Por Lorena y Mario
Algo más de un mes después de pasar un muy buen rato con Pedro y
Eva, nos escriben un mail invitándonos a cenar.
Anoche recibimos este mail:
De: Pedro y Eva
Para: Mario y Lorena
Asunto: Hola
Fecha: Miércoles, 6 de febrero de 2013 20:12:32
Hola parejaaaaaaa, cómo estáis? Ya se os ha pasado el susto?
Si es así os invitamos a cenar en nuestro próximo fin de semana sin
niños.
Qué decís?
Besos,
Eva y Pedro.
Cuando leí esto me entró un escalofrío por todo el cuerpo. En cuanto
acostamos a las niñas abrí de nuevo el correo en el móvil. Lo volví a leer y se
lo enseñé a Lorena.
-Mira, lee esto.
Lo leyó. Lo volvió a leer y me dijo tranquilamente: “vale”.
De nuevo sentí un escalofrío. Soy muy mal pensado o mi mujer no se
entera. Que estos quieren follaaaaarrrrrr…
-Cariño, no se te ha pasado por la cabeza que estos quieren hacer un
intercambio de parejas?
-A ver, tomamos algo, charlamos… Que estamos a gusto: nos quedamos.
Que hay mal rollo: nos vamos.
-Y? -insistí.
Lorena me miró fijamente como si la molestara mi pregunta.
-Y… Qué? Es lo que siempre has querido, no? Tirarte a otra!
En ese momento me di cuenta de que mi mujer estaba viendo un
capítulo de su serie favorita. Y ahí estaba yo interrumpiendo ese momento
mágico con sandeces.
Me quedé pensando sobre el tema. Pues sí, me gustaría tirarme a Eva,
está claro. Pero me gustaría ver como Pedro se zumba a mi Lorena? Y si no doy
la talla con Eva?
Qué efectos secundarios puede tener todo esto?
Un montón de dudas, miedos e inseguridades pasaban por mi cabeza uno
detrás de otro. Una cosa es imaginarte que te lías con la vecina, que haces un
trío con aquellas compañeras de la universidad o que participas en una orgía. Y
otra muy distinta es hacerlo de verdad.
Y ahora se presentaba una oportunidad así. De verdad quiero/queremos
acostarnos con otros/as?
Sin consultar con Lorena contesté a su mail.
De: Mario y Lorena
Para: Pedro y Eva
Asunto: RE: Hola
Fecha: Miércoles, 6 de febrero de 2013 22:43:26
Hola!!
Cómo va todo? Espero que muy bien, como siempre.
Nos apuntamos. Cuándo será vuestro próximo finde sin niños? Qué planes
tenéis?
Hablamos…
Mario.
Necesitaba algo más de información. Algo que me convenciera a ir con
cierta tranquilidad. O simplemente algo que satisfaciera mi curiosidad. Seguí
dándole vueltas al tema mientras las imágenes de la serie pasaban delante de mis
ojos sin prestarlas atención. A los pocos minutos vibró mi móvil. Un email.
De: Pedro y Eva
Para: Mario y Lorena
Asunto: RE: Hola
Fecha: Miércoles, 6 de febrero de 2013 22:50:01
El plan es tomar una cervecita en el pub donde nos vimos el otro día
y luego subir a casa a cenar. Si no os parece bien podemos hacer otra cosa. En
principio queremos salir dentro de dos fines de semana.
Claro, qué esperaba que me iban a poner? “Queremos daros caña!”.
Pues no, claro, cómo van a poner algo así. Ya me vale! Anuncios. Momento para
seguir con el tema.
-He preguntado qué planes tienen y me han dicho que tomar unas
cervezas y luego ir a su casa a cenar.
-Para cuándo es?
-Dentro de dos semanas.
-Vale, hablaré con mi madre a ver si se puede quedar con las niñas.
-Y si luego quieren tema?
-Cada oveja con su pareja. Como mucho. –Dijo muy seria.
-Muy bien, pues les digo que en principio nos apuntamos.
Mientras escribía la contestación volvía a escuchar en mi mente eso
de “cada oveja con su pareja” y me tranquilizaba. Aunque he de reconocer que ya
me estaba imaginando a Eva abierta de piernas pidiéndome que se la metiera
hasta el fondo. Ah, claro! Pero también a Pedro dándole a mi Lorena.
Creo que esto no puede acabar bien…
Lo que sí acabó fue la serie.
-Nos vamos a dormir? -Pregunté.
-Ahora voy.
Al rato me encontraba bien arropadito en la cama mirando a la pared
sin poder quitarme de la cabeza algunas de las imágenes vividas la noche que
estuvimos en casa de Pedro y Eva. Aquella mamada, aquel polvo…
Oía a Lorena trastear por ahí pero no venía. Hoy tocaba dormirme
solo y luego levantarme a media noche a sacarla del sofá.
Un poco después oí apagar todas las luces dejando sólo la de su
mesilla.
-Hoy no voy a leer, Pedro. -Me dijo.
Extrañado me giré y la vi metiéndose en la cama con ese conjuntito
rojo que la queda tan bien. Se rio.
-Te gusta mi conjuntito, Pedro? Me lo he puesto para ti.
-Qué buena estás, Eva.
Y comenzamos a besarnos ardientemente.
Comencé a acariciarla por encima del sujetador. Seguíamos besándonos
con intensidad mientras bajé a acariciar sus piernas. Imaginar que estaba con
Eva me puso a cien. A la misma temperatura que estaba Lorena.
Esta no es mi mujer. Estaba claro.
Sin esperar a nada introdujo su mano dentro del pantalón del pijama
y me agarró fuertemente. Yo respondí subiendo por el muslo hasta llegar a la
suave tela de su tanga. Se estremeció y aceleró sus movimientos. Realmente
estaba muy cachonda.
-Pedro, bájate el pantalón. -Me ordenó dando énfasis a la palabra
“Pedro”.
Inmediatamente bajé el pijama lo suficiente para liberar mi pene. Y
sin esperar un segundo se subió sobre mí, echó a un lado el tanga y se la
introdujo hasta el final. Para mi sorpresa se puso a frotarse con mucha
intensidad. Los gemidos iban en aumento. Mi mujer se había vuelto loca.
-Eva, me encantan tus tetas. Dije mientras le acariciaba con las dos
manos.
-Pedro, y a mi tu rabo. –Se rio.
Se echó sobre mí, aumentó el ritmo si cabe, subió el volumen de los
gemidos y al fin llegó al orgasmo.
Su cuerpo se desplomó sobre el mío.
Un instante después se incorporó. Me dio un beso y cambió de
posición.
-Pedro, dame como tú sabes. -Me dijo mientras se recostaba de
espaldas a mí.
-Eso está hecho, Eva.
Me introduje dentro de ella lentamente. Pegué mi cuerpo al suyo y
comencé a acariciarla. El brazo, los pechos, la entrepierna… Todo mientras iba
acelerando poco a poco el ritmo.
La cálida fluidez del contacto hizo que no pudiera más. La cogí de
las caderas y comencé a balancearme rápidamente.
Así nos quedamos dormidos, unidos y abrazados.
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