Tuesday, September 10, 2019

Pa mi negro pa mi



Por eddardstark1307@gmail.com

Hola, me llamo Raquel. Tengo 22 años. Soy una chica bajita, delgada con pelo castaño a la altura de los hombros, curvas y unas tetas razonables. Si algo pone cachondos a los hombres de mí, es sin duda mi voz y mis gafas... supongo que les dará un toque de morbo.  muchos consideran que soy una frígida estrella porno continuamente buscando sexo... pero lo que no saben es que se lo que quiero y cuando lo quiero, voy a por ello. 
Así comienza esta historia... el día en que apareció Juanito. Juan era un chico de 1'90, delgado y lo mejor, negro. cuando le vi, sólo pude preguntarme una cosa. ¿qué obra de arte tendrá entre las piernas este chico?
Lentamente me fui acercando a él, para explorarle y conocerle... de nuevo yo estaba de caza. El chico estaba bastante bien...era simpático, agradable,  tenía algo que me ponía a mil.
Si alguien hubiera podido verme las bragas debajo del vestido, habría comprobado lo mojada que estaba. procuré permanecer cerca de mi negrito. 
Finalmente, incapaz de controlarme, me acerqué a él, y le palpé, mientras le susurraba: "Voy a follarte como nunca te han follado antes."
Su cara era un poema. pero no se podía negar a mis encantos... le llevé hasta mi casa... le llevé al dormitorio y allí empezó lo bueno... le até las manos a la cama y me fui desnudado... me quité primero el vestido, quedándome en ropa interior, marcando culo lencería... entonces se me ocurrió... puse música... lentamente me fui deslizando en movimientos sensuales. me quité el sujetador, dejando a la vista mis pezones duros como campurrianas. Sentía que el sujetador me comprimía, de modo que aquella sensación de liberación me hizo gemir de placer. después, haciéndole un baile provocativo a escasos centímetros de su cara, comencé a quitarme las bragas... así le dejé ver mi chochito depilado y mi ano con ligeros restos de mierda. cuando fue a hablar le metí mis bragas empapadas de flujo en su boca...solo yo tenía el control...
Me acerqué a él... comencé a lamer su rostro y a bajar lentamente... desbroché su camisa y degusté sus pectorales de chocolate, dando pequeños mordiscos en sus pezones. su suave piel era continuamente acariciada por mis manos...
Seguí lamiendo su bajo vientre, observando la excitación y ansiedad que esto le producía... cuando sus suplicas finalmente lograron hacerme mella, procedí a desabrocharle el pantalón y darle besitos a su calzón... aquello que sentía yo a través de la tela debía ser grandioso, así que no pasó mucho tiempo hasta que mi mano se aventuró a sacar su pene...
Aquella obra de arte en negro caoba, gruesa y larga, de unos 24 cm, mojada y esperándome a mí... comencé a agitarla, a observarla a sentirla... era maravillosa.
Abrí mi boca y devore aquel manjar... me llegaba a la garganta... tenía arcadas...por momentos sentía que me faltaba el aire... apenas podía mover la lengua por falta de espacio... era una situación extrema que me encantaba... al cabo de unos segundos la saqué de mi boca... estaba totalmente empapada en mi saliva, mientras yo no paraba de toser y respirar con dificultad... 
Empecé así a lamerle sus huevitos kínder de chocolate. Eran redonditos y jugosos tenían la lechita que yo tanto quería... era un hombre de esos que a las chicas nos encantan. 
Le quité mis bragas de la boca y le metí la lengua hasta el fondo de su garganta... después, sin casi dejarle respirar, presioné mi vagina contra su boca, dejando que su lengua me lubricara, mientras yo ayudaba con mis dedos... fue tal el placer, que no dude en chorrear sobre su boca, obligándole a tragar mis jugos... aquel era el primero de varios orgasmos... 
Proseguí poniéndole a lamerme mi ano... me daba mucho placer sentir su húmeda lengua limpiando aquellos rastros de mierda que habían quedado sobre mi agujerito. Sentía su lengua penetrarme en ese agujerito y sólo sentía mucho placer...el placer que sólo me proporcionaba él.
Decidí comenzar en serio... me subí a él y le cabalgue bien duro... moviendo mis caderas mientras le montaba... acariciando mis pechos entre gemidos de placer... notaba como la punta de su pene chocaba con mis paredes uterinas... notaba como aquel pene me hacía perder la consciencia progresivamente hasta correrme de nuevo en un largo gemido. El sólo contemplaba mi cuerpo en movimiento, el bote de mis tetas y mi cara de placer orgásmico...
moje mis dedos en mi propio flujo y se los metí en la boca para que los degustara... fue entonces cuando me pidió que le desatara y le dejara hacerme cosas a mi también. generosamente asentí y le libere...
Me tomó entonces por la cintura, en un 69 y me levantó...notaba como la sangre me subía a la cabeza y me mareaba, mientras el me lamia y comía el coñito... de repente, su enorme manubrio, entro en mi boca hasta el fondo de mi garganta. Según sacó su polla, solté por esa boca hasta la primera papilla... el prosiguió, comiendo y metiendo, de modo que me acabe adaptando.
Después me puso haciendo el pino, para penetrarme hacia abajo... fue ahí cuando estuve cerca de perder el conocimiento, y a causa de ello, tuve otro orgasmo más... notaba de nuevo aquel enorme bulto en mi vagina... era fabuloso sentirse así... cuando sacó su polla de mi tierno agujerito me acerqué a la ventana, ofreciéndole sensualmente mi culito, el cual sencillamente aceptó, penetrándomelo con fuerza... 
En aquel momento, llegué a sentir dolor placer a la vez... cuando el tenía su pene dentro de mí, yo hacía fuerza para sacarlo, lo que hacía que la sensación fuese más placentera... tales fueron sus embestidas y mis empujones, que en un momento, al sacar su pene, un trozo de mi mierda salió disparada... el, sin verse afectado, prosiguió a través de mi sucio ano... yo, desde la ventana, vi al hijo adolescente de mis vecinos mirar... mi gesto fue agarrarme los pechos y apretarlos contra la ventana, deseando que me viera en mi depravación...
La siguiente postura fue de pie... me levantó contra la pared y allí me penetró rápidamente, sin descanso, en un éxtasis desenfrenado de pasión y sexo... repetidas veces me corrí en esa postura, sintiéndome exhausta. 
Finalmente, me puso de rodillas sobre él y se corrió en mi cara, dejándome perdidas las gafas... así, yo degusté en primer lugar el semen de mi cara y después el de las gafas...
Después de aquello le ofrecí una ducha, donde, como venganza, le oriné encima... después se marchó, dejándome desnuda allí, junto con un trozo de mierda ya seca, y un charco de vomito como prueba de mis perversiones sexuales.

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