Saturday, March 23, 2019

LGBT: En la casa de Nacho



Continúa del relato: https://encuentrosyrelatos.blogspot.com/2019/03/lgbt-en-los-sanitarios-de-un-cine-porno.html




Por Larry G. Alvarez

Viagramanusa@yahoo.com.mx

Después de haber estado en una fiesta de una universidad en California, donde circularon las bebidas y los cigarrillos de marihuana, decidí salir a que me diera el aire y terminé entrando a un cine porno. Me sentía mal y me fui al baño a vomitar. Mientras me enjuagaba la boca y lavarme la cara, entró a los sanitarios Nacho, un joven gay a quien ya me había cogido anteriormente.
Nacho estaba en el cine y me reconoció cuando me paré para ir al baño, y al verlo, le saludo y pregunto porque no me había contactado después de nuestro ultimo encuentro. No supo que contestar, pero aprovechando que estábamos solos en los sanitarios, no quedó más remedio que cogérmelo ahí mismo para luego seguirla en su casa.
Colgado del brazo por Nacho, nos fuimos a buscar mi vehículo. Cuando llegamos donde tenía el carro, le abri la puerta del copiloto, se sentó en el asiento, cerré la puerta, y me dirigí al otro lado, el del asiento del volante. Arranqué el auto, pude manejar, aun algo mareado por el efecto de la mota y, en menos de 10 minutos ya estábamos en el portal del edificio donde vivía. Abrió la puerta, entrando ambos, esperamos a que bajara el ascensor, nos metimos en él, subiendo hasta el último piso, el 15, que era donde vivía.
Cuando me di cuenta, estaba tumbado boca arriba sobre la cama, los efectos del cigarro de mota, y la cogida que le di a Nacho en el cine habían acabado conmigo.
Allí después de desvestirse él, me desnudó por completo a mí. Me había sacado toda la ropa, y no me había enterado, solamente sé que estaba desnudo y caminaba sujetado por él. Me llevaba al baño.
Nos metimos ambos en la ducha, donde me duchó a conciencia, sobre todo cuando metió dos de sus dedos en mi culito. No lo esperaba. Quería que yo fuera el pasivo dentro de sus dominios. Yo me dejé llevar por sus intenciones.
Después de ducharnos ambos, más bien ducharme él a mí, me sacó de la ducha, me secó con una enorme toalla, luego se secó él, me dio una bata de baño y después me llevó para su cama. Me puso boca abajo, levantando la bata para dejar mi culo y verga al aire, se pegó por detrás a mí, empezando a restregarse a mi culito, mientras me sujetaba y mordisqueaba la oreja, susurrándome lo bueno que estaba y lo que me iba hacer gozar.
Estuve a punto de decirle que yo quería cogérmelo, pero el ambiente de la escena, y además necesitaba cargar batería para que mi verga estuviera rígida, ya que empezaba en esa época a tener los primeros síntomas de impotencia, es decir, antes podía coger una o dos veces en una acostada, pero en esta ocasión necesitaba cargar energía para darle de nuevo. Eso hizo que cooperara con lo que me iba a hacer para que yo gozara.
¿Qué me vas a hacer? Le pregunté algo nervioso.
Quiero verte así sumiso y entregado a mí. Me toca hacerla de activo, así estaremos a mano, es decir, iguales.
Me quita la bata y con la postura que tenía, y todavía con los efectos de la mota en mi cabeza, quedé así medio tumbado sobre la cama, encima de la bata, esperando a que me diera por el culo.
Noté de repente, algo frío sobre mi ano, era lubricante que Nacho me estaba echando en mi agujerito. Primero me dio un escalofrío, luego al notar pasar sus dedos por mi ano, y ver cómo iba introduciéndome un dedo, abriendo mi esfínter, solté un gemido, ¡ohhh! ¡ooohhh! ¡ohhh! Gemí al notar entrar su dedo en mi culito, esparciendo aquel lubricante.
Fue poco a poco lubricando mi agujerito, primero fue un dedo, luego pasaron a ser dos dedos, y ya estaba metiéndome un tercer dedo, cuando mis jadeos y gemidos eran cada vez mayores. Mi verga estaba caliente, y deseando que me me diera por el culo..
Pero Nacho seguía metiéndome sus dedos, ya metía tres de sus dedos y no paraba, quería saber cuántos dedos podía aguantar mi culito. Empezó a meter el cuarto dedo, y mis gritos iban en aumento. No, le pedía yo, no lo metas, que me estás haciendo daño. Pero él no dejó en su empeño, y hasta que consiguió meterlo no paró.
Como vio que ya no cabían más dedos, se limitó a abrirme el culo con sus cuatro dedos, hasta que mi esfínter los dejaba pasar. Ya me había abierto el esfínter a su máxima capacidad, y ahora metía y sacaba aquellos cuatro dedos en mi culito, haciéndome llorar de gusto. La verga la tenía a reventar, y ya goteaba semen sobre la bata. Lloraba y gemía de placer, pidiéndole que me cogiera de una vez. Quería que me diera por el culo y que me hiciera correr, ya no daba más.
Pero mis suplicios no terminaron allí, aquello solamente era el comienzo. Me mostró un enorme consolador. Aquello de seguro me iba a reventar el culo. Lubricó la punta de aquel enorme consolador, lo llevó a mi abierto agujero, empezando a presionar para irlo metiendo en mis entrañas.
Yo lo miraba con ojos de suplicio, pero él poco a poco consiguió meterlo por completo. Yo chillaba de placer, notando como aquel consolador se introducía poco a poco en mí, abriéndome en canal.
Pulsó un botón que tenía aquel consolador, empezando este a vibrar, ¡ohhh! ¡ooohhh! ¡ohhh! Empecé a gemir y llorar por el placer que aquello me estaba haciendo sentir.
¿Te gusta? Decía empezando a pasar su mano por mi barriga y pecho, acariciándome. Llevó sus manos a mis pezones, empezando a pellizcarlos y retorcerlos, mientras besaba mi espalda, y aquel enorme consolador taladraba mi culito, enviándome continuas descargas sobre mis entrañas.
   Ya no resistía más, aquello era demasiado, mi verga no paraba de gotear semen, en cualquier momento me correría. Y no tardé mucho en hacerlo, tan pronto llevó sus manos a mis genitales, acariciándolos, empecé a gritar que me corría.
¡Ohhh! Me corro, me corro, ¡ooohhh! ¡ooohhh! Gritaba empezando mi verga a expulsar todo el semen que mis huevos contenían.
Llevó su mano a mi verga, empezando a meneármela mientras me corría sobre ella, y otra parte que fue a parar a la bata de baño, mientras me besaba la espalda y me decía…
Suelta tu lechita que me la quiero tomar. Se colocó de tal manera entre mis piernas y empezó a recibir mi leche en su boca, segundos después ya me estaba ordeñando la verga, hasta correrme completamente en su boca.
Después de terminar de correrme, llevó su boca a la mía, haciéndome probar y tragar parte de mi corrida.
Toma tu lechita, me decía mientras me besaba y metía su lengua en mi boca.
Saborea conmigo tu semen, papi, me dijo.
Después apagó el consolador, lo fue sacando de mi super abierto culito, me sujetó por las caderas, y arrimándose a mí, me enterró de una estocada su verga.
Ahora me toca a mí, papi. Te voy a preñar y hacerte mi nenita, te voy a llenar este culito con mi leche, y dejar mi semilla en tus entrañas. Voy a dejarte preñada esta barriguita.
¡Ahhh que gusto! ¡ahhh que gusto! Gritaba metiendo y sacando su verga en mi abierto culito.
La cama rechinaba cada vez que me ensartaba la verga en el culo, se escuchaban sus gritos, el rechinar de la cama, mis gemidos, y golpeteo sobre mis nalgas de su verga entrando en mi culo.
¡Ohhh Me corro, me corro, ooohhh me corro! Gritaba llenándome el culo de leche.
Cuando su verga dejó de derramar el esperma que iba soltando en el fondo de mi culito, me sujetó metiendo sus manos por debajo de mis sobacos, y mientras nos tumbábamos sobre la cama, me iba mordiendo la nuca y hombro, mientras su verga iba saliendo de mi abierto y preñado culito.
Una vez recuperado el aliento y normalizada la respiración, nos levantamos, recogió el consolador, abrió la cama, metiéndonos los dos abrazados en ella, durmiendo toda la noche.
A las 7 de la mañana nos despertamos, tomamos un café los dos juntos en la cocina, y después me vestí, marchando para mi casa a seguir durmiendo.
Quedamos que el próximo encuentro seria en mi casa, bajo mis reglas.  ya no me llamó, ya no supe de él. Si leíste los dos relatos, quieres hacer conmigo y yo hacer contigo lo que hice con Nacho. Escríbeme a: viagramanusa@yahoo.com.mx  



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