Por Carolina
No me pude aguantar, después de tres años
de casada y luego de tener una vida sexual muy activa antes de casarme con mi
esposo, fue difícil ser fiel, teniendo en cuenta que nunca fui fiel a mis
novios, solamente con quien me casé.
Hasta ahora y no porque mi marido no me
satisfaga sexualmente, pero es algo conservador y por mi parte soy más atrevida
en muchos aspectos, por ejemplo a mí me gusta mucho el nudismo y les puedo
asegurar que lo que se ve es de buena calidad y todo mío. Debido a que soy algo
atrevida nunca me faltaron voluntarios para ser infiel, pero nunca me había
decidido o nunca había estado lo suficientemente caliente como para aceptar
alguna propuesta. Hace dos meses aproximadamente conocí al sobrino de una
paciente que estoy cuidando, porque a todo esto soy "enfermerita". Él
es divorciado de 41 años, algo picaron y como les dije antes yo algo atrevida
de 32 añitos, comenzamos a charlar mientras yo trabajaba, e inclusive muchas
veces me llevó a mi casa en su automóvil después de mi turno.
Hasta que un día charlando coincidió que
ambos teníamos que viajar a una ciudad vecina por distintos motivos y él muy
voluntarioso se ofreció a llevarme. Bueno, llego el día, me pasa a buscar,
vamos viajando por la ruta y él comienza a hacer bromas con que debíamos
detenernos en algún hotel, por mi parte le sigo la corriente. De repente
llegando cerca de uno de estos hoteles disminuye la velocidad del automóvil y
me dice “entramos?”, a lo que respondo “si te animas vamos” (mientras me
levanto un poco el vestido para que se vea mi ropa interior). Él sin dudarlo
ingresa en la cochera del hotel, detiene el automóvil y me pregunta, “estas
segura que quieres hacer esto?” algo sorprendido, por mi parte le respondo que
venía acumulando un gran deseo de estar con otro hombre, más precisamente un
hombre como él desinhibido, con experiencia y a su vez discreto.
Desde luego que no preguntó más nada
después, ahí mismo dentro del auto me tomó por la nuca con una mano y me acercó
a su cara y comenzó a besarme apasionadamente mientras con la otra mano
manoseaba mis senos por encima del vestido, además de mis entrepiernas por
debajo del vestido, estuvimos así un poco más de cinco minutos.
Obviamente la seguimos en la habitación aún
más desinhibidos, donde pude ver para satisfacción mía que venía muy bien
dotado, cuando vi lo que tenía me pongo de rodillas delante de él, le termino
de sacar el pantalón mientras le doy besitos a su gran y jugoso pene, él me
quita el vestido por arriba, me quedo solamente con mi tanguita y mis zapatos,
ya que no tenía corpiño, luego poco a poco me introduzco su pene en mi boca,
mientras acariciaba sus bolas y su abdomen, estuvimos así bastante tiempo y
justo cuando lo estaba por hacer acabar en mi boca y mis senos me toma de los
brazos y me pasa a la cama, me pone boca arriba con las piernas abiertas cerca
de la orilla de la cama, me introduce dos dedos juguetones en mi vagina que se
pierden con gran facilidad.
A esa
altura me encontraba extremadamente excitada y muy húmeda, él saca los dedos,
se acomoda arriba de mí y comienza a introducirme su pedazo de pene, pero con
mucha energía, lo cual eso me hace gozar y gemir como una desaforada. Debido a
que yo estaba muy caliente tenía una buena dilatación, por eso introducirme su
gran pene llevó solo unos minutos. Luego comenzó a sacarlo y meterlo todo,
besarme apasionadamente la boca y los senos, mientras me decía cosas al oído
como a mí me gustan, tales como “que bien que te comes mi pedazo puta”, “te voy
a ser tragar mi lechita”, etc. Debido a mi gran calentura llegue al orgasmo a
los pocos minutos, pero no fue el último ese encuentro, estuvimos en ese hotel
un poco más de una hora teniendo sexo fuerte, se los recomiendo.
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