Thursday, October 10, 2019

LGBT: LOS NENES DE LA PISCINA 3



Por Alex

Después de estar en el cubículo manoseando, besando y acariciando a Carlos que quería que lo cogiera a cambio de dinero y que, ya que había aceptado que fuéramos al motel, pero sin llevar a su amigo David a quien me había cogido unas semanas antes en el asiento trasero de mi carro, salí del cubículo, siempre teniendo cuidado de que nadie me viera.
Agarré mi bolsa donde tenía mi ropa y me vestí y me acerqué al cubículo donde había dejado a Carlos y le dije: Vístete ya, te espero en el carro, ya lo conoces.
Si, me dijo. Ya llego, solamente le digo a David que voy a ir con usted, aunque a él no le va a gustar porque él también quiere ir.
Dile que esta vez no, pero que el jueves que venga otra vez podemos ir los tres.
OK. Yo le digo
Salí del complejo, llegué a mi carro y lo encendí para que el aire acondicionado enfriara el interior ya que el carro había estado unas dos horas bajo el fuerte sol.
No estaba seguro de si Carlos iba a llegar. Pasaron varios minutos y no llegaba, por lo que pensé que se había arrepentido y no iría.
Estaba a punto de irme, cuando oigo que tocan el vidrio de la puerta del pasajero; era él.
Quité el seguro, bajé el vidrio y le dije: Creí que no ibas a venir. Es que me costó convencer a David, que usted había dicho que solo iríamos usted y yo y que el jueves que venga otra vez podemos ir los tres.
Ok. Súbete. Inicié la marcha y me dirigí al motel donde pensaba llevarlo y que está en las afueras de la ciudad.
¿Adónde vamos a ir preguntó? A un lugar bien bonito y seguro, te va a gustar, ya verás
Había conducido unas cuadras y le puse mi mano derecha en su muslo izquierdo y comencé a sobarlo y acariciarlo. ¿estás seguro de que te vas a dejar hacer lo que yo quiera dije?
Si, ya le dije que me voy a dejar, aunque me duela voy a aguantar.
Entonces sabes que te la voy a meter toda, en la boca y por detrás.
Si, ya sé. Pero me va a dar dinero como le dio a David ¿verdad? Si claro, pero depende de cómo te portes, que te dejes hacer todo lo que yo quiera. Si. Ya sé. Será como en los videos ¿verdad? Si, así como en los videos, sólo que esta vez será de verdad. Te va a gustar, ya verás.
Dejé de acariciar su muslo izquierdo y me desabroché el cinturón y bajé el zíper del pantalón, agarré su mano izquierda y la llevé a mi entre pierna. Tócala y sóbala le dije.
Puso su manita encima del bóxer y comenzó a tocarla y masajearla. Es bien grande dijo, me va a doler bastante.
No, ya verás. Lo vamos a hacer despacito y además traje una crema lubricante para que te entre sin mucho dolor, además dijiste que ibas a aguantar.
Si, ya ví en los videos como los chicos aguantan, yo también voy a aguantar.
Llegamos al motel, donde hay muchas habitaciones, la mayoría con el portón corredizo cerrado, en señal de que había bastantes clientes. Qué bonito es aquí ¿y todos esos portones qué son? Son los cuartos donde las parejas viene a hacer el amor le dije.  Metí el carro en uno que estaba abierto. Espérate le dije voy a cerrar, no quiero que nos vean. OK. dijo
Cerré el portón, bájate le dije y le puse seguro al carro.
Entramos a la habitación, que era amplia, bien iluminada con un ventanal grande que da a un pequeño jardín, aire acondicionado. Woww, Qué bonito es aquí, nunca había visto un cuarto así.
La habitación tiene una sala con dos sofás, una mesa de vidrio en el centro, un televisor de pantalla plana en la pared, un dormitorio con una cama grande y otro cuarto donde está el baño. Es como una casa grande dijo. Ven le dije ve al dormitorio que ya van a venir a cobrar
¿y nos van a ver dijo con temor y sorpresa? No, hay una caja de madera ahí en la esquina donde se pone el dinero. Nadie entra, nadie nos va a ver ni a oír. Aquí estamos seguros tranquilízate le dije. Ah, OK.
A los pocos minutos sonó el timbre para que pagara, lo cual hice. Traiga ya las toallas dije y cerré la tapadera de la caja y me dirigí hacia donde estaba mi niño a quien iba a desvirgar en unos momentos con su pleno consentimiento.
Me senté a la par suya, le puse mi brazo alrededor de su cuello y lo acerqué a mí, busqué su boquita y comencé a besarlo, abre la boca le dije y haz lo que yo hago.
Besaba sus labios apasionadamente, le metí la lengua buscando la suya, le acariciaba el pecho, lo acosté y me puse de lado junto a él y seguí besándolo con pasión sobándole sus ricas nalguitas. Quítate la ropa le dije al mismo tiempo de que yo me despojaba de la mía. No traía interiores, su short era viejo, su playera raída. Una vez desnudo pude apreciar mejor su lindo y pequeño cuerpo, totalmente lampiño, sin nada de grasa, unos pezones rosaditos y paraditos y pude apreciar que su penecito también estaba erecto.
Seguí besándolo y acariciando y apretando sus duras y firmes nalguitas. Besé y lamí su cuello lo cual hizo que se le erizara la piel. Me da cosquillas decía, pero se dejaba hacer.
Me puse encima de su lindo y pequeño cuerpo y comencé a besar, succionar y mordisquear uno de sus pezones, el solo gemía.  ¿te gusta? Pregunté. Si, pero no me muerda tan fuerte.
Bajé por su abdomen lamiendo su cálida piel, succioné su ombligo, llegué a su pelvis que era totalmente lampiña, indicando su tierna edad. Su penecito medía como 10 cm erecto, sus bolitas eran pequeñas, pero bien duritas. Me lo metí a la boca y comencé a darle una rica mamada, al mismo tiempo que con una mano buscaba su ano. Él sólo gemía y abría las piernas para que yo tuviera acceso a su anito. Estuve así unos minutos saboreando ese rico y lindo penecito.
Paré, me puse boca arriba y le dije ahora hazlo tú. Le empujé la cabeza hacia mi entrepierna para que se metiera mi pene en su boquita. Hazlo con cuidado, así como te lo hice yo. No uses los dientes, sólo los labios. Se metió la cabeza en la boca y toscamente la lamía, métetela hasta donde puedas le decía al mismo tiempo que ponía mi mano en su cabecita indicándole el ritmo, le daban arcadas. Aguanta le decía, ya te vas a acostumbrar, sólo recuerda como lo hacían los chicos de los videos que viste,
Tenía a Carlos haciéndome una tosca mamada y con una mano le tocaba sus lindas nalgas, busqué su anito y le metí un dedo, dio un respingo, pero siguió en la faena.
Cada vez que tenía una arcada, sus músculos rectales se contraían con cada arcada apretando muy rico mi dedo. Aquellos que lo han hecho saben que la entrada a la faringe tiene dos pilares musculares y se siente bien rico cuando la cabeza del pene los atraviesa y entra a la garganta, es como cuando se atraviesa el esfínter anal externo, esa sensación de pasar por ellos es sensacional, es como “pop” atravesar algo cerrado.
Métela toda le decía, los estás haciendo muy bien. Si, pero cuesta meterla toda, voy a tratar decía. Así lo tuve un buen rato hasta que ya se la metía casi toda, aunque de vez en cuando tenía una arcada apretando mi dedo con sus músculos rectales.
Date vuelta y ponte en cuatro le dije, lo cual hizo. Me puse detrás de él, pude admirar sus lindas nalgas y su rosadito y bien cerrado ano, sin vellos, minúsculo, parecía casi imposible que por ese hoyito tan diminuto pudiera entrar un verga de 5 centímetros o más de diámetro. Era una vista maravillosa.  Acerqué mi cara y la enterré entre esas lindas nalgas y busqué su ano y comencé a darle un rico beso negro. Metía la lengua lo más que podía en su anito, lo mordisqueaba, lo succionaba. El solo gemía y se movía hacía atrás como pidiendo más. Así estuve un buen rato, gozando de ese lindo cerrado y sabroso hoyito, con mis manos en su delgada cintura lo sujetaba y lo acariciaba, él, agg, agg, yo estaba en la Gloria.
Después de un rato de estar besando ese rico culito, te la voy a meter le dije. Para que no te duela mucho y sea más fácil quiero que te sientas en ella y te la vas metiendo despacio como tú quieras. Me acosté boca arriba, tomé el tubo de lubricante y me puse suficiente en mi polla y le unté bastante en su culito.
Se subió encima de mí, puso sus rodillas a cada lado de mi abdomen, agarró mi pene y lo dirigió a su anito e hizo presión hacia abajo, hizo cara de dolor, pero siguió presionando hasta que de repente “plof” entró la cabeza, ayy dijo, me duele. Hazlo despacio le dije ya te va a pasar. Se quedó un momento sin bajar más, sus ojitos tenían lágrimas, sus manitas se apoyaron en mi pecho para sostenerse y no bajar más. Yo me quedé quieto, agarré su penecito y comencé a masturbarlo para distraerlo y darle placer. Después de un momento, su cara ya no tenía signos de dolor y empujé hacía arriba para que entrara un poco más. Despacio me dijo y siguió bajando, Yo sentía como mi polla iba dilatando las paredes de su recto que estaba bien apretado y caliente. Fue entrando poco a poco, él solo decía ayy, ayy, espere, espere.
Tardé unos minutos en enterrarla toda, hasta que sentí mi pubis chocar con sus nalguitas. Ya entró toda le dije. Ahora muévete de adelante para atrás al mismo tiempo que yo empujaba hacia arriba para meterla más. Agarró el ritmo y comenzó a cabalgar, ufff, ufff, ayy, ayy decía. Yo seguía masturbando su penecito con una mano y con la otra le tocaba sus nalguitas. Que rico le decía, ya ves que no te dolió tanto. Eso dice usted dijo, pero seguía moviéndose de adelante para atrás y yo empujando hacia arriba. Sigue, sigue, qué rico, que rico. Después de unos minutos ya no se quejaba, y comenzó a gemir de placer, agg. agg, agg. Ya no me duele dijo y aceleró el ritmo. AGG, AGG, se siente rico decía.
Así lo tuve varios minutos. Espera le dije, bájate y ponte en cuatro. Se la saqué y le di vuelta. Arqueó su espalda exponiendo su anito que estaba un poco rojo y dilatado. Apunté mi pene en su hoyito y empecé a meterla despacio, ayy, ayy, duele, duele decía. Poco a poco la metí toda y empecé a embestirlo, primero despacio y poco a poco aceleré las embestidas. Ayy, ayy, ayy, despacio por favor, no tan duro por favor. Lo tomé de la cintura y lo atraje hacia mí, seguí empujando hasta que entró toda. Ya la tienes toda adentro dije ahora aguanta un poco más y tomé de nuevo su penecito y seguí masturbándolo. AGG. AGG. AGG, UFF. UFF. Decía.
Así lo tuve varios minutos, la saqué y le dije ponete boca arriba lo cual hizo. acuéstate le dije y me puse encima de él, puse sus piernas en mis hombros para exponer su lindo anito que ya estaba rojo un poco dilatado y se la metí de un solo. Ayy, Ayy, dijo. Yo le daba duros empujones con mi polla, quería lastimarlo con cada empujón, quería que recordara esa cogida por el resto de su vida, la sacaba casi hasta la salida y la metía de nuevo lo más que podía, Agg, Agg, ayy, ayy, decía y levantaba su culito para que entrara más. Lo agarré de los hombros y empujaba todo lo que podía, le besaba la oreja y el cuello, le daba mordiscos. Él estaba sudando y yo también, tenía lágrimas en los ojos. ¿te gusta le dije? Si, pero duele, pero siga, siga, ya estoy sintiendo rico me dijo.
Después de varios minutos de estar embistiéndolo, de repente sentí como su recto se contaría con espasmos, estaba teniendo su orgasmo. Aceleré mis embestidas, Agg, Agg, Agg, y me vacié en su culito al mismo tiempo que él tenía su orgasmo y echó varios chorros pequeños de un líquido transparente bien delgado y ralo que cayó sobre su abdomen y pecho. Era semen poco espeso, típico de un preadolescente, pero la sensación que tuvo fue espectacular.
Quedé tendido encima de él, le besaba el cuello, lo mordisqueaba, le sobaba los hombros. ¿Te gustó le pregunté? Si, pero me dolió bastante. ¿Y eso que me salió que es me dijo? Es tu semen le dije, se siente rico me dijo, pero me dolió bastante mi culito. Ya te va a pasar le dije y me bajé de él y me puse boca arriba y el encima mío. Lo continúe basando y acariciando y masajeando sus ricas y duras nalguitas. Así estuvimos un buen rato, lo acariciaba todo, lo besaba apasionadamente, Eres bien rico le dije, lo hiciste muy bien. ¿De veras? Dijo, ¿le gustó? Si mi amor, estuviste estupendo. Ven vamos a bañarnos.
Nos levantamos fuimos al baño, y comencé a enjabonar su lindo cuerpecito y sobar sus ricas nalgas enjabonadas, que lindo sentía deslizar mis manos en esas ricas nalgas, le punteaba la entrada de su anito y metía la punta del dedo medio, mientras lo besaba con lengua y mordía su labio inferior. ¿Te gusta pregunté? Si, es rico. Anda, chúpala otra vez le dije y lo empujé hacia abajo. Se puso de rodillas y se metió la cabeza y comenzó a mamarla. Ya no le daban arcadas, sus ojos lagrimeaban, paraba un momento, se limpiaba la nariz y seguía. El agua de la ducha mojaba cálidamente nuestros cuerpos. Que rico la haces le decía, sigue, sigue.  Estuve a punto de tener otro orgasmo, pero me contuve.
 Para le dije vamos a la cama. Agarré una toalla y le comencé a secar su cuerpecito, yo me sequé con la otra toalla. Nos dirigimos al dormitorio, nos acostamos de lado, mis manos en sus ricas nalguitas, mi boca devorando la suya, nuestros cuerpos unidos en uno. Eres divino le dije. Apoyó su rostro en mi pecho. ¿Quieres que te la meta otra vez? Si lo hace despacio sí, me dijo porque todavía me duele y me arde.
¿Cómo quieres le dije? Como usted quiera me dijo. OK. Ponete en cuatro. Se puso en cuatro, recostó su cabecita en la almohada, levantó su culito y arqueo su espalda dándome libre paso a ese hoyito divino que estaba un poco rojo. Agarré el tubo de lubricante, me puse una buena cantidad en mi polla y le unté bastante en su culito. Relájate le dije aquí va. Agarré mi polla, la puse en el centro de ese lindo hoyito y empecé a empujar. Mi pene entró con más facilidad, ayy, ayy, despacio por favor todavía me duele. Si mi amor, ya te va a pasar. Comencé a embestirlo de nuevo, primero despacio, luego fuertemente, ayy, ayy, me duele.
Después de unos minutos ya no se quejaba, solo gemía de placer.
Puse mi mano debajo de su abdomen y agarré su penecito y comencé a masturbarlo para distraerlo y que sintiera placer. Aggg, agg, decía. Así lo tuve varios minutos, mi pene comenzó a crecer dentro de su culito y empecé a disparar chorros y chorros dentro de él, ayy, ayy, decía y de repente sentí como su penecito se hacía más grande y comenzó a contraerse, con su segundo orgasmo.
Caí tendido sobre él, sin sacar mi pene, continuaba moviendo y empujando suavemente, hasta que perdió dureza y se salió solo. le besaba el cuello y le mordía la oreja, el solo gemía. ¿Te gustó? Le pregunté, si, fue mejor que la primera vez, ya no me dolió tanto, sentí más rico. ¿Así habrá sentido David preguntó? No le dije, en el carro no podía hacerlo como te lo he hecho a ti, pero el jueves que vengamos los tres se lo voy a hacer igual que te lo he hecho a ti.
Nos dimos vuelta, yo abajo y el encima, le acariciaba las nalguitas y lo besaba. Puso su cabecita en mi pecho, cerró los ojos mientras yo le acariciaba el cabello.
Lo quiero me dijo. Estuvo bien rico. A David le va a dar envidia cuando le cuente. No creo le dije, recuerda que ya lo hice con él y que la próxima vez lo traeremos con nosotros. Si es cierto dijo, pero con él lo hizo en el carro y no aquí dijo.  y se durmió en mi pecho.

Fin

adultomayor.perez@gmail.com

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