Tuesday, September 25, 2018

LGBT: ¡Linda, la deportista más caliente!






Esta historia comienza un día del mes de junio. Recuerdo que salí de trabajar en el hospital y me dirigí al parque. Allí me senté en un banco que estaba cerca de un pequeño lago. Hacía un poco de calor, y yo necesitaba desconectarme un poco del difícil día de trabajo que había tenido. Mientras respiraba aire puro, miraba el cielo y veía la caída del sol, -estaba comenzando a anochecer- siento un grito muy fuerte de una dama. Me paro, miro hacia atrás y veo a una dama en el piso. Me acerco muy rápido. Al ver ese rostro delicado, con grandes ojos verdes, cabello negro, labios muy finos y rojos y piel blanca, quedo paralizado, como hechizado, no podía hablarle. ¡¡En ese instante ella me grita y me dice si podía ayudarla!! ¡Yo le digo que sí, que trabajo en hospital! Le pregunté que le pasaba y me dijo que mientras estaba haciendo ejercicio en el parque se había doblado el tobillo y se había caído. Ella traía puesto un sostén deportivo rojo que marcaba sus tetas pequeñas y firmes y un pequeño short deportivo negro que me permitía ver un culo firme, duro y unas piernas largas, delicadas, blancas y sensuales. Revisé su tobillo y no tenía nada, solo el dolor del golpe. La ayudo a pararse y le pregunté su nombre. Me dijo que se llamaba Linda. Yo le dije mi nombre. Me dijo que tenía 37 años y que siempre le gustaba entrenar en el parque. Intentó caminar y me dijo que le dolía mucho y que no podía apoyar el pie. Entonces le dije que la acompañaba al Hospital para examinar ese tobillo. Fuimos al hospital, le hicimos los estudios correspondientes y después de esperar algunas horas, esos estudios dieron todos bien. No tenía nada grave. Luego salimos del hospital y ya se había hecho de noche. Ella me dijo que todavía le costaba caminar y que no quería volver sola a su casa. Yo me ofrecí a llevarla. ¡¡Durante el viaje en el auto, hablamos mucho y logré hacerla reír un poco!! ¡¡Tenía una sonrisa preciosa!! Luego llegamos a su casa. Nos bajamos del auto y la ayudo para llegar a la puerta. En ese momento Linda me invitó a pasar. Yo acepté. Su casa era pequeña , pero muy bella. Me dijo siéntate en el sillón, ya vengo. ¡El sillón estaba frente a un gran ventanal! Pasaban los minuto y Linda no aparecía. En ese momento veo salir de su habitación a la dama más preciosa del universo. Su cabello negro suelto, combinaba con un sostén negro que marcaba y agrandaba sus tetas y un panty/braga negra. Ella se da vuelta y veo ese culo firme, pequeño, duro, ejercitado, blanco, suave que deseaba una verga. Ella me pregunta cómo se veía. Yo no podía hablar, pero mi pene que había comenzado a endurecerse y agrandarse hizo un bulto en el pantalón que traía puesto. Linda se sonrió y disfrutaba que yo estuviera excitado. Ella se sienta al lado mío y yo la acaricio y la comienzo a besar, primero en el cuello y luego en la boca. En ese instante sucede algo inesperado, ella con su brazo me separa de su cuerpo. Le pregunto si le había m*****ado algo que había hecho. Linda me contesta que no, pero que me tenía que decir algo. Le digo que me dijera lo que ocurría. ¡Ella me dice soy transexual! Yo le contesto que no importa, que es la princesa más bella del universo. Ella sonríe y a partir de aquí comienza una noche de sexo maravillosa y muy caliente.
Ella comienza a masajear sobre el pantalón, mi pene, muy despacio, muy suavemente. Cuando notó que mi verga estaba suficientemente dura, me bajó el cierre y me quitó el pantalón. ¡¡¡¡Tomó de la base mi pene duro, grueso, caliente y se lo metió en la boca!!!! ¡¡Hasta el fondo!! ¡Casi vomita! Y empezó a lamerlo con mucha saliva desde la punta hacia abajo, una y otra vez mientras la saliva lubricaba los movimientos. Parte de la pintura de labios roja la veía en mi pene. No puedo explicar el placer que sentía cuando Linda metía mi pene en su boca, además lo hacía muy despacio para evitar que yo acabara. Así estuvo algunos minutos. Mi verga estaba totalmente cubierta con saliva. Luego yo la levanté y empecé a besarla primero en su cuello y luego en sus labios, con mucha saliva nos metíamos la lengua hasta el fondo, los dos. Fueron besos muy apasionados. Luego le quité el sostén y vi estas pequeñas tetas hormonadas, firmes preciosos, blancas, delicadas y comencé a chuparlas, primero la aréola y luego el pezón. Sus pezones se erectaron y se pusieron muy duros. Los estuve lamiendo y besando un largo tiempo, hasta que le salió una secreción blanca que tragué, fue muy rica y Linda gritó de placer. Luego le bajé la braga y tenía un pene pequeño que estaba un poco erecto, ella se sonrojó. En ese instante acerqué su cuerpo de princesa y lo apreté fuertemente contra el mío. Nos frotamos nuestros cuerpos durante algunos minutos, y sentí su pequeño pene frotar mi pene duro y grueso, mientras metía mi mano en su culo y luego le tomaba fuertemente sus nalgas con mis dedos. Fue una sensación placentera. Luego cuando mi pene estaba bien duro, la hice dar vuelta y le apoyé mi verga en su culo, para hacerle sentir placer y deseo y para que me pida que la penetre. Ella empezó a pedir que la penetrara. Primero puse saliva en mis dedos y luego se los pasé alrededor de su ano, rosado y estrecho. Su ano estaba muy cerrado. Adoro el ano estrecho de una dama. Luego me dio lubricante, se lo puse con el dedo mientras la penetraba muy despacio solo con el dedo, ella gemía de placer. Cuando lo siento bastante dilatado, me pongo el condón y comienzo a introducir mi verga en ese culo maravilloso. Lo hice muy despacio, quería sentir la resistencia de su ano al paso de mi verga gruesa y que ella sintiera ese placer. Fue una experiencia única. Cuando la penetré completamente con mi verga, Linda dio un grito de placer muy fuerte. Ambos estábamos en el piso. Ella estaba en cuatro apoyada sobre el piso. Yo empecé a penetrarla con mucha fuerza, una y otra vez. Sus nalgas golpeaban fuertemente contra mis muslos. ¡¡Yo acariciaba y besaba su culo!! ¡¡Ella gemía como nunca, muy fuerte!! ¡¡¡¡¡Cuanto más fuerte gemía yo más fuerte la penetraba y ella más fuerte apretaba mi pene con su culo!!!!! Su ano está muy caliente y rojizo y muy lubricado por sus secreciones. Yo ponía y sacaba mi pene una y otra vez. Luego yo puse mi espalda contra el piso, puse a Linda sentada sobre mí, y ella comenzó a saltar sobre mi cuerpo con mi verga en su interior. Lo hacía con mucha fuerza. Ambos los disfrutábamos. Era puro placer. ¡¡Yo me excitaba al ver su cabello suelto ir y venir y escuchar sus gritos y gemidos!! En ese instante de su pequeño pene sale un poco de secreción transparente que cae sobre mi abdomen. Ella gime y tiene un orgasmo muy fuerte, luego se sonríe. Eso significaba que yo le estaba dando mucho placer y eso me excitaba aún más. Luego de algunos minutos siento que estoy por acabar. Linda se acuesta en el piso, yo me quitó el condón, ella me chupa el pene y cuando siento que estoy por venir le eyaculó mi lecha blanca y caliente sobre su abdomen y parte en su pene. Ella lo toma con su dedo y juega con mi semen derramándolo por su cuerpo perfecto. Los dos nos abrazamos, nos besamos. Su tobillo no le dolía más. Siempre tuve la sensación de que alguien nos observaba por el ventanal. Luego de un rato nos fuimos a bañar juntos…y lo que sucedió allí. Lo voy a contar en otro momento...

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