Saturday, July 14, 2018

RELATOS LGBT: Encuentro con un chico de color




Relato anónimo

Me puso "cachondisima" la mirada de aquel negro en la taberna.
Nunca había estado con un chico de color, bueno este no era tan joven ya 43 años, como después me dijo, pero que noche hace tres noches. Soy un chico de 27 años, vivo solo, ahora con unos días de vacaciones pero pasándolo en mi apartamento, no soy amanerado pero si gay, soy travesti en la intimidad, pasivo 100% y desde hace tres noches sumisa total, hasta esa noche, mis amantes habían sido chicos de mi edad más o menos, muchos o casi todos tan gay como yo, pero esa noche me ha hecho reflexionar que lo que yo necesito es un "macho dominante" bien dotado, que me haga sentir que le pertenezco, como esa noche hizo este negro conmigo.

Salí esa noche con muchas ganas de follar pero sin grandes expectativas pues lo visto antes por internet no me llenaba y decidí dejarlo a si no encontraba nada pues siempre de madrugada hay una planta para una maceta.


Mido, 171 cm., peso 67 kilos, pelo negro largo rizado, labios gruesos y culito prieto, iba vestido con una camisa blanca a rayas muy finas celestes y un pantalón gris claro holgado aunque a estilo de vaqueros, pero lo mejor era mi interior, para mi unas braguitas, celestes, lástima que no podía llevar el sujetador a juego pues cantaría mucho.

Cuando entré en el taberna sobre las una de la mañana ya, estaba semi vacío, cerca de mi apartamento, allí estaba él sentado a la barra, solo, cerca hay un pequeño hotel que suele estar lleno de gente de paso, él era uno de ellos, siempre he tenido ese sueño, aunque realmente no lo he buscado con ahínco por internet, cuando lo vi bajo el foco en el techo de la barra, a su vez se cruzó con mi mirada, yo me senté en una mesa, pero pronto me di cuenta que él no dejaba de mirar disimuladamente, pronto me di cuenta que él iba buscando algo, me fue entrando una "calentura" cada vez más, yo a veces lo miraba para que él siguiera el mismo juego y si lo iba siguiendo, así estuve sentado unos 15 minutos, hasta que me fui al servició, son servicios de dos urinarios y dos wáteres, como temblé al ver que él también fue hacia allí tras de mí, nervioso me puse a orinar en uno de los urinarios él entró se puso al lado a orinar pero mirándome, tengo un pene pequeño, madre cuando sacó aquella manguera, negra mezclado con rojizo, aun sin estar en plena fuerza y ya era muy gorda y larga, nunca había visto nada igual, él simplemente orinaba me miraba volvía a lo suyo y yo me decidí, me desabroché el pantalón lo justo para que él me viera las bragas yo había terminado de orinar hacia como que me arreglaba el pantalón pero realmente le enseñeba toda mi braga por otras por mi culo, sentí en un instante su mano, carnosa apretando, al instante me arreglé ya todo estaba claro pensé y había acertado, que "cachonda" iba cuando salí del baño solo, él fue de nuevo la barra, cogió su copa y se sentó a mi lado presentándose, yo también a él, me dijo que estaba de paso por trabajo en el hotel cercano, pronto fue al grano preguntándome, le dije que era travestís a solas, le puso aún más pues me dijo era hetero casado.







Salimos de la taberna pero a mi apartamento primero no quería me vieran en un hotel tan cercano, no admitirían compañías lo más probable o habría que dar explicaciones, además de tener que ir yo a mi apartamento por ropa, llegamos, a mi apartamento, antes de llegar ni me tocó, pero ya dentro todo cambió, está impaciente, le dije que debía esperar un poco si quería ver mi "transformación", aunque yo tenía miedo interiormente por el tamaño de su rabo, me fui al baño, dejándolo con una cerveza en la cocina y al fin salí, con un vestido rojo muy ajustado, medias bragas y un corsé, maquillada de ojos y labios nada más, él en el saloncito ahora al verme me devoró con los ojos pocas veces había visto una mirada así, me agarró y me besó en toda la boca una lengua carnosisima, sentí unos brazos muy fuertes y sobre todo un rabo, pegándose a mi bajo vientre, que parecía no tener fin, me cogió y me puso a cuatro patas apoyada mi pecho sobre el sofá, sin yo saber que esperar y me derretí, en un instante, me levantó el vestido, me lamió mi culito, terminé cachondisima, loca intentando cogerle el rabo pero él apenas me dejaba, parecía quererme tener así bien cachonda, así me tuvo, me quitó el vestido, me dejé colocarme entre sus piernas a su vez él ya solo en bóxer, con una trompa marcada acojonante, no lo esperaba, PLAM me plantó el primer azote, fuerte grité giré la cabeza, pero de pronto me vi cogida por mi melena haciéndome volver la cabeza al sofá como recibí un nuevo y más fuerte azote, grité de nuevo pero a la vez tras gritar, empecé a tener la sensación de placer de que empezaba a gustarme y así fue, me azotó, si, lo que se le antojó y yo lo disfrutaba, ese placer por primera vez, me lubricó, me azotaba volvía a lubricar mi ano cada vez con más dedos en mi interior, me habría si y ni me daba cuenta, simplemente lo deseaba, respiraba agitadísima fuera de sí, cueleba buscando sus dedos, como una perra en celo, me ardía mis nalgas y me gustaba sentirlas así y saber que había sido él y yo no podía hacer nada, me daba igual lo que me hiciera, estaba cachondisima ya a esas alturas y aun me gustaba más pues él mantenía totalmente el control sobre todo.

Se levantó al fin y se bajó el bóxer, impresionante tanto de largo como de gorda aquella verga, al cogerla mi mano sentí su enorme peso, me encantó, al fin la tenía para mi manos para mi boca, me esforzaba en abrir bien mi boca para tenla dentro, que rica, se sentó como un emperador en uno de los dos grandes sillones que tengo y me la dejó comer, un buen rato, él quieto pero dominador, a su vez, mi mano aferrada a su verga la parte que no cubría mi boca, que era mucho más de la que tenía dentro, me la quitó y empezó a lubricarse desde abajo a arriba quitándome la boca de su polla vi cómo se lubricaba me dijo que me levantara, me dijo que era mejor que me la metiera yo, lo usé como si él fuera el sillón, que artista, no se movía, me dejaba trabajar su verga di grititos me la sacaba volvía a probar hasta que al fin, me fue entrando, yo gemía como una perra me la saqué un par de veces volví a meterla hasta que él me la metió toda, finalmente grité, ese instante él paró me tenía pegada hasta sus huevos, así quedé quieta y él también pegada a mi, gimiendo sin parar, hasta que empecé a moverme lentamente y muy poco, me masturbé y corrí con mi pijito sin estar en erección, pequeño así me corrí cerré mi esfínteres y gritaba de gusto con aquella verga metida, hasta que quedé quieto reventada, él me sacó de su polla, empezó a pasármela por la cara yo de nuevo de rodillas a espabilarme y de nuevo me la metió, esta vez sí me montó en toda regla moviéndose con lentitud y a mi gusto también pues me hizo pronto gemir como una perra, esta vez él se corrió y dentro, yo también tras de él, estaba toda abierta semejante verga y me entraba y salía ya con muchísima facilidad.

Bebimos otra cerveza nos duchamos me dio una lluvia dorada, le comí la verga pero sin llegar a más, salimos me dijo me pusiera unas bragas, en mi dormitorio y allí volvió a follarme esta vez tranquilamente, cambiándome de posturas dándome mis azotes, lo mismo estaba arriba que abajo de él, lo mismo a cuatro patas que encima de espaldas jadeando y deseando tener esa verga dentro sin correrme si pero disfrutándolo como una perra de gusto que me daba, hasta que descargó en toda mi boca, tras más de una hora follándome, me volví a correr detrás de él, metiéndome su polla sentándome encima y masturbándome en nada estaba gritando corriéndome y él dándome además algún azote a su vez, era ya más de las cinco y media de la mañana cuando se fue al hotel intercambiamos teléfono por si él volvía por aquí, dormí como un lirón en mi vida había dormido como dormí pensando en que había sido pero bien follada de verdad, al otro día aun lo eché más de menos, pensaba cualquier momento y me ponía cachondisima, igual que ahora, vaya pedazo de amante.



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