Sunday, July 30, 2017

La que persevera, alcanza


Anónimo
Por medio del chat del internet, conocí a una persona que con el paso del tiempo empecé a tener interés en él. Le calculaba entre diez a veinte años mayor que yo. Supe que era abogado.
Llegó el momento de por fin vernos en cámara. Por su voz y su aspecto, me pareció conocerlo antes cuando vivía con mi esposo. Desde un principio me pareció interesante, serio y como que quería darse el muy importante. Me gustó, pero no pude dar ningún paso, debido a mi situación de casada, embarazada y reprimida.

Paso el tiempo y seguimos conversando por el mensajero. Y al vernos a través de la cámara me fui dando cuenta de que en su seriedad, se ocultaba una realidad interior que no quería que nadie se enterara, y respeté su seriedad, pero en realidad tenía un buen sentido del humor.
Nuestras conversaciones llegaron a un punto a tocar temas sexuales. Compartió conmigo muchas historias, muchos relatos que me excitaron bastante. Llego al punto de exponerse por foto y descubrí algo, que era impotente.

Sus partes me atrajeron mucho, aun a pesar de la pequeñez y flacidez de su órgano. Pero me gusto lo que miré. Es más me encantó. Pude saber que si algún día pudiéramos estar juntos, sería un reto, un desafío poder hacerlo venir dentro de mí. Algo que él me manifestó que esa era su único propósito sexual en su vida.

Pero a medida que seguimos aumentando de tono nuestras conversaciones, llegue a casi sentirme amada, poseída por sus relatos, por sus palabras, que me cautivaron y llegue al punto de enamorarme, sin haberlo tocado en mi vida.

Sé que él no me ama, pero piensa en mí. Tengo miedo de que no le guste cuando me vea. Es que soy gordita. Pero estoy decidida a bajar de peso, hacer ejercicio, a todo para tenerlo, para hacerlo mío, aunque sea una vez en la vida.

Muchas noches ha soñado la manera en que sería nuestro primer encuentro. El cual ansío, lo necesito ya. No puedo esperar más. No importa que no me quiera, sé que luchare por su amor. Si no lo logro, entonces por lo menos lo habré hecho mío, a mi manera y solamente una vez.

En mis sueños lo veo en persona y se me corta la respiración. Es más alto de lo que imaginaba y su voz es encantadora, grave. Siento que al mirarme sus ojos denotan malicia al decirme lo necesitado que está sexualmente.
En un sueño él se pone detrás de mí y comienza a tocarme los hombros. Empezó a recorrer mi cuello despacito con la punta de los dedos, mientras me acercaba cada vez más a su cuerpo, traté de separarme y él me tomó por la cintura apretando mis nalgas contra su pene. Empezó a levantar mi vestido y a meter su mano por debajo, cuanto más me resistía más ganas tenía él de poseerme.

Yo sabía que él podría, pero se lo quería poner difícil. Le quite las manos de encima y él me volvió a coger con más fuerza, apretándome los senos y amasándomelos, lo volví a separar y me dio la vuelta, me agarro por las muñecas y me colocó encima de la mesa, besándome, lamiéndome el cuello y el escote, para ese momento yo ya estaba empapada, nunca había estado tan excitada.

Cuando notó que cedí me soltó las muñecas quitándome el vestido y la ropa interior, me volvió a tumbar boca arriba en la mesa y tomó uno de mis pies, empezó a besármelo y poco a poco a subir por mi pierna, cada vez se acercaba, subía muy despacio y yo me excitaba más y más al sentir su respiración tan cerca.
Cuando estuvo delante de mi vagina la miró y literalmente se la comió toda. Me corrí enseguida, mientras él seguía lamiendo y absorbiendo y succionando todos mis flujos. Tras esto fue subiendo con su lengua por todo mi cuerpo mientras yo me relajaba. Se sació su sed con mis néctares, que seguían saliendo y escurriendo entre mis piernas.
Me incorporé de la mesa, y le dije que se recostara en la misma mesa, Le empecé a quitar toda la ropa y lo fui tocando con mis manos, dándole caricias, masajes en sus manos, en sus piernas, pasaba mi lengua por cada rincón de su cuerpo, hasta llegar a su verga, muy poco erecta, pero apetecible.

Empecé a pasarle la lengua despacito recorriéndola de arriba abajo, luego subí para arriba y cogiéndola con los labios de la punta la fui presionando muy suave al principio y cada vez más fuerte, mientras que una de mis manos subía y bajaba por su sabrosa verga y la otra acariciaba sus huevos, se volvió loco, su cara me decía cuanto estaba gozando, me agarraba del pelo y acercaba mi cabeza hacia él, cuando note que iba a venirse le pedí que lo hiciera que quería tragarme todo, alzando la voz me dijo que aspirara, como un popote, para que saliera la leche.
Así lo hice, como si tuviera un popote, que se estaba atorando, soplaba y soplaba, aspiraba y aspiraba, succionaba sin parar y él decía, más y más, y más, y aumentaba el ritmo el ritmo de la succión.

Hasta que por fin llegó el momento, recibo el premio mayor del sexo oral, se corrió completo en mi boca, salió una leche ardiente, seguí succionándolo hasta la última gota. Tomó un descanso mientras yo llena de su semen, empecé a besar nuevamente su cuerpo, embarrándolo con el semen que me quedaba en mi paladar.
Me pidió que me colocara en la mesa boca abajo, cuando me tuvo así, acercó su verga a la entrada de mi orificio trasero, al principio no se movió para que yo me acostumbrara al tamaño de su miembro, pero cuando noto que ya estaba cómoda comenzó a sobarme con su verga entre mis glúteos, yo gemía de placer no podía parar estaba enloquecida por ese hombre
Me corrí dos veces, luego me lamió mi culo, le dejé hacerlo, quería ser suya por todos lados y como pudo, logro insertar la punta de su verga en mi orificio y me cogió de esa manera hasta venirnos los dos al mismo tiempo.


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