Monday, January 28, 2019

De aspirante a porrista a actriz porno




Por Catalina Pérez    
                                                                        

Después de haber pasado un buen tiempo de mi último encuentro con mi medio hermano con el cual ya había tenido contacto sexual tres veces. Yo seguía tomado mis hormonas de nena y me crecía más ciertas partes del cuerpo. A todo esto cumplo mis 17 años y mi familia me lo celebra con un pastel. El tiempo pasa y yo sigo con mis estudios. Todo como una nena como Catalina Pérez. Después una mañana como todas las demás mañanas me levante busque mi uniforme escolar y después de mi higiene personal salí para la prepa. 



Llego a las clases y todo sigue como cualquier otro día. En mi última clase me tocaba hacer ejercicio y a mí me encanta practicar con las porristas porque siempre quise ser una pero por mi secreto nunca hice las pruebas para hacerme porrista pero si me gustaba estrenar con ellas. Incluso una vez el entrenador de ellas me dijo que me convirtiera en una porrista pero no lo hice por lo mismo. Ese día en particular dijo el entrenador que era día de cardio y que íbamos a correr alrededor de la cancha de futbol así que comenzamos. Cuando corríamos como era en la cancha de futbol todas nos poníamos unos shorts para correr pero ese día pensé que estaríamos en el gimnasio donde cuando estrenamos allí andamos en unos pantalones cortos. Me vestí como siempre al último y salí cuando voy viendo que todas estaban en la cancha y no en el gimnasio. Me dio una pena increíble pues no sabía que hacer pero no me quedó de otra que correr así. El entrenador no quería pero al final no me importó. Sali para correr con las demás chicas. Cuando corría algunos hombres y chavos me decían mamacita, preciosa, linda entre otras cosas. De repente escucho una voz de hombre llamarme por mi nombre con una voz familiar. 




Me dice hola Catalina como estas. Me sorprendo y me dio gusto volverlo a ver. Me vio de pies a cabeza y me dijo te vez hermosa. Que sexy eres. Yo le dije que gracias. Me preguntó qué a qué hora salía y le dije que cuando yo quisiera ya toda clase que tenía era por mi elección. Le pregunte porque y me dijo pues quiero estar contigo. Me encantas. No puedo de dejar de pensar en ti. Yo me quedo sin palabras no sabía que decir. Le dije quieres ir al motel y me dijo que si pero que quería hacer algo más. Le dije ok tú me dices y yo lo hago. Me dijo bien si quieres vente y vámonos yo le respondí que me dejara ir a cambiar a lo que accedió y me esperó en su carro. Me fui al vestidor a cambiarme y salí donde estaba su carro. Me senté en el lado del pasajero y salimos. Le pregunto a donde íbamos a lo que me respondió que quería hacer algo especial. Yo no más le dije ok. Me llevó a un sex shop y me dijo que quería verme en lencería sexy y tomarme unas fotos a lo que accedí. Al entrar y vi todo lo que había me emocioné mucho. Vi mucha lencería y muy linda. Era un sueño estar allí. Mi medio hermano me dijo escoge lo que te guste y comencé a escoger varios. Después vi un dildo y le pedí que me lo comprara y me dijo que si pero me preguntó para que lo quería. Le respondí que era para cuando estuviera sola y caliente me lo meterla y pensara en él. Se sonrió y me dijo ok está bien. Ya salimos del sex shop y me llevó a un hotel muy lujoso. Me sorprendió que llegamos ya tenía una llave para el cuarto. Me llevó al último piso del hotel. Tenía unas letras que decía PH. Me imagine que era un pent-house pero no dije nada. Cuando abrió el elevador y salimos era el último piso y había un gran jardín en el techo del hotel y después estaba el pent-house. Había unos cuantas personas pero me sorprendió que hubiera cámaras y luces. No sabía todavía porque pero pronto lo averiguaría. Me presentó a un señor ya mayor y le dijo a mi medio hermano ummm tienes bien gusto. El señor me agarró la mano y medio vuelta para verme toda. Después me dijo eres muy hermosa a lo que respondí gracias.





Después me di la vuelta y sentí como la mano del señor mayor impacto mi trasero a lo que yo lo vi y le sonreí. Después ya en el pent-house le pregunté porque de toda esa gente a lo que me dijo ponte la lencería que te compré. Bueno ya con eso yo sabía que me iba a coger y eso era lo que yo quería así que me puse el primero. Después lo llamo y me vio y me besa mientras sus manos acariciaban mi trasero. Después me sacó del pent-house hacia el jardín afuera y fue cuando vi otra vez al señor mayor y dijo woooow que hermosura. Allí me asusté y me quise cubrir a lo que mi medio hermano me dijo no te preocupes. Sabes te voy a decir quiero hacer una película porno contigo. A lo que respondí pero yo no más tengo 17 años no puedo. El me respondió y me dijo eso es lo mejor como eres menor de edad la gente pagaría mucho dinero por verte. 





De allí vi a otro hombre musculoso y hermoso que casi me ahogo cuando lo vi de lo guapo que era. No más tenía una tanga puesta. Le pregunté y él y me respondió con vamos a hacer un trio. Yo no sabía mí que decir. Me dijo tranquila ven te lo presento. Me llevó hacia él y me presentó. El muchacho muy educado me trató como toda una dama. Después el señor mayor salió y dijo que él era el director.

El director vino y me dijo que quería hacer una sesión de fotos primero sola. El director me acomodaba mientras el fotógrafo tomaba fotos. Una tras otra y entre más avanzaban las fotos me quintaba una prenda de vestir. Primero el sacó después el sostén y de ultimo la tanga. Al final estaba desnuda enfrente de una cámara. Por supuesto mi medio hermano y el chico guapo no estaban en esa sesión de fotos. No más era yo con el director y el fotógrafo. Ya que terminamos las fotos me dijo el director que ya que me pusiera toda la lencería de vuelta. Yo le dije ok está bien y el señor se fue. Mientras yo buscaba mi lencería tenía un frio terrible pues claro estaba en el piso más alto del hotel desnuda y al aire libre sin nada solamente el jardín y más los nervios, yo estaba temblando. Agarré mi tanga y allí vi al fotógrafo. Me estaba viendo así que le sonríe y él me sonrió también. Yo seguí me subí mi tanga y lo volví a ver y él estaba como hipnotizado. Perdido viéndome. Después me vio y vi que le dio pena y comenzó ha guardado su cámara fotográfica. Me acerqué a él y le dije te gusto. Y respondió si eres muy hermosa. Le dije gracias. Le pregunté qué te gusta más de mí y me dijo toda tu eres hermosa tienes un cuerpo de diosa. Le respondí con un Wooow gracias. Me encanta escuchar complementos así sabes que toma mucha disciplina mantenerme así. Y él respondió me imagino. Le pregunté te gustaría tocarme lo hice con una mirada media coqueta. El respondió puedo. Le dije claro y con un temor me comenzó a tocar yo le dije no te preocupes no muerdo a menos que quieras. Se sonrió pero todavía me tocaba con miedo. Me sonríe y le agarré la mano y se la puse en mis pequeños pechos y le dije agárralas no tengas miedo. De repente entra el director y él se asusta. Me dice que pasa y yo le digo que él quería tocar. Nada malo. Allí agarré mis sostén y mi bata trasparente y el director me llevó a donde se tomaría el video.

Continuará



Saturday, January 26, 2019

LGBT: Me inician antes de mi boda



Por Olgatrv

Me había casado en 1992 con 27 años y cuando apenas cumplidos los treinta me divorcié amigablemente no podía imaginar que iba a tener las experiencias que he tenido; y desde el comienzo voy a tratar de contar en varios relatos como ha sido mi evolución.
Cuatro meses antes de mi boda fui a ver a Javier, un hombre de cincuenta y tantos años dueño de la tienda de ropa y sastrería que hacía los trajes a toda mi familia y a cuenta de quien bromeábamos a mi madre porque al parecer habían sido novios en su adolescencia. Fui a escoger la tela y demás con la que sería en unos meses mi mujer y tres meses antes de la ceremonia quedé con Javier a la hora de cierre de su tienda para hacerme una primera prueba.
Por entonces la ropa interior de moda eran los típicos "gayumbos" y ciertamente el pantalón de mi traje no quedaba lo bien que debiera con esos calzoncillos de modo que Javier me trajo un diminuto slip para ponerme bajo mi nuevo pantalón. No recuerdo si durante la prueba hubo manoseo o no, sinceramente, pero una vez terminada la prueba estaba yo en el probador frente a un espejo triple, de esos que te permiten verte desde todos los ángulos con Javier a mi espalda y sin aspecto de que fuera a salir y dejarme a solas para volver a ponerme mi ropa de calle.
Nunca había mantenido una relación de sexo con otro hombre, ni siquiera había pensado en ello. Vi a través del espejo como me miraba Javier mientras me desnudaba hasta que le oí su primer comentario; no sé si me sonrojé cuando nos miramos a través del espejo y me dijo que mi cuerpo era mucho más femenino que masculino. Continuó, dijo que además de no tener vello tenía una estrecha cintura y mis caderas tenían la misma forma que las de una mujer... y finalmente dijo que tenía un cuerpo muy parecido al de mi madre cuando ella tenía mi edad.....
Aunque nada era seguro se rumoreaba en la ciudad que Javier era gay o por lo menos que "hacía lo mismo a carne que a pescado" aunque realmente nadie sabía con seguridad nada de su vida privada. Lo cierto era que por un instante pensé que me estaba echando los tejos y lejos de asustarme o preocuparme sentí un cierto desasosiego al darme cuenta de que me estaba empalmando con la conversación.
Muy coloquialmente, casi como una broma, Javier me propuso para confirmar su teoría, que probase a ponerme una ropa interior de mujer de la que se vendía en la tienda. Luego, dijo, no iba a poder venderla y me las regalaba para que yo tuviera un detalle con mi novia. Me dejó solo en el probador con un conjunto de lencería negro pretextando algo que tenía que hacer... me dejé llevar, hoy sí, pero entonces no supe que me ocurrió y me presté a su juego sin más.
Regresó al probador en unos minutos diciendo que había ido a comprobar que ya había cerrado y aprovechó para decirme también que sus dependientes se había ido y estábamos solos y también traía una voluminosa revista que era un muestrario de lencería femenina . Me había puesto una diminuta braguita de encaje y estaba frente al espejo cuando se aproximó Javier a mi espalda, todavía no estaba empalmado del todo pero comenzaba a tener dificultades para ocultar en la diminuta prenda mis atributos.
También ahora sé que habiendo aceptado llegar tan lejos él estaba seguro hasta dónde podía llegar... con una leve protesta por mi parte deslizó las hombreras del sujetador por mis brazos hasta ajustarlo a mi cuerpo y entonces vinieron los elogios y adulaciones. Repitió lo de mi magnífico cuerpo de mujer... que si lo fuera tendría a cualquier hombre a mis pies..... Mientras hablaba sus manos se deslizaron desde mis axilas por mi cintura hasta mis caderas, mi polla ya se había salido por un lateral de la diminuta braga y estaba dura como una roca, ahora sentía el aliento de Javier junto a mi oreja y tirando de mis caderas con sus mano me apretó contra él y pude notar su polla dura encajándose entre mis nalgas, pasó la lengua por la parte posterior de mi cuello y dejé escapar un suspiro al tiempo que empujaba mi culo hacia él.
No sé en qué momento él se quedó desnudo y estábamos tirados sobre la moqueta en el suelo del probador, recuerdo eso sí, perfectamente, el instante en el que rocé su verga con mis labios y un instante después la metí en mi boca. Era una sensación nueva y excitante para mí, comencé a chupar con tanto intensidad que Javier tuvo que pedirme que fuera más despacio. Pero todavía estaba por venir lo mejor, al principio no entendí cuando Javier me preguntó si me gustaba que me comieran el "coñito", en suelo, con las manos de Javier bajo mis muslos alzándolos todo lo que podía metió su cara entre ellos y comenzó a pasar la lengua a lo largo de mi ano, las sensaciones que recorrían mi espalda eran cada vez más intensas, hacía ímprobos esfuerzos para no correrme cuando su lengua se metió en mi ano follándolo literalmente.
No recuerdo si aquello duró tres o diez minutos, recuerdo la intensidad del placer, lo nuevo.... sin dejar de sujetar mis piernas Javier se quedó de rodillas frente a mí, notaba la punta de su verga rozando mi entrada, luego la sentí tratando de abrirse paso pero sin forzar nada, todo con suma delicadeza. Yo estaba confundido, tenía miedo, casi pánico a que fuera más allá y resultase doloroso y por otro lado tenía un deseo enorme de saber que se sentía, inconscientemente movía mis nalgas hacia atrás cada vez que sentía que él empujaba y la echaba hacia adelante, buscándole, cada vez que él se retiraba. En uno de estos movimientos nuestras acciones se descompasaron , justo en el instante que Javier empujaba yo empujé con fuerza mis nalgas hacia él y como sin querer su verga se abrió camino en mi esfínter y de repente todo su grueso glande estaba dentro de mí.
En absoluto fue doloroso, dejé escapar un suspiro de placer y comencé a eyacular escupiendo el esperma sobre mi vientre como un surtidor, Javier sonrió mirándome a los ojos, todavía estaba corriéndome cuando hizo un movimiento con sus caderas y sentí como entraba su verga totalmente en mí, me sentía lleno, una mezcla de placer intenso y deseo de expulsar eso extraño que estaba dentro de mí. Los dedos de Javier recogían el esperma de mi vientre y los llevaba una vez a sus labios y otra vez a los míos, pasados un par de minutos mi lívido había disminuido considerablemente y me movía tratando de que Javier saliera de mi pero con mucha delicadeza me pidió que esperase un poco más. No tenía ganas realmente, pero pensé que si yo me había corrido era lo justo esperar que también él lo hiciera. Javier inició entonces un lento va y viene dentro de mí, procuraba no llegar hasta el fondo porque, dijo, la primera vez podía tener m*****ias si me follaba con intensidad; pero el roce de su verga en las paredes de mi ano frotándolo cada vez que entraba y salía en su acompasado va y viene estaba excitándome otra vez.
Javier se tumbó sobre mí, su boca lamiendo mi cara y besándome mientras mis piernas rodeaban su cintura y él continuaba con su acompasado mete-saca hasta que me di cuenta de que otra vez estaba duro, me preguntó si estaba gozando; con mi actitud no necesitaba decirle nada. Me pidió que le avisara cuando fuera a correrme nuevamente.
Pasados unos minutos grité que iba a correrme, mis manos se aferraron a sus nalgas apretándole contra mí y mi pelvis empujó hacia adelante con las misma intención: me dejé ir en el mismo instante en el que noté como su verga escupía dentro de mi ano, lo notaba nítidamente. Creo que nunca he sentido un orgasmo tan intenso como aquel.


LGBT: La primera vez que un hombre me feminizó




Por Leila
hybridlyon69

Tenía 14 años y admiraba a este vecino deportivo (él tenía 32 años y vivía solo), lo vi entrenar y soñé ser como él más tarde al principio.
Tenía una hermosa sonrisa cuando me saludó cuando nos cruzamos.
Hice recados para él de vez en cuando y estaba muy feliz de servirlo.
Para recompensarme me invitó a su casa regularmente y me ofreció a beber.
Comenzó a mostrarme videos porno donde los tipos de deportes como él follaban a jóvenes árabes.
Me dijo que le gustaría tener una novia que se pareciera a estas chicas del Magrebí.
A menudo me hacía un cumplido sobre mi piel mate y satinada, mis ojos y mi sonrisa, me hizo sonrojar.
Le gustaba acariciar mi pelo en mi cara o brazo. Me molestó un poco, pero no le mostré que no lo ofendiera, muy feliz de que le prestara atención.

Un día me dijo que tenía una sorpresa para mí, estaba tan emocionada que no sabía qué era.
Puso mis manos en mis ojos y me guio a su habitación, mi corazón latía con fuerza.

Cuando se quitó las manos, pude ver su cama sobre la cual estaba tendida la ropa interior femenina, los tacones y una peluca.
Me sorprendió y le pregunté:
"¿Qué es?
- Recuerdas cuando te pregunté por tu talla, etc. ? Fue porque quería darte un regalo.
- Está bien pero es asunto de chicas, respondí avergonzada ruborizándome.
-Tú no lo sabes todavía pero en lo más profundo de ti, eres una chica, lo siento, Leila.
-Leila? Le dije a él completamente desorientado.
-Sí, mira tu cuerpo junto al mío, ves la diferencia, ¿ves que no tienes un cuerpo de hombre? Y eres demasiado dulce, tu estilo, etc.
-Es cierto pero luego ...
-Shhh Leila, interrumpiéndome poniéndome un dedo en la boca, póntelo, al menos para complacerme y me dirás cómo te sientes. "
No quería, me sentía humillada, pero quería no decepcionarlo tanto que comencé a tomar las medias negras y ponérmelas una por una.
Me entregó una tanga de encaje negro, la tomé sin atreverme a mirarlo a los ojos.
Luego me ayudó a ponerme un corsé que me hizo una silueta más que femenina. Aprovechó para acariciarme y besarme en el cuello.
Me ayudó a mantener el equilibrio para ponerme los talones.
Luego ajustó la peluca diciéndome que era hermosa y sexy.
Realmente me sentí muy femenina y muy sexy, le dejé poner sus manos masculinas en mis caderas como si fuera algo natural y normal. Se comportó conmigo como si fuera su novia y le permití que no se atreviera a interferir.
Me tocó las nalgas y los pechos, sentí que se apoderó de mí sin pedir permiso y que estaba indefensa, me sentía débil e inferior a él.

Me besó con ternura, sentí su lengua penetrar en mi boca, lo dejé entrar y salir de la mía en señal de aceptación, me abrazó con fuerza, estaba bajo su agarre viril.

Se retiró, me miró a los ojos y dijo:
"-¿Recuerdas lo que hacían estas beurettes en los videos para burlarte de mi pequeña querida?
"Sí", le dije, entendiendo lo que esperaba de mí, sus ojos eran mis dulces pero más bestiales y perversos.
- ponte de rodillas
No quería hacer eso, lo encontré degradante, especialmente para un niño, tenía lágrimas en mis ojos y dije en voz baja:
-Por favor no
Él sonrió, puso una mano en mi cabeza, la otra en un hombro, inclinándose suavemente. Ahora bajaba al lugar que él había planeado para mí, mi verdadero lugar, según él, a sus pies.
-No seas rezado, Leila, eres como estas chicas, una pequeña perra árabe, estás hecha para eso, la evidencia te mira.
Y allí, él me muestra el espejo y veo una especie de puta en medias y tacones altos frente a un viril macho viril.
Eso es lo que me hizo. Le había dejado hacerlo y tenía que ir todo el camino. Iba muy bien, me sentía en mi lugar. Tuve que cumplir mi función.

Se frotó la protuberancia de sus vaqueros en mi cara, bajé su bragueta, humillada y lista para ser contaminada por mi hombre.

Su enorme sexo me impresionó, no me atreví a ponerlo en mi boca.
Comencé a lamer suavemente su pene cerrando los ojos. Mi pequeña lengua ágil le dio placer.
A pesar de la humillación, estaba feliz de dar placer a mi hombre y empecé a sentirlo.

"Sí, te dije que eras una puta, la tienes en la sangre que estás haciendo como si lo hubieras hecho toda tu vida, pequeña perra.
Voy a desflorar tu gatita cachonda ".

Me vi en el espejo yendo y viniendo con mis labios a lo largo de su pene turgente. incluso en mi garganta violando mi integridad física y robando mi inocencia.

Pero eso no era suficiente para él, quería más y ahora sabía que lo obtendría de mí.

"A cuatro patas sobre la cama, te follaré"
Me desempeño y me veo en posición en el espejo, naturalmente decido arquearme como lo vi en las películas.
"Este es mi perro, eres dócil, eso evitará que me levante", dijo riendo.
Siento que me humedeció el ano con saliva.
"-Pon un condón por favor, le digo
-No, no mi pequeña pulga, es necesario que lleves mi semilla dentro de ti, que mi ADN te penetre profundamente, que tu cuerpo entienda que recibes el esperma de un macho para que seas una hembra y que lo envíe. Hormonas en consecuencia.
De esa manera crecerás como una chica de verdad, lo que eres. ¿Entiendes?

-sí "

Lo que me dice me emociona, el hecho de que se niegue a mi deseo de mostrarme quién realmente decidió lo que debería sucederle a mi cuerpo me mostró que ya le pertenecía. Él me había adquirido y podía usarme como quisiera, lo cual hizo.

Su pene penetraba lentamente, la creciente humillación me hizo sollozar.

"Joder, ¿estás llorando, pequeña puta?" Dijo él, sonriendo maliciosamente.

No dejé de llorar más y sentí la emoción de mi macho Alpha creciendo.
Su ir y venir fue muy rápido, sostuvo mis caderas firmemente poniéndome en grandes azotes de forma intermitente.

Los insultos gritaron "Puta sucia, pequeña fuente feminizada, piensa en tus padres que dirían puta, estoy en tu trasero y dejarás que un hombre te fertilice, disfruta en tu trasero, puta

Di que eres una perra, puta
-Yo ... soy un perro, digo llorando suavemente.
-Si eres mi puta, más fuerte.
-Soy tu puta.
-Pídeme correrme en ti, perra

-Por favor, en mí por favor.

Y allí sentí que un chorro me llenaba por dentro y luego salía por mi ano.

-Aaaah, fue bueno, quédate quieto, mantén lo que te puse todo el tiempo posible para que tu cuerpo esté impregnado, me bañaré y te diré qué hacer más tarde.
Usted vendrá una hora cada noche para tomar su dosis.

LGBT: Mi primer juguete


Con el fin de recordar mejor, este texto ha sido escrito mientras llevaba un plug en mi culo, una delicia.



Por Sirky

Recuerdo aquel día que me fui de la casa de un amigo con el sabor de su semen en mi boca como muestra de su enfado. Pensé que la próxima vez que nos viéramos seguiría enfadado, pero no fue así. Se comportó como si nada hubiese pasado, cosa que agradecí.

Cada vez teníamos mucha más confianza para hablar de fantasías sexuales, y se notaba que cada vez estábamos más salidos. Recuerdo especialmente un día de verano en el cual estuvimos hablando varias horas de sexo y buscando en internet todas las cosas que yo no conocía y que me quería enseñar. Yo le conté alguna de mis fantasías y mis experiencias sexuales, pero omití todo lo que tenía que ver con vestirse de chica o el hecho de que recientemente había descubierto lo divertido que era introducirse cosas por detrás. Con cada fantasía que me contaba se ponía más caliente, y yo en lo único que podía pensar era en que quería hacerle cumplir todas y cada una de ellas. Así se lo dije, y se le iluminó el rostro con una sonrisa diciendo algo así como "yo te ayudo a conseguirlo".

Aunque me había dejado intrigado, no se volvió a hablar más del tema. Seguimos quedando y haciendo vida normal, así que se me olvidó todo hasta la fecha de navidad. La tarde del último día de clase antes de las vacaciones vino a mi casa para decirme que se iba con sus padres de viaje esa misma tarde y que me había traído un regalo. Me dijo que si me aburría, que lo abriese, que me ayudaría. Creo que no aguanté la tentación más de dos horas. Abrí el regalo y me quedé de piedra: un dildo con forma de pene y una nota diciendo algo así "He buscado que fuera parecida a la mía para que no se notase rara en la boca ;)". Pese a esas palabras tengo que confesar que mi mente solamente podía pensar en que la sensación de ese dildo con forma de pene sería mucho más real que los pepinos y rotuladores que hasta entonces había usado para penetrarme el culito. Si no lo usé con ese propósito esa misma noche fue porque pensé que mi amigo me preguntaría por su regalo nada más volver de sus vacaciones, y yo no sería capaz de decirle que solamente lo había usado para practicar mis habilidades orales. Pese a tener mucha confianza con él sentía una terrible vergüenza de que supiera que me tocaba el culo.

Como puedes imaginar mi resistencia a la tentación sólo duró unos días. Cuanto más tiempo pasaba más ganas tenía de probarlo. Hasta que un día no pude más: juré no decirle nada a mi amigo nunca saqué el juguete de la caja y me tumbé boca arriba en la cama. Ahí tumbado sentí como mi corazón se aceleraba, metí dos dedos en mi boca y los chupé bien, como solía hacer, para humedecerlos. Metí uno poco a poco por mi culito, hasta que estuvo todo dentro. Disfruté de la sensación: el calor, la humedad, la presión del ano entorno a mi dedo... y fui metiendo el segundo dedo. Una vez que estuvieron los dos dentro empecé a moverlos un poco. Hasta aquí nada nuevo, aunque la misma emoción, nervios y morbo que el primer día.

Usé mi saliva para humedecer el dildo lo máximo posible y puse la punta contra mi ano. Con la mano derecha temblorosa, apreté un poquito el dildo hacia mí, pero nada. Cogí aire y volví a presionar un poco más, y por fin el principio de la punta entró. Los nervios me atacaron y la saqué enseguida. Respiré hondo y volví a presionar. Esta vez entró toda la punta y pude sentir como el borde del glande pasaba a través de mi esfínter. Saqué el dildo lo suficiente para volver a sentir esa sensación, y lo metí y saqué unas veces más para disfrutarlo. Me dio por tocarme el glande justo en el momento en el que el glande del dildo pasaba por mi esfínter, tratando de emular el placer que sentiría alguien si esa fuese una polla real. Al cabo de un rato me di cuenta de que nadie querría meter sólo la puntita, así que saqué el dildo por completo y lo volví a mojar con mi saliva.

Volví a coger aire y lo fui introduciendo en mi culito poco a poco. Pensé que no sería capaz, que dolería mucho, que no avanzaría, pero fue entrando dentro de mí, deslizándose poco a poco hasta llegar al final. Solté un leve gemido, y me avergoncé instantáneamente de haberlo hecho. El dildo estaba completamente dentro y podía sentir contra mi culo la forma redondeada de lo que simulaban ser los testículos. Como tenía miedo de sacarlo y no poder volver a meterlo, saqué poco a poco la mitad del dildo, tomé aire y volví a meterlo hasta el fondo. Repetí esto un par de veces, con lentitud, sintiendo cada milímetro de dildo dentro de mí. Después decidí hacer lo que había hecho antes: simular lo que sentiría la persona que me estuviera follando el culo. Así que cada vez que me introducía el dildo en el culito me tocaba el pene imitando el movimiento. Cada vez me lo sacaba más y lo volvía a meter más rápido, mi mano también acariciaba mi pene con más fuerza. Hasta que al final noté esa tensión en los testículos y el cosquilleo subiendo por mi pene... Tuve un segundo de indecisión: decidí seguir follándome el culito con el dildo durante la corrida. Hasta el último chorro de semen no paré de meter y sacar el dildo. Dos segundos después de haber acabado lo saqué rápidamente, y, mientras sentía mi culo tremendamente vacío, húmedo y caliente, recuerdo que sentí también muchísima vergüenza. Jamás le contaría a mi amigo lo que acababa de hacer.

Verito con su padrino



Por Torux


Viene del relato: https://encuentrosyrelatos.blogspot.com/2018/12/verito-con-su-vecino.html


Capítulo III: Mi padrino



Esta ha sido una semana maravillosa. Rafa vino al día siguiente y conversó con mi madrina y mi padrino. No vino antes porque su papá lo retuvo en el trabajo. Nos hemos visto todas las tardes, pero sólo en la puerta porque mi padrino no quiere que estemos solos en la casa y yo soy muy obediente… aunque a veces nos metemos un ratito a la salita. Nos ponemos a escuchar música y él me abraza en el sillón. Me gusta cuando me recuesto en su pecho y él cruza sus brazos por delante mío y me besa en el pelo, es tan rico sentirlo así, cerquita mío. Ayer estábamos así, acurrucaditos los dos y yo por tratar de acomodarme me afirmé en su pierna y me dio vergüenza porque mi mano quedó muy cerca de… bueno, de ahí. No pude evitar acordarme de que algunos hombres tienen un bulto muy grande en ese lugar, ¿cómo lo tendrá el Rafa?
Hoy es domingo y mi madrina y yo hemos ido a la parroquia y mi padrino se ha quedado durmiendo. A él no le gusta acompañarnos, no sé por qué. Al volver, mi madrina me mandó a despertarlo, aunque ya era tarde. ¡Soy tan tonta!, ¡tantas veces que me han dicho que toque antes de entrar!. Abrí la puerta y no lo ví en su cama, entré y allí estaba mi padrino.
—¿Ya volvieron?, dijo, sin mirar.
— … (Yo, muda)
—No encuentro calzoncillos, negra –dice él— y justo entonces mira y me ve.
Yo sigo muda, mirándolo, paralizada. Él se encuentra desnudo al lado de la cómoda, su pene es más grande de lo que pensaba y cuelga entre sus piernas sobre dos enormes bolsas oscuras llenas de pelos. Se le ve poderoso, grueso, oscuro y no puedo dejar de mirarlo. Siento lo mismo que el día que recibí al pordiosero aquel. Mi padrino no se cubre ni hace nada, sólo me mira fijamente mientras yo estoy toda coloradita de vergüenza y… y me siento rara.
—Pensé que era mi mujer, dice.
—Está en la cocina, replico, me mandó a despertarlo.
—Ah, es que no encuentro los calzoncillos, me dice muy bajito.
—A lo mejor están en el segundo cajón, respondo también bajando mi voz y agachándome para buscar yo sus calzoncillos.
Cuando levanto la vista, su miembro es un garrote inmenso que apunta al frente, muy cerquita de mi rostro. Su cabeza a medias descapullada se ve húmeda y nuevamente siento ese olor que sentí el día que el caballero ese me la puso en la boca. ¡Siento tantas ganas! y la verga está tan cerca que hasta siento el calor que despide. No puedo quitarle la vista de encima, es como si fuese una cobra que me tiene hipnotizada. Ya casi me toca y yo tiemblo.
—Padrino… —susurro con mi voz temblorosa.
—Shhh —me hace callar tomando mi mano y llevándola hacia su falo palpitante.
Quema. Siento mi mano arder en ese fuego que irradia. Mi padrino me levanta y toma el calzoncillo que tengo en una mano y lo tira a la cama, luego me abraza fuertemente con una mano en la espalda y la otra incrustada en la hendidura de mis nalgas y mi cara se hunde en su pecho peludo. Su pene lo siento ardiente en mi barriga y me da miedo, mucho miedo. Me suelto de su abrazo y corro hacia mi pieza, allí me siento en mi cama, con mi corazón palpitante, queriendo salírseme del pecho y muy asustada de sentir tantas cosas que no conozco. Pienso en Rafael y en lo sano que es él, ¿por qué yo tendré que ser así?, ¡me siento tan culpable!, ¡pobrecito mi padrino, víctima inocente de mi lujuria inexcusable!
No salgo de mi pieza hasta que me llama mi madrina a almorzar, creo que me quedé dormida. Ya la mesa está puesta y no sé qué cara tengo; mi madrina piensa que estoy enferma porque apenas pruebo la comida. Mi padrino a ratos me mira, preocupado. Terminan ellos de almorzar y mi padrino comenta que dormirá una siesta, que lo despierten para ver el fútbol y se va a su cuarto.
Lavamos la loza con mi madrina y mi ánimo mejora porque me pregunta por Rafael y me dice que lo invite a pasar la tarde conmigo ya que ellos estarán en su pieza y así lo hago, llamo a Rafa y cuando este llega, siento que ya todo está bien.
Lo que no me gusta de Rafa es que a él le gusta una música muy rara, trajo unos cd’s de rock de su casa y a mí lo que me gusta es la música romántica, pero aun así lo pasamos bien, nos reímos harto, cuidando de no meter mucha bulla, ¡qué lindo besa mi Rafita! Me besa los labios primero, luego los chupa muy suavemente, muy lento, y los toca con su lengua; luego me mete su lengua en la boca y toca mi lengua. Tiene un sabor tan rico y me encanta todo lo que me hace. Cuando me besa en el cuello siento una contracción en mi chorito, ¡qué cosa tan rara!
A la hora baja mi madrina de su cuarto y nos dice que saldrá un momento a visitar a su comadre y me pide que despierte a mi padrino en una media hora más, pero con el Rafa a mi lado me acordé cuando ya había pasado una hora así es que subí rápido al dormitorio de mi padrino y toqué a la puerta, mi padrino me gritó que pasara y así lo hice, estaba despierto y tenía ya la TV encendida.
—¿Y la negra?, pregunta.
—Fue donde la señora Norma, respondo.
—¿Me traería una cervecita, mija?, me dice.
—Sí, padrino, le respondo y salgo a buscar una botella de cerveza del refrigerador.
Vuelvo y esta vez entro a la pieza sin golpear, mi padrino está sentado en la cama, con almohadones en su espalda; su pecho desnudo se ve muy peludo igual que sus brazos, la sábana lo cubre de la cintura para abajo.
—¿No quiere hacerme compañía un ratito, mija?
—Es que estoy con el Rafa, padrinito.
—Ah, está el muchacho, bueno, si se va luego, se viene para acá ¿quiere?
—Bueno, padrino, le digo y siento como unas cosquillitas en el estómago y mis orejas se encienden. No quiero pensar en eso, pero la imagen de la verga de mi padrino se me aparece enfrente y me da vergüenza que mi padrino se entere de lo que estoy pensando.
Creo que el Rafa me siente distinta, porque al rato me dice que se va a buscar al Diego y me pide que nos juntemos con él más tarde, no le insisto en que se quede, me siento nerviosa y creo que sé por qué.
Subo al dormitorio de mi padrino y entro. Él sigue igual que antes, recostado en su cama con el pecho desnudo. Me mira y se corre un poco hacia el centro de la cama haciéndome una seña para que me ubique a su lado, me pasa un brazo por debajo de los hombros y quedo así muy pegadita a él, me toma de una mano y la pone en su barriga haciéndome cariños en el dorso. Luego se inclina a besarme en la cabeza mientras siento sus abundantes pelos en su cuerpo. Eso me hace temblar y sólo atino a cerrar los ojos y pensar en todo esto que me está ocurriendo. Me gusta estar así con mi padrino porque yo lo quiero mucho a él, ha sido siempre un papá para mí, pero a la vez sé que no debería, ¡si mi madrinita supiera!
Yo me vine de chiquita a vivir con mis padrinos porque mi mamá no podía criar tanto niño chico, aunque por unos años viví en ambos lugares por temporadas. Algunos años después de que yo nací, mi mamá se juntó con el papá de mis hermanos. Tres hijos más tuvieron mi mamita, pero igual terminó dejando a ese caballero; yo ya vivía con mis padrinos así es que mucho no me acuerdo de él. Bueno, sí me acuerdo de algunas cosas, pero prefiero no pensar en eso porque… bueno, hay cosas que preferiría no recordar, aunque igual a veces pienso en eso. Aparte de que me da pena porque a mi papá nunca lo conocí. Mi mamá nunca me quiso contar de él, pero yo creo que debe haberlo conocido cuando trabajaba para mis padrinos. Mi madrinita dice que mi mami trabajaba ayudándole en los quehaceres de la casa, pero yo sé que era la empleada y no sé por qué a mí madrina no le gusta usar esa palabra, pero es la verdad, mi mamá era la empleada de la casa de mi madrina y cuando yo nací ellos fueron mis padrinos de bautizo y por eso me quieren como una hija y yo los quiero mucho a los dos.
Poco a poco comienzo para acariciarlo, mi mano recorre su cuerpo haciéndome sentir tantas cosas que no puedo explicar; él se inclina hacia mí y busca mi boca, cierro los ojos y abro los labios, recibo su lengua que se enrosca con la mía. Esto es distinto, su lengua muestra una exigencia madura, experimentada, recia e intensa. La cara de mi padrino es áspera y se siente tan viril que siento que en sus brazos no tengo voluntad. Poco a poco abre los botones de mi blusa y saca mis pechitos al aire. Se abalanza hacia ellos y apretándolos toma un pezón entre sus labios y chupa fuertemente haciendo ruidos con la succión. Me aprieta las tetas enloquecido haciendo que mil sensaciones recorran desde mi vagina hasta mis pezones que se introducen en su boca absorbidos, a ratos violentamente, provocándome un delicioso dolor, un estremecimiento que me hace retorcerme, sobrecogida por la pasión y el deseo. Con los pies, mi padrino se deshace de las sábanas y todo su cuerpo queda al descubierto, su pene se bambolea potente y viscoso ante mi vista nublada.
Cierro los ojos, no creo poder ser capaz de sentir tantas cosas al mismo tiempo, me concentro un rato en sus chupadas a mis tetas, luego en el roce de sus piernas rudas, luego en su verga que se restriega en mis piernas. ¡Oh!, ¡es demasiado!, no creo poder resistir. Siento una corriente eléctrica que recorre desde mi chorito hasta mi cara y como que me hago pipí de gusto. Mi padrino me desnuda, me quita la faldita, ya me ha sacado el sujetador, ahora son los calzones, me los quita rápidamente y sin preámbulo se zambulle allí abriendo mis piernas con sus manos fuertes, un escalofrío recorre mi ser; quiero gritar de gusto al sentir su lengua entre mis piernas; nunca imaginé siquiera que eso se pudiera sentir. Mi cara arde, ¡Aghhh!, ha metido su lengua entre mis pliegues. ¡Qué está haciendo!, me chupa algo que me hace desfallecer, ¡Ahhh!
—¡Pa…dri…noooo! ¡Ahhh! ¡¿qué me… está….ahhhhhh….! ¡AGGHHHH!, ¡QUE ME MUEROOO!
Luego se pone de espaldas en el centro de la cama y me sube al revés sobre él, tira de mis piernas y nuevamente me ataca en ese lugar que ni yo sabía que podía hacerme sentir eso; su verga queda frente a mí, palpitante, chorreando sus jugos que caen en hilitos sobre sus bolas inmensas, puedo ver sus venas gruesas y salientes, me vuelvo loca de placer. La tomo entre mis manos y chupo con todas mis fuerzas, mi padrino tiembla. La siento salada, caliente y dura; se estremece en mi boca.
Mete un dedo en mi cuevita y me hace saltar de gusto; estoy muy mojada allí. Luego pone el dedo en mi botoncito y casi me desmayo de placer. Sigo chupando mientras él cada vez entra más en mi boca, siento que algo me viene, creo que me hago… mi vista se nubla, ¡Aghhhhh!, mi cuerpo se convulsiona y luego todo se me hace negro; mi cabeza cae entre sobre sus bolas y su pene lo siento en mi cuello quemándome la piel.
Poquito a poco reacciono. Mi padrino me ha acostado de espaldas y está sobre mí, su pene está tocando mi cuevita y sus manos sostienen mis piernas; siento como su cabeza entra en mi ser, se queda quieto y me mira con los ojos entrecerrados, su cara demudada de placer. Se inclina sobre mí y lo mete, no me duele nada, solo siento que resbala hacia adentro; me siento llena de su carne ardiente. Me besa y comienza un salvaje ritmo que hace que me falte el aire. No siento dolor en mi conchita, sino más bien un ardor, una sensación de que no me cabe ahí, pero no me duele realmente.
Su pecho me aplasta las tetas, siento sus pelos en mis pezones, su cuello está mojado de transpiración. Lo abrazo fuerte y aprieto su cabeza contra mí mientras muevo mis caderas en un baile que recién me doy cuenta de que conozco sin que nadie me lo haya enseñado. ¡Se siente tan rico!, sus bolas golpean contra mis nalgas y su pene me aserrucha con violencia; levanta su cabeza con la boca abierta y emite un rugido seguido de convulsiones de su cuerpo todo y luego escupe su leche en mi interior; ¡Ahhhhh! ¡Qué rico, mijiiiita!!! –grita, mientras siento como su líquido resbala en mis paredes interiores en un sinfín de estertores de su verga magnífica; me retuerzo de placer mientras un segundo orgasmo se apodera de mí. Desfallezco.
—Te amo, hijita querida, —balbucea—, y nos quedamos abrazados así, él sobre mí, sin sacar su verga que me ha hecho mujer al fin.


Un amante más joven



Por Romina

Era una tarde de miércoles, mi amiga Rocío, me había insistido que no lo viera a Martín, solo habíamos salido dos meses, pero él insistió y no supe negarme, tomábamos un café cerca de casa. Vivo por plaza Irlanda, soy Romina, 30 años, etc., etc. Pasó a buscarme por casa, vivo sola, no lo hice subir, Martín es peleador de MMA, bastante violento para mi gusto, un mamarracho de tipo, bah. No le tenía miedo, pero quería que las cosas quedaran claras. Tocó el timbre de casa y baje, tenía puesta una calza que me encanta usar, no tenía ropa interior abajo y se me remarca la cola y la conchi, me encanta como me queda, estaba bastante excitada y pensando a que viejo amigo podía llamar luego que me sacara a Martín de encima. De principio le había aclarado que yo tenía relaciones con quién quería, que no esperaba ninguna fidelidad de parte de él, que no buscaba novio ni nada parecido, al principio estuvo de acuerdo, creo que pensando que no iba poder resistir a sus encantos, pedazo de nabo. Cruzamos la plaza caminando en silencio y había un grupito de pibes de unos veintipico, calculé yo, jugando al fútbol, Martín se detuvo a saludar a un amigo, seguí caminando y se acercó uno de los chicos, y me dijo un piropo muy dulce que me hizo sonreír, seguí caminando y cuando me di vuelta lo vi a Martín pegándole al chico, le dio una fuerte piña en el ojo, los amigos se metieron a defenderlo y también golpeó a dos o tres de ellos, le grité y le dije que parara que estaba loco. Fui hablando con él por la calle, suspendí café, ni en p**o me siento a tomar algo con vos pedazo de forro, caminamos hasta su auto, cada vez me sentía más furiosa, como podía haber salido aunque fuera dos meses con semejante salame. Lo vi irse en su coche, y caminé de regreso a casa, cuando pasé por el chino estaban los chicos tomando algo en la vereda, me acerqué a ellos y les pedí disculpas, se estaban riendo y le decían a Gastón, que era el piropeador, que casi le había roto la mano con el ojo, chistes de varones tontos. Me acerqué a Gastón y le dije que vivía a un par de cuadras, porque no venía conmigo y le ponía un poco de hielo en el ojo. Una carita de nene bueno, pero la verdad que empecé a sentirme caliente, tenía ganas de jugar un rato.
-Venite hasta casa y te pongo un poco de hielo... dale...
-No por favor, no se m*****e... no me conoce mire si me voy a meter en su casa...
-Perdona... qué edad tenés?
-22 años
-Tan vieja te parezco que me tratas de usted...
-No discúlpeme... digo discúlpame... no quiero parecer confianzudo...
-Vamos a casa dale...
Fuimos caminando a casa, le conté que hacía poco que salía con el que le pegó, que era un tarado, que justo estaba cortando con él. Ya en casa se sentó en una silla, fui a buscar el hielo y se lo apoyaba en el ojo. Me empecé a sentir cómoda delante de él.
-No te gustaría darte un baño...?
-No por favor señora... no quiero m*****arte... perdón por lo de señora...
-No me m*****as... tengo un sauna hermoso... te podés dar un baño de inmersión y probarlo... lo único que si un hombre se baña en mi casa, me reservo el derecho de mirar... y tocar si quiero... pero a mí no me pueden tocar... -nunca había hecho nada semejante, era la primera vez que hacía algo así, no sé de dónde me salía la ocurrencia. Se quedo mudo, no sabía que decir, noté también cara de desconfianza en él.
-Sabés que... tenes razón... no me conoces... te traje a mi casa... a ver si quiero violarte...
-No es eso... es que... me parece increíble... semejante mujer...
-Que... no me pueden dar ganas de jugar un poco con vos... pero si tenes miedo está bien... seguro que papi y mami te estarán esperando...
La cara se le modifico y fue caminando al baño. se iba a sacar la remera
-No te desnudes todavía... yo te digo cuando... -fui al baño y pasé delante de él... preparé el baño, me mojé la remera, como no tenía corpiño se notaban mis pezones re duros- Sácate la remera... -le acaricié un poco el pecho, le tome el pantalón desde el elástico y se lo baje, unos horribles calzones con dibujitos quedaron a mi vista.
-Todavía te compra la ropa tu mami...?
No contestó pero era evidente que así era. su bulto estaba bien duro, bajo el bóxer, tamaño normal, bien durita, para sus 22 ideal. Me arrodillé delante de él y le baje el bóxer muy despacio, su pija quedó al lado de mi cara, me hubiera encantado chuparla, pero no era el momento.- Metete al agua...
Agarré mi esponja más suave con un jabón con olor a almendras que me encanta y empecé a pasarla por su pecho, su cuello, le limpié suavemente la cara,
-Cerrá los ojos... -mientras con la izquierda le frotaba la cara mi mano derecha fue a acariciar su pija, bajo el agua, se quedó duro y un gemido escapó de su boca, muy suave pero audible.
-Te parece un sueño o una pesadilla...? -le dije mientras ahora acariciaba su pecho y su miembro a la vez-
-No lo puedo creer... es increíble...
-Seguro que vas a salir corriendo a contarle a tus amiguitos... porque los hombres son todos bastante estúpidos...
-No te juro que no... me encanta lo suaves que son tus manos...
-Nunca vi una pija escupir la leche abajo del agua... te vas a animar a mostrarme... -le dije acercándome a su oído, mordiéndole el lóbulo de la oreja, y acelerando la paja. Su respiración empezaba a acelerarse, su pija empezaba a estar más dura, si eso era posible, y sentí como explotaba y me encantaba ver como la leche de su pija se mezclaba con el agua, además que hacía mucho que no estaba con alguien tan joven y me sorprendía la cantidad de leche que salía. Le di un suave besito en los labios y le dije que se duchara. Salí del baño pensando en cómo iba a bajar mi calentura, no tenía ganas de ver a nadie quizás después me masturbara, cuando salió del baño nos pusimos a tomar unos mates charlamos un poco de todo, le conté que manejaba grupos de promotoras en una empresa, que estaba estudiando una magistratura, él no trabajaba, estudiaba cocina en segundo año, le encantaba cocinar, no trabajaba vivía con sus padres, había tenido una novia hasta hacía un año, y ahora estaba solo, no se le daba muy fácil con las chicas. Cuando se estaba por ir le dije.
-Mira... me gustó jugar con vos... me gustaría que siguiéramos jugando... pero no aceptó celos... no quiero relaciones serias, salgo con quién quiero y cuando quiero. Si llamo a algún amante espero que venga, si no puede no hay problema, pero va bajando en mi lista de prioridades, igual vos no estás todavía en la categoría de amante, sos como un proyecto, nunca salí con alguien menor que yo, si quiero verte a la noche no te voy a avisar a último momento, trato de avisar siempre por lo menos doce horas antes. Si vos me llamás y querés verme, dentro de los tres días siguientes te veo seguro, no dejo a mis amigos amantes de garpe, a no ser que este de viaje, claro.
-Te gustaría probar...?
-Me encantaría...
-Bueno el domingo te espero a almorzar... cerca de las 14 horas... -agarré plata y le di
-No, para qué. estás loca...
-Quiero que te compres unos bóxer como la gente y que los elijas vos... no que te los compre mami... cómprate dos o tres... cuando los compres piensa en mí...
Lo despedí en la puerta de mi departamento, cuando llegó abajo tocó el timbre de adentro y le abrí, nos vemos el domingo me dijo.
No comenté nada con ninguna de mis amigas, me sentía rara, y a la vez no podía dejar de fantasear con el domingo, tengo unas esposas para jugar, que suelo usar, la mayoría de las veces me encanta que mis amantes me agarren a la cama, pero esta vez pensaba, por primera vez, en ser yo quién lo amarrara a un joven muchachito, las imágenes me venían a montones, no podía parar, me distraje viendo series. El domingo llegó bien puntual, había encargado algo de comida, todavía no había llegado, me puse unos shorts cortitos elastizados, sin ropa interior y la parte de arriba de un bikini, quería que viera el piercing de mi pancita, en general les suele gustar mucho a los hombres. Baje a abrirle así, descalza, tenía los ojos como dos huevos duros, cuando entró le cerré la boca con la mano
-Te quedaste con la boca abierta...
-Estas impresionante...
-Qué bueno que te guste... me arreglé para vos...
Tomamos unos mates hasta que llegó la comida,
-Me acompañas a buscarla...
-No querés que baje yo...
-No, porque... el muchacho también puede disfrutar un poco de la vista... -me puse unos zapatos de tacón alto, que me levantan más la cola- así estoy más linda no...?
-Vas a bajar así...
-Claro... obvio... imagínate si vos estuvieras trabajando con este calor... no te gustaría que te reciban bien... -No dijo nada su bulto estaba duro desde que llegó.- ponete la remera por afuera... sí nos ve algún vecino vas a parecer un calentón...
Cuando bajé del ascensor exageré el movimiento de mis caderas mientras caminaba a abrirle, el pibe estaba encantado con la vista se le notaba en la cara. Le recibí el paquete y le dije.
-Discúlpame... me olvidé la plata arriba... me bancas un cachito....
-Claro... no hay problema...
-Me alejé regalándole una visión de mi culo moviéndolo sensualmente...
Cuando subíamos en el ascensor con Gastón me dijo.
-Como te gusta calentar...
-No vas a empezar con celos no...?
-Por supuesto que no... si ni siquiera soy tu amante...
-Exacto... sos un precandidato... dije y le apreté el bulto sobre el pantalón.
Comimos más tranquilos conociéndonos un poco más, comimos en el salón, sentados cada uno en un sillón, sobre el final del almuerzo le dije, sacando las esposas de debajo del almohadón del sillón en el que estaba sentada.
-Te gustan... siempre juego con mis amantes... me gusta que me amarren a la cama... sentirme ofrecida... entregada... eso cuando confío en ellos claro... con algunos pocos... -Gastón hacia silencio.-
Me gustaría probar con vos... que sos más jovencito que se siente ser la que amarra al otro... queres jugar...?
-Me encantaría... y que me vas a hacer...?
-Todavía no se... según lo mala que me sienta... -me puse de pie le di un suave beso en los labios y fui para el cuarto. Vino caminando detrás mío- Sácate la ropa... quédate solamente con los bóxer... -tenía puestos unos negros buenísimos- Esos los compraste vos... eh...?
-Si pensando en vos...
-Tenés un punto a favor... acóstate... -le agarré las manos y lo até a los barrotes de la cama. fui a buscar mi copa de vino, me senté en una silla al costado de la cama, me acariciaba mi almejita sobre el shortcito mientras le daba unos sorbos al vino.- Me gustan los bóxer... pero te quiero ver desnudo... -me puse de pie y dejando el vaso en la mesita, me acomodé entre sus piernas y fui bajando el bóxer despacio, su pija apareció bien dura, llena de sus fluidos preseminales, con mi dedo indice, le distribuí un poco los fluidos acariciándole la cabecita de su pija y después me chupe el dedo, su pija daba saltitos en el aire. Me puse de pie, me paré al lado de la cama y dándole una visión de mi culo, me fui bajando el shortcito, lentamente, mi culo quedo al aire, me gire hacia él acariciándome mi conchita y mostrándole, los pocos pelitos que tengo sobre ella, me acomodé con una rodilla a cada lado de su cabeza y le di mi almejita a chupar. Nunca lo había hecho así y me encantaba, él chupaba como un desesperado, le fui diciendo de a poco como hacer, que me gustaba y que no, el sólo darle indicaciones me ponía más caliente, montada sobre él, con la parte de arriba de mi bikini todavía puesta, le fui indicando como hacerlo y cuando explote, lo agarré fuerte de la nuca clavándolo contra mi concha, acabe como una yegua.
Me quedé un rato más sobre él, que seguía jugueteando con su lengua, miraba su pija que seguía latiendo, me salí de encima de él y le di un beso por primera vez metiéndole la lengua bien profundo.
-Podes entrar en la categoría de amante si seguís así.... -le dije y me sonrió. Fui al salón y traje un poco de vino, le di de tomar en los labios, el seguía amarrado a la cama, yo tomé un trago, me acomodé sobre el a la altura de su pija, puse ambos labios de mi conchita a los costados de su pija, que estaba hacia arriba, la presionaba contra su pelvis y me moví un poco así sobre él... ida y vuelta...
-Estoy muy cerca...
-Y llega bombón... dale... dame la lechita... -su pija explotó manchando todo su vientre y parte en su pecho, era una leche espesa, bien blanca y superabundante. me salí de encima de él y le dije si le podía tapar la cara con una almohada y sacarle una foto, me encantaba su pija todavía dura y su vientre lleno de leche, no tenía problema así que le hice unas fotos en color y otras en blanco y negro. Quiso que se las mande le encantaban, lo desate, lo mande a bañarse y después de charlar un rato y tomar unos mates se fue para su casa. Nos volveremos a ver.


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A partir de ahora, la Revista Encuentros solamente se publicará en este blog.
La revista en formato PDF ha dejado de publicarse por las siguientes razones:
·         La falta de lectores
·         La falta de nuevos escritores
·         La falta de continuidad de escritores regulares
·         La falta de opiniones sobre los relatos publicados
·         La falta de interés en adquirir publicaciones publicitadas en la revista
·         La falta de respuesta a los clasificados
A las personas que nos leen en el blog, les agradecemos su preferencia. A los autores regulares, les pedimos que sigan escribiendo. Encuentros Magazine tiene abierto su espacio para historias eróticas con mucha creatividad para los lectores amantes de este tipo de literatura.
Atentamente,

Larry G. Álvarez
Editor
encuentros.relatoseros@gmail.com

ENCUENTROS - EROTISMO EN CANTO-RELATO-POESIA

  A todos los poetas eróticos, se les invita que envíen sus poemas grabados a Radio Nuestra America, en su programa Encuentros. Una radio al...