Por gabrielrolf0@gmail.com
Eran las 6 de la mañana, los primeros
rayos del sol alumbraban a la nueva pareja, los pajaritos ya
empezaban su habitual canto cerca del cuarto donde yacían ambos cuerpos
que aún estaban recuperándose de la tremenda faena
que habían tenido algunas horas antes, la primera en despertarse por
uno de estos rayos fue la bella muchacha que vio como su
asqueroso amante se había acomodado de tal forma que se había quedado
dormido prendido del seno izquierdo de esta como si de un becerro se tratara
, también notó como su pequeña ropa
interior había sido bajado hasta las rodillas y al tratar de subírselas notó
algo raro en la tela, sin ninguna duda esto era obra de don Eulalio que
se había despertado un par de horas después de que se
acostaran, aun consumido por los efectos de todo el alcohol que había tomado
no se creía todo lo que había ocurrido en esas horas,
le parecía un sueño, un rico sueño del que quería seguir
sacando provecho antes de que despertara, por lo cual a duras penas movió a
la linda universitaria para despertarla y seguir cogiendo un poco más ya
que el golpe que se había hecho al caerse del baño ya se había pasado,
pero al no encontrar respuesta de la cansadísima muchacha, procedió a
tratar de cogérsela, por su cuenta, pero debido al avanzado estado de
ebriedad en el que se encontraba sólo pudo bajarle su ropa interior hasta las
rodillas, poco a poco manoseaba las formidables nalgas de la muchacha aun sin
creerse que todo eso ahora era suyo, su imponente verga ya se mostraba
nuevamente en todo su esplendor con el deseo de ponerla en cuatro y penetrar
una vez más esa estrecha zona que ya había disfrutado, pero entre
la calentura y su estado de ebriedad no podía hacer tal cosa, por lo
que situó su erecto miembro entre los muslos de Milly con
el objetivo de hacerse una masturbada tal y como la universitaria le había hecho
con sus pechos horas antes, hizo un gran esfuerzo para acomodarse pero al final
pudo poner ese pedazo de carne entre los juveniles muslos de la nena
y procedió a simular una penetración, a todo esto Milly solo
lanzaba unos inconscientes leves gemidos, sin duda a sus 22
años jamás había pasado por una experiencia tan satisfactoria y
agotadora por lo cual en estos momentos se encontraba en un profundo sueño.
Por su parte el viejo seguía moviéndose como
si de verdad estuviera penetrándola, sus manos arrugadas y callosas
recorrían esas largas y suaves piernas de la dormida chiquilla, bajo un
poco más su cabeza para encontrarse nuevamente con esos hermosos
melones, esos jugosos y suaves pechos al cual muy
pocos habían logrado siquiera tocarlos, y él había tenido
el honor de chuparlos a su antojo, debido a la oscuridad del cuarto no podía verlos
pero podía sentir con su magullado cachete la suavidad de estas, su
boca buscaba desesperadamente el pezón de color café claro de la nena. El
repulsivo sujeto tenía una fijación especial por los pechos de las mujeres,
siempre que veía a alguna pasar sus ojos se iban directamente a los senos de
estas no importándole la edad o la ocupación ya que ni las mujeres policías o
enfermeras se salvaban de sus penetrantes ojos, le fascinaba las diferentes
formas y tamaños, siempre que había una labor social o vacunación gratuita era
de los primeros en formar cola ya que sabía que a esos lugares siempre van
tiernas enfermeras o ayudantes, muchas
de las cuales iban ligeras de ropa por la excesiva calor de la zona y
aprovechando su posición de tercera edad, muchas veces les hacía conversación
para alargar un poco más su turno, mientras hacía eso no perdía detalle de las
piernas de las enfermeritas que eran adornadas con esas típicas minifaldas
blancas y tampoco perdía detalle en los pechos de estas, las cuales muchas
veces andaban con la blusita blanca con uno o dos botones sueltos, ocasionalmente
las miradas eran tan descaradas que hasta las chicas más ingenuas se daban
cuenta de lo que pasaba, pero como se trataba de un “ancianito” humilde, muchas
veces lo pasaban por alto, es así que luego de un tiempo el viejo se ganó la
fama de viejo verde y casi todas las chicas de labor social y enfermeras sabían
quién era él, a algunas les resultaba asqueroso y lo evitaban, mientras que a
otras simplemente les daba gracia y por seguirle el juego se soltaban dos o
tres botones para que el pervertido se alegre la vida con los lindos escotes
que se formaban, desgraciadamente para
el anciano sólo se podía limitar a mirar, ya que la primera y única vez que
quiso intentar algo más, se llevó tremendo problema, por parte de una de las enfermeras
practicantes que se puso nerviosa apenas sintió una mano posarse sobre uno de
su senos.
El viejo recordaba todo eso, le encantaba
mirar todo tipo de senos , aunque sus preferidos siempre eran los voluptuosos,
de esos grandes y firmes a la vista, pero que siempre dan un leve bamboleo
natural al caminar, se le hacía agua la boca siempre que veía uno de esos y
ahora tenía a una hermosa jovencita que poseía justo ese tipo de hermosos
melones y estaban a su total disposición, los senos de Milly eran un manjar que
no estaba dispuesto a soltarlo nunca, mientras recordaba , acomodo a la tierna
muchacha de tal modo que los dos estaban cara a cara…bueno cara-senos, ya que
el viejo se había bajado un poco para estar a la altura de esos melones, a
pesar de que por la oscuridad del cuarto sus ojos no podían apreciar esos
monumentos, el contacto de su rostro con ellos era más que suficiente, su
horrible cara se hundía en esas suaves almohadas, su lengua empezó a recorrer
desde la base hasta la punta de ese fino pezón de color café claro para
perderse en este último y darle un trato especial, donde alternaba entre lamer
y dar pequeños mordiscos con su labios resecos, el miembro del anciano estaba
totalmente empalmado como si hubiera tomado un potente viagra , por lo que
volvió a ponerlo entre los suaves muslos de la jovencita, estuvo en ese lapso
por maso menos 20 minutos cuando sintió que se quería venir,
don Eulalio aun quería seguir disfrutando de ese formidable
cuerpo pero el cansancio y el licor en la cabeza pudo más , así que
chupo con todas sus fuerzas el seno izquierdo de la nena mientras lanzaba 3 potentes chorros de semen en la ropa
interior y sabanas , luego de eso se quedo profundamente dormido sin
desprenderse de sus melones favoritos y tal cual así fue como
lo encontró Milly, pegado a ella como un bebe, un feo y arrugado
bebe.
Milly acomodó a su viejo amante
y tomándolo suavemente fue desprendiendo poco a poco los
labios resecos de su ya hinchado pezón el cual al sacarlo estaba
todo baboso y adolorido de todas las fuertes succiones que le había dado
el viejo como si tratara a toda costa de sacarle algo de leche para alimentar
su deforme cuerpo. Luego de poner cómodo y tapar a su macho
,la linda universitaria se percató de que a pesar de que ayer en
la noche se había bañado con finas especias y perfumes , el olor
corporal del viejo se le había pegado ,por lo cual se levantó ,
fue a su cuarto, se dio una ducha rápida y se cambió de
ropa interior , eligió una semi-tanga negra que fue acompañado
de un pequeño short ya que el calor en la mañana era insoportable, debido al
dolor de su pezón izquierdo decidido no ponerse ningún brasier,
solo se puso una cómoda musculosa con amplio escote. A medida que se
alistaba volvían a ella todos los momentos apasionados que
paso con aquel hombre horrible, sentía una mezcla de calentura con
arrepentimiento, aun no podía creer que se había encamado
con un viejo indigente y peor aun que este le había dado la
cogida de su vida, fue la primera vez que un hombre la había hecho
correr y aun recordaba esa genial experiencia, pero por otro lado ser
la mujer de tan repugnante sujeto ahora le daba náuseas y sentía una
vez más las ganas de llorar por él arrepentimiento ,deseaba que todo
esto nunca hubiera pasado, pero por más triste que se pusiera , sabía que tenía que
enfrentar la realidad, de momento no sabía qué hacer con su semental
anciano , sabía que botarlo a su suerte no era una opción válida ya
que este podría reaccionar mal, así que tendría que
negociar de alguna forma para que se vaya y la deje en paz, pero no se le ocurría ninguna
forma de lograr eso sin pensar en usar su cuerpo.
La nena era un mar de dudas, había pasado
la noche más excitante de su vida, pero por
otra parte ya no quería saber más del viejo al menos por
ahora, una de sus fantasías sexuales se había cumplido y
con creces, de manera que sólo quería descansar y despejar su mente,
fue a la cocina del tercer piso para percatarse si la empleada se había despertado y
efectivamente, ahí se encontraba ella preparando el desayuno.
--Buenos días doña Petronila
-Buenos días señorita, que
lindo día ¿verdad?
--Si, aunque el calor es
insoportable.
- ¿Durmió bien anoche? --pregunto con
un leve tono sarcástico el cual no se percato la aun
somnolienta muchacha
--Haa esteee sí, dormí bien
gracias
-Le prepare el desayuno, dentro de un
momento bajare al primer piso a empezar a limpiar
--Muchas gracias – en ese momento Milly se acordó que había dejado
algunas cosas alborotadas en la parte de abajo por culpa de su "querido"
semental --esteee ante de comer iré a hacer unas cosillas que se
me olvido.
-¿Que cosillas?
--Mmm cosillas–reía Milly algo nerviosa
La vieja empleada intuía de que
se trataba la cosa y para no hacer más incómodo el momento dejo que
la nena se vaya, Milly bajó como un rayo, ordenó el minibar de
su padre y arreglo el desorden de la noche anterior, todo en menos de
cinco minutos para nuevamente ir a la cocina y como si nada hubiera pasado
se dispuso a comer su desayuno.
- ¿Ya acabaste con lo que tenía que
hacer?
--Sí ya acabé, eran algunos
detallitos sin importancia
-Ah ok
La vieja sabia maso menos lo
que había pasado ayer, tenía la completa seguridad que su
pequeña ama había traído seguramente a un hermoso chico y después de
beber algunas copas tuvieron intimidad. además, intuía que
la niña quería sacar a su "joven y hermosa" pareja de
la casa, pero debido a la vergüenza no podía hacerlo por
lo que decidido aligerar un poco la situación.
-Sabe señorita, hoy iré a
hacer las compras para el fin de semana
Los ojos color miel de Milly se
iluminaron, sabía que era la oportunidad perfecta para que el viejo
se largue, ahora sólo tendría que pensar en cómo hacerlo,
tal vez necesitaría algo de tiempo, por lo cual le pidió a su
empleada que luego de hacer las comprar le hiciera un par de mandados ya que
ella tenía que quedarse en casa para estudiar para un curso
online según ella, la empleada no se creyó el cuento, pero accedió al
pedido de la muchacha, una vez que doña Petrolina se fue, Milly se
dirigió rápidamente al cuarto de su hermanita donde el viejo dormía plácidamente como una
roca.
--Doooon-- susurraba en el
odio peludo del viejo-- doooon despierte por favor ya es
de día
- ¿Haaa?? Noooo molesssbyhf
El viejo aún seguía con
la resaca y no se entendía lo que decía.
--Doooon plissss levántese le
preparare algo de comer para que se ponga mejor
-Noo yoo djscndvndjs
Otra vez la nena no entendía nada
de lo que decía a media lengua el viejo borracho, pero tenía que
hacerlo levantar de algún modo ya que no sabía cuánto duerme una persona
de la tercera edad con resaca y le preocupaba que se tomara toda la tarde.
--Señor Eulalio ¿no quiere ver
el lindo short que me puse?
La nena apelaba al instinto calenturiento
del anciano para que vuelva en sí, pero una vez más la respuesta
fue negativa, realmente el viejo se había pasado de copas, pero era
entendible, pasar de beber puro alcohol barato con algo de saborizantes a
tomar licores de gran calidad era el sueño incluso de la clase
media.
Milly no sabía que más hacer,
por un momento se le paso por la cabeza hacer algo más pervertido
para intentar levantarlo, pero desistió de la idea con una leve
cachetada propinada por ella misma para que entre en razón y no
piense tonterías, luego de un par de intentos fallidos más, Milly finalmente
se rindió, sabía que doña Petrolina se demoraría en
el mercado al menos unas 2-3 horas y con los mandados que le pidió tal
vez tendría un par de horas más, por lo cual decidido que
su horrible y deforme pareja sexual descanse un poco mas.
Mientras el horrible sujeto dormía,
la muchacha decidió cambiar las sabanas que se encontraban manchadas
por las tremendas corridas que lanzo el asqueroso tipo, metió en la
lavadora junto con su ropa y la ropa interior de su hermana, al momento de
cambiar las sabanas vio una vez más a su asqueroso amante desnudo,
ese arrugado y deforme cuerpo cubierto por varias matas de pelos que le salían por
todos lados, era una visión realmente deprimente, pero si algo
rescataba era el miembro de este que aun en reposo se veía que tiene
unas dimensiones considerables dignas de cualquier macho, la nena
se paso un rato mirando la verga del dormido viejo pensando
en como esa verga la hizo sentir tan bien, tanto en ese horrible
basurero como en su casa, por unos momentos sintió el impulso de
tocarla suavemente para recordarla mejor, pero justo cuando la iba a agarrar
se volvió a dar otra cachetada, esta vez un poco más fuerte
para reaccionar de la locura que estaba a punto de hacer.
La bella muchacha a pesar de la
ducha fría que se metió, seguía teniendo la
cabeza algo caliente y para despejarse totalmente decidió ir a trotar
un rato al parque como lo hacía cada mañana. Se puso una pantaloneta de licra negro
y un top del mismo color, dentro de este top no se puso ningún sujetador
ya que aun sentía muy sensibles sus pechos de las
tremendas agasajadas que había recibido durante toda
la noche, se hizo una cola de caballo y se fue
a trotar un rato cerciorándose de que el viejo siga
durmiendo como una roca.
Una vez en la calle las miraban
lascivas a su bello cuerpo no se hicieron esperar, ojos masculinos
de todas las edades miraban descaradamente el cuerpo de Milly moverse
al ritmo de un trote suave, donde sus deseables pechos al
no llevar sujetador se movían de una forma más libre al
igual que sus poderosas y firmes nalgas que al estar metidas en esa
licra dejaba muy poco a la imaginación
La cabeza de Milly era un
mar de dudas, tenía que sacar de su casa a ese horrible y asqueroso sujeto que
por más que lo baño aún seguía teniendo un aspecto y olor desagradable, pero también sabía que prácticamente todo
fue bajo su consentimiento, su cuerpo jamás había sentido
una sensación tan placentera en sus 22 años. Al llegar a su
habitual parque, la hermosa universitaria decidió hacer unos
cuantos estiramientos, mientras hacia los estiramientos recordaba
escena por escena todas las cosas que hizo con el afortunado viejo,
desde los besos, las rudas bofetadas que le daba sus grandes y firmes nalgas,
la forma como lamia y chupaba sus pechos, ese enorme trozo de carne que la hizo
sentir mujer por primera vez ya que antes jamás había llegado a
un orgasmo en sus pocas experiencias sexuales con sus ex-noviecitos, todos
esos recuerdos la asqueaban pero a la vez la calentaban -- ¿cómo era
posible que un viejo senil sea capaz de aguantar tanto?¿será que
la mayoría de los viejos cogen así se rico?¿qué haré
ahora con don Eulalio?--esas preguntas y muchas otras más rondaban
la cabeza de Milly mientras hacia sus estiramientos a vista de todos
los pervertidos de ese sector del parque que se recreaban con tan maravilloso trasero que
se lucia en todo su esplendor cuando hacia estiramientos para
relajar sus piernas y muslos, la nena se percató de algunos de sus
espectadores, dio una mirada rápida mientras hacia el movimiento de
que cambiaba de ejercicio, su vista fue fugaz y certera, diviso a
unos mocosos que se dedicaban a limpiar las lunas de los vehículos mirar de
reojo su trasero aunque estos querían fingir que solo estaban hablando sus
evidentes erecciones en sus pantalones decían lo contrario, luego volvió
a cambiar de ejercicio y dio otra mirada rápida, esta vez vio un par de ancianos en unas
bancas más al fondo que estaban intentado jugar ajedrez y sí que lo
intentaban ya que tener a una hermosa jovencita haciendo ejercicios casi al
frente tuyo no te permitía concentrarte en el juego, la nena no pudo
evitar relacionarlos con su viejo amante, ya que ambos tenían la
misma apariencia demacrada y arrugada de una vida humilde y difícil, su
mente volvió a volar e imaginarse muchas cosas , así que un
poco motivada por esas desvergonzadas miradas decidió darles un pequeño
obsequio para alegrarles la mañana y que tengan algo que pensar el
resto del día, así que se relajo, tomo aire y con las
puntas de los dedos tocaba las puntas de sus pies, dándoles así a los
viejos y a los mocosos(los cuales habían sacado sus celulares que seguramente
eran robados y empezaron a grabar sin importarles ya que los descubrieran o no)
la mejor vista posible de su firme y bien trabajado trasero ,la nena trataba de
levantar bien su cola para que esos viejitos tengan en algo que pensar el resto
del día, de reojo Milly miraba como los viejos no perdían detalle
y se codeaban entre ellos para molestarse como fueran unos jovenzuelos otra vez,
para la alegría de la muchacha noto que a ambos ya se
les notaba una leve carpa por encima de sus amplios
pantalones , lo que le indicaba que aun gozaban de buena salud en esa
zona, cosa que le alegro mucho.
Para mala suerte de los vejetes ,un grupo
de señoras se acercaba al lugar y la jovencita tuvo que dejar de hacer tales posturas
para sus afortunados espectadores, Milly decidió continuar su camino
por el amplio parque algo fastidiada por qué le hubiera gustado
darles un poco más de espectáculo a esos míseros ancianos,
pero al menos tenía la reconfortante idea de que hoy pensaran en ella cuando
lleguen a sus casas.
Ella estaba confiada de que no sería muy difícil calentar
al viejo, así que se acercó, con voz dulce se presentó y
a modo de romper el hielo le pregunto una dirección, el viejo con toda
la amabilidad del mundo respondió de manera cortés y le dio
la mejor ruta para llegar a tal dirección que se había inventado
la jovencita, Milly estaba extrañada, el viejo no le había lanzado
ninguna mirada morbosa a sus piernas o a sus formidables pechos, realmente le dio en el orgullo que no
despertara ninguna reacción pervertida en el viejo ahora que estaba
cerca al --esto es muy raro, de seguro alguien o algo lo está vigilando y por
eso no me mira como otros días— se justificaba dentro suyo la jovencita,
pero Milly como toda chica orgullosa de su cuerpo no iba a rendirse
tan fácil , sabía que además de barrer las
calles, a veces le encargaban podar ciertos sectores del parque a lo cual la
bella muchacha ya con un poco más de confianza le dijo
si podía acercarse el día de mañana a podar un poco
su jardín a lo cual el viejo se negó en un principio argumentando
que ya no estaba para esos trabajos domiciliarios, pero ante la insistencia
de Milly acepto, la jovencita satisfecha de haber logrado su cometido,
le explico la dirección exacta de su casa, se lo anoto en un papelito, se despidió y siguió su
camino, hasta en la despedida el viejo se mostro cortés y
en ningún momento desvió la mirada, lo cual ya hasta irritaba
un poco a Milly ya que ni su voz de niña inocente movieron un solo
pelo al viejo, pero sabía que tendría su revancha y cuando
ese momento llegué, le iba a dar una buena calentura visual al viejo para
enseñarle quien manda.
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