Thursday, December 13, 2018

Milly y Don Eulalio



Por gabrielrolf0@gmail.com

Eran las 6 de la mañana, los primeros rayos del sol alumbraban a la nueva pareja, los pajaritos ya empezaban su habitual canto cerca del cuarto donde yacían ambos cuerpos que aún estaban recuperándose de la tremenda faena que habían tenido algunas horas antes, la primera en despertarse por uno de estos rayos fue la bella muchacha que vio como su asqueroso amante se había acomodado de tal forma que se había quedado dormido prendido del seno izquierdo de esta como si de un becerro se tratara , también notó como su pequeña ropa interior había sido bajado hasta las rodillas y al tratar de subírselas notó algo raro en la tela, sin ninguna duda esto era obra de don Eulalio que se había despertado un par de horas después de que se acostaran, aun consumido por los efectos de todo el alcohol que había tomado no se creía todo lo que había ocurrido en esas horas, le parecía un sueño, un rico sueño del que quería seguir sacando provecho antes de que despertara, por lo cual a duras penas movió a la linda universitaria para despertarla y seguir cogiendo un poco más ya que el golpe que se había hecho al caerse del baño ya se había pasado, pero al no encontrar respuesta de la cansadísima muchacha, procedió a tratar de cogérsela, por su cuenta, pero debido al avanzado estado de ebriedad en el que se encontraba sólo pudo bajarle su ropa interior hasta las rodillas, poco a poco manoseaba las formidables nalgas de la muchacha aun sin creerse que todo eso ahora era suyo, su imponente verga ya se mostraba nuevamente en todo su esplendor con el deseo de ponerla en cuatro y penetrar una vez más esa estrecha zona que ya había disfrutado, pero entre la calentura y su estado de ebriedad no podía hacer tal cosa, por lo que situó su erecto miembro entre los muslos de Milly con el objetivo de hacerse una masturbada tal y como la universitaria le había hecho con sus pechos horas antes, hizo un gran esfuerzo para acomodarse pero al final pudo poner ese pedazo de carne entre  los juveniles muslos de la nena y procedió a simular una penetración, a todo esto Milly solo lanzaba unos inconscientes leves gemidos, sin duda a sus 22 años jamás había pasado por una experiencia tan satisfactoria y agotadora por lo cual en estos momentos se encontraba en un profundo sueño.
Por su parte el viejo seguía moviéndose como si de verdad estuviera penetrándola, sus manos arrugadas y callosas recorrían esas largas y suaves piernas de la dormida chiquilla, bajo un poco más su cabeza para encontrarse nuevamente con esos hermosos melones, esos jugosos y suaves pechos al cual muy pocos habían logrado siquiera tocarlos, y él  había tenido el honor de chuparlos a su antojo, debido a la oscuridad del cuarto no podía verlos pero podía sentir con su magullado cachete la suavidad de estas, su boca buscaba desesperadamente el pezón de color café claro de la nena. El repulsivo sujeto tenía una fijación especial por los pechos de las mujeres, siempre que veía a alguna pasar sus ojos se iban directamente a los senos de estas no importándole la edad o la ocupación ya que ni las mujeres policías o enfermeras se salvaban de sus penetrantes ojos, le fascinaba las diferentes formas y tamaños, siempre que había una labor social o vacunación gratuita era de los primeros en formar cola ya que sabía que a esos lugares siempre van tiernas enfermeras o ayudantes, muchas  de las cuales iban ligeras de ropa por la excesiva calor de la zona y aprovechando su posición de tercera edad, muchas veces les hacía conversación para alargar un poco más su turno, mientras hacía eso no perdía detalle de las piernas de las enfermeritas que eran adornadas con esas típicas minifaldas blancas y tampoco perdía detalle en los pechos de estas, las cuales muchas veces andaban con la blusita blanca con uno o dos botones sueltos, ocasionalmente las miradas eran tan descaradas que hasta las chicas más ingenuas se daban cuenta de lo que pasaba, pero como se trataba de un “ancianito” humilde, muchas veces lo pasaban por alto, es así que luego de un tiempo el viejo se ganó la fama de viejo verde y casi todas las chicas de labor social y enfermeras sabían quién era él, a algunas les resultaba asqueroso y lo evitaban, mientras que a otras simplemente les daba gracia y por seguirle el juego se soltaban dos o tres botones para que el pervertido se alegre la vida con los lindos escotes que se formaban, desgraciadamente  para el anciano sólo se podía limitar a mirar, ya que la primera y única vez que quiso intentar algo más, se llevó tremendo problema, por parte de una de las enfermeras practicantes que se puso nerviosa apenas sintió una mano posarse sobre uno de su senos.
El viejo recordaba todo eso, le encantaba mirar todo tipo de senos , aunque sus preferidos siempre eran los voluptuosos, de esos grandes y firmes a la vista, pero que siempre dan un leve bamboleo natural al caminar, se le hacía agua la boca siempre que veía uno de esos y ahora tenía a una hermosa jovencita que poseía justo ese tipo de hermosos melones y estaban a su total disposición, los senos de Milly eran un manjar que no estaba dispuesto a soltarlo nunca, mientras recordaba , acomodo a la tierna muchacha de tal modo que los dos estaban cara a cara…bueno cara-senos, ya que el viejo se había bajado un poco para estar a la altura de esos melones, a pesar de que por la oscuridad del cuarto sus ojos no podían apreciar esos monumentos, el contacto de su rostro con ellos era más que suficiente, su horrible cara se hundía en esas suaves almohadas, su lengua empezó a recorrer desde la base hasta la punta de ese fino pezón de color café claro para perderse en este último y darle un trato especial, donde alternaba entre lamer y dar pequeños mordiscos con su labios resecos, el miembro del anciano estaba totalmente empalmado como si hubiera tomado un potente viagra , por lo que volvió a ponerlo entre los suaves muslos de la jovencita, estuvo en ese lapso por maso menos 20 minutos cuando sintió que se quería venir, don Eulalio aun quería seguir disfrutando de ese formidable cuerpo pero el cansancio y el licor en la cabeza pudo más , así que chupo con todas sus fuerzas el seno izquierdo de la nena mientras lanzaba  3 potentes chorros de semen en la ropa interior y sabanas , luego de eso se quedo profundamente dormido sin desprenderse de sus melones favoritos y tal cual así fue como lo encontró Milly, pegado a ella como un bebe, un feo y arrugado bebe.
Milly acomodó a su viejo amante y tomándolo suavemente fue desprendiendo poco a poco los labios resecos de su ya hinchado pezón el cual al sacarlo estaba todo baboso y adolorido de todas las fuertes succiones que le había dado el viejo como si tratara a toda costa de sacarle algo de leche para alimentar su deforme cuerpo. Luego de poner cómodo y tapar a su macho ,la linda universitaria se percató de que a pesar de que ayer en la noche se había bañado con finas especias y perfumes , el olor corporal del viejo se le había pegado ,por lo cual se levantó , fue a su cuarto, se dio una ducha rápida y se cambió de ropa interior , eligió una semi-tanga negra que fue acompañado de un pequeño short ya que el calor en la mañana era insoportable, debido al dolor de su pezón izquierdo decidido no ponerse ningún brasier, solo se puso una cómoda musculosa con amplio escote. A medida que se alistaba volvían a ella todos los momentos apasionados que paso con aquel hombre horrible, sentía una mezcla de calentura con arrepentimiento, aun no podía creer que se había encamado con un viejo indigente y peor aun que este le había dado la cogida de su vida, fue la primera vez que un hombre la había hecho correr y aun recordaba esa genial experiencia, pero por otro lado ser la mujer de tan repugnante sujeto ahora le daba náuseas y sentía una vez más las ganas de llorar por él arrepentimiento ,deseaba que todo esto nunca hubiera pasado, pero por más triste que se pusiera , sabía que tenía que enfrentar la realidad, de momento no sabía qué hacer con su semental anciano , sabía que botarlo a su suerte no era una opción válida ya que este podría reaccionar mal, así que tendría que negociar de alguna forma para que se vaya y la deje en paz, pero no se le ocurría ninguna forma de lograr eso sin pensar en usar su cuerpo. 
 La nena era un mar de dudas, había pasado la noche más excitante de su vida, pero por otra parte ya no quería saber más del viejo al menos por ahora, una de sus fantasías sexuales se había cumplido y con creces, de manera que sólo quería descansar y despejar su mente, fue a la cocina del tercer piso para percatarse si la empleada se había despertado y efectivamente, ahí se encontraba ella preparando el desayuno.
--Buenos días doña Petronila 
-Buenos días señorita, que lindo día ¿verdad? 
--Si, aunque el calor es insoportable. 
- ¿Durmió bien anoche? --pregunto con un leve tono sarcástico el cual no se percato la aun somnolienta muchacha 
--Haa esteee sí, dormí bien gracias 
-Le prepare el desayuno, dentro de un momento bajare al primer piso a empezar a limpiar 
--Muchas gracias – en ese momento Milly se acordó que había dejado algunas cosas alborotadas en la parte de abajo por culpa de su "querido" semental --esteee ante de comer iré a hacer unas cosillas que se me olvido.
-¿Que cosillas? 

--Mmm cosillas–reía Milly algo nerviosa
La vieja empleada intuía de que se trataba la cosa y para no hacer más incómodo el momento dejo que la nena se vaya, Milly bajó como un rayo, ordenó el minibar de su padre y arreglo el desorden de la noche anterior, todo en menos de cinco minutos para nuevamente ir a la cocina y como si nada hubiera pasado se dispuso a comer su desayuno.  
- ¿Ya acabaste con lo que tenía que hacer?
--Sí ya acabé, eran algunos detallitos sin importancia 
 -Ah ok
La vieja sabia maso menos lo que había pasado ayer, tenía la completa seguridad que su pequeña ama había traído seguramente a un hermoso chico y después de beber algunas copas tuvieron intimidad. además, intuía que la niña quería sacar a su "joven y hermosa" pareja de la casa, pero debido a la vergüenza no podía hacerlo por lo que decidido aligerar un poco la situación.
 -Sabe señorita, hoy iré a hacer las compras para el fin de semana
 Los ojos  color miel de Milly se iluminaron, sabía que era la oportunidad perfecta para que el viejo se largue, ahora sólo tendría que pensar en cómo hacerlo, tal vez necesitaría algo de tiempo, por lo cual le pidió a su empleada que luego de hacer las comprar le hiciera un par de mandados ya que ella tenía que quedarse en casa para estudiar para un curso online según ella, la empleada no se creyó el cuento, pero accedió al pedido de la muchacha, una vez que doña Petrolina se fue, Milly se dirigió  rápidamente al cuarto de su hermanita donde el viejo dormía plácidamente como una roca.
 --Doooon-- susurraba en el odio peludo del viejo-- doooon despierte por favor ya es de día 
- ¿Haaa?? Noooo molesssbyhf 
  El viejo aún seguía con la resaca y no se entendía lo que decía. 
 --Doooon plissss levántese le preparare algo de comer para que se ponga mejor 
-Noo yoo djscndvndjs 
 Otra vez la nena no entendía nada de lo que decía a media lengua el viejo borracho, pero tenía que hacerlo levantar de algún modo ya que no sabía cuánto duerme una persona de la tercera edad con resaca y le preocupaba que se tomara toda la tarde.
--Señor Eulalio ¿no quiere ver el lindo short que me puse?
La nena apelaba al instinto calenturiento del anciano para que vuelva en sí, pero una vez más la respuesta fue negativa, realmente el viejo se había pasado de copas, pero era entendible, pasar de beber puro alcohol barato con algo de saborizantes a tomar licores de gran calidad era el sueño incluso de la clase media. 
 Milly no sabía que más hacer, por un momento se le paso por la cabeza hacer algo más pervertido para intentar levantarlo, pero desistió de la idea con una leve cachetada propinada por ella misma para que entre en razón y no piense tonterías, luego de un par de intentos fallidos más, Milly finalmente se rindió, sabía que doña Petrolina se demoraría en el mercado al menos unas 2-3 horas y con los mandados que le pidió tal vez tendría un par de horas más, por lo cual decidido que su horrible y deforme pareja sexual descanse un poco mas. 
Mientras el horrible sujeto dormía, la muchacha decidió cambiar las sabanas que se encontraban manchadas por las tremendas corridas que lanzo el asqueroso tipo, metió en la lavadora junto con su ropa y la ropa interior de su hermana, al momento de cambiar las sabanas vio una vez más a su asqueroso amante desnudo, ese arrugado y deforme cuerpo cubierto por varias matas de pelos que le salían por todos lados, era una visión realmente deprimente, pero si algo rescataba era el miembro de este que aun en reposo se veía que tiene unas dimensiones considerables dignas de cualquier macho, la nena se paso un rato mirando la verga del dormido viejo pensando en como esa verga la hizo sentir tan bien, tanto en ese horrible basurero como en su casa, por unos momentos sintió el impulso de tocarla suavemente para recordarla mejor, pero justo cuando la iba a agarrar se volvió  a dar otra cachetada, esta vez un poco más fuerte para reaccionar de la locura que estaba a punto de hacer. 
 La bella muchacha a pesar de la ducha fría que se metió, seguía teniendo la cabeza algo caliente y para despejarse totalmente decidió ir a trotar un rato al parque como lo hacía cada mañana. Se puso una pantaloneta de licra negro y un top del mismo color, dentro de este top no se puso ningún sujetador ya que aun sentía muy sensibles sus pechos de las tremendas agasajadas que había recibido durante toda la noche, se hizo una cola de caballo y se fue a trotar un rato cerciorándose de que el viejo siga durmiendo como una roca. 
 Una vez en la calle las miraban lascivas a su bello cuerpo no se hicieron esperar, ojos masculinos de todas las edades miraban descaradamente el cuerpo de Milly moverse al ritmo de un trote suave, donde sus deseables pechos al no llevar sujetador se movían de una forma más libre al igual que sus poderosas y firmes nalgas que al estar metidas en esa licra dejaba muy poco a la imaginación 
 La cabeza de Milly era un mar de dudas, tenía que sacar de su casa a ese horrible y asqueroso sujeto que por más que lo baño aún seguía teniendo un aspecto y olor desagradable, pero también sabía que prácticamente todo fue bajo su consentimiento, su cuerpo jamás había sentido una sensación tan placentera en sus 22 años. Al llegar a su habitual parque, la hermosa universitaria decidió hacer unos cuantos estiramientos, mientras hacia los estiramientos recordaba escena por escena todas las cosas que hizo con el afortunado viejo, desde los besos, las rudas bofetadas que le daba sus grandes y firmes nalgas, la forma como lamia y chupaba sus pechos, ese enorme trozo de carne que la hizo sentir mujer por primera vez ya que antes jamás había llegado a un orgasmo en sus pocas experiencias sexuales con sus ex-noviecitos, todos esos recuerdos la asqueaban pero a la vez la calentaban -- ¿cómo era posible que un viejo senil sea capaz de aguantar tanto?¿será que la mayoría de los viejos cogen así se rico?¿qué haré ahora con don Eulalio?--esas preguntas y muchas otras más rondaban la cabeza de Milly mientras hacia sus estiramientos a vista de todos los pervertidos de ese sector del parque que se recreaban con tan maravilloso trasero que se lucia en todo su esplendor cuando  hacia estiramientos para relajar sus piernas y muslos, la nena se percató de algunos de sus espectadores, dio una mirada rápida mientras hacia el movimiento de que cambiaba de ejercicio, su vista fue fugaz y certera, diviso a unos mocosos que se dedicaban a limpiar las lunas de los vehículos mirar de reojo su trasero aunque estos querían fingir que solo estaban hablando sus evidentes erecciones en sus pantalones decían lo contrario, luego volvió a cambiar de ejercicio y  dio otra mirada rápida, esta vez  vio un par de ancianos en unas bancas más al fondo que estaban intentado jugar ajedrez y sí que lo intentaban ya que tener a una hermosa jovencita haciendo ejercicios casi al frente tuyo no te permitía concentrarte en el juego, la nena no pudo evitar relacionarlos con su viejo amante, ya que ambos tenían la misma apariencia demacrada y arrugada de una vida humilde y difícil, su mente volvió a volar e imaginarse muchas cosas , así que un poco motivada por esas desvergonzadas miradas decidió darles un pequeño obsequio para alegrarles la mañana y que tengan algo que pensar el resto del día, así que se relajo, tomo aire y con las puntas de los dedos tocaba las puntas de sus pies, dándoles así a los viejos y a los mocosos(los cuales habían sacado sus celulares que seguramente eran robados y empezaron a grabar sin importarles ya que los descubrieran o no) la mejor vista posible de su firme y bien trabajado trasero ,la nena trataba de levantar bien su cola para que esos viejitos tengan en algo que pensar el resto del día, de reojo Milly miraba como los viejos no perdían detalle y se codeaban entre ellos para molestarse como fueran unos jovenzuelos otra vez, para la alegría de la muchacha noto que a ambos ya se les notaba una leve carpa por encima de sus amplios pantalones , lo que le indicaba que aun gozaban de buena salud en esa zona, cosa que le alegro mucho.

Para mala suerte de los vejetes ,un grupo de señoras se acercaba al lugar y la jovencita tuvo que dejar de hacer tales posturas para sus afortunados espectadores, Milly decidió continuar su camino por el amplio parque algo fastidiada por qué le hubiera gustado darles un poco más de espectáculo a esos míseros ancianos, pero al menos tenía la reconfortante idea de que hoy pensaran en ella cuando lleguen a sus casas.  

 Continuando su camino diviso al viejo barrendero, el mismo que Milly había admitido que le calentaba cuando le lanzaba miradas morbosas aun cuando estaba junto a su mujer, lo curioso es que esta vez   lo veía sin la vieja antipática de su esposa, nunca había cruzado palabra con el señor, pero recordó que cuando estaba con don Eulalio, este le dijo que lo tenía que seducir y jugar con él un poco.
Ella estaba confiada de que no sería muy difícil calentar al viejo, así que se acercó, con voz dulce se presentó y a modo de romper el hielo le pregunto una dirección, el viejo con toda la amabilidad del mundo respondió de manera cortés y le dio la mejor ruta para llegar a tal dirección que se había inventado la jovencita, Milly estaba extrañada, el viejo no le había lanzado ninguna mirada morbosa a sus piernas o a sus formidables pechos,  realmente le dio en el orgullo que no despertara ninguna reacción pervertida en el viejo ahora que estaba cerca al --esto es muy raro, de seguro alguien o algo lo está vigilando y por eso no me mira como otros días— se justificaba dentro suyo la jovencita, pero Milly como toda chica orgullosa de su cuerpo no iba a rendirse tan  fácil , sabía que además de barrer las calles, a veces le encargaban podar ciertos sectores del parque a lo cual la bella muchacha ya con un poco más de confianza le dijo si podía acercarse el día de mañana a podar un poco su jardín a lo cual el viejo se negó en un principio argumentando que ya no estaba para esos trabajos domiciliarios, pero ante la insistencia de Milly acepto, la jovencita satisfecha de haber logrado su cometido, le explico la dirección exacta de su casa, se lo anoto en un papelito, se despidió y siguió su camino, hasta en la despedida el viejo se mostro cortés y en ningún momento desvió la mirada, lo cual ya hasta irritaba un poco a Milly ya que ni su voz de niña inocente movieron un solo pelo al viejo, pero sabía que tendría su revancha y cuando ese momento llegué, le iba a dar una buena calentura visual al viejo para enseñarle quien manda.  

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