Por norte 1 xxjosemax@hotmail.com
Educar el ano para ser follado es un
proceso largo y que con varios pasos. No tiene nada que ver con lo que se ve en
las películas porno en las que la polla entra hasta los huevos en el primer
golpe.
Lo primero es cuidar la higiene para no
encontrarse con restos desagradables. Así que antes de empezar los ejercicios
hay que ponerse un enema para vaciar los intestinos. También se puede usar la
manguerita de la ducha. Desenroscando la alcachofa de la ducha, se lubrica el
final de la manguera con gel y lo introduces suavemente en tu ano. Usa tu dedo
para abrir el agujero previamente y juguetear para que se vaya acostumbrando.
Solo hace falta meter la manguera un par de centímetros y aguántala con la mano
mientras abres los grifos procurando que el agua este templada. Notaras como el
agua va entrando en tu interior hasta que sientas el vientre tenso, entonces
retira la manguera para que salga. El agua saldrá sucia y es necesario repetir
el proceso para que quedo todo limpio, veras como a la tercera o cuarta vez saldrá
limpia, entonces lávate bien el culo con gel perfumado para eliminar cualquier
olor y ya estarás preparada para comenzar.
Es necesario darles elasticidad a los
músculos del ano. En un sex-shop puedes encontrar un juego de consoladores
especiales que van aumentando de grosor, desde algo así como un lápiz a cosas
realmente gruesas. También puedes usar un poco de bricolaje sexual, y convertir
unas cuantas verduras en tu Kit personal de iniciación anal. Vale, ahora en
serio. Las zanahorias dan muy buen resultado, porque puedes encontrarla de
todos los tamaños y son lo bastante duras para que no se rompan en el momento.
Solamente hay que lavarlas bien y ponerles un condón.
Siempre hay que usar lubricante, y su
elección en muy importante. Si usas aceite corporal, glicerina u otro
lubricante con base de petróleo al día siguiente la mucosa anal estará
completamente irritada y habrás conseguido pasarte un par de día rascándote el
culo. Usar comida como mantequilla o yogur deja mucho que desear. En las
farmacias y los sex-shop venden cremas especiales que además de lubricar
dilatan el ano. Pero para las vergonzosas siempre queda la crema de manos que
da un resultado perfecto.
El primer día usa solo tus dedos para
explorar los límites de tu ano. Tiéndete boca arriba en la cama y comienza a
hacerte unos ricos dedos, cuando estés bien excitada usa una mano para comenzar
a tocar tu ano mientras la otra no deja de tocar el clítoris. Recuerda untar tu
dedos con lubricante y hacer círculos sobre el ano con la punta de los dedos,
inmediatamente notaras lo sensible que es. Hazlo todo el tiempo que quieras
hasta que te apetezca comenzar a metértelo. Descubrirás que es más fácil de lo
imaginabas. La lavativa, la excitación y el masaje habrán facilitado tanto las
cosas que prácticamente el ano se abrirá solo para tragarse el dedo. ¿Qué tal?
¿Es delicioso, verdad? Vamos sigue jugando con tu coño mientras comienzas a
mover el dedo, no te límites a meterlo y sacarlo. Combínalo con momentos
circulares que te ayudaran a abrir más el ano. Tómatelo con calma y cuando te
sientas preparada coge un poco más de lubricante e inténtalo con dos dedos a la
vez. Ahora sentirás el ano tensado y el primer día no conviene intentar nada
más, así que masturba a la vez tu culo y tu coño hasta alcanzar el placer,
disfruta del orgasmo con tu ano bien abierto.
En los días siguientes repite todos los
pasos y ve probando con los juguetes, aumentando poco a poco el tamaño. No seas
egoísta e incluye en estos ejercicios a tu pareja, además de ayudarte seguro que
los disfrutara tanto como tú. A medida que tu ano se vaya acostumbrando iras experimentado-nuevas
sensaciones pero ninguna tan increíble como la de recibir una verga autentica.
Normalmente con una semana y media de
ejercicios ya estarás preparada, pero solo tus sabrás mejor que nadie cuando ha
llegado el momento. Entonces debes preparar todos los detalles con mucho
cuidado. Pon especial interés en la lavativa y deja la crema hidratante sobre
la mesilla de noche, por lo que pueda pasar.
Ahora es responsabilidad del hombre
preparar tu culo para ser penetrado, en medio de todas las caricias previas,
debe ir prestando cada vez más atención al ano, hasta terminar haciéndote un
delicioso beso negro o follandote con los dedos mientras te unta bien de crema
y que así te vayas dilatando.
El sexo anal se puede practicar casi en las
mismas posturas que el vaginal, claro que hay posturas en las que resulta más fácil,
como la clásica del perrito, o la del cañón. Pero para las primeras veces
recomiendo que la mujer este sobre el hombre, bien agarrada a la cabecera de la
cama o apoyada sobre el pecho del hombre. Así podrás dejarte caer sobre la
polla, de esa manera tu misma te iras clavando a tu gusto.
Los hombre también necesitan preparativos.
Comienza haciéndole una mamado para ponerlo a punto y luego date el gustazo del
untarle la crema por todo lo largo de su polla. Debe haber bastante lubricante
en tu culo y en su polla, pero si hay en exceso todo se volverá demasiado
resbaladizo y en vez de ayudar solo servirá para complicar las cosas.
Recomiendo envolver con una toalla la base
de la polla, sobre todo si es lo bastante grande para merecer ese nombre. Una
toalla de bidet será la más adecuada. Enróllala y luego has un rodete alrededor
de la polla. Esto servirá como tope para que las primeras penetraciones no sean
demasiado profundas, cuando tu culo se haya acostumbrado al tamaño de la verga,
podrás quitar la toalla y disfrutarla a todo lo largo.
Controla la penetración en todo momento,
agarra bien la polla y llévala tu misma hasta la entrada, y sigue agarrándola
durante las primeras embestidas para evitar que se salga por accidente, además
para los hombre es una sensación muy agradable penetrarte y que a la vez lo
masturbes con la mano, de esa manera toda su polla disfruta aunque solo tengas
dentro la punta. Usa un ritmo lento y al principio párate a menudo para dejar
que el ano se acostumbre y aprovecha para poner más lubricante. Las prisas y
las bravuconadas solo sirven para provocar dolor y desgarros anales. Con
paciencia te la clavaran hasta los huevos y aun pedirás más.
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