Por ANDRÉS
Nosotros somos una pareja cerca de los 30,
Ella Andrea una chica de estatura mediana, piel blanca y unos ojos preciosos,
pero todo eso adornado con un trasero descomunal, debo confesar que es lo que
me vuelve loco en ella, de pechos anda en el promedio. Yo Andrés soy un tipo
normal, moreno de 1.80 piel morena, contextura normal, ni gordo ni flaco.
Era principios de enero, vivimos en una
ciudad al norte de Chile, en estas fechas el calor era insoportable, pero junto
con ello la vista de las chicas de la ciudad es grandiosa y Andrea me tenía
todo el tiempo pensando en ella con su figura al caminar. Nuestra relación al
principio fue muy intensa, vamos como cualquier relación, pero pasado los años
el sexo comenzó a disminuir más de lo que esperaba, sin embargo debo admitir
que nuestras sesiones de sexo eran y siguen siendo muy buenas e intensas.
Un día, me topé con un programa de
televisión, el cual el tema era las relaciones liberales y el liberal, yo quedé
alucinando, no entendía cómo podía existir ese tipo de relaciones, sin embargo,
algo en mi me provocó un morbo especial. Al otro día le comenté a Andrea sobre
eso y ella no le dio importancia y dijo que no era para ella.
Con el paso del tiempo cada vez fue calando
más en mi la idea de hacer algo así, una mezcla entre morbo y celos, pero me
llamaba mucho la atención. Debido a mi mente tan morbosa, comencé a hacer
comentarios mientras lo hacíamos, de manera que Andrea cada vez estaba más
receptiva, hasta que un día mientras lo hacíamos le dije.
-Te gustaría que te tocara alguien más
estos pechos mi amor?
Andrea que estaba muy excitada me dijo.
-Uyy Sii!! Quiero que me los chupen
-Qué más quieres? Te gustaría tener otro
pene para ti?
-ahhh Siii que delicia, si quiero dos,
quiero que me penetren , qué rico!!
Ahh yuyu ahhhhhh.
Andrea tuvo un orgasmo mientras imaginaba
dos penes sólo para ella, yo disfrutaba como se iban tornando las cosas y acabé
junto a ella en un orgasmo brutal como hacía mucho no lo tenía.
Fueron pasando los días y cada vez Andrea
disfrutaba más de los comentarios morbosos con terceras personas, hasta que un
día mientras lo hacíamos, le comenté si quería hacer algo.
No lo sé, no creo que pueda, dijo Andrea.
Intentémoslo, de todas manera se nota que
te calienta la idea, le comenté con picardía.
Pues la verdad si, bueno dale, hagámoslo,
¿pero cómo?
Creemos una cuenta en Facebook y
Contactamos alguna pareja o tercero.
Bueno pero hazla tú, que a mí me da
vergüenza.
Y así Andrea y yo nos hicimos un Facebook
con la intención de conocer gente para hacer un liberal o tríos, la verdad es
que nos excitada la idea, bueno más a mí que a ella, aunque siempre tuvo temor
por las enfermedades y esas cosas, pero ahora era mi oportunidad. Nos creamos
la cuenta y conversamos con muchas parejas, sin embargo no pudimos concretar
nada.
El asunto es que estaba próximo mi
cumpleaños y ella me había prometido un regalo, de tanto insistirle en el
asunto, me comentó que hiciéramos algo liberal, como conseguir una pareja tan
rápido era muy difícil, acordamos en hacer un trio con otro hombre, pero debían
ser un desconocido.
Los días pasaban y yo estaba excitadísimo
con la idea, en mi mente volaban las ideas, no sin cierto miedo y porque no
decirlo, celos. Pero el morbo podía más, así que me decidí a utilizar nuestro
Facebook para conseguir al afortunado que le entregaría mi más preciado tesoro.
Fue así como conocí a David, quien era muy
cortés y además era respetuoso, al preguntarle si se atrevía a realizar un trio
con nosotros, no lo dudo y nos dijo que sí, fue así como comenzamos a hablar e
intercambiar algunas fotos para conocernos un poco más.
Al principio estaba muy nervioso, imaginar
que en un par de días estaríamos los tres es una habitación desnudos, me
revolvía el estómago y me generaba un estado de inquietud y excitación tremendos.
Así llegó el día, Andrea estaba muy
nerviosa, habíamos quedado de juntarnos en un local de tipo pub, para
luego ir a un motel y desatar toda la lujuria. Pero él tuvo algunos problemas y
no pudo salir con nosotros, quedamos totalmente desilusionados, pero Andrea no
me iba a dejar con mis huevos adoloridos de excitación, así que llegamos a casa
y nos devoramos entre sombras y un ambiente que desprendía sensualidad y
lujuria.
Al otro día comencé a increpar a David
porque nos había dejado plantados en aquel sitio, pero se deshacía en disculpas
y nos pedía que le diéramos otra oportunidad, nosotros estábamos aun excitados
con la idea y Andrea a pesar de estar muy nerviosa e insegura por la situación,
accedió de todas maneras y quedamos de intentar nuevamente.
-Estás segura?. – Le dije.
Sí, pero estoy muy nerviosa, no sé si pueda
hacerlo. – me dijo Andrea
Como yo estaba planeando hace mucho tiempo
esto y en mi mente había repasado tantas formas de hacer algo, le dije:
-Porque no vas vendada?, así no sabrás
quien es al que tocas. -le comenté
-La verdad es que podría ser. De hecho es
buena idea – me comentó
Así llego el día, esta vez quedamos de ir
directamente al Motel y nos íbamos a juntar en un lugar que nos quedaba camino
al motel.
Antes de llegar donde se suponía que él
estaría, le puse un antifaz, asegurándome que no viera mucho, y continuamos
nuestro camino. Mi cabeza daba vueltas y en mi mente solamente pensaba en
Andrea con su sexo siendo penetrado por otro hombre. Al fin llegamos y nos
encontramos con David, quien se subió a nuestro automóvil y sin decir una
palabra, emprendimos camino al motel.
Al llegar entré yo primero, luego Ella y finalmente David, pero yo había dejado mis
cosas en el automóvil, por lo que me devolví por un momento a sacar el bolso, al
entrar nuevamente mi sorpresa fue enorme.
Ahí estaba Andrea sentada al borde de la
cama, tocando su entrepierna por encima del pantalón, mi estómago dio un
apretón fuerte, por un lado sentí un poco de celos de que no me esperaran para
comenzar, pero por otro lado mi excitación iba por las nubes, ella se
encontraba muda, en su cara se reflejaba la excitación de tener en sus manos
otro miembro, de un desconocido, que tantas veces habíamos soñado durante
nuestras noches de pasión.
Fue entonces cuando sin pensarlo más me
acerqué y le acaricié la cabeza, ella al sentir que alguien más la tocaba, se
sorprendió, en el fondo yo sabía que ella tenía total conocimiento de que no
era yo, a quien ella recorría con tanto esmero.
Ella estiró su otra mano y comenzó a
tocarme la entrepierna, mientras que con la otra intentaba liberar del pantalón
a nuestro amigo, quien ya se encontraba empalmado totalmente.
Andrea se dedicó por un momento a liberar
completamente de su jaula el miembro de nuestro amigo tomando por primera vez
en muchos años un pene que no era el mío, sintiendo el calor y la dureza que
tanto esperaba, sin pensarlo más comenzó a pasar su lengua desde su base hasta
la punta, yo estaba embobado mirando aquel cuadro, lleno de sensualidad y
lujuria, que solamente por mi mente había pasado alguna vez.
Ese momento aproveché para tomar algunas
fotografías y aprovechar de recibir un trago que ofrecen en el sitio por
cortesía, fue en ese momento cuando me acerqué y Andrea dejo de lado a David,
para dedicarme un tiempo a mí ya hinchado miembro, ella al liberarlo de mis
bóxer, lo tocó y comenzó a succionarlo con un frenesí que no había visto nunca
en ella, era claro, estaba en la gloria, muy excitada, el aroma a su sexo
inundaba la habitación.
Con David nos acercamos y en ese momento
Andrea comenzó a lamer y jugar con ambos miembros, uno en cada mano, posaba su
lengua los recorría los succionaba y los chupaba muy melosamente, mi mente daba
miles de vuelta, ya no sentía celos, solamente sentía una pasión que desbordaba
por mi miembro, me sentía como un animal que acecha a su presa.
Nos miramos con David y comenzamos a
quitarle la ropa a ella, quien se había puesto un babydoll, morado con un tanga
que resaltaba su hermoso trasero, y que no duró mucho puesto, ya que hábilmente
David, le quito su tanga para descubrir aquel sexo totalmente depilado, suave y
glorioso. Comenzando un sexo oral que si bien no era como el que le daba yo
(según me comentó ella luego), la tenía excitadísima, por otro lado yo estaba
de rodillas frente a su boca con mi pene entre sus labios. En ese momento tome
nuevamente unas fotografías que al mirarlas aun puedo sentir esa sensación de
calentura en mis testículos.
Así estuvimos un tiempo, hasta que Andrea
sintió que ya era hora, ella sentía la necesidad de que alguien, quien fuera le
enterrara su miembro, su sexo emanaba deseo y le daba igual quién fuera, aunque
yo sabía que deseaba que no fuera yo quien le abriera sus labios vaginales en
ese momento.
Entonces le dije a David con un gesto que
siguiera, quien con su mirada me preguntaba si podía continuar, esperando mi
aprobación. Sin más preámbulo, él la levantó y la acostó de espaldas y se subió
encima de ella, quien aún no quería quitarse la venda, y lentamente acercó su
miembro hacia esa cueva que ya estaba muy húmeda y caliente, y con la punta de
su pene comenzó a acariciar su clítoris, humedeciendo su miembro y acelerando
la respiración de Andrea, poco a poco fue entrando en su vagina, que palpitaba
ardiente y deseosa. Yo admiraba desde primera línea cómo entraba aquel miembro
que no era muy distinto al mío, solamente un poco más delgado, pero que Andrea
estaba disfrutando mucho.
Casi como un baile, comenzó un vaivén a un
ritmo que Andrea inmediatamente comenzó un jadeo, yo ya no podía más estaba
excitadísimo, por lo que me acerqué nuevamente y Andrea me comenzó a dar la
mejor mamada que me habían dado en mi vida, así estuvimos algún tiempo, hasta
que Andrea quería realizar el cambio, era mi hora de probar aquella cueva que
tantas veces había saboreado, pero que nunca había compartido, entonces me subí
sobre ella y la tomé de sus piernas acercándola y levanté su venda, su rostro
estaba colorado, sus ojos irradiaban fogosidad, podía leer en su mente que ya
no sentía nervios, le daba lo mismo quien fuera, lo único que quería era ser
poseída y disfrutar al máximo aquel momento, ya no era un regalo para mí, por
mi cumpleaños, era solamente sexo y ella quería disfrutarlo sin prejuicios.
Entonces clavé mi miembro que estaba más
duro de lo normal con sus venas marcadas y pude sentir que no hubo ninguna
resistencia, por todos los líquidos que había soltado producto de la
excitación, lo que me enardeció y provocó una sensación de lujuria que nunca
había sentido. Comencé a penetrarla lento recorriendo cada rincón de su vagina,
masajeando sus pechos mientras ahora era David quien disfrutaba de una mamada
espectacular, nosotros estábamos concentrados en darle placer, recorríamos sus
pechos, los chupábamos, ella se dejaba querer, solo se limitaba a disfrutar aquel
momento.
Así estuvimos mucho tiempo recorriendo cada
rincón de su cuerpo, compartiendo mi más lindo tesoro, con un extraño, hasta
que Andrea ya no daba más y nosotros estábamos muy cansados, pero ella me dijo:
-Ven, quiero que me des un orgasmo sólo
como tú sabes.
Entonces me acerqué a ella, la recosté y
comencé a penetrarla de una manera muy personal que nosotros conocemos, rozaba
su clítoris con mi pubis, y ella comenzó un jadeo intenso, su respiración
estaba entrecortada, estaba a punto y yo lo sabía, pero yo no quería correrme
aún, tenía otros planes, por lo que continúe haciéndolo concentrado en ella,
hasta que sentí la intensidad de su orgasmo, comenzó a ponerse tensa y arquear
su espalda, me presionaba el pene con su vagina mientras me inundaba con sus
jugos, ya no daba más, le pedí que se arrodillara y ambos comenzamos a
masturbarnos frente a su cara, ella esperaba con su mirada clavada en mis ojos
esperando que la llenáramos de leche.
Fue entonces cuando sin poder más comencé a
soltar toda mi leche en su cara y pechos, ella lo recibió con mucho gusto
disfrutando cada gota que le estaba dando.
Entonces era hora de David, quien
continuaba masturbándose, Andrea tomó su pene y lo ayudó en su tarea, dando las
últimas mamadas hasta que acabó soltando toda su leche en su boca haciendo que
escaparan gotas por la comisura.
Andrea estaba agotada, luego de eso
descansamos por un momento antes de vestirnos y retornar a nuestra casa donde
volveríamos a saciar nuestra pasión, pero esta vez solos, pero eso es otra historia
que quizás les cuente después…
Espero les haya gustado, esta es una
historia real.
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