Por tsver00@gmail.com
Somos
una pareja que radica en México, de mentalidad abierta pero con límites bien
definidos.
Ella
27 años, morena canela, ojos grandes negros, cabello largo castaño obscuro,
nariz fina y chica, labios gruesos y carnosos, complexión delgada, con unas
curvas de miedo. Busto 34C, cintura 66 cm y cadera 98 cm. Estatura 1.60 m, peso
56 k. Coqueta, sexy y muy cachonda.
Yo
37 años, piel clara, ojos cafés obscuros, cabello castaño obscuro, nariz
regular, labios delgados, complexión delgada. Pecho 90 cm, cintura 80 cm,
cadera 86 cm. Estatura 1.70 m, peso 60 k. Muy fantasioso, aguantador y
caliente.
Ella
es agente de ventas, así que todas las mañanas sale muy temprano y regresa a
atender la casa alrededor del mediodía. Yo trabajo por mi cuenta y por lo mismo
tengo la oportunidad de disponer de mi tiempo.
Un
acuerdo al que llegamos desde el inicio de nuestra relación fue que en la cama
podíamos hacer cualquier cosa; excepto traer a terceros a nuestra vida íntima.
Una
vez que estuvimos de acuerdo en no sobrepasar ese límite, decidimos que cada
uno confesaría algo fuera de lo tradicional que le gustara hacer en la
intimidad. Yo le platique que me gustaba recibir estimulación anal, tanto oral
como penetración. Ella me platico que en algún momento de su vida, paso por su
mente tener un encuentro “les” con una chica que le gustara y que le gustaría
fantasear conmigo respecto a ese tema.
Había
pasado ya casi un año desde aquella plática y pronto sería nuestro aniversario.
Quería darle algo muy especial y fuera de lo común, así que decidí hacer de
alguna manera realidad su fantasía de estar con una mujer…. Me vestiría de
mujer…. Dado que mi complexión es fina y delgada eso sería una ayuda enorme
para el disfraz.
Comencé
por conseguir la ropa exterior que usaría para el gran día. Fue una experiencia
singular acudir a la tienda y buscar ropa de dama que pudiera ser de mi talla.
La gente se me quedaba viendo cuando me sobre ponía la ropa intentando ver si
era la medida adecuada. La blusa tenía que ser sexy y provocativa, pero al
mismo tiempo tenía que ser elegante y venirme bien. Los pantalones tenían que
ser a la cadera, sexys y strech para que lucieran mis encantos. Las zapatillas
tenían que ser abiertas y de tacón alto.
Ya
con la ropa exterior lista, el paso siguiente era la mejor parte, conseguir la
ropa interior…. comencé por buscar una tanga de hilo que fuera lo
suficientemente ancha del frente como para esconder mi pene. El brasier fue
particularmente complicado, pues fue un triunfo conseguir la talla 32 copa A.
Las medias, los ligueros, la falda de colegiala y la peluca fueron producto de
un pedido por Internet, así como la ropa interior que le daría a mi mujer como
regalo para el festejo y unos juguetes sexuales.
Con
todo listo faltaba ahora ir de compras para conseguir todo lo necesario para el
arreglo personal…. Y fue ahí donde comprendí lo cara que es la vida para las
mujeres…. había que darse a la tarea de conseguir una lista interminable de
artículos de belleza…. el lápiz labial, el lápiz delineador de labios, el lápiz
delineador de cejas, las sombras para los ojos, el rímel para las pestañas, el
maquillaje, la pintura de uñas, desmaquillante de ojos, trocitos de algodón,
enchinador de pestañas, pinzas para las cejas, crema para depilarse, etc.
Por
último… los accesorios… ya sabes… pulseras, collares, aretes, anillos, etc.
Todo muy delicado para verme muy femenina.
Todo
listo, ahora sólo era cuestión de esperar la fecha.
La
mañana de nuestro aniversario muy temprano como siempre, nos despertamos, nos
felicitamos y comenzamos el día de forma normal…. Sólo que en cuanto mi mujer
se fue yo me di a la tarea de travestirme.
La
rasurada:
Pensé
que sería sencillo, sin embargo aún me esperaban muchas sorpresas y
complicaciones. Primero me rasuré las partes íntimas…. el pubis, el pene,
los testículos y la zona anal. Después de algunos inconvenientes la prueba fue
superada.
La
depilada:
Depilarse;
que es toda una complicación… dice el instructivo… aplique la pomada
uniformemente de 5 a 12 minutos de acuerdo con el grosor del bello…. pero, como
saber realmente que tiempo esperar?… ahí es donde aplica el dicho de que las
mujeres tienen un sexto sentido…. Definitivamente yo no lo tuve… en algunos
lugares se me irritó la piel y en otros el bello no se quitó completamente, así
que tuve que terminar rasurándome esas partes. Finalmente estuve depilado y
bañado unos 60 minutos después de iniciar el numerito. La verdad me veía
bastante bien, la piel se sentía muy suave y lo mejor de todo es que te secas
el agua en unos instantes.
La
vestida
Es
tiempo de contarles sobre mi transversión que fue toda una experiencia. Estaba
ansiosa e inquieta, al mismo tiempo excitada y preocupada por lo que pudiera
decir mi mujer. Comencé por rasurarme la cara, peinarme, lavarme los dientes,
etc. Al vestirme primero me puse la tanga, luego las medias, posteriormente la
falda con los ligueros, el brasier, la blusa y el pantalón strech. Para
finalizar, me puse ropa cotidiana de hombre encima de lo que traía, para que mi
mujer no se diera cuenta.
Para
cuando mi mujer llegó a casa, yo ya estaba listo… o debo decir…. lista. Saludé
normalmente, sin embargo mi mujer me dijo que me notaba algo raro que, que me
traía entre manos. Así que sin mucha demora le propuse salir a dar un paseo a
lo que accedió sin complicaciones.
El
paseo fue al hotel… pedí una suite con jacuzzi y estando en el cuarto le di su
regalo de lencería. Su asombro y felicidad eran notorios…. así que le dije pasa
al vestidor y estrena tu regalo, luego vístete normal y te espero en la salita.
Mientras se cambiaba aproveché para poner velas, descorchar una botella de vino
rosado y poner sobre la mesa una carta que previamente le había escrito
contándole de la sorpresa para que no se sacara tanto de onda.
En
cuanto estuvo lista y fue a la salita, me encantó ver su cara de sorpresa por
las velas y el vino. La invité a sentarse y tomamos una o dos copas de vino
mientras platicábamos. Quería que le diera la carta, así que le dije que no iba
a leerla hasta que yo le diera permiso. Me levanté y le dije que iba a preparar
su verdadera sorpresa, que no fuera impaciente y que se tomara mientras
tanto otra copita de vino y pusiera la televisión en los canales porno. Me fui
al vestidor y me quite la ropa de hombre, me puse mis zapatillas y comencé a
maquillarme, tarea que resultó mucho más complicada de lo que pensé. Al
principio fue un desastre, pero logré pintarme bastante bien. Una vez lista,
coqueta, sexy y guapa, le dije a mi mujer que comenzara a leer la carta…
mientras tanto me dispuse a ponerme la peluca y a ultimar detalles.
En
cuanto noté que mi mujer se quedaba sin palabras decidí salir del vestidor
vestido como toda una nena y acompañada por un segundo regalo… que eran ni más
ni menos que unos juguetes sexuales nuevos para estrenar dada la ocasión… la
cara que puso mi mujer es indescriptible… primero tuvo una expresión de asombro
y un tanto de desaprobación y unos instantes después me veía con una mirada de
lujuria y deseo que nunca le había visto.
Sus
únicas palabras fueron… te voy a violar tan salvajemente que me vas a suplicar
que pare. Me tiró en la cama y comenzó a besarme descontrolada y grotescamente.
Después empezó a mordisquear todo mi cuerpo, pronto las cosas subieron de
intensidad y algunas veces sus mordidas me dolían… cuando quise quitarme me dio
una nalgada que hasta ahora me duele, me grito que yo era su esclava que tenía
que ser sumisa y acceder a todos sus caprichos. Me dio el faje de mi vida,
después de un rato, comenzó a masturbarse y a darme de nalgadas bastante
fuertes y seguidas en ambas nalgas. Pasados unos 20 o 30 minutos me desabrocho
el pantalón y se dio cuenta de que tenía por debajo la faldita, los ligueros y
las medias, así que me ordenó quitarme los pantalones. Me dijo ponte en cuatro
y siguió dándome de nalgadas… creo que el atuendo y la tanga de hilo la
hicieron ponerse más loca y violenta. En los espejos podía ver cuan rojas tenía
ya las nalgas, ahora entendía por qué me ardían tanto. Cuando terminó de darse
gusto me ordeno quitarme la blusa y me dejo con el puro brasier, su lenguaje
era obsceno y agresivo. No me dejaba tocarla, ella era la que llevaba la
iniciativa y la pauta. Por supuesto y como deben de imaginarse yo estaba al
borde de la locura y de la desesperación. Decir que estaba caliente es
menospreciar lo que sentía, estaba realmente eufórico.
Después
de que en verdad suplicaba que me dejara de dar nalgadas… sin más se puso el
arnés con el pene de juguete que acababa de regalarle y me ordenó que se la
mamara. Ella arremetía con violencia el pene en mi boca, mientras me decía…
ahora si vas a saber lo que se siente y si yo logro comérmelo completo… tú vas
a hacer lo mismo. Yo sentía que me atragantaba, no podía respirar y me daban
ganas de vomitar. Me dijo… no seas estúpida, respira profundo y abre la boca,
deja que se resbale por la garganta y contén el impulso de vomitar. Así estuvo
por mucho tiempo, a mí, se me salían las lágrimas y se corría el rímel del
esfuerzo que implicaba tratar de meterme todo el juguete. Cuando estuvo
satisfecha me puso boca arriba y comenzó a darme un gran beso negro y de vez en
cuando me penetraba con sus dedos. No me dejó quitarme la tanga así que mi pene
seguía enjaulado y sin poder estimularlo. Yo gritaba de placer, de
desesperación, de ganas, de calentura…. ella con mis gritos y mis gemidos se
excitaba aún más, se masturbaba y pronto, como era de esperarse, terminó
teniendo su primer orgasmo. Grito y gimió como nunca… creo que la escucharon en
todo el hotel. En cuanto su orgasmo múltiple llegó a su fin, me jaló a su
vagina y me ordeno comerme todos sus fluidos hasta dejársela seca y limpia,
mientras me daba de cachetadas gritándome una serie de groserías, ofensas y
obscenidades. En cuanto estuvo limpia me dijo ponte en cuatro porque te toca
gozar…. supuse que ella iba a hacer lo mismo y que por fin iba a poder
desahogar mi calentura, pero para mi sorpresa lo que ocurrió a continuación me
puso aún más caliente. Se puso detrás de mí y con lujo de violencia me metió
por el ano el juguete en toda su extensión.
Como
siempre, al inicio el dolor no se hizo esperar y aún más por el hecho de
haberme cogido de manera tan brusca de una sola vez. Con las embestidas brutales
que me estaba dando, poco a poco el dolor se convirtió en placer y empecé a
berrear de gusto y satisfacción… le suplicaba que me dejara estimularme pero mi
respuesta fueron otras series de nalgadas mucho más intensas, así que desistí a
mi petición y me dijo… te voy a coger hasta que termines sin tocarte… Estuvimos
así por más de 40 minutos, gritándome cuanto insulto se les pueda ocurrir, me
dominaba y me sometía, mi ano suplicaba una tregua, después de mucho suplicar
me sacó el pene sólo para ordenarme que me pusiera boca arriba y me dijo
fríamente, sube las piernas y comenzó a cogerme nuevamente a la orilla de la
cama, entraba y salía intensamente en mí, lo metía todo lo que podía y yo
sentía como llenaba mi interior y llegaba hasta el fondo de mí, chocando con la
pared interna del intestino, el dolor era intenso pero al mismo tiempo me
producía mucho placer. Sus insultos y humillaciones se incrementaban, me
arañaba las piernas y me trataba como a una puta barata. Una vez más me lo sacó
y se tiró en la cama… me dijo súbete en mí y ponme las nalgas para seguirte
cogiendo pues quiero venirme nuevamente con tus movimientos… yo le suplicaba
que ya paráramos y me seguía diciendo que yo era su puta esclava y que tenía
que obedecerla, así que me monté como quería y siguió cogiéndome muy fuerte, yo
al menos quería estimularme pero me lo negaba…. me dolía ya muchísimo y al no
poder terminar comenzó a darme nuevamente de nalgadas, me sacaba el pene en su
totalidad y volvía a meterlo vigorosamente, al rato de seguirme violando
comenzó a gemir de placer y supe que estaba por tener otro orgasmo…
sorprendentemente sus gemidos y su movimiento comenzó a excitarme como nunca y
al poco rato me vine de una forma incontenible sin haberme estimulado el pene.
La
abundancia de los espermas era inmensa y el placer que me había provocado no
tenía comparación alguna. En seguida me sacó el juguete y me ordenó que me
comiera todo mi semen… yo dudé y entonces reanudó la serie de nalgadas así que
accedí y tomé con mi lengua todo mi semen, ella se acercó a mí, y me comenzó a
besar…. jugamos a pasarnos el semen de boca a boca y finalmente me hizo
tragarme la mitad y ella se comió la otra mitad. Cuando terminamos me dijo que
me desvistiera toda y ella hizo lo mismo, me dijo… hay que lavarte la boca y el
cuerpo. Me llevó a la regadera y para mi sorpresa me dijo que me arrodillara…
se puso frente a mí y soltó un chorro de orines en mi cara y en mi cuerpo. Se
detuvo y me dijo… abre la boca que quiero que te los tragues, así que además de
todo terminé tomándome los orines de mi mujer. Estaba completamente humillado,
ultrajado y magullado. Una vez que terminó, me dijo que la próxima vez que
pensara en ser su niña traviesa… tuviera en cuenta lo que me esperaba, a lo que
respondí… no puedo esperar, me encantó.
Nos
bañamos muy amorosamente y al terminar nos fuimos al jacuzzi donde nos besamos
tiernamente, los ánimos se fueron calentando y volví a ver en su mirada esa
expresión de lujuria a más no poder…. se acercó a mi oído y me dijo en voz
queda, sabes…. la próxima vez que te vistas de nena te voy a ir a exhibir al
centro comercial como su fueras mi amiguita cariñosa o mi pareja. Quiero que
todos nos vean y hagan comentarios sobre nosotras. Mi calentura no se hizo
esperar, salimos del jacuzzi y nos dimos una riquísima revolcada, fantaseando
con la planeación de su fantasía.
Hoy,
estoy como loca a espera que llevemos a cabo la propuesta. Ya les contaré…
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