Este relato fue ideado y editado por un servidor, Larry G.
Álvarez, a partir de conocer al protagonista de la historia. Nuestras vivencias
y nuestros intereses de encontrar placer nos llevan a escribir esta historia.
Los acontecimientos descritos son en su mayor parte reales como
fantasiosos.
Encuentros Magazine los presenta para el deleite de los lectores
bajo la autoría del protagonista y no del editor.
Por Dominique
Navegando por las salas de chat, buscando
algo sin saber si lo encontraría, me comunique con un hombre cuyo título decía HOMBRE
ACTIVO. Me llamó la atención y le saludé. Entablamos buena química durante
nuestra conversación y creo que conectamos muy bien.
Nos dimos nuestros datos y, por fin nos
pudimos ver por cámara y tener una charla. Quiero decir que soy del Caribe. Me
he mantenido virgen, para alguien especial. He cuidado mucho mi intimidad anal,
ya que mi edad sin tener sexo siempre buscando alguien decente amable y
cariñoso que me haga sentir especial. Nunca me definí ni como gay activo ni
pasivo. Hasta ahora.
Esta persona se llama Larry, un hombre con
mucha experiencia, según investigué en preparar chicos y maduros en el arte de
hacer el amor de una manera especial. Hablando
con él, me he sentido muy a gusto por ser algo
sensual. Tiene pelos y barba. Eso me pone frenético, me excita. Tiene cuerpo de
osito. Me siento como un gay pasivo, al solo pensar que por mi cuerpo delgado y
sexy, encima de él, puede hacer un
excelente trabajo en mi trasero que ahora siento que esta sediento de su leche
y hambriento por tener su verga dentro de mí.
Tiene una verga flácida, pero cabezona, muy
atractiva, muy mamable, y si no llegara a funcionarle, tiene unos juguetes muy traviesos
y uno muy enorme el cual me da miedo, pero me atrevo a todo. Le sacaría hasta
la madre por ahí. Lo dejaría me coja por todas partes. Con mi cuerpo de putita,
le podré bailar exóticamente. Montarme sobre él, para cabalgar hasta que ambos
explotemos derramando leche por todos lados.
Me hizo una propuesta algo indecente, de
orinarme y llenar mis nalgas de semen. Creo que lo disfrutaré mucho. Lo dejaría,
porque quisiera me la meta y se me coloque encima todo mojado de él. Me abra
las piernas me lama las nalgas. Me excite con su barba. Me nalgueé. Me bese de
espalda me sobe todo el cuerpo con sus manotas. Abra sus piernas y juegue entre
ellas hasta hacerle parar su verga frente a mi boca. Pasemos los días desnudos
jugando y charlando en la cama.
Como dije, me ofreció utilizar dildos grandes y le dije
que me da miedo, por ser realmente soy señorito aun y ver esas cosas, Me asustó.
Pero me convenció y me dijo que lo haremos bien suave. Ahí me mostro como lo
haremos y que utiliza. Así me sentí mejor pero estoy loco que me coja y me haga
su beba, su putita.
Así me lleva a su habitación, me mama las
nalgas y me pasa su barba en forma seductora y hace que me abra cada vez más,
me da chupones en mis glúteos y me soba el pecho, la espalda vinculando mis
nalgas hacia él, a tal nivel que me coloco en posición de recibirlo acostado con
nalgas paradas para que mi hombre me coja de todas formas posibles.
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