Por
Punky Pow
No
podía creer lo que veía y más por qué mi nena estaba disfrutando esa lengua
experta de Román. La escena no me horrorizó sino que me llenó el cuerpo de una
extraña y deliciosa sensación de placer.
Me
llamo Elmer y tengo dos nenes, ella ( Pam) de 8 añitos y él (Gino) 2 años
mayor. Soy viudo hace 2 años.
Desde entonces mi nena duerme en mi habitación, a pesar de tener la suya. Mi nena es una princesa hermosa, delgada, tez blanca, unos ojos café oscuro intenso y sus nalguitas igual de grandes que las de su madre.
Desde entonces mi nena duerme en mi habitación, a pesar de tener la suya. Mi nena es una princesa hermosa, delgada, tez blanca, unos ojos café oscuro intenso y sus nalguitas igual de grandes que las de su madre.
Soy
ingeniero químico y trabajo en una dependencia local, casi todo el día estoy en
la oficina y el espacio que le dedico a mis hijos es o muy temprano o ya muy
tarde.
A mi nena es a la que más cuido, en las noches duermo abrazado a ella.
A mi nena es a la que más cuido, en las noches duermo abrazado a ella.
Un
día poco antes de cenar, tocaron a la puerta y apareció mi compadre Román , él
era un tipo de treinta años, cuerpo atlético y soltero. Media un metro ochenta
y era un tipo bien parecido, le encantaba andar cogiendo, eso explicaba por qué
no se hubiera querido casar todavía.
Me
pareció extraña la visita pero a la vez me llenó de agrado, ya que no muy
seguido lo veía.
Cenamos y nos pusimos al día y fue cuando me pidió apoyo para quedarse unos días en casa.
Al principio no me gustó la idea pero los niños se veían emocionados de tener visitas.
Cenamos y nos pusimos al día y fue cuando me pidió apoyo para quedarse unos días en casa.
Al principio no me gustó la idea pero los niños se veían emocionados de tener visitas.
Lo
instalé en la habitación de Gino. Pasaron un par de semanas y Román seguía en
casa, a los niños se les veía contentos.
Una
noche sentí que Pam, en la madrugada salía al baño, no presté atención y seguí
durmiendo, pero mi subconsciente se quedó pensando que mi nena las últimas
noches salía en las madrugadas al baño y se tardaba en regresar, finalmente
desperté inquieto y esperé a que mi nena regresará, no lo hizo y salí de la
recámara a buscarla.
Salí
sin hacer ruido, sólo quería saber qué hacía mi nena, para poder arreglarlo, la
busque en el baño de la planta alta y no estaba, baje un par de escalones y Mis
ojos se abrieron a más no poder ya que no podía creer lo que veía y más por qué
mi nena estaba disfrutando.
Sobre
la mesa de centro de la sala estaba Pam acostada, con su batuta de dormir
alzada hasta el cuello y totalmente encuerada, no se movía, y en medio de las
penumbras tampoco distinguía que estaba haciendo, hasta que de pronto apareció
Román, completamente desnudo y con su enorme verga erecta, no podía pensar sólo
veía la escena y me quedé paralizado.
Román
se acercó a mi Pam, a mi nenita y se hincó, abrió las piernas de mi nena que
cooperaba gustosa y sin hacer más espectáculo empezó a chupar la panochita de
mi princesa. Entre lo que podía distinguir y lo que sabía de Román, esa lengua
experta de Román le estaba dando el mejor sexo oral a mi nena. En ratos alzaba
un poco la cabeza Román y después volvía a probar los placeres de esa vagina
que hasta ese momento para mí era desconocida.
Mi
nena por su parte sólo daba pequeños gemidos, y en momento soltaba unas
pequeñas risitas, como de complicidad.
La escena no me horrorizo sino que me llenó el cuerpo de una extraña y deliciosa sensación de placer. No podía concebir que Román estuviera teniendo sexo con mi Pam.
La escena no me horrorizo sino que me llenó el cuerpo de una extraña y deliciosa sensación de placer. No podía concebir que Román estuviera teniendo sexo con mi Pam.
De
pronto Román enciende la luz de su celular y la coloca de tal forma que se
ilumina la vagina de mi nena, la tenía sin un sólo vello, rosadita, y súper
lubricada con saliva por el tiempo que Román estuvo haciendo sexo oral, en ese
momento fue cuando Román acercó uno de sus dedos y se lo introdujo suave y
lentamente en la vagina a mi nena, acercó su cara a la vagina y cuando sacaba
el dedo lo metía a su boca , para lubricarlo más supongo, y después lo volvió a
introducir delicadamente, en momento sacaba el dedo y volvía a introducir su
lengua.
Yo
para ese momento estaba más que duró de la verga, el morbo de ver la escena me
había puesto cachondo sin pensarlo.
Pero no le di importancia y seguí observando sigilosamente la escena.
Después de unos minutos en que Román siguió, se frotó la verga con algo que parecía ser lubricantes, mi nena seguía tranquila recostada sobre la mesa, sólo en momento levantaba la cabeza y volteaba a ver a Román, quien le acariciaba leve entre sus pezones y después ella se dejaba tocar sin mayor miramiento.
Pero no le di importancia y seguí observando sigilosamente la escena.
Después de unos minutos en que Román siguió, se frotó la verga con algo que parecía ser lubricantes, mi nena seguía tranquila recostada sobre la mesa, sólo en momento levantaba la cabeza y volteaba a ver a Román, quien le acariciaba leve entre sus pezones y después ella se dejaba tocar sin mayor miramiento.
Román
acerco la verga. La apunta a la entrada de mi nena y yo sólo pensaba que con
tremenda vega destrozaría a mi princesa.
Intentó introducir la cabeza pero al parecer los quejidos de mi nena no lo ayudaron así que decidió masturbar en la vagina de Pam.
Intentó introducir la cabeza pero al parecer los quejidos de mi nena no lo ayudaron así que decidió masturbar en la vagina de Pam.
Supongo
que eran muchas las ganas que Román tenía de correrse que inmediatamente soltó
un chorro que llegó a la cara de mi nena, y ella gustosa lo lamió de su sonrisa
labios y lo trago, el resto de la copiosa venida Román la depositó en la vagina
y estómago de mi nena.
Yo
no podía creer lo que había visto, y cuando pensé que el espectáculo había
terminado. Román ya con la polla semiflacida intenta meterla a la vagina de mi
nena, logrando introducir sólo la cabeza pero mi nena creo se asustó y corrió
al baño.
Me
regresé a la recámara, aún con la vega tiesa, y termine masturbándome, pensando
en cómo mi nena había disfrutado de, sexo oral. Al poco rato mi nena regresó a
la cama me dio un beso y me dijo papi te amo.
Se
durmió inmediatamente, al poco rato se escucharon unos pies descalzos que
lentamente subían la escalera, era Román, que ya despechado regresaba a dormir.
Luego
me levanté y mi nena seguía dormida, así que fui a tocar la puerta de la
recámara de Gino, y al ver que nadie contestó, abrí la puerta, no encontré ni a
Gino ni a mi compadre en la cama, y escuché correr el agua de la regadera, me
acerqué silenciosamente y abrí un poco la puerta de, baño, y para mi sorpresa sólo
estaba Román tomando una ducha, se transparentaba su figura sobre la cortina de
baño, estaba dando la vuelta para irme cuando entra al baño mi nene y sin mayor
miramiento le empieza a mamar la verga a Román.
Continuará…
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