuando dije así, Clara se levantó como pudo y se acercó a mí,  quitó a sus hijas de mala manera a empujones.
Me la das a mi toda esa es mía. Y agarré a Clara con toda mi fuerza y la empecé a empujar por la boca , hasta que me vine y le llené la boca de leche hasta la última gota.
Aaaaahhhhhhj aaahhh diiiioooossssss aaaaaaa Claraaaaaa aaaaa y caí sentado sin fuerzas. Clara quedó con la boca abierta y los ojos cerrados volvió en sí y miro a sus hijas con la boca llena de semen.
Miren hijas, y se tragó la leche y luego le metió un trago de cerveza. Su hijas la miraron.
Acóstate Clara estas muy borracha. Dije. Háganle lugar a su mama que esta con sueño. La acostamos en la cama y no quería dormir hasta que sintió que estaba con sueño y quedo completamente dormida.
Vengas chicas salgamos dejemos descansar a mami. Me senté en una silla y las dos me miraban. Vengan no me tengan miedo. Díganme tío Dani enserio no tengan miedo.
Y se acercaron a mi suavemente.
Les gusto lo que hicieron???
A mi si dijo la mayor. A mí también dijo Kary.
A si? y lo volverían a hacer?
Yo si dijo la mayor, y yo también dijo Kary.
Y mi morbo ya pasó a puntos terribles y viendo que Clara dormía con un animal y yo estaba con sus hijitas que ya dos estaban regaladas y confiadas decidí hacérmela mamar por ellas y por Juana.
No quería cogerme a la hijas de Clara ni mucho menos abusar de ellas, nunca se me había pasado por la mente eso. Hasta que pasara lo que paso y debo reconocer que la pija nunca se me había parado tanto ni sentía tanta presión en esa parte.
Ya Clara estaba muerta de cansancio en la cama de borracha a mas no poder. Y yo recién acabadito. y sus hijas mimosas y a mi lado era su figura de hombre en la casa.
Nena anda a ver si tu mama sigue dormida
Esta roncando, dijo Kary.
Oiga Daniel que era eso que le salió de su cosa o pija como dice mamá? Que le dio a mi mama en la boca? me pregunto Juana.
Ay chicas eso es leche de hombre para mujeres grandes como su mamá eso no es para ustedes. Les puede caer mal, aparte es muy amarga no les va a gustar, no se preocupen. Haber Juana ven sentate en mi pierna. y vos Kary en la otra.
Las tome y senté una en cada pierna.
Yo desde ahora las voy a cuidar ustedes dos y sus hermanitas son mías ahora sí???
No, nosotras tenemos mamá, dijo Kary.
Pero su mamá no es cariñosa como yo. Yo la voy a mimar a vestir que les parece.
Y eso les gusto.
Ropa??? sí ropa yo sólo tengo esta ropa. Dijo Juana.
Sí lo sé a ver si yo ahora voy a buscarles ropita que les parece???
Sí, dijeron las dos.
Bien pero yo necesito algo a cambio también.
Que necesita Daniel.
Tío decime tío. Y necesitaría que ustedes dos hagan lo mismo, juntitas y con hermanita mayor también.
Ay nosotras sí , pero las otras solamente vieron pero no saben nada. Tienen miedo. Dijo la mayor.
Pero tienen miedo porque su mamá gritaba mucho y molestaba.
Y si tiene razón.
Su madre duerme ahora que les parece. Saben que voy hasta el quiosco y vuelvo espérenme.
Salí corriendo al quiosco y le pedí al quiosquero caramelos y miel.
Anótamelo después yo te pago. Por favor no puedo hablar de la garganta me mata!!!!!!!
Volví a los saltos y me metí a la casilla mugrienta esa.
Volví acá estoy chicas.
A dónde fue??
Miren chiquitas!!!!!! y sacudía una bolsa llena de caramelos y capte la atención de las niñas. Tomen uno. Todas tomaron uno.
Ok Juana que hablamos. Ven, ahora te toca, chúpala.
Juana se agachó y empezó a chupar mi verga adelante de todas sus hermanas.
Dale Kary vos también.
Y Kary se agachó al lado de Juana y besaban mi polla, tomé la miel y metí el dedo y le di de probar a la todas las hermanitas y me quedaron mirando. Volví a meter el dedo en el frasco y me miraban a ver si volvió a darles. Lo pasé por mi pija, la hermana mayor se acercó a lamer me punta de mi verga
Mmmm así está más sabrosa, cambio el gusto póngale más tío, dijo la mayor.
Bueno pero y trae a tus hermanitas también a probar.
Unté mis dedos bien en la miel y esparcí por toda mi verga.
La nena mayor arrimó a una de las más chicas y empezó a comer de mi pija, así la que sigue y las otras dos. se peleaban por lamberla. yo gozaba de placer. Juana y Kary se reían.
Aaaayyyy diiiooosssss decía yo.
Y agarré el frasco de miel y lo unte totalmente en mi verga y esas mocosas muertas de hambre comían como perritas mi verga. La mordían. Lamian, chupaban. Era un desastre de lenguas. Cuando se comieron todo el dulce yo estaba como en coma de placer.
Háganse a un lado, que tengo que tirar la leche.
Yo quiero ver y también probar dijo Juana.
Juana, estas segura y si no te gusta.??
Si no me gusta la escupo.
Yo también quiero dijo Kary.
Bueno va a ver para las dos acérquense.
Las junte cara a cara. Abran bien la boca les dije. Y me pajeaba golpeando la boca de ellas con mi pija. La pajeaba y pajeaba hasta que empecé a sentir que la leche se salía.
Lista chicas para ver como tragan la leche del tío. Abran la boquita ay viene ay viene ah vieeennee ay viennee aaaaaaaaaaaaaaaaaa oooo aaaaaaa y salió el chorro. No vi para donde lacee el primer disparo porque del placer cerré los ojos y mire hacia arriba. Volví en sí y los chorros uno para cada una hasta la última gota. Ellas me miraron y se miraron. Se separaron mirándose la leche en la boca cada una. Kary fue la primera en degustar la leche. Apenas la saboreo hizo cara de asco. Y Juana la saboreo y también hizo cara de asco y terminaron escupiéndola al piso.
Ven que no les iba a gustar era para grandes eso.
Ay si es fea y tiene olor. Dijo Juana.
No quiero más de eso sabe feo. Kary dijo también.
La mas grande se acerco a mi verga, y dijo…
Yo me acabo lo que te quedo dentro. Y así lo hizo, me dejo sin leche y con su lengua me dejo muy limpia mi verga.
Clara, ni idea de lo que sus hijas acaban de hacer.
Ahora tengo que cumplir lo que les prometí a mis nuevas sobrinas.


LGBT: El aroma de un desconocido




Por RenovatioIII

Estaba a punto de cumplir mis 16 años. En ese entonces, tenía una novia. Como todos. Mantenía relaciones con ella, pero algo, algo, no era completo. No sabía exactamente qué me sucedía. No sabía que lo que me faltaba era un hombre. Lo empecé a saber el día que recibí un paquete en mi casa. Lo había entregado el cartero. Me lo entregó mi madre y me sorprendí porque nunca recibo nada.
Tenía mi nombre escrito. Obviamente alguien me estaba enviando algo, pero no tenía remitente. Lo abrí entre emocionado y nervioso. Lo primero que vi fue un sobre cerrado que decía: léelo atentamente. Y luego una bolsita transparente. En ella, algo que se veía como tela. Al abrirla, vi con cierta repulsión que se trataba de un slip de hombre de color azul.
Suerte que mi madre no estaba allí cuando abrí el paquete. Me asusté mucho y fui a mi recámara para leer esa carta. ¿Quién me está jugando esta broma, pensé.
Abrí la carta (misma que aún conservo) y leí su contenido. Textualmente dice: "Supongo que estarás nervioso, pero quiero que te tranquilices. Soy alguien que no te quiere hacer ningún daño. En realidad nos conocemos, pero no creo que en este momento te imagines quién soy”.
“Lo que recibiste es el slip que usé los tres últimos días. En él está mi aroma, mi aroma a hombre, mi aroma a verga. Quiero que lo acerques lentamente a tu nariz y comiences a oler. Sé que percibirás mi aroma, y sé que te gustará. Hazlo... ya."
Eso era todo. Recuerdo que mi corazón latía muy aprisa. Tenía miedo, estaba nervioso. Pero lo peor de todo, es que la bolsita con el slip estaba frente a mí, en la caja y la frase de acercarme a él y olerlo se repetía en mi cabeza. No sé por qué, pero lo hice, tal como me había escrito.
Al principio no olí nada pero luego acomodé la parte de la verga en mi nariz y lo distinguí perfectamente. Sentí el olor de ese hombre... y tenía razón, me gustó, porque mi verga tenía una gran erección al estar haciendo yo esto.
Me fui al baño, puse la carta delante de mí y el calzón en mi nariz y me masturbe... Acabé como hacía mucho no lo hacía...
Escondí el paquete y me quedé pensando quién sería el que mando esto. Tenía que salir con mi novia, pero le hablé para decirle que me dolía un poco la cabeza. Quería pensar y descubrir quién estaba detrás de esto. Seguía pensando en que era una broma, pero no lo era...
Los días fueron pasando y no había noticias. Sin embargo, el slip se convirtió en parte de mi vida. Recuerdo que una noche lo puse sobre mi almohada y oliendo fuertemente, me excité de tal manera que eyaculé sobre las sábanas, haciendo un verdadero desastre.
Mi vida seguía igual, solo que cada vez quería estar menos con mi novia. Prefería soñar con el hombre del slip. Lentamente le fui poniendo rostro, nombre, cuerpo.
A las dos semanas exactas llegó el segundo paquete. Igual que el anterior. Al abrirlo una nueva carta y en el fondo, tres bolsitas. En cada una vi un slip diferente.
Esta segunda carta decía: "Estoy seguro de que disfrutaste mi primer envío. Sé que entré a tu cuerpo a través de tu nariz. Posiblemente, no te has dado cuenta... pero soy parte de ti. Eres mío. Esta vez te propongo un juego. De los tres slips, uno es mío. Los otros dos, de dos personas diferentes a quienes les robé su ropa más íntima. Tienes que descubrir cuál es el mío. Cada uno tiene un número. Comienza a oler y descúbreme.  Estaremos en contacto".
No podía creer lo que pasaba. En mis manos tres slips y oliendo yo uno y otro. Recuerdo que al principio me parecía que nada olía, pero lentamente comencé a percibir los olores. Todo me parecía igual. Me ponía nervioso no saber cuál era el de él. Todos eran talla pequeña, así que no podía saberlo por eso.
Pasaron los minutos y finalmente, lo descubrí. El número 3 tenía algo especial, un aroma que ya conocía, era el aroma de mi hombre. En otras palabras, el olor de mi macho. Y acariciando todo mi cuerpo me masturbé una y otra vez. Estaba totalmente enloquecido por lo que me estaba haciendo este desconocido.
Pasaron solamente dos días y el teléfono sonó., Al contestar yo, escuché por primera vez su voz. Me dijo: “Carlos... dime el número de mi slip”. Me agarró totalmente de sorpresa y me quedé mudo. "Estoy esperando...". Y solamente dije: el 3.
Escuché una risa y me dijo: “sabía que lo harías... y sí, es el tres. Pronto podrás disfrutar verdaderamente y sentir el olor de mi carne”.
Cortó la comunicación. Su voz me decía que se trataba de un hombre de más de 30 años. Yo pensaba que se trataba de alguien del colegio, pero no... ¿Quién eres, desconocido....? Lo que me dijo “...pronto olerás mi carne...”, sus palabras resonaban una y otra vez en mi cabeza. Me di cuenta lo tonto que era. ¿Cómo es posible que le dije que su aroma estaba en el calzón 3? ¿Cómo es posible que le dije que había hecho lo que me había pedido? Una y otra vez me decía a mí mismo: eres un estúpido, un idiota. ¿cómo hiciste algo así? Ni siquiera sabes quién es ese loco que anda mandándote cosas? Pero sabe mi nombre, mi dirección, mi teléfono... Comencé a asustarme.


Decidí deshacerme de esos calzones. Era lo mejor. Los tiraría a la basura, le hablaría a mi novia y me iría a pasear. Era lo que tenía que hacer. Pero algo sucedió. En el momento de tener en mis manos su slip, y estar a punto de tirarlo, decidí olerlo por última vez. El aroma recorrió todo mi ser y volví a caer en sus manos, tal como me había dicho. Mi verga se levantó con toda su fuerza dentro de mis pantalones. Tuve que sacarla y comenzar a acariciarla mientras olía y olía, hasta derramar una vez más mi semen por este desconocido.
Los volví a guardar, decidido a tirarlos... mañana tal vez. Pero si este tipo me volvía a llamar, le diría que me deje de m*****ar, que es un degenerado y que lo iba a denunciar. Claro que sí. Así haría.
Debía olvidarme de él. Tenía que intentar yo volver a ser normal. "normal". Le hablé a mi novia y le dije que necesita verla. Ella siempre fue muy linda conmigo, y además, ardiente. Fuimos a ver una película y en el cine comencé a acariciarla, a besarle el pelo, la boca. Ella respondía a mis caricias y mi verga también. Me sentí más tranquilo. Seguía siendo hombrecito.
La llevé a mi casa y en esa recámara mía donde ya habíamos cogido un par de veces, decidí hacerla mía una vez más. La desnudé y comencé a besarla toda, mi lengua recorría todo su cuerpo mientras ella suspiraba y gemía. Me acerqué a su vagina, húmeda y deliciosa, como siempre... Pero.... Pero.................. El olor. El olor no era el que deseaba oler. El olor era de vagina, y ese día me olió más que nunca a pescado muerto... Mi duro pene se fue empequeñeciendo a gran rapidez.
“¿Qué te pasa?”. Me dijo. No sé... de pronto me mareé, me siento mal. Ella intentó reanimarme... pero mi verga era un lamentable pedacito de carne, casi muerta... "No te preocupes, a todos les pasa alguna vez, me dijo". Es cierto, pero jamás me había pasado a mí. La llevé a su casa y nunca más pude hacerle el amor.
Cinco días transcurrieron hasta que él llamó. Eran las 6 de la tarde, estaba haciendo tarea con un compañero del colegio, cuando él me llamó. Tenía la habilidad de sorprenderme siempre:
“Hola”... me dijo. Reconocí su voz de inmediato... ¿Quién habla, dije? "Lo sabes muy bien" respondió con su dura y dominante voz. "Mira, le dije, te voy a pedir que dejes de llamar a esta casa y m*****arme". "No digas eso, me dijo, si te encanta lo que te estoy haciendo...". Corté la comunicación.
Mi corazón latía violentamente. Mi compañero me preguntó que qué pasaba. Le dije que nada, que ya volvía con él a hacer la tarea. Pero el teléfono volvió a sonar y al poner la bocina en mi oreja, él me dijo: "Veo que necesitas un poco más de mi tratamiento. Estaremos en contacto". Y esta vez cortó él.
Cómo sentarme a hacer ahora tranquilo la tarea? Estaba histérico, nervioso. ¿Qué quiso decirme con lo del tratamiento? Hice el esfuerzo y me senté a estudiar. No sé cómo lo logré, pero terminamos la tarea y mi amigo se fue. Yo salí a tomar un poco de aire en la calle. Necesitaba caminar y pensar.
Descubrí que algo nuevo sucedía en mí. Mis miradas se dirigían a los hombres, pero no a los de mí edad, sino a los de 30 o más. Miraba sus bultos, miraba sus rostros, sus ojos. Caminaba y caminaba y en una oportunidad, vi acercarse un hombre hacia mí. Tenía unos jeens azules ajustados y una camisa blanca con 3 o 4 botones abiertos, de la cual salía parte de su vello. Cuando lo miré a los ojos, al estar ya cerca de mí, mi mirada se cruzó con la de él. Él también me estaba mirando. Me quedé duro. En algún lado había leído que los gay se descubrían entre sí a través de las miradas. Me di vuelta y el tipo estaba parado mirándome. Me puse a correr, y a correr.
Llegué a la casa agitado y me tiré en la cama. La respiración comenzó a calmarse, pero mi pene comenzó a erguirse, pensando en ese hombre que me resultó atractivo en la calle, a quien en mi fantasía le asigné la voz del teléfono y por supuesto, el aroma de esa verga que tanto deseaba.
El tratamiento llegó unos días después. Una caja como las anteriores. En la parte externa decía: Ábrela a las 8 de la noche. Eran las dos de la tarde. ¿Por qué tenía que esperar? La iba a abrir cuando yo quisiera, pero no lo pude hacer. Sentí que era mi forma de jugar con él, pero en realidad, y sin haberme percatado, él se estaba apoderando de mí.
A las 8 en punto abrí la caja y otra vez adentro había una carta y un nuevo slip en su bolsita. Esta vez la carta era más extensa:
"Vas a hacer todo lo que te diga. Primero quiero que estés en tu recámara y te desnudes totalmente. Luego, sigue leyendo la carta...". No lo dudé ni un segundo. Afuera toda la ropa. Mi verga ya estaba majestuosa. Seguí leyendo:
"Esta vez mi slip tiene algo diferente... no solamente está en él mi aroma, sino también una gota de mi semen... Lo podrás encontrar en la parte delantera del slip. Quiero que lo pruebes con tu lengua, porque será la primera gota que entrará en ti. Además, coloqué un polvito blanco en la zona de mis huevos. No lo quites. Ese polvito ayuda a que el olor se sienta con más fuerza, tal como a ti te gusta. Disfruta de este tratamiento, goza con ganas y ten un teléfono cerca de ti. Es posible que te hable".
Tomé con cuidado la bolsita y saqué este tercer slip de él. Enseguida vi el polvito blanco, y tal como me había dicho, me esforcé para que nada se cayera. Distinguí la humedad en la parte delantera del slip. Me daba un poco de asco, pero mi lengua recorrió esa parte. Realmente, no me di cuenta de mucho, pero la sola humedad me calentaba.


Era el momento de oler a este hombre con este producto que le había colocado para incrementar su aroma. Decidí aspirar con todas mis ganas. El aroma entró con fuerza. Realmente olía fuerte, riquísimo. El polvito blanco entró a mis fosas nasales. Seguía oliendo y oliendo, pero algo me estaba pasando. Me estaba mareando un poco, pero estaba muy excitado. Mi cuerpo ardía. Pasaba mi mano por la verga y sentía que iba a eyacular, por lo que la retiraba. Pero cuando me acariciaba mi pecho, o las piernas, sentía que todo en mí era electricidad. No podía dejar de oler su aroma y el polvito blanco estaba en toda mi cara, pero en especial, en mi nariz.
No escuché el teléfono. Estaba yo prácticamente volando en mi excitación cuando mi madre golpeó mi puerta y me gritó: atiende que te están hablando. Sabía que era él, y así, acostado, desnudo y con su slip en la mano, dije: Hola.

-¿Cómo estás, bebé?
-Bien... contesté
-¿Bien... caliente?
-Sí, conteste suspirando.
-Casi no puedes hablar, verdad? La excitación es enorme, no es cierto?
-Así es...
-Dime que haces.
-Me acaricio y te huelo.
-Te gusta mi olor?
-Me encanta.
-¿Cómo está tu verga?
-Durísima, le dije.
-No quiero que la toques más.
-No puedo evitarlo.
-Dije que no te la toques más (dijo en tono serio y fuerte)
-¿Por qué?
-Porque tu verga dejará de ser el centro de placer de tu cuerpo y mi verga será tu mayor placer.

No sabía que me pasaba... estaba excitado pero había algo más. Ni siquiera mi voz era normal. Sentía que todo mi cuerpo estaba excitado, toda mi piel. Dejé de tocar mi verga.

-¿Te sientes raro?
-Sí, un poco.
-Pero muy excitado. Más que nunca.
-Así es.
-Es producto del tratamiento. HUELE UN POCO MAS

Así lo hice.

-Sabes que son los Poppers?, me preguntó
-No, le dije
-Ya te lo explicaré, pero ahora quiero que humedezcas un dedo tuyo y comiences a acariciar con su humedad tus pezones.

Cada palabra suya era una orden. En apenas un segundo mi dedo humedecido con mi saliva giraba alrededor de mis pezones. Se pusieron muy duros, muy rápido.

-Te gusta tocarte ahí?
-Se siente muy rico.
-No dejes de hacerlo, son tus tetitas, precioso.

Me acariciaba más y más. Nunca había sentido tanto placer en esa zona como ahora.

-Vuelve a chuparte un dedo y así, acostado, levanta tus piernas y llévalo a tu culito.
-Sí, sí.
-Acaríciate el agujerito despacito y deja que tu dedo empiece a entrar en ti.

-Sí, sí...
-Te encanta, verdad?
-Sí, mucho, me calienta mucho
-Pero sabes que tu culito necesita algo más que un dedo, verdad.
-Sí
-Dime que es... dímelo
-Vergaaaaaa

Cortó la comunicación y yo seguí acariciando mi cuerpo, hasta derramar mi semen sobre mi pecho. Por primera vez, probé mi semen. Estaba aprendiendo rápido, demasiado rápido y me encantaba. Necesitaba que me llamara nuevamente, pero el "malvado" no lo hizo en ese momento.
Mientras intentaba despejar mi mente y limpiarme, sabía que estaba perdido. Alguien había descubierto el secreto más profundo que tenía. Tan secreto, que ni yo mismo lo conocía totalmente. Tenía mucha culpa de haber hecho lo que hice, de haber cedido a ese hombre, de haberme dejado llevar al placer total, haciendo lo que él me decía.
Seguía un poco aturdido, mientras iba guardando todo lo que él me había enviado. Me preguntaba quién sería, pero al mismo tiempo intentaba no saberlo, porque me daba mucho miedo. Era una mezcla extraña de sentimientos. Por una parte lo deseaba, era indudable. Pero por el otro, quería que desapareciera, que me dejara en paz.
En el fondo sabía que no tardaría en descubrir quién era. ¿Qué haría entonces? Acaso me escaparía o por el contrario, iría con él y dejaría que pase lo que tarde o temprano iba a suceder?
Tenía muchas dudas. Pero él no me dio demasiado tiempo para más dudas. A los tres días, la duda se develó.
Como todas las mañanas salía a las 7 a tomar al microbús que me llevaba a mi colegio. Esa mañana, un carro se detuvo. Por el parabrisas percibí la imagen de un hombre, un hombre que me miraba. Un hombre que se me hacía conocido, pero a quien no distinguía muy bien. Y del espejito retrovisor, colgaba algo. Yo esperaba el microbús, pero miraba el carro y finalmente distinguí que del espejito colgaba una bolsita idéntica a las que me había enviado.
Empecé a caminar... sabía que era él. Mi corazón latía muy aprisa. Caminé y me di cuenta de que el carro avanzaba. Se puso a un lado mío y la ventaba se bajó. Escuché su voz: "es hora de que subas, me dijo". Lo miré y lo reconocí: era Alberto, un señor que trabajaba en la papelería de la esquina de mi casa, y que desde hace años lo conocía. No podía creer que fuera él. Me detuve y lo miré: ¿Subes o prefieres ir al colegio?
No le contesté. Estaba totalmente petrificado. No podía siquiera pensar qué hacer. Lo vi tomando la bolsita del espejito y mostrándomela me dijo: sube, que esto es tuyo. Sus ojos y su mirada penetraban mi cabeza: ojos cafés claros que me estaban deslumbrando. La bolsa en sus manos y su mirada hicieron lo suyo: abrí la puerta y entré al carro, sin siquiera prestar atención al hecho de que alguien pudiera haberme visto.
Alberto se sonrió, cerré la puerta y arrancó. "Huélelo", me dijo, "quiero verte haciéndolo". Abrí la bolsa y me reencontré con su aroma... realmente me enloquecía. Mientras conducía, él me miraba y se sonreía, mientras yo cerraba mis ojos y me entregaba al placer que me estaba dando este hombre, con su puro aroma.
"Quiero verte masturbándote", me dijo. Mi mano se fue directo a mi verga, y por sobre el pantalón comencé a acariciarme. Él detuvo el carro y me miró fijamente. Era realmente atractivo: su pelo castaño oscuro, sus ojos hermosos, sus labios... y por supuesto, un cuerpo que recordaba muy bien. En realidad, lo tenía bien visto... aunque jamás imaginé que fuera gay y que yo iba a estar allí, a solas con él, en su carro. Mirándolo, seguía acariciando mi pene por sobre el pantalón mientras seguía oliendo su calzón.
Él tomó mi mano y me dijo: creo que no entendiste lo que te dije el otro día por teléfono. Te lo recuerdo: tu placer debes encontrarlo en otra parte de cuerpo. Tu pene debe permitirle al resto de tu cuerpo poder gozar. Detuvo el auto. Se acercó lentamente y apoyó sus labios en los míos. Jamás había besado a un hombre. En realidad, no sabía qué hacer. Pero no tenía que saber hacer nada, él lo hacía todo.
Su lengua humedeció mis labios, y mis ojos se fueron cerrando mientras sentía como su lengua se introducía en mi boca. Era una boca experta, supo agarrar mi lengua e invitarla a gozar con la suya. Acercó sus labios a mi oreja y me susurró: ¿Te gusta? Y sin poder imaginar otra cosa, simplemente le respondí: Me encanta.
¿A dónde me llevas? le pregunté. Logré tener un momento de lucidez. Yo tendría que estar yendo a mis estudios. El simplemente me contestó que estaría de regreso en mi casa exactamente a la hora de todos los días. Agregó sonriéndome que no me preocupara por los estudios de ese día. En realidad, me dijo, hoy aprenderás más que todos los días de tu vida.
En pocos minutos llegamos al destino. Detuvo el carro en el estacionamiento de un edificio. Allí vivía. 

¿Tienes miedo? me preguntó.
-Un poco, le dije.
Sabes que no voy a hacerte daño, verdad?
Creo que lo sé. (lo miraba y era simplemente hermoso).
¿Quieres que te lleve al colegio y no te "m*****e" más?

No supe qué contestar. Me estaba dando la oportunidad de huir de toda esta situación. Claro que tenía miedo y estaba muy nervioso. Tenía yo apenas 16 años y él le calculaba tendría 35.

-No lo sé, le dije.
-¿No lo sabes? Humedeció un dedo suyo en su boca y luego lo acercó a mis labios. Mis labios instintivamente lo recibieron.
-¿No lo sabes? Volvió a preguntar.
-¿Quieres que todo termine aquí?

Me moría por decirle que no, que quería estar con él. Pero por el otro lado sabía que estaba dando un paso sin retorno. Y si bien me excitaba la idea, me daba pánico.

-No lo sé, volví a decirle.

Tomó mi mano izquierda y la llevó a su entrepierna. Mis dedos pudieron sentir la dureza de su verga. Era la primera vez en mi vida que tocaba un pene que no fuera el mío. Por supuesto que el pantalón no me permitía sentir mucho, pero podía darme cuenta del tamaño y del estado de excitación en que se encontraba Alberto.

-¿Decides tú o decide ella (refiriéndose a su verga)?
-Me quedo, le dije finalmente y una sonrisa de triunfo asomó en sus labios. Una sonrisa excitante y muy varonil, que me enloqueció verle.

Sacó mi mano de su entrepierna. Me dijo que bajara el calzón que me había dado y que bajara del carro. Nos dirigimos juntos, en silencio, hacia el elevador. Me dijo al oído que actuara con total normalidad. Pasamos al lado de un par de ancianos y entramos al elevador. Al cerrarse las puertas, puso su mano derecha en mis nalgas y me dijo: “me vuelve loco tu culito”.
Las puertas se volvieron a abrir y me condujo a su departamento. Abrió la puerta y entré al que sería desde ese momento el santuario del placer. Estaba en penumbras, algo de luz del día pasaba por entre las cortinas. La sala estaba elegantemente decorada, un tapete blanco de mucho pelo, sillones, muy bonito. Algo había en el ambiente que me agradaba. Rápidamente me di cuenta de que era el aroma.
Alberto había logrado desarrollar en mí el olfato de una manera extraordinaria. Allí percibí con claridad el olor a Alberto, a este hombre, a este macho que me excitaba cada vez más.
Y ahí estábamos. Solamente los dos. Uno frente al otro. Yo, sin animarme a hacer nada. Él estudiándome, mirándome. Quién sabe qué tenía en su mente hacer conmigo.
Quería chuparlo todo, desnudarlo, gozarlo. Pero él hacía todo con cuidado, con detenimiento, sin prisa, y yo, simplemente actuaba en base a lo que él dijera o hiciera.
Se sentó en un sillón y yo me quedé parado como a dos metros de él. Abrió sus piernas y apoyó su mano en su entrepierna, en aquel lugar que había disfrutado mi mano en el carro. Lo veía apretarse la verga por sobre el pantalón, mientras me miraba profundamente.
Desnúdate, me ordenó. En pocos segundos estaba frente a él, sin mi camisa, sin mi pantalón, sin mis zapatos. Sólo, frente a él con mi slip. El miraba cada movimiento mío, y su mano acariciaba su entrepierna, mientras mis ojos estaban fijos en él.
Su mirada se endureció. ¡Te dije que te desnudaras! Entendí que me exigía sacarme el calzón. Lo hice, y me sentí realmente desnudo frente a él. Mi verga estaba totalmente dura, apuntándolo.
Acércate. Y al hacerlo, pasó su lengua por mi pecho. Me gusta tu sabor, me dijo... Te voy a comer todo, bebé. Y su lengua se dirigió a mi tetilla derecha, misma que reaccionó inmediatamente. Mis ojos se cerraron, mientras sentía a este hombre que me hacía vibrar. Mi mano se fue a mi verga, necesitaba acariciarla mientras él lamía mi pezón. Tenía una fuerte erección. La excitación era enorme.
En ese momento Alberto me separó de él. Tropecé y caí al tapete. Él se levantó y me impidió levantarme. Mirarlo hacia arriba era muy impactante. Era hermoso.
Te dije que no acaricies tu verga... y lo has hecho una vez más. Debes aprender a obedecer, bebé, si no tendremos problemas. Se agachó hacia mí y con su mano agarró mi pene. El sólo sentir el calor de su mano en mi verga hizo que casi derramara mi semen en ese instante. Pero él comenzó a apretar la base de mi verga con fuerza.

¿Te duele?, preguntó.
-Un poco respondí.

Apretó aún más. La apretaba cada vez más y me miraba directo a los ojos. Me dolía. No estaba recibiendo placer en ese momento.

Repite, me dijo: mi verga es la única que gozará aquí. No hay otra verga aquí más que la mía.

Comencé a repetir palabra por palabra mientras el dolor se acrecentaba en mi verga, y para mi sorpresa, ella comenzó a disminuir de tamaño. En realidad, el dolor había provocado su efecto.

Soltó mi pene, pero éste ya no era lo que era hace unos minutos.

Tomó mi cabeza y la hundió en su entrepierna.

-Dime qué quieres, dímelo.
-Tu pene, le dije, tu verga, por favor.

Dejó mi cabeza y comenzó a abrir su cinturón. Yo lo miraba desde abajo. Era un hombre muy excitante. Abrió el cierre y con un suave movimiento de cinturas, dejó que el pantalón cayera. Tenía puesto un slip idéntico a los que me enviaba. El bulto de su verga era impresionante.
Finalmente, comenzó a bajar su slip y su carne se levantó grandiosa. La miraba yo desde abajo y se veía enorme. Mi boca se hacía agua de sólo verla. Él se la acariciaba y me miraba dominantemente.
Tomó mi cabeza y me dijo con dureza: Esta es la única verga entre tú y yo. Repítelo. Lo hice y su verga, estuvo frente a mi rostro, gorda, dura, caliente, palpitante, deseosa de que me rindiera ante ella.
Huélela e identifícala, bebe. Me acerqué y efectivamente, era su olor, su aroma, ese olor que tenía bien conocida mi nariz.
Aspiré profundamente, y me dejé llevar por los caminos del placer que sólo dos hombres saben darse mutuamente.
Es increíble lo que me había sucedido en apenas semanas. No podía creer que estuviera allí, mirando una dura e imponente verga de un hombre que me excitaba con tan sólo mirarme y decirme unas palabras.
Al acercarme y oler su verga, tal como me lo había indicado Alberto, vi asomarse en la punta de ella una gota que brilló con la luz del cuarto. Él se dio cuenta que yo había visto esa gota, se sonrió como sólo él sabe hacerlo, paso un dedo por la punta de su pene y la tomó en él.

Levántate, me ordenó. De pie frente a él, comenzó a decirme que era el momento de comenzar a desarrollar mi gusto al semen, a la leche de un hombre.
Pondré esta gota en tus labios. Quiero que con tu lengua la disperses en tus labios y la saborees. Será el sabor más deseado por ti a partir de este momento. Tendrás sed de leche y esa sed nada la podrá satisfacer más que el néctar de un hombre. Nunca estarás satisfecho. Siempre querrás más y sabrás cómo conseguirla.
Puso el dedo en mis labios e instintivamente los cerré, saboreando esa extraña gota y también la piel de su dedo. El sabor me resultó un tanto extraño, aunque no pude definirlo más porque en definitiva sólo había sido una pequeña gota.
Mi leche ya está en tu cuerpo, dijo Alberto con aire de supremacía sobre mí. Mi leche te irá convirtiendo en lo que yo deseo. No podrás evitarlo. Forma parte de tu ser...
Apretó levemente su carne y una gota más abundante asomó, repitiendo lo anterior, sólo que en esta oportunidad pude sentir mejor el sabor. No sé si me gustó, pero el sólo ver el goce que le producía a Alberto verme saborearlo, vencía cualquier resistencia en mí.


Esto es solamente una muestra gratis, me dijo. Apenas una probadita, porque es momento de llenarte con fuerza y potencia de mi leche, ¿no crees?
Apoyó sus labios en los míos y penetró con su lengua mi boca. Otra vez me estaba besando y yo me derretía en sus brazos. "Me gusta el sabor que tiene mi leche en tu boca", me dijo. "Sabía que seríamos una buena combinación".
Su verga era admirable. Se mantenía enorme, tan dura que me fascinaba. No importaba si se distraía o platicaba algo. Todo el tiempo su dura carne se imponía. Sabía que esa verga y ese hombre harían en mi lo que quisieran. Por su parte, mi verga se mantenía quieta. Cuando intentaba crecer, dolía, por lo cual permaneció ausente.
Me tomó el rostro y mirándome con dureza me dijo: Ahora, vas a mamar mi verga. La quiero toda dentro de tu boca. No quiero niñerías, me entiendes. Nada de grititos ni de arcadas. Toda tu vida quisiste tener una verga en tu boca y ya lo habrás soñado y deseado más de una vez, no es así?

"Escúchame bien, chuparás mi venga hasta que me corra en tu boca. Pero por ser hoy la primera vez, sólo mi primer chorro lo recibirás y tragarás, luego podrás sacar mi verga de tu boca y dejar que te riegue tu pecho con mi leche. Está claro?".
-Sí, Alberto, lo que tú me digas.

Me arrojó al piso y nuevamente vi su deslumbrante verga. Acerqué mis labios hacia ella, y luego de percibir su olor una vez más, dejé que me vaya entrando lentamente. Él tenía razón, pero con su experiencia y mis ganas, las cosas iban bien. Su mano estaba en mi nuca. Presionaba suavemente, pero lentamente esa presión comenzó a aumentar y la rapidez en que su carne entraba en mi boca iba en aumento.
Mientras mamaba él me decía todo el tiempo cosas: "chupa, dulce, chupa... siempre lo deseaste aunque no lo sabías. Necesitaba que lo supieras y no perdieras tiempo enredándote con tontas chavas. Eres mío y sólo mío, mama, chupa, disfruta........

Apenas podía respirar, sentía que me ahogaba, pero mi calentura era tal que no podía dejar de chupar y chupar, hasta que el momento anunciado llego. Lo supe porque la presión en mi nuca se hizo más fuerte. Sentí los movimientos en su verga y una fuerte explosión de esperma entro por mi garganta, quedando parte en mi boca. Alberto sacó rápidamente su verga (tal como lo había dicho) y siguió disparando en mi pecho, que recibía más y más leche. De mi boca, salía parte de su esperma pero no lo dejé escapar. Me deleité con su leche y él se dio cuenta.
Con su mano pasó su leche por todo mi pecho. Era mucha cantidad y estaba yo sorprendido de su poder. Y lo más impresionante: su verga que permanecía durísima como un mástil a pesar de lo que había sucedido.

-"Agarra mi verga con tu mano", me ordenó. Siente su potencia, su dureza. Siente el poder que tiene sobre ti.

Y vaya si lo tenía... era impresionante.

De pronto, se desprendió con dureza de mí. Fue a su recamara y trajo de allí su celular. Me lo dio y me dijo: Háblale a tu novia y dile que ya no seguirás la relación con ella. Invéntale lo que quieras, pero acaba con ella ahora.
No podía creer que me estuviera diciendo eso. Me dio el celular y yo lo miraba atónito. Le dije que no me obligara a hacer eso, que yo la quería y no sé qué más.
Acercó su verga a mi cuerpo y me dijo drásticamente: ella o mi verga. Elige.

-No me hagas esto, por favor, le lloré.
-¡Huélela!, me ordenó. Y al hacerlo, no tuve ninguna duda. Haría cualquier cosa por esa verga. Estaba totalmente sometido a ella y a este hombre.

Le hablé a mi novia. Le dije que me disculpara, pero que ya no sentía lo de antes. Ella se puso a llorar y me dijo que me había sentido distante el último tiempo. Su llanto me hizo mal y Alberto lo notó, porque me acercó su verga nuevamente para que viera su tamaño y la desee más y más. Mi novia se convirtió en segundos en cuestión del pasado. Esa verga, sería mi presente y futuro.

-Bien, me dijo... es suficiente por hoy. Sé que quieres que te haga mío, pero eso no será hoy. ¿Sabes por qué?
-No, no entiendo por qué, le respondí.


Por dos motivos: el primero es técnico. Tu culito es muy pequeñito. No está preparado para recibir a tu hombre. Hay que darle tiempo y cariño para el día en que entre en ti.
El segundo: para que un hombre te coja, debes desear ser cogido. Desearlo con desesperación. Sentir que es lo único que deseas en la vida. Y ese momento, aún no llega. Quiero que llegue el momento en que me pidas, que me ruegues, para que te coja. Ese día llegará rápidamente, pero no es hoy.
Date vuelta, me dijo. Puso sus manos en mis nalgas y las tocó con lujuria. Parado detrás de mí me ofreció uno de sus dedos y me dijo que lo chupara. Yo lo hice, como si fuera su verga. El sabor de su carne me encantaba. Sacó el dedo de mi boca y lentamente lo fue haciendo entrar en mi culo.
Comencé a gemir de placer, pero también de dolor. Lo sacó y me dijo: tal como lo tenía previsto. Está muy pequeño, y mi verga, ya la has visto, necesita un culo bien grande para ser recibida.
Esto lo arreglaremos muy pronto. Trajo un estuche de madera y en el cinco tubos negros de diferentes diámetros con una base. Tomó el más delgado y me dijo que lo iba a meter en mi culo. Sentí lo que hacía, y sentí como me iba rompiendo mi cuerpo. Me dolía, pero él no se detuvo. En pocos segundos sentí que todo el tubo estaba en mi interior.
Se detuvo: me miró y me dijo. Lo usarás dos días enteros. Sólo te lo sacarás para cagar. El resto del tiempo debe estar en tu culo. Incluso para dormir. Tu slip no dejará que se salga. Usa uno ajustado.
Mientras tanto, sólo desearás mi verga. Podrás masturbarte por mí las veces que quieras. Pero no te puedes lavar el pecho. Allí llevas mi esperma, igual que en tu interior.
Vístete, me ordenó. Por hoy es suficiente. Pero antes de irte, quiero que entres a ese cuarto y mires lo que hay en la pared. Me vestí y con gran curiosidad entré. No esperaba ver lo que ví.
En la pared había clavadas en un marco de corcho, cerca de 15 fotos mías. En algunas estaba solo, en otras con mi novia, en otras con mis amigos del colegio.

- ¿Qué es esto?= le dijo con un poco de miedo.
- Esto significa que fuiste elegido para ser cogido por mí. Te deseo desde hace tiempo y trabajé para que esto sea realidad. Ahora, tú deberás desearme tanto como yo, para que te coja, para que te haga mío, para que no deseas nada más que mi verga en tu cuerpo. ¿lo entiendes?

Otro beso suyo impidió que contestara mientras que su mano obligó que la mía fuera una vez más a su verga, que una vez más comprobé que seguía dura como el hierro.

Era hora de finalizar esta sesión. Me llevó a mi casa, mientras mi mano estuvo nuevamente sobre su pantalón. Se despidió de mí en el carro, delante de mi casa, dándome un beso impresionante. Yo tenía miedo de que alguien me viera, pero él me dijo: no podrás ocultar esto mucho tiempo. Recuerda: eres mío.... mío.... mío. Mastúrbate y piensa en mí. Deséame cada vez más y cuando el deseo sea intenso y tu culo esté listo, búscame. Ya sabes dónde encontrarme. Bájate ahora.

Bajé del carro y él se fue... intenso como siempre. Se que en unos días más iré a buscarlo.


Guía para escribir relatos eróticos






Antes de comenzar, aclaro que estoy a la mitad de la carrera. Apenas comencé el quinto semestre de Ciencias De La Comunicación, me enfoco en las áreas de Periodismo, Humanidades, Ciencias Políticas, Historia y Antropología. Aún con el cincuenta por ciento de mis estudios profesionales, sé de lo que va todo esto.
¿Te atreves a leer este tutorial, ponerte en mis manos y confiar en que la información es correcta?
Redacto estas líneas dirigiéndome al género masculino, apegándome a la costumbre (el escritor, el lector, el personaje etc.). No es culpa mía que los fariseos que controlan la Real Academia Española, RAE; no se pongan a trabajar para desarrollar una versión más moderna y no sexista de nuestro bello idioma.  A muchas de nosotras nos llega a chocar esta situación, pero no podemos cambiarla desde nuestra trinchera.
Me siento motivada a compartirles este tutorial porque he notado muchos defectos de redacción y efecto dentro de los relatos que he leído. Estos errores se transmiten de relato en relato, se contagian como enfermedades porque unos escritores aprenden de otros y pueden llegar a copiar ciertos movimientos, manejo de escenas o de personajes.
Que nadie se sienta señalado. Cada uno tiene sus propios estudios. He conocido gente que destaca en Derecho, Medicina, Mecatrónica o Contabilidad. Lo que sucede es que no en todas las carreras te enseñan a redactar relatos.
¿He puesto “escritores”?
Sí. Y lo hice con toda intención. Aquí comenzamos.
Primero y principal. Somos escritores.
Cualquier persona que se sienta ante la computadora, abre un procesador de textos y escribe una historia medianamente comprensible puede considerarse escritora o escritor. No lo he dicho yo, si sientes que necesitas permiso de alguien que sepa sobre este tema, te recomiendo que leas el libro “Mientras escribo”, de Stephen king. Él lo explica mucho mejor.
Entremos en materia.
Demasiados lectores se quejan en los comentarios sobre algunos relatos. Les parecen aburridos, muy largos, poco imaginativos o incluso “copiados” de otros argumentos. Filtrando a los que sólo comentan por comentar y desperdician su tiempo jodiendo al prójimo, reconozcamos humildemente que a veces hay un fondo de verdad en todo esto.
Desde la primaria nos enseñan que toda historia se compone de Inicio, Núcleo o Nudo y Desenlace. Hasta aquí creo que todos sabemos lo mismo.
Bien, tienes una muy buena idea para escribir un relato erótico, pero te falta cierta habilidad. Comencemos por esta base de parvulario.
INICIO
Aquí presentamos a los personajes, su entorno y motivaciones. Puede ser el profesor que mira con morbo a sus alumnas, la monja que cierto día descubre que sus compañeras de convento se reúnen secretamente para tener relaciones sexuales, la chica que se excita al ver que su perro copula con la perra del vecino o la madre que descubre la relación incestuosa de sus hijos.
En el Inicio describiremos a los personajes. Los aspectos exteriores deben mostrarse claros, bien definidos y resaltando los puntos más importantes. Todo ello en el espacio de palabras más breve y conciso posible.
Las motivaciones son quizá más importantes que las descripciones externas. ¿Por qué tu personaje descubre que quiere tener sexo con su propio hijo? ¡Qué empuja al maduro cincuentón a querer violar a la novia de su nieto? ¿Cómo reaccionará el Friki ante las burlas del equipo de porristas?
Las motivaciones son el “qué y por qué”.
En el inicio debemos señalar también el entorno del personaje. ¿Cómo es su trabajo? ¿Cómo se lleva con sus familiares o vecinos? ¿Qué siente cuando los amigos miran a su novia con morbo?
El inicio del relato nos presenta las reglas del juego. Aquí muestras al lector a los protagonistas de tu historia, el universo particular en que se desenvuelven y las emociones, sentimientos, reflexiones y acontecimientos fuertes que los impulsan a ser y actuar.
Esta sección inicial del relato debe ser corta, casi telegráfica. Si el protagonista tiene una vida muy complicada y sientes que los acontecimientos previos a tu historia son muy importantes, no omitas estos datos. Sé breve, pero no destruyas tu idea, porque esto sería traicionarte a ti mismo. Puedes hacer algo así:
“Desde pequeña fui testigo de los malos tratos que mi padrastro daba a mi madre. A pesar de ser una mujer hermosa, Pedro no dejaba de humillarla, especialmente cuando había amistades o familiares presentes”.
Aquí hay un entorno, una historia de muchos años y una primera descripción de uno de los personajes, todo ello en pocas palabras.
“Por desgracia, estos momentos amargos tuvieron un efecto negativo en mi desarrollo. Crecí asumiendo que el lugar de la mujer dentro del matrimonio era el de sirvienta, sumisa,  blanco de burlas y animal de carga. En fin, desde mi perspectiva adolescente, llegué a creer que nuestro papel dentro del hogar era el de “saco de boxeo” listo para recibir golpes físicos y el de WC emocional, siempre preparado para que el marido descargara en nosotras toda la mierda de su alma”.
Aquí se detalla un poco más el entorno y los factores que influyen en el comportamiento del personaje. El lector comprende y empatiza con lo que le estamos exponiendo. Al mencionar “el punto de vista adolescente” sugerimos que la protagonista ha madurado más allá del pensamiento inicial.
“Nuestra vida cambió drásticamente cuando, en una de las golpizas que mi padrastro acostumbraba a dar a mi madre, ella cayó por las escaleras y tuvo que ser hospitalizada.”
Me reservé este punto para aclararlo bien. Esto es lo que llamaremos un “detonador”, un acontecimiento clave que cambia el rumbo de lo que tenemos expuesto y abre la puerta al siguiente hito dentro de nuestro relato.
Obviamente, descripciones, presentaciones de personajes por nombre, locaciones y demás elementos de entorno deben estar consignados en el Inicio. Vuelvo a decirlo, debemos ser breves en las descripciones, sin dejar nada de lado, pero siempre concisos. Al buen lector, pocas palabras.
NÚCLEO O NUDO
Aclaremos algo. Los relatos correspondientes a otros géneros pueden o no funcionar como sugiero aquí. En el relato erótico estamos escribiendo para excitar al lector. No vendemos un melodrama, no luchamos contra conspiraciones que abarcan páginas y más páginas de explicación ni redactamos legajos contables. Naturalmente, no debemos olvidarnos del entorno, las emociones, el físico particular de los personajes y sus motivaciones, pero hay que tener en cuenta el principal objetivo de nuestro relato. Buscamos excitarnos, buscamos despertar emociones y deseos sexuales en nosotros como escritores y en los demás como lectores.
En el relato erótico, el Nudo ya debe mostrar el sexo explícito que estamos buscando.
“Me estremecí aterrorizada cuando Pedro derribó la puerta del baño. No podía imaginar que sería capaz de dañar la casa con tal de conseguir lo que tanto había deseado. Mi padrastro me miró fijamente, con los ojos inyectados en alcohol, y desgarró su camisa mientras avanzaba hacia mí.
—¡Se fue la mierda mayor, pero dejó a la putita apestando mi casa! —bramó mientras liberaba el cinturón de las trabillas de sus jeans—. ¡Arrodíllate ante mí, pendeja, y tal vez no te pegue mucho!
Temblé aterrorizada. Me sentí ridícula así, desnuda y expuesta como estaba. Mi única alternativa era ceder o sufriría graves daños corporales. De cualquier modo, mi mala suerte estaba echada.”
En este pasaje vemos claramente la pauta de acción/reacción, otra acción, otra reacción. Es muy importante resaltar las emociones, los símiles y, de vez en cuando, alguna descripción, pero estos elementos deben ser breves y apenas pincelados. Siendo un relato corto, no hace falta decir a cada línea que la protagonista es una rubia de cuerpo constituido por extraordinarias formas, que los personajes son de clase media porque el padrastro trabaja como obrero en la ensambladora de autos o que la protagonista acaba de reprobar dos asignaturas en la Facultad porque le han negado el acceso a Internet. Estas descripciones son válidas siempre que se efectúen con el fin de distinguir a los personajes cuando interactúan, ya que la repetición de nombres, cuando son varios actores, puede ser molesta.
Por ejemplo:
“—Te toca perder una prenda —señaló el obrero.
La estudiante miró con sorna a la rubia mientras esta se incorporaba para liberar sus pechos del sujetador. Claudia podía haber reprobado dos asignaturas, pero era experta en estas partidas de póker.”
En vez de decir Fulana 1, Fulana 2 y Fulano una y otra vez, compaginamos las descripciones que debimos exponer en el principio. Digamos que estamos dando uno o dos apodos a cada personaje, evitando las repeticiones incómodas.
Lo importante del Nudo es que abre el momento sexual y lo presenta en toda su gloria.
Habiendo llegado a este punto, donde muchísimos relatos se estancan. Hay historias donde el escritor se ha esmerado en mostrarnos los elementos necesarios y que, al momento de tener a los personajes ya desnudos y dispuestos a la acción, destruyen el relato, traicionan el argumento y decepcionan al lector que los ha acompañado durante varios párrafos.
Un mal ejemplo sería algo así:
Me sentía muy excitada. Mi novio nos contemplaba desde el sofá, mientras se masturbaba lentamente. Carlos, Ernesto y mi padre mostraban ante mí sus imponentes vergas.
Caí de rodillas ante ellos y sostuve mis tetas desde abajo para enseñárselas. Después apoyé mis manos sobre la alfombra, quedando en cuatro patas para comenzar a recibirlos.
Me penetraron de uno en uno, primero fue mi padre, que después de arrancarme un orgasmo se corrió en mi interior. Luego me follaron los demás, resoplando en cada turno.
Fue una experiencia deliciosa que jamás olvidaré. ¡FIN DEL RELATO!”
Un buen inicio, una buena entrada al Nudo y, de repente, el escritor se asusta de lo que está haciendo y termina en pocos párrafos lo que hubiera podido ser una orgía bestial.
No nos engañemos. LO QUE COMO LECTORES BUSCAMOS EN ESTOS RELATOS ES EL SEXO POR ESCRITO.
Llegamos al momento ansiado, cuando el profesor está a punto de penetrar a la alumna, cuando la chica está lista para ser penetrada por su Pastor Alemán, cuando la madre y la hija descubren que les encanta el sexo lésbico y el escritor traiciona a su propio argumento derribando cuanto ha construido resumiéndolo todo.
Otros géneros literarios no eróticos pueden funcionar así, pero, en el relato erótico, esta es la parte del Nudo donde tenemos que pensar en lo que queríamos plasmar. Aquí deben ir los jadeos, el sudor, los líquidos, las secuencias, los orgasmos y la fricción. Este es el hito que todo lector está buscando alcanzar. Tenemos que aprender a aprovechar bien los recursos que hemos creado. Si hemos presentado a una chica con todas las ganas de marcha y a tres hombres dispuestos a todo, debemos cumplir con los lectores y mostrarles esa marcha y ese todo. Tres hombres y una mujer, imagínense lo que puede pasar. Si un único hombre y una única mujer pueden darse una follada bestial, con más razón lo haría un grupo de personas.
Si vamos a escribir relatos de sexo PONGAMOS SEXO, LUJURIA, MORBO, DEPRAVACIÓN Y TODO EL PESO HORMONAL EN ELLOS.
Recordemos que hay miles (no exagero) de posiciones sexuales que se pueden practicar. Recordemos que un hombre saludable y normal puede eyacular entre seis y ocho veces en una sola noche. Recordemos que una mujer libre de ataduras psicológicas y físicamente saludable puede llegar a perder la cuenta de sus orgasmos. Pero, sobre todo, recordemos que estamos escribiendo un relato erótico y todo este sexo debe quedar registrado paso a paso, punto por punto, con pelos y señales. Siempre será preferible mostrar una historia de noventa minutos de puro y duro sexo bien descrito que una de cinco minutos donde todo viene resumido. Para esos resúmenes desabridos tenemos la televisión o los libros de editorial.
“Me besó mientras desabotonaba mi blusa. Un calor se esparció por todo mi cuerpo. Mientras acariciaba mis pechos imaginé el tremendo placer que mi amante me brindaría en breve y, afortunadamente, no me equivoqué.” (FIN DE LA ESCENA ERÓTICA Y PASAMOS A LO SIGUIENTE).
Amigo escritor, atrévete a extenderte. Atrévete a narrar los hechos que deseas. No te reprimas en los momentos más importantes. Todos hemos sido lectores y, al menos yo, me siento frustrada cuando comienzo a humedecerme con acciones y situaciones calientes y me cortan el rollo resumiendo una noche de sexo con tres párrafos. Esto casi suena a que el escritor se siente disminuido o se arrepiente de lo que ha escrito.
Uno de mis profesores nos explicó el semestre pasado la diferencia entre un relato y un resumen de sucesos. El primero narra acontecimientos en un orden y respeta la línea de causa y efecto. El segundo sólo enumera los acontecimientos de refilón.
Primer ejemplo de un pasaje ardiente:
“De mi vagina surgían hilillos de flujo que escurrían por mis muslos (descripción gráfica con connotaciones de deseo). Mis hermanos me miraban fijamente mientras masajeaban sus vergas (acción, reacciones y emociones de los otros participantes). Alex me abrazó poniendo su erección entre mis muslos para frotar mi coño; me estremecí frotando mis endurecidos pezones contra el vello de su torso (acción e interacción de dos personajes). Mauricio, no queriendo quedarse atrás, me abrazó por la espalda y encajó su verga entre mis piernas (acción de tercer personaje). Mis rodillas temblaron cuando ellos comenzaron a menear sus cuerpos. Los genitales de los tres hermanos se encontraban juntos en la región más secreta de mi anatomía (conclusión cachonda).”
Segundo ejemplo de un párrafo ardiente, intercalando ambientación exótica o fuera de lo común:
“Acababa de correrme, pero las ansias de gozar seguían carcomiéndome (rememora incidente anterior y da pie a nuevas acciones). Mi hijo extendió la capa de su padre sobre el lecho, su boca conservaba aún los restos de mi flujo vaginal (muestra un fetiche del hijo y rememora el cunnilingus anterior). Tomó la Corona Real del soporte en que mi marido la había dejado y se la puso (de una pincelada vemos un primer plano del carácter del hijo que quiere derrocar al padre, no sólo en lo político, sino también en la vida de su madre). Caminó hasta donde yo estaba y me obligó a sentarme sobre la capa. Se meneó la verga a un palmo de mi rostro (carácter de ambos personajes, él dominante y ella sumisa).
—Mi Lady —me reverenció en tono de burla—, cuando acabemos con “el viejo”, yo gobernaré el reino usando esta Corona. Para gobernar tu vida sexual, no necesito más que mi cetro de carne (burla que resume la situación, hasta aquí ya tenemos pincelados varios aspectos. Es un relato filial, no consentido y puede tener algo de dominación. Las frases del personaje resumen la situación familiar y política del reino).
Dicho esto me tomó por las orejas, retorciéndolas para obligarme a abrir la boca (acción). No podía gritar, pues, si los guardias apostados a la puerta escucharan algo fuera de lo común, entrarían sin dilación (posible reacción, explicando por qué no se ejecuta). Entonces el secreto de mi pasadizo quedaría revelado. No podía permitir que mi marido se enterara de mis escapadas nocturnas o que sospechara que había algo entre nuestro hijo y yo (vista panorámica de los conflictos de la protagonista). Durante siglos, las cabezas de innumerables reinas habían terminado exhibidas sobre picas en la Plaza Mayor por menos que eso (posibles consecuencias en caso de no ceder).
Abrí la boca y lamí el glande del príncipe heredero (acción conjunta de ambos personajes). Cesó la tortura de sus manos en mis orejas, pero la saña de mi primogénito se transfirió a su pelvis (dos reacciones simultáneas). Con un golpe de riñón deslizó la mitad de su virilidad entre mis labios (acción que cierra el párrafo y abre expectativas para continuar. Esto es “crear un enganche narrativo”).
—¡Anda, mi puta madre, atrévete a morderme la verga! —exigió burlándose de mí— ¡Atrévete a destruir la herramienta que en un futuro podría engendrar un nuevo aspirante al trono! ¡Atrévete, cabrona, para que le expliques a mi padre que su hijo es mucho más viril que él! ¡Menudo reyezuelo está hecho, conquista comarcas, es dueño de villas y haciendas y dispone de las vidas de todos sus súbditos, pero no tiene los cojones para darle verga a su mujer! (las palabras y actitudes del personaje demuestran su carácter. Ya no es necesario decir “que el príncipe es déspota, odia y envidia a su padre, desea a su madre y es capaz de someterla con tal de tener sexo con ella. Todo esto debió quedar claro en el Inicio del relato).
Mi hijo se había agachado para estirar los brazos y estrujarme los pezones mientras hablaba (coreografía. Es muy importante informar al lector sobre lo que hacen los personajes con sus cuerpos, lo que sienten y lo que les va pasando. Recuerda que hay manos, bocas, sexos e innumerables posibilidades). Me dolían sus palabras, pero tenía que concederle la razón en todo lo que estaba diciendo (reacción al diálogo del hijo). Si no hubiera sido tan rudo, quizá yo misma habría acudido a su lecho (cierre reflexivo, en estos relatos es bueno hacerlos con ciertas connotaciones de morbo).”
Otro ejemplo más terrenal:
“Toda mi piel ardía al calor del deseo (resume estado físico). Cambié de posición para acomodarme en cuatro patas sobre la cama y arqueé la espalda imitando la postura de una gata en celo (coreografía de preparación a lo que sigue más un símil). Mi hermano se arrodilló detrás de mí y separó mis nalgas para contemplar el ano y la vagina que yo le ofrendaba gustosa (acción/reacción a lo que ha hecho el otro personaje. Se aprecian connotaciones de aceptación gustosa).
Puso la punta de su miembro por la entrada de mi coño y empujó unos pocos centímetros (primera acción). El glande entró dándome mucho placer (primera reacción). Hizo girar su pene en la sensible región del vestíbulo vulvar (segunda acción, nótese que hay que conocer el mapa erógeno para saber “dónde pulsar”). La lubricación de su saliva y mis jugos sexuales producía un morboso chapoteo (NUNCA, ni en relatos ni en la vida real, te atrevas a tocar con los dedos o con el pene una vagina que no esté lubricada, es muy molesto, sobre todo si se llega a rozar el clítoris). Cuando creí que me penetraría, empujó su virilidad hacia abajo con brusquedad, desclavando el glande. Remató la maniobra volviendo a alzar su hombría para golpear suavemente mi clítoris juego erótico previo al coito).
Gemí de placer. Odio las comparaciones, pero, al lado de mi novio, mi hermano era un auténtico maestro del sexo (revelación enfocada a las nuevas experiencias. Esto tiende un puente entre el lector y la psicología del personaje). Repitió el juego de penetrarme un poco, desacoplarse de golpe y pegar sobre mi botón del placer con su verga (es válido resumir porque ya hemos explicado antes lo que está sucediendo. No debes abusar del resumen llegado el momento de las escenas sexuales, lo hago en este punto sólo porque el pasaje que sigue es aún mejor). Después volvió a la posición de ataque, con la verga apuntando a mi entrada del placer (acción de preparación). Tomándome por las caderas empujó despacio, saboreando y dándome a sentir la ansiada penetración (concluye el párrafo con lo que todos esperábamos, a la vez que abre la puerta al nuevo pasaje).
Me gustó la postura y expresé mi agrado con un largo gemido de placer (acción de suspirar y reacción de sentir placer, todo en uno). Su glande fue abriéndose paso, despertando en mi interior señales y puntos erógenos que, o nunca habían sido tocados, o no habían sido bien atendidos (acción más acción más anécdota comparativa que muestra al lector una mirada al pasado de la protagonista). Le pedí que esperara un poco al sentir que su hombría llegaba hasta donde acostumbraba a penetrarme mi novio (acción más reflexión o constatación de un hecho).
Haciendo equilibrio con una mano, dirigí la otra a mi zona genital pasándola entre mis muslos (coreografía/acción). Comprobé con sorpresa que mi hermano apenas si me había clavado dos tercios de su hombría (constatación de un hecho. Favorecemos el morbo cuando damos efectos o mostramos el modo en que los personajes evolucionan dentro de la trama). Aproveché la maniobra para sostener sus cojones y apretarlos un poco (acción).
—¡Hasta el fondo, Mauricio! —grité enronquecida—. ¡Dámela toda, por favor, no aguanto más! (el diálogo es interacción)
Mi petición fue escuchada. De un solo tirón terminó por introducirme todo su ariete (preparación más acción). No era un telescopio, pero me hizo ver las estrellas (reacción más símil).
Iniciamos un vaivén lento (acción global). Él adelantaba su abdomen al tiempo que yo lanzaba las caderas en busca de la penetración mientras su verga profundizaba hasta el fondo de mi coño (acción combinada con coreografía). Yo apretaba sus testículos con la mano cuando mis nalgas impactaban con su cuerpo y le ofrecía una serie de contracciones vaginales como intentado exprimir la virilidad incestuosa que me hacía gozar (acción y coreografía que complementan lo expuesto antes. Recuerda que las chicas no sólo damos placer externo, algunas sabemos cómo hacer gozar al hombre dentro de nosotras).
La habitación olía a sexo (ambientación. Si fuera una película, la cámara mostraría una toma abierta y presentaría la escenografía completa). La cabeza me daba vueltas mientras el placer se agolpaba en mi interior y me anunciaba el clímax (acción más promesa del nuevo hito). Aceleramos nuestros movimientos y tuve que doblar el brazo que me sostenía para apoyar la cabeza, con este cambio mi trasero quedó aún más expuesto a los deseos de mi hermano (Coreografía encaminada al siguiente paso).
Como mi mano seguía aferrada a sus testículos, mi muñeca rozaba mi clítoris en todo momento, dándome un placer adicional (acción de la muñeca más reacción del placer). Mi flujo vaginal corría desde mi intimidad, mojaba mi antebrazo y mis muslos (la lubricación es el medio para justificar este placer, no me cansaré de enfatizar que debes vigilar todos los cabos sueltos).
Apoyé la cabeza sobre mi frente para mirar hacia mi sexo (coreografía previa al detonante). Mis tetas se bamboleaban al ritmo de la follada (acción). El espectáculo de nuestros genitales siendo bien aprovechados terminó por dispararme el orgasmo (reacción).
Grité, gemí, me sacudí y sentí descargas de placer que recorrían mi cuerpo entero, naciendo de mi sexo, esparciéndose por mis nervios y llegando a mi cerebro (acción. El lector ha esperado llegar a este punto y merece sentirse acompañado por la protagonista. Es posible que haya estado masturbándose y que esperara este preciso instante para correrse. Como escritor, NO PUEDES DECEPCIONARLO; este es uno de sus premios por haberte acompañado durante todo el relato). Él lanzó la pelvis hacia delante con mucha fuerza y me acompañó en el clímax más sublime que jamás hubiera experimentado (acción, reacción y coreografía. Aquí comprobamos que nuestros personajes están conectados y lo que pasa con una no le es indiferente al otro). Apreté sus cojones con fuerza mientras se corría en mi interior.”
NOTA. Imagíname a mí, desnuda en mi habitación mientras mis padres creen que estoy durmiendo. Bajo el cobertor tengo el portátil encendido y leo tu relato. Me toco, me penetro con un par de dedos y me voy humedeciendo. Llego al momento donde están los hermanos listos para follar y me encuentro con algo así:
“Me puse en cuatro patas sobre la cama. Mi hermano se puso detrás de mí. Hizo como que me penetraba pero sólo jugó con mis partes. Finalmente me la metió y me gustó mucho más que como lo hacía mi novio. Le agarré las pelotas, nos estuvimos moviendo y nos corrimos juntos. Fue una experiencia muy rica que espero repetir pronto.
Fin del relato.
¡Me cortas el rollo por completo!
Apenas me estoy tocando y tú ya mataste la ilusión.
Redactar esta clase de relatos es seducir, es jugar con los elementos que tienes a tu alcance. Redactar los relatos eróticos es hacer el amor con la literatura, con tus personajes y transmitir esas vibraciones de placer a los lectores.
¿Habrá quien se queje de que quedó muy largo?
Sí, y también quien se queje de los impuestos, e la contaminación, del cambio climático y la burocracia. Ni modo. Lo que pido es que no me dejes colgada con el calentón.
Amigo escritor, por favor, ya no seas tacaño ni egoísta. Si la protagonista va a follar con todo el equipo de fútbol de la escuela, tu deber es describir lo que hace con cada uno de ellos, con dos, con tres y con todos al mismo tiempo.
El desenlace o final de nuestro relato es, en el género que nos ocupa, la parte más sencilla.
Aquí sí cabe resumir. El lector ha obtenido lo que quería ver y sólo espera un cierre lógico que acomode las fichas en orden para devolverlas al estuche. Sólo un consejo. Ya no pongas “fue una experiencia”, hay miles de relatos que terminan con esas palabras y esto rompe con el efecto que hemos desarrollado. Lo mejor para cerrar un relato de estos es difuminarlo o concluirlo en un acontecimiento o comentario que oriente a los personajes al enfrentamiento de su nueva realidad de “después del aquelarre”.
Ya dividimos el relato en tres partes, ahora profundicemos en los elementos que lo impulsarán.
DESCRIPCIÓN
Tenemos personajes y estos cuentan con cuerpos físicos. Hay que describirlos, la primera vez debemos ser claros en lo que queremos proyectar, pero no por ello hay que abusar de la retórica.
“Fernando era alto, moreno claro y llevaba el pelo casi al rape. Su cuerpo, marcado por horas e gimnasio, lucía buena musculatura. Si era cierta la relación que, según algunos, existe entre el tamaño de las manos y el tamaño de la verga de los hombres, yo suponía que estaba bien dotado”
Aquí ya pinté un personaje. En lo futuro puedes referirte a él como “el moreno”, “el musculoso” (si quieres distinguirlo de su amigo barrigón), “el de casquete corto” (refiriéndote a su corte de pelo) o, simplemente, por su nombre, pero sin abusar. Si tiene alguna cualidad psíquica que lo caracterice, también puedes usarla. “El Cara Dura”, “el bromista”, “el engreído”, etc.
Tratándose de relatos con tiempo estimado de lectura de veinte minutos, no es necesaria más descripción.
ACCIÓN
Iniciamos mostrando al lector las reglas del juego. Dices quién es quién dentro de tu historia, en qué mundo se mueven tus personajes y cómo son. Deben actuar de acuerdo con lo que has pensado para ellos. Recuerda siempre, acción y reacción, causa y efecto. No dejes cabos sueltos en este sentido, sobre todo cuando escribas el pasaje sexual.
LÉXICO
No a todas las mujeres nos gusta que se nos llame “putas” o “golfas”.  Elykner nunca nos ha ofendido al hacer el amor, pero me molesta cuando algún baboso me dice esas cosas en la calle. He chateado con varias conocidas de Internet y hasta ahora no conozco a ninguna chica que se sienta cómoda con esa clase de lenguaje y tratamiento.
En este sentido no nos rige ninguna censura. En teoría, podemos ser tan soeces como queramos, pero recuerda que el exceso de vulgaridad lastima la narración. Puedes elegir usar o no las palabras mal sonantes, pero lo adecuado sería no abusar de ellas. Cuando te refieras a algún grupo étnico, religioso o a cualquier orientación sexual, procura NO OFENDER ni discriminar. Todos somos humanos y todos valemos igual. Recuerda que, según los estudios del genoma humano, TODOS SOMOS NEGROS Y TODOS VENIMOS DE ÁFRICA, independientemente del color de piel, ojos y cabello. Si alguien se siente excluido de esta clasificación, entonces está renunciando a que se le considere un ser humano.
Otros puntos para tener en cuenta. Los signos de exclamación son para uso exclusivo de los diálogos, es incorrecto usarlos en los pasajes donde trabajas la voz del narrador, aun siendo en primera persona.
Se ve muy mal el uso de diminutivos. Destruyes el efecto de morbo cuando dices “mi coñito”, “mi anito”, “mis tetitas” (¿Por qué ningún hombre dice “mi verguita”, “mi penecito”, “mis testiculitos”?)
Es horrible ver las onomatopeyas que algunos llegan a poner en sus relatos. Evita los “AAAAAAAAAHHHHHHHH”,  “MMMHHHH” Y “OOOHHHH”. Busca palabras que describan los sonidos, no trates de escribirlos.
Ten cuidado con los localismos. En España, “polla” significa verga, en México hay una bebida que se prepara con vino Jerez y también se llama “polla”, tengo entendido que en Sudamérica le llaman “polla” a un premio de la Lotería o algo parecido. Algunos españoles llaman “Chichi” a la vagina. En México se le dice “chichis” o “chichies” a los senos. En España, “paja” es masturbación, e incluso existe el verbo “pajear” (YO te pajeo, TÚ disfrutas, Él se muere de envidia, NOSOTROS nos divertimos, VOSOTROS nos miráis, USTEDES me desean, ELLOS follan conmigo hasta que el colchón aguante). En México, “paja” es el heno que comen los caballos.
Por contraparte, en España “chaqueta" es una prenda de vestir. En México, “chaqueta” es lo mismo que “paja” en España, incluso tenemos el verbo “chaquetear”, que se conjuga (y disfruta) igual que “pajear”.
No digo que dejemos de usar los localismos, pero hay que hacerlo con cuidado. Hay palabras como “cayampa” (¿O era “cayampita”?) que a mí no me suenan de nada.
Vigila bien tus signos de puntuación. En redacción, los puntos suspensivos están cayendo en desuso. Los diálogos deben marcarse con la raya correspondiente “—”, no con comillas. El uso de comillas para definir los diálogos pertenece a idiomas extranjeros, no al castellano.
Procura separar tus párrafos con un espacio de ENTER, de lo contrario, el cuerpo del relato se ve apelmazado. Es cierto que los libros impresos vienen sin este espacio, pero es porque las editoriales economizan papel de esta forma. De cualquier modo, los libros impresos vienen generalmente con sangría en cada uno de sus párrafos, esto aligera el efecto de apelotonamiento.
Cuida tu ortografía. Utiliza el corrector de textos de tu procesador. Sé que es una porquería, pero ayuda un poco. Infórmate sobre tildes diacríticas y el uso correcto de la coma; en Internet hay mucha información al respecto.
Respeta tiempos verbales. Si estás escribiendo en pasado (fuimos, hice, ganó), no saltes al presente (me abraza, me besa, me folla, se corre).
Cuenta bien a tus personajes. He notado que muchos escritores aumentan un actor a sus escenas y dicen algo como “fuimos con mi novio” cuando deberían decir “Fui (Yo) con mi novio”.
ENTORNO
Juega con el entorno para darle sabor al relato. En vez de presentar la clásica playa nudista puedes imaginar una serie de circunstancias y relaciones humanas que desnuden a tus personajes para darles pie a disfrutar del sexo.
Reitero, el entorno se plantea al inicio del relato y se van difuminando las explicaciones conforme la lectura avanza. Si estás tratando un entorno especial, debes tenerlo presente en todo momento. Esto no significa que debas ahogar al lector entre detalles técnicos, sólo que tú estés consciente de lo que expones.
No es lo mismo explicar el ambiente, las normas de conducta, las acciones y locaciones dentro de una nave espacial, en órbita alrededor de Tau Ceti, que en una escuela preparatoria normal, aquí en la Tierra, siglo XXI.
Para dar diversidad a tu relato, puedes crearte una lista de fantasías o habilidades sexuales que tengas, hayas cumplido o desearías realizar. Para que tu relato tenga credibilidad deben ser elementos verosímiles. Te recomendaría que no describieras acciones o posturas que no hayas practicado. Por otro lado, vigila bien la coreografía de tus personajes. Es frustrante ver que la chica se masturba con una mano, mientras que “con las otras dos” pajea a sus amigos. Hay innumerables relatos donde el hombre está acostado, la mujer lo cabalga dándole la espalda en posición horizontal y, sin que ella se agache, ambos se besan en la boca mientras él observa el bamboleo de sus tetas.
Redacta una lista de tus habilidades sexuales, con una descripción de lo que representan para ti. Te comparto la mía:
CURRÍCULUM SEXUAL DE EDITH
SEXO LÉSBICO
Dominio de todas las posturas. Gusto especial por las sirenas, los sesenta y nueves y toda la gama de tijeras.
SEXO HETEROSEXUAL
Dominio de todas las posturas y la mayoría de las prácticas. Hasta el momento, sólo con un hombre. Las prácticas no realizadas son lluvia dorada (por falta de interés), inserción de mano completa en cavidades (por falta de interés y por considerarlo riesgoso), dominación/sumisión (por considerarlo ofensivo y falto de interés).
ORGÍA LÉSBICA
En realidad, trío lésbico. Es el límite de lo que he hecho con mujeres.
TRÍOS
MHM y MMM.
FELACIÓN
Graduada con matrícula de honor.
La felación no es convertir la boca en una segunda vagina. Es una práctica donde pueden intervenir labios, lengua, mejillas, saliva, manos, cuello y cabello. En mi caso y en el de Naty, nos resulta imposible alojar en la boca un miembro mayor a los dieciocho centímetros (probado con consolador), Elykner no nos cabe entero sin provocarnos arcadas muy desagradables. Una vez lo intenté y me dolió la garganta. Se puede dar mucho placer a un hombre sin correr riesgos ni pasar malos ratos. Es mejor tener habilidad que abarcar cantidad.
CUNILINGUS
Graduada con matrícula de honor.
Es todo un arte. El objetivo es llevar a la mujer al orgasmo. En esta práctica se debe abarcar (y describir) la estimulación de entrada, labios vaginales y clítoris. Si alguien describe un cunnilingus deberá narrarlo completo, con lujo de detalles para dar efecto de verosimilitud.
SEXO ANAL
Graduada y fascinada.
El sexo anal es muy agradable cuando el hombre sabe hacerlo bien. Se requiere de mucha estimulación previa, bastante lubricación y paciencia. Si la mujer no está debidamente estimulada (nunca ha sido mi caso), puede ser doloroso, desagradable y hasta peligroso. Es un error garrafal poner en un relato cosas como que “después de un dolor insoportable comencé a sentir placer hasta que me corrí”. Afortunadamente Elyk es un experto en todos estos temas, pero he sabido, por conocidas de otro foro, que cuando el hombre no sabe hacerlo, el dolor es horrible y no se pasa en varias horas. Si vas a describirlo, tienes que tomar buena nota de las maniobras preliminares, sin resumir ni saltarte pasos.
Es repugnante que, después de una penetración anal, el pene pase a la vagina o a la boca. El varón debe lavarse los genitales perfectamente antes de cualquier otra maniobra sexual. Me dirás que en las películas porno a veces aparecen escenas donde el pene pasa de uno a otro orificio indistintamente; se trata de filmaciones ya preparadas. Por lo que sé, las mujeres se someten a enemas muy profundos para quedar bien higienizadas por detrás, de cualquier modo se corren enormes riesgos de infección vaginal. Nosotros tres hemos hecho muchísimas cosas, pero siempre con cuidado y respeto a nuestros cuerpos. Ni Naty ni yo hemos tenido jamás en la vida una infección vaginal. A propósito de las películas, la inserción de manos completas en el ano o la vagina que a veces aparece en estos filmes se realiza utilizando anestésicos muy poderosos. Las actrices o actores que practican esto corren enormes riesgos, por lo que se les paga muchísimo dinero para hacerlo. ¿Se han fijado que rara vez aparece esta práctica en las películas cutres?
DOBLE PENETRACIÓN (ANAL/VAGINAL)
Naty y yo la hemos probado con Elykner y la ayuda de consoladores. En la vida real no la conocemos con dos penes, pero imaginamos que no debe ser muy diferente. Es deliciosa, pero debe practicarse aún con más cuidado que la penetración exclusivamente anal.
DOBLE PENETRACIÓN ANAL
Ni la he practicado, ni la recomiendo. Puede provocar graves lesiones, cuidado con eso porque lo que escribimos puede ser intentado por los lectores.
BESO NEGRO
Para nosotros es un Tour De Force. Obligado si vamos a ser penetradas por el ano. En nuestros relatos hemos descrito los procedimientos adecuados. Personalmente me fascina que me lo hagan y hacérselo a Naty. Pero hay que tener en cuenta los factores de higiene; no se lo haría a una desconocida de quien no sepa nada sobre sus hábitos de aseo personal.
CANTIDAD DE ORGASMOS FEMENINOS
Hay un lector/escritor que se dedica a contar cuántos orgasmos tienen las mujeres de los relatos y señala como exagerados cuando se pasan de tres. La realidad es que todas las mujeres estamos preparadas para ser multiorgásmicas. Los factores de represión sicológica o religiosa, así como ciertos padecimientos físicos (déficit nutricional, lesiones espinales o problemas lumbares) limitan o anulan la posibilidad del orgasmo femenino. Una mujer saludable, dueña de sí misma, empoderada, que ama a su compañero/a de lecho, puede perder la cuenta de sus orgasmos.
ORGASMO MASCULINO
Hay una controversia en que si el hombre tiene o no orgasmos o que si lo que llamamos orgasmo es en realidad la eyaculación propiamente dicha. Por lo que Elyk me describe que sienten ustedes, entiendo que sí son orgasmos, aunque quizá no sea igual al femenino, eso nunca lo sabré. La cantidad de eyaculaciones en un hombre saludable, que no acostumbre a consumir drogas químicas, bien alimentado, con una mentalidad enfocada al placer, enamorado y feliz por “pasarlo bien” oscila entre los seis y ocho orgasmos o eyaculaciones por noche, como quieran llamarlo. Cuando un hombre conoce las técnicas de Sexo Tántrico, los ritmos respiratorios que se utilizan en Krav Magá y ciertos deportes extremos, aumenta la cantidad y calidad de potencia sexual. La verdad que nos han ocultado es que la disfunción eréctil no tiene razón de ser, salvo casos de enfermedad extrema. Los problemas de potencia sexual se deben a la mala alimentación, el stress, el sexo rutinario con pocos alicientes y la basura mediática que nos venden los fabricantes del Viagra. Chicos, si ustedes cuidan sus cuerpos, sus cuerpos les responderán con todo el vigor sexual que ustedes quieran tener. De cualquier modo, aun cuando un hombre careciera de pene, tiene manos, lengua, labios, nariz, y todo su cuerpo. Elyk me ha provocado orgasmos usando sólo una oreja, eso nada más para ver si era posible.
EYACULACIONES SOBRE ROSTRO, PECHOS O CUALQUIER OTRA PARTE DEL CUERPO
Naty y yo lo hemos pedido y se nos ha concedido, sin embargo no nos gustó. No es que sea desagradable, es que lo consideramos un desperdicio. Para mí, una eyaculación bien aprovechada es aquella que llega dentro de mi vagina, mi ano o mi boca. Otra cuestión es que me guste tomar el semen que me escurre y untármelo sobre los senos para que Naty lo pueda comer desde ahí (¿Apoco no les calienta imaginarlo?). Aquello de “blanca esperma resbalando por la espina dorsal” nos gusta siempre que haya sido eyaculada primero dentro de nosotras.
EYACULACIÓN FEMENINA
Algunas de nosotras tenemos la capacidad de expulsar cierto líquido a chorros cuando el orgasmo es especialmente fuerte. Este fluido sale por la uretra, pero NO ES ORINA. Es un error tremendo decir que es una meada o cosa por el estilo. Aclaro que no todas las mujeres tienen la capacidad física para hacerlo, esto no implica que sus orgasmos sean menos intensos.
Vale, ya he mencionado lo que hay que poner en un relato y cómo se debe hacer. No es, ni de lejos, todo el dominio del género erótico, pero creo que basta para ensambla buenas historias. Quisiera mencionar algunos aspectos negativos.
ACCIONES Y ELEMENTOS QUE DESTRUYEN EL RELATO SEXUAL
—Un inicio largo, tedioso y con poco contenido erótico
—Poca acción
—Mucho melodrama en pasajes largos
—Escenas sexuales flojas, apresuradas, con poca descripción y muy escuetas.
—Cortar el relato sin haber tenido por lo menos una buena escena sexual.
—Prometer un “Continuará…” que tarda meses, años o nunca llega. Esto es una grave falta de respeto a los lectores.
—Mala coordinación entre personajes y cabos sueltos que no se resuelven o se atan mal.
—Menosprecio del escritor por sus propias fantasías.
Reitero mis intenciones. Los escritores que lean este tutorial no deben sentirse ofendidos ni agredidos por cuanto expongo aquí. Mi deseo es compartir información, no competir, desmoralizar o destruir.
Me encantaría que mejoremos la calidad de nuestros relatos. Que aprendamos a enriquecerlos, detallarlos, manejarlos y hacerlos más interesantes y mucho más eróticos.
Quisiera que en lo futuro, cuando nuevos escritores se animen a compartirnos sus historias, ustedes les señalen este tutorial si lo consideran conveniente. No se trata de darme muchas entradas a mí, se trata de ayudarnos entre todos a mejorar. Corregir los errores y desarrollar mejores maneras de escribir no sólo sirve para “el relato pajillero”; corregir es superar las deficiencias y conseguir un mejor estilo en la expresión escrita.
A todas y todos, les deseo una muy excitante exploración de sus facultades imaginativas con enfoque literario. Espero que hayan disfrutado e este tutorial y que les sea de utilidad.
¡Besos y evolución!
Edith


ENCUENTROS - EROTISMO EN CANTO-RELATO-POESIA

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