Wednesday, October 10, 2018

La puta de Marcelo



Por Carolina

Hacía un rato ya que había terminado de vestirme y maquillarme, el espejo me devolvía la imagen de una putita y eso me hacía feliz. Mientras pensaba en eso, el timbre sonó, anunciando la llegada de Marcelo. Lo recibí con un besito en la boca, él me tomó por la cintura y me besó con un beso muy profundo.
-¡Que linda estas, bebé! Toda una nena... así vestida, vas a ser mi puta.- Me susurró al oído.
Mi vientre sentía el bulto de su pito duro, pareciendo explotar detrás del pantalón, lo recorrí suavemente con la palma de mi mano y lo tomé de su mano y lo llevé al dormitorio. Fue quedando la ropa de Marcelo en el piso, su pija pedía a gritos que me la comiera, eso hice, mi boca, tragó ávidamente su verga endurecida. Su glande, llenaba mi boca y mi lengua lo recorría. Sus manos pellizcaban mis duros pezones y así nos fuimos dejando caer en la cama. Cuando sentí que su pijota estaba por explotar, dejé que sus movimientos, como si me estuviera cogiendo por la boca, se acentuasen, sentía hasta el relieve de las venas de su poronga rozar mi lengua. De pronto sus fornidas manos me pusieron en posición de perrito y mientras abría mis nalgas su lengua comenzó a chupar mi orificio, su saliva y sus dedos, hacían que estuviera por explotar, salió de su posición y parado detrás de mí, aferró mis caderas fuertemente y su dura pija quedó apoyada en mi culo.
_ Ahora si vas a ser mi mujer, preciosa... abre el agujerito a papi...- lentamente pero con firmeza, sus 22 cm fueron penetrándome, hasta quedar, totalmente sometida al falo dominante- Como te tragaste mi chota... te
>mereces que te festeje un buen rato el orto, por puta...- dijo. Su meta y saca, comenzó, haciéndome retorcer con una mezcla de dolor y placer indescriptibles. Sus embates eran feroces, sentía como toda su verga, entraba y salía con cada vez más velocidad. En un momento, la sacó totalmente y me dio vuelta, quedando yo, boca arriba, tomó mis tobillos dejando mis piernas abiertas y mi culito abierto, su poronga, penetró con una facilidad asombrosa y lo abracé con mis piernas por su cintura, su boca comía la mía y su pija no dejaba de martillarme.
_ Así... me gusta ver la cara de puta que pones... mira como disfrutas de mi verga... hija de puta... que cara de trola que pones... me encanta...-
_ ¿Te gusta?... es que me pongo puta cuando tengo un macho al lado...- le dije entre gemidos. Sentía sus pesados huevos, golpear mis nalgas, sus manos no dejaban parte de mi cuerpo sin acariciar, mis pezones eran sometidos a constantes pellizcos y su poronga entraba y salía de mi culo rápidamente.
_ Si trola... estas toda abierta... me encanta que seas así de putarraca... te voy a hacer un hijo... sí quiero llenarte el bombo... perra... parece una conchita ese ojete...- durante largos minutos, me cogió en esa forma hasta que en medio de gemidos, sentí que se venía. Sacó su pija de mi culo y me ofrendó los últimos disparos de leche en mi cara. Quedamos los dos extenuados. Me abracé a Marcelo, y después de prenderse un cigarrillo, mientras pellizcaba delicadamente mis pezones, me decía:
_ Que putita hermosa, sos toda mía, te voy a llenar de poronga todos los días, trolita...-
_ Si papi... soy toda tuya- le dije, mientras, mi mano subía y bajaba por el tronco de su poronga, que volvía a tomar vigor, me agaché sobre él y comencé a chupársela nuevamente. él seguía tirado boca arriba, y cuando se puso nuevamente bien dura me dijo:
_ Sentate arriba de mi pijota, bebe... cabalga a tu potrillito...- montee sobre su cuerpo y me fui sentando sobre su chota, que lenta, pero firmemente, fue entrando nuevamente en mi orto dilatado y todavía con leche de su anterior acabada. Cuando terminó de fumar, me tomó por la cintura y comenzó a subirme y bajarme a lo largo de su pija, hasta que empecé a marcar el ritmo yo y sus manos acariciaban mis tetas, dándome pequeños pellizcos en mis pezones endurecidos.
_ No puedo creer como se traga mi poronga ese orto... sos incansable, puti... mira que pocas putas se la bancan así...- Durante aproximadamente 15 minutos me dio de esa manera, luego salí de mi montura y me puse en cuatro, ofreciéndole mi culo en pompa, me arrastró hasta el borde de la cama y él parado y yo como una perrita, me abrió las nalgas y se agachó a mirarme el culo. Me metió los dedos mientras me decía:
_ Como estas de abierta, mamita... te traería un par de amigos y seguro que te comes por lo menos dos chotas a la vez... parece un túnel este culo...- cuanto más chanchadas me decía, más puta me ponía. No aguantaba más.
Mientras, no dejaba de decirme: - puta, que culo, todo para mí, te voy a recoger...-
_ Cógeme papi... se mi macho otra vez... por favor...- me penetró violentamente, sin soltar mis caderas, atrayéndome y alejándome, me cogió por un largo tiempo, haciéndome acabar a mí, dos veces. No daba más, pero el tipo este seguía con su pistoneo infernal, sentía todo el grosor de su dura y caliente pija, entrar y salir de mi culo totalmente abierto
_ Toma... comete todo a tu macho... hasta las bolas te la estoy enterrando... te voy a llegar a la garganta desde el ojete, putona...- seguía diciéndome cositas, hasta escuchar, que entre gemidos, acelera más aún sus movimientos, llenando mi culo de semen caliente y espeso. Cuando salió de mi culo y con él, el semen comenzó a chorrear por mis piernas. Quedé extenuada, pero totalmente satisfecha.


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