Por Elizabeth
Hace un tiempo, recibí una invitación a
una fiesta de disfraces, conmemorando los carnavales del año, siempre he sabido
aprovechar estas oportunidades para poder vestirme de mujer, dada la situación,
ni corta ni perezosa, empecé a buscar en mis ropitas intimas de closet algo
bonito y al mismo tiempo algo provocativo, encontrando un conjunto de lencería
negro, la tanguita no era hilo dental, pero si dejaba ver mis redondas nalgas,
cubría bien mi rayita, y especialmente mi hoyito, mi hermoso agujerito, le acompañaba
un sostén de seda, que cubría mi tetitas algo creciditas y mi pezones
rosaditos, luego encontré un portaligas también negro y por último unas medias
de nylon también negras, con lo que estaba completo todo lo que se refiere a mi
lencería o ropa íntima. Luego me puse
a buscar un vestido que me
quedara bastante bien, aunque este último tiempo me he engordado un poquito y
tenía miedo que no me entraran los vestiditos que me compre hace algún tiempo
atrás, en eso encontré un vestidito con un escote pronunciado que hacen ver mis
tetitas, además que las une y se puede observar una bonita luna entre mis tetas,
de los hombros hasta la cintura es bastante ajustada y de las caderas para
abajo más parece una pollerita plisada, sueltita y bastante cortita, que cuando
me agacho se pueden observar mis redondos glúteos, luego alisto una peluca, el
cabello llega hasta mis hombros y es de color negro lo mismo que el vestidito
que les describí. Luego me maquille sin ninguna exageración y por último escogí
unas zapatillas también negras con un taco mediano, aspecto que me permitiera
moverme y si se daba el caso bailar con bastante soltura.
Una vez cambiadita, me decidí salir rumbo
a la fiesta para lo cual llamo un radio taxi, al poco rato llega el mismo, me
subo y el chofer me saluda muy cordialmente y me pregunta: ¿Dónde le llevo
señora?, lo cual me gustó mucho, ya que no me veía como una niña sino por el
contrario como una verdadera dama, pero lo más curioso es que el taxista no
dejaba de verme por el retrovisor, perece que le llame mucho la atención y por
cierto le guste bastante, luego de unos diez minutos de viaje, llegamos a mi
destino, cancele al taxista e ingrese al salón de la fiesta, el mismo que era
un local de fiestas con luces negras fosforescentes, y muy poca iluminación, el
local bastante amplio, con mesas alrededor de una pista de baile con juego de
luces.
Ni bien ingrese al local, mostré mi
invitación, a los guardias de la puerta y me encontré con un amigo Jorge y su compañero de trabajo que se
llamaba Germán, ambos son mayores que yo y lo primero que hicieron es alagarme
por mi disfraz, me dijeron que era bastante realista y que me veía muy pero muy
hermosa, lo cual me alagó bastante, y en cierta forma me éxito un poquito,
luego nos sentamos en una mesa y nos trajeron unas copas de alcohol, brindamos
por nuestro encuentro y porque nos divirtiéramos mucho en estos carnavales. Al
poco rato empezó la música y realmente no sabía si bailar con una muchacha o
esperar a que algún galán me pidiera que baile con él, creo que también mis
compañeros de mesa, tenían la misma duda, de si salir a bailar con algunas
muchachas o sacarme a bailar con ellos, la cuestión es que decidimos salir a
bailar entre todos contra todos, ya que en la pista de baile empezaron a hacer ronda
por lo que era indiferente lo de las parejas, Jorge venia disfrazado del Zorro
y Germán de pirata, en las rondas nos tomábamos de la mano, luego nos tomábamos
de las caderas y otras figuras más; al poco rato, llegó el momento del brindis
y nosotros ya habíamos tomado algunas copitas y nos sentíamos algo mareados,
cuando estábamos retornando a nuestra mesa nos encontramos que la misma había
sido ocupada por un grupo de señoras, por lo que nos limitamos a recoger
nuestras copas y decidimos ir a pararnos a una de las paredes del salón para
participar en el brindis. En ese momento sentí que Germán me toma de la cintura
y me guía hacia un lugar alejadito de la pista de baile y de la muchedumbre,
nos sigue Jorge sonriendo y muy alegre; además que el lugar donde nos dirigimos
era más obscuro y con muy poca luz, y habían una cortinas rojas como parte de
la decoración del salón. Nos pusimos frente a la pista de baile donde se
disponían los preparativos para el brindis, apoyando nuestras espaldas a la
pared, en eso siento que la mano de Germán no suelta mi cintura la mantiene
ahí, cosa que yo no digo nada, por lo que en cierta forma otorgo, siento que la
mueve alrededor de mi cintura y poco a poco va bajando a mis caderas para luego
llegar a mis glúteos más propiamente a mi culito, en eso queriendo poner cierta
resistencia le miro de frente a Germán el me giña un ojo y me dice al oído que
solamente es un juego, por lo que yo no pongo mayor resistencia y dejo que el
juego continúe, poco a poco va moviendo
su mano alrededor de mi culito, lo que me empieza a excitar bastante, aprieta
una y otra nalga, por encima de la falda del vestidito que traía puesto, en ese
momento siento que la mano de Jorge empieza a masajear mi culito, estaba
realmente loca, dejar que dos hombres en un lugar público me metieran mano,
ambos empiezan a mover sus manos entorno a mi culito, en eso un poco más
atrevido Jorge baja su mano hasta mi pierna derecha y empieza a subirla,
subiendo al mismo tiempo mi faldita, tocando mis nalgas en vivo y directo, lo
mismo hace Germán, en eso uno de ellos introduce por un costado de mi tanguita
un dedo hasta llegar a mi culito, lo que me hace estremecer bastante, le miro a
Germán y me hace una seña con sus labios como si me enviara un beso, lo que me
calma un poco y no digo nada, más al contrario, elevo un poquito más mis
caderas, cosa que ambos ven con cierta satisfacción. En eso a lo lejos
escuchaba a los diferentes oradores realizar el brindis por unos carnavales
alegres y que sea el momento de realizaciones personales. Veo alrededor nuestro
y toda la gente se encuentra riendo y celebrando por lo que nuestra presencia y
nuestro accionar pasa desapercibido, nadie se preocupa por nosotros, lo que da
a que continuáramos con nuestro cometido, así pasaron muchos minutos, yo me
encontraba en las nubes y me sentía tremendamente excitada.
Una vez reiniciada la fiesta, todo el
mundo sale a bailar y la pista de baile queda un poco chica para toda la gente
que se encontraba en el salón, por lo que había pequeños grupos de personas
bailando entorno a sus mesas y donde podían, en eso Jorge se pone delante mío y
hace como si estuviera bailando conmigo, a lo que Germán aprovecha para
colocarse detrás de mí, yo apoyo mis manos en el pecho de Jorge, disimulando
que somos una pareja que está bailando y por las cortinas y la oscuridad Germán
no es visto y se queda en mi detrás con sus manos en mi cadera, Jorge también
me toma de la cintura pero sus manos van más hacia mi espalda y en momentos
baja sus manos hasta mis nalgas y las aprieta con relativa fuerza y mucho
erotismo, así estamos por algún tiempo indefinido, me siento una verdadera
hembra teniendo un hombre a quien ahora abrazo del cuello por delante y otro
hombre que me aprieta por atrás, en eso
escuchamos una música más romántica, a modo de descanso, y Germán aprovecha
para introducir sus manos dentro de mi falda, y poco a poco con bastante
disimulo empieza a bajar mi tanguita llegan hasta mis piernas, en eso momento
pienso que me estaba pasando ahora tenía el culito al aire libre, no tan libre
sino se encontraba cerca a ser presa de una hermosa verga, en eso siento las
manos de Germán moverse por mi trasero y presiento que se estaba bajando el
cierre de su pantalón haciendo a un lado su calzoncillo y sacando su verga ya suficientemente
parada y empieza a acaricia mis nalgas con su verga lo que me hace sentir a
mil, siento su verga como si estuviera recibiendo latigazos en mis nalgas para
luego posarse en mi rayita y realizar movimiento como si estuviera
masturbándose con mis pompis, y coronando al centro a una hermosa verga súper
piradísima. Y por delante Jorge se acerca cada vez más a mí y empezamos a
apechugar, mis brazos toman su cuello y él empieza a besar mi cuello, a lamer
los óvulos de mis orejas a lo que yo respondo con pequeños besos en sus
mejillas, luego nos separamos un momento nos vemos de frente y sin pronunciar
una sola palabra estrechamos nuestras bocas en un beso donde se entrecruzan
nuestras lenguas, besos que no paraban por nada del mundo, solamente nos dábamos
espacio de fracciones de segundos para introducir un poco de aire y luego
continuar con nuestro besos salvajes pero muy apasionados, en eso escucho que
Germán le dice a Jorge: “Abrile el culito, y dirigí mi verga al hoyito”, Jorge
ni corto ni perezoso, baja ambas manos hasta mis glúteos los abre de par en par
y en eso Germán aprovecha para acercar su verga, con los dedos Jorge dirige la
verga de Germán hasta mi hoyito, el mismo que rato antes había sido lubricado
con su saliva, con un movimiento bastante simulado Germán empieza a
introducirme su verga al principio me empezó a doler, pero la excitación en la
que me encontraba no era para poco y pude soportar el dolor, apretando mis
manos contra el pecho de Jorge, y besándole con mucha más fuerza, poco a poco
se va abriendo camino la verga de Germán en mi culito, pasa por mi esfínter y
la introduce toda su hermosa verga, sin realizar casi movimiento alguno, luego
mi hoyito se acostumbra a su huésped el mismo que empieza a moverse con
bastante disimulo, yo en ese momento me encuentro en las nubes y les pido a mis
dos machos que este momento sea eterno, que nunca termine, los movimientos se
hacen cada vez más rápidos y profundos, me siento una verdadera mujer realizada
en su sexualidad, teniendo dos amantes para mi solita, al poco rato de estar
culiando con mis dos amantes Germán empieza a moverse cada vez con mayor
rapidez hasta apretarme y atraerme hacia su cuerpo sujetando mis caderas y en
ese momento sentí un chorro de semen caliente que incrustaba mis entrañas, para
luego disminuir paulatinamente y poco a poco sus movimientos, hasta que su
verga por la flacidez empezó a salir de mi culito, pero él seguía besando mi
nuca y parte de mi cuello por atrás.
El eso, Germán me entrega su pañuelo y yo
empiezo a limpiar mi hoyito y siento un chorro de semen, una vez concluida la
tarea de limpieza, Jorge me hace señas para cambiar de lugar con Germán a lo
que yo asisto con un movimiento de afirmación y siento su verga en mi culito y
él me lo introduce y con un poco más de descaro empieza a culiarme, empieza a
introducirme su verga y siento que la suya en mucho más larga y gruesa que la
de Germán lo que me provoca un poco de dolor, pero aguanto y siento un placer
inexplicable, Germán toma el puesto de Jorge y empieza a besarme a lo que yo
respondo con mucho cariño y erotismo, Germán al ser un poco más pequeño que su
antecesor tiene la posibilidad de besar mis tetitas aspecto que aprovecha para
bajar mi vestidito aprovechando el escote y empieza a chupar mis pezones que
por ciento se encontraban bien duritos, los mordisquea y chupa como un bebe con
mucha hambre, mientras que Jorge saca y mete su verga de mi culito llegando a
terminar, también él. Una vez concluida nuestra hazaña, les pido permiso para
ir al baño, ingreso al baño de damas e ingreso a un retrete, cierro la puerta y
procedo a limpiarme, nunca en mi vida había sentido tanto placer y nunca había
visto tanto semen, realmente mis hombres llegaron a un orgasmo especial, al
haber votado tanto semen, yo sentía el olor a hombre y sexo que me sentía la
mujer más realizada del mundo. Salí de baño y mis hombres me esperaban, nos
tomamos de las manos y volvimos a nuestra mesa que ya se encontraba desocupada
y ahí me di cuenta de que el tiempo que habíamos estado haciendo lo nuestro era
bastante, ya que el local se encontraba semi vacío ya que en Potosí por el frio
la gente acostumbra a recogerse relativamente temprano. Con poca gente, nuestra
aventura duro casi toda la fiesta, todo lo que hicimos lo realizamos sin
pronunciar una sola palabra, bailamos por un rato más y nos tomamos una copas
más y nos fuimos de la fiesta, me acompañaron a mi casa y luego al despedirnos
nos dimos un beso con cada uno de ellos y con nuestras miradas y sonrisas
sellamos una relación de complicidad, que creo se va a extender para nuevas
experiencias juntos. Espero que sea así.
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