Continúa del relato: https://encuentrosyrelatos.blogspot.com/2019/03/lgbt-en-los-sanitarios-de-un-cine-porno.html
Por Larry G. Alvarez
Viagramanusa@yahoo.com.mx
Viagramanusa@yahoo.com.mx
Después de
haber estado en una fiesta de una universidad en California, donde circularon
las bebidas y los cigarrillos de marihuana, decidí salir a que me diera el aire
y terminé entrando a un cine porno. Me sentía mal y me fui al baño a vomitar.
Mientras me enjuagaba la boca y lavarme la cara, entró a los sanitarios Nacho, un
joven gay a quien ya me había cogido anteriormente.
Nacho estaba
en el cine y me reconoció cuando me paré para ir al baño, y al verlo, le saludo
y pregunto porque no me había contactado después de nuestro ultimo encuentro.
No supo que contestar, pero aprovechando que estábamos solos en los sanitarios,
no quedó más remedio que cogérmelo ahí mismo para luego seguirla en su casa.
Colgado del
brazo por Nacho, nos fuimos a buscar mi vehículo. Cuando llegamos donde tenía
el carro, le abri la puerta del copiloto, se sentó en el asiento, cerré la
puerta, y me dirigí al otro lado, el del asiento del volante. Arranqué el auto,
pude manejar, aun algo mareado por el efecto de la mota y, en menos de 10
minutos ya estábamos en el portal del edificio donde vivía. Abrió la puerta,
entrando ambos, esperamos a que bajara el ascensor, nos metimos en él, subiendo
hasta el último piso, el 15, que era donde vivía.
Cuando me di
cuenta, estaba tumbado boca arriba sobre la cama, los efectos del cigarro de
mota, y la cogida que le di a Nacho en el cine habían acabado conmigo.
Allí después
de desvestirse él, me desnudó por completo a mí. Me había sacado toda la ropa,
y no me había enterado, solamente sé que estaba desnudo y caminaba sujetado por
él. Me llevaba al baño.
Nos metimos
ambos en la ducha, donde me duchó a conciencia, sobre todo cuando metió dos de
sus dedos en mi culito. No lo esperaba. Quería que yo fuera el pasivo dentro de
sus dominios. Yo me dejé llevar por sus intenciones.
Después de
ducharnos ambos, más bien ducharme él a mí, me sacó de la ducha, me secó con una
enorme toalla, luego se secó él, me dio una bata de baño y después me llevó
para su cama. Me puso boca abajo, levantando la bata para dejar mi culo y verga
al aire, se pegó por detrás a mí, empezando a restregarse a mi culito, mientras
me sujetaba y mordisqueaba la oreja, susurrándome lo bueno que estaba y lo que
me iba hacer gozar.
Estuve a
punto de decirle que yo quería cogérmelo, pero el ambiente de la escena, y además
necesitaba cargar batería para que mi verga estuviera rígida, ya que empezaba
en esa época a tener los primeros síntomas de impotencia, es decir, antes podía
coger una o dos veces en una acostada, pero en esta ocasión necesitaba cargar energía
para darle de nuevo. Eso hizo que cooperara con lo que me iba a hacer para que
yo gozara.
¿Qué me vas a
hacer? Le pregunté algo nervioso.
Quiero verte
así sumiso y entregado a mí. Me toca hacerla de activo, así estaremos a mano,
es decir, iguales.
Me quita la
bata y con la postura que tenía, y todavía con los efectos de la mota en mi
cabeza, quedé así medio tumbado sobre la cama, encima de la bata, esperando a
que me diera por el culo.
Noté de
repente, algo frío sobre mi ano, era lubricante que Nacho me estaba echando en
mi agujerito. Primero me dio un escalofrío, luego al notar pasar sus dedos por
mi ano, y ver cómo iba introduciéndome un dedo, abriendo mi esfínter, solté un
gemido, ¡ohhh! ¡ooohhh! ¡ohhh! Gemí al notar entrar su dedo en mi culito,
esparciendo aquel lubricante.
Fue poco a
poco lubricando mi agujerito, primero fue un dedo, luego pasaron a ser dos
dedos, y ya estaba metiéndome un tercer dedo, cuando mis jadeos y gemidos eran
cada vez mayores. Mi verga estaba caliente, y deseando que me me diera por el
culo..
Pero Nacho
seguía metiéndome sus dedos, ya metía tres de sus dedos y no paraba, quería
saber cuántos dedos podía aguantar mi culito. Empezó a meter el cuarto dedo, y
mis gritos iban en aumento. No, le pedía yo, no lo metas, que me estás haciendo
daño. Pero él no dejó en su empeño, y hasta que consiguió meterlo no paró.
Como vio que
ya no cabían más dedos, se limitó a abrirme el culo con sus cuatro dedos, hasta
que mi esfínter los dejaba pasar. Ya me había abierto el esfínter a su máxima
capacidad, y ahora metía y sacaba aquellos cuatro dedos en mi culito,
haciéndome llorar de gusto. La verga la tenía a reventar, y ya goteaba semen
sobre la bata. Lloraba y gemía de placer, pidiéndole que me cogiera de una vez.
Quería que me diera por el culo y que me hiciera correr, ya no daba más.
Pero mis
suplicios no terminaron allí, aquello solamente era el comienzo. Me mostró un
enorme consolador. Aquello de seguro me iba a reventar el culo. Lubricó la
punta de aquel enorme consolador, lo llevó a mi abierto agujero, empezando a presionar
para irlo metiendo en mis entrañas.
Yo lo miraba
con ojos de suplicio, pero él poco a poco consiguió meterlo por completo. Yo
chillaba de placer, notando como aquel consolador se introducía poco a poco en
mí, abriéndome en canal.
Pulsó un botón
que tenía aquel consolador, empezando este a vibrar, ¡ohhh! ¡ooohhh! ¡ohhh!
Empecé a gemir y llorar por el placer que aquello me estaba haciendo sentir.
¿Te gusta?
Decía empezando a pasar su mano por mi barriga y pecho, acariciándome. Llevó
sus manos a mis pezones, empezando a pellizcarlos y retorcerlos, mientras
besaba mi espalda, y aquel enorme consolador taladraba mi culito, enviándome
continuas descargas sobre mis entrañas.
Ya no resistía más, aquello era demasiado, mi verga no paraba de gotear semen,
en cualquier momento me correría. Y no tardé mucho en hacerlo, tan pronto llevó
sus manos a mis genitales, acariciándolos, empecé a gritar que me corría.
¡Ohhh! Me
corro, me corro, ¡ooohhh! ¡ooohhh! Gritaba empezando mi verga a expulsar todo
el semen que mis huevos contenían.
Llevó su mano
a mi verga, empezando a meneármela mientras me corría sobre ella, y otra parte
que fue a parar a la bata de baño, mientras me besaba la espalda y me decía…
Suelta tu
lechita que me la quiero tomar. Se colocó de tal manera entre mis piernas y empezó
a recibir mi leche en su boca, segundos después ya me estaba ordeñando la verga,
hasta correrme completamente en su boca.
Después de
terminar de correrme, llevó su boca a la mía, haciéndome probar y tragar parte
de mi corrida.
Toma tu
lechita, me decía mientras me besaba y metía su lengua en mi boca.
Saborea conmigo
tu semen, papi, me dijo.
Después apagó
el consolador, lo fue sacando de mi super abierto culito, me sujetó por las
caderas, y arrimándose a mí, me enterró de una estocada su verga.
Ahora me toca
a mí, papi. Te voy a preñar y hacerte mi nenita, te voy a llenar este culito
con mi leche, y dejar mi semilla en tus entrañas. Voy a dejarte preñada esta barriguita.
¡Ahhh que gusto!
¡ahhh que gusto! Gritaba metiendo y sacando su verga en mi abierto culito.
La cama
rechinaba cada vez que me ensartaba la verga en el culo, se escuchaban sus
gritos, el rechinar de la cama, mis gemidos, y golpeteo sobre mis nalgas de su
verga entrando en mi culo.
¡Ohhh Me
corro, me corro, ooohhh me corro! Gritaba llenándome el culo de leche.
Cuando su verga
dejó de derramar el esperma que iba soltando en el fondo de mi culito, me
sujetó metiendo sus manos por debajo de mis sobacos, y mientras nos tumbábamos
sobre la cama, me iba mordiendo la nuca y hombro, mientras su verga iba
saliendo de mi abierto y preñado culito.
Una vez
recuperado el aliento y normalizada la respiración, nos levantamos, recogió el
consolador, abrió la cama, metiéndonos los dos abrazados en ella, durmiendo toda
la noche.
A las 7 de la
mañana nos despertamos, tomamos un café los dos juntos en la cocina, y después
me vestí, marchando para mi casa a seguir durmiendo.
Quedamos que el
próximo encuentro seria en mi casa, bajo mis reglas. ya no me llamó, ya no supe de él. Si leíste los
dos relatos, quieres hacer conmigo y yo hacer contigo lo que hice con Nacho. Escríbeme
a: viagramanusa@yahoo.com.mx
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